Los tres pecados de Azerbaiyán

Indicadores de la coyuntura: se espera una fuerte condena, con risitas, por la misión comercial de Polémico Moreno, el rabioso incapaz, a Azerbaiyán, dado que, los Albaneses, el pueblo Albanés, a diferencia de los sufridísimos Armenios, logró mantenerse, con una réplica de lo que acá formó parte de los deseos de la Máscara de Fernando Sérpico, en los albores de la patria, logró mantenerse autónoma a la República Romana. Pero unos 2.000 años antes. Con lo cual, queridos hegelianos, Azerbaiyán cometió el imperdonable pecado de quedar fuera de la historia. Hasta el siglo 4 después del Conquistador Torturado, muy apreciado en estas pampas. Le dicen Cristo Rey. Ya para entonces, se encarriló a la historia -para no joder a los occidentales. Aunque antes pasó por varias guerras, matanzas de civiles y cosas que no le importan a nadie. Hay que medir su PBI. O hacer caso en todo lo que digan los BIRCS. Cristina, desobedece. 
Segundo pecado capital, no formó parte del capitalismo.
El feudalismo -Azerbaiyán pasó por los Turcos y los Iraníes- prolongado en Asia y África es difícil de estudiar por la buena fama que goza, de manera equivocada, el feudalismo europeo. Y la mala fama, que goza, de manera compleja, el feudalismo en América. El Imperio Persa no fue tan criminal como el Imperio del Conquistador Torturado, oficialmente, Italia, o la capital de la impunidad en Europa, el Vaticano. El Vaticano, para que se entienda, es una teocracia libre de impuestos. Una dictadura donde el crimen está permitido. No así, como en Holanda, la marihuana. Violar niños en Holanda -qué atrasados-es ilegal. En el Vaticano es motivo de ascensos. En Azeribayán está prohibido violar niños y fumar marihuana. Como en Argentina. Pero Argentina pasó del Imperio Vaticano al Imperio Inglés y, tras una breve estadía, gracias a la guerras mundiales  y a los caudillos "feudales" tuvo etapas autonómicas, antes de ser parte, como hoy, del Imperio Yanqui. La conmovedora lucha por subordinar etnias, religiones y clases sociales, en esa especie de protonazismo que habitaba en el capitalismo inglés y nuestros bellos próceres, Azerbaiyán la salteó por el sueño estúpido de la igualdad de razas, la supresión del opio subyugante de la religión y la brutal desigualdad social. Formaron parte del mundo de los soviets. Dios, en su santísimo neoliberalismo, ojalá, no creo, los perdone.
Fugaz república parlamentaria antes, ingresó a la historia de la mano del industrialismo y la guerra fría. Azerbaiyán cometió un tercer pecado.
No sólo no fue parte del Imperio Romano, no sólo no fue parte del capitalismo, sino, que además, fue estratégico para derrotar a los nazis.
Los economistas, tipos incultos, de vocabulario limitado, las más de las veces irresponsablemente idiotas, tienen un mérito: es tal su grado de soberbia que se les notan siempre los hilos, los bordados y la hechura.
Sin dudas, desconocen estos tres pecados de Azerbaiyán, pero con obediencia, se los cobran.
A pesar de los esfuerzos, patéticos, de Azerbaiyán que, en la última década, líbrame Augusto Comte, recién adoptó el alfabeto Latino.
Y gobierna el hijo de quien fuera elegido presidente, de manera democrática. Y gobierna de manera democrática, electo de manera democrática. A diferencia de Argentina, en Azerbaiyán la religión está separada del estado. Probablemente, Polémico Moreno, también desconozca este dato, crucial. Él, que viene de un país donde las mayorías no profesan la secta oficial del estado: el obispado; una especie de sucursal del amigo imaginario que gobierna en la dictadura del Vaticano.
A diferencia de la Argentina, donde la población es de costumbres ateas y el estado, autoritario, es católico, Azerbaiyán tiene un estado libre de sectas, aunque su población sea mayoritariamente musulmana. Clavo en el medio de la tragedia de Irán, que vive sus horas amargas, de la dictadura Turca -muy respetada, por la carnicería que ahí propicia EEUU- cerca del masacrado Afganistán, del sufrido pueblo Armenio (Argentina, a diferencia de tantos occidentales, tiene credenciales morales ahí); país de petróleo y agricultura, el mundo que yo sueño, que siempre soñé, lo contempla.
Israel, que existe gracias a Alemania, por eso coteja tanto a Alemania. Y por supuesto, detesta a Azerbaiyán, los hijos de puta, fueron estratégicos. En la derrota de los Nazis.
Por la que los EEUU nunca hicieron, más que otro genocidio, más eficas y con mejor prensa que el alemán, que el Holocausto, y es arrojar las bombas nucleares a Japón. Todavía se conmemora, en EEUU, esa matanza. Por eso, en Israel están perdonados. Y de hecho, Israel es un apéndice de EEUU y su crueldad, pero allá, en las extrañas tierras donde el Vaticano no es bien visto. Con justa razón.
Dado estos tres pecados de Azerbaiyán; el Pecado Venial de no ser parte del Imperio Romano, el Pecado Mortal de haber abastecido de combustible al Frente Oriental contra los Nazis y el Pecado Capital de haber formado parte de la Unión Soviética, la peor, la Transcaucasia, es esperable, que los economistas, con sus metáforas berretas, hagan chistes, berretas, sobre la culta y sofisticada Azerbaiyán.
No tengo ni idea de cuál es su PBI, me importa un choto, además.