Días atrás, un estudiante de periodismo sin derechos legales (TEA, por sus siglas en inglés) me hacía, para un trabajo práctico, una serie de preguntas al bajo nivel teórico de ese centro de flexibilización laboral sobre la ley de medios. Que es, básicamente, un clima cultural. Por supuesto, ni ahí de comprender ésto estaba un estudiante de reglamentos de soccer.
Sin embargo, trabajará en este oficio criado por este clima cultural, ni más ni menos. En un lugar privilegiado, Argentina. Vanguardia, hoy, en este mundo de guerras, de las políticas comunicacionales.
No es una singularidad el caso argentino sino propio de los procesos democratizadores, de la segunda ola sudamericana, que coinciden, además, con una ola pacífica en un mar de guerras. las excepciones, que en Latinoamérica provienen de apagar el fuego del crimen organizado con un bidón de petróleo yanqui, muestran, también, que los debates comunicacionales, con la coartada canalla de la guerra, no son absorbidos ni ahí por el estado, pero ni siquiera por las fuerzas políticas.
La creación del marco legal para el avance popular en materia de comunicación puede tardar décadas. En mi mirada escéptica, aún no se han masificado los instrumentos intelectuales y tecnológicos para lograr llenar esos contenidos. Uh, qué frase. Suena elitista, no era la intención.
El punto es que, tres políticas comunicacionales estratégicas, cuyo despliegue será posible de absorber popularmente cuando comience la desmonopolización de Clarín, son necesariamente en sus efectos a mediano plazo: las antenas de Televisión Digital, la entrega de Notebooks en las escuelas (inescindible de la Asignación Universal por Hijo) y el ensamble y aumento de los procesos de fabricación de teléfonos inteligentes (inescindibles de la educación pública y gratuita, la ampliación del mercado interno y las paritarias).
Y me cansé de seguir escribiendo, putitos. Chau.
Sin embargo, trabajará en este oficio criado por este clima cultural, ni más ni menos. En un lugar privilegiado, Argentina. Vanguardia, hoy, en este mundo de guerras, de las políticas comunicacionales.
No es una singularidad el caso argentino sino propio de los procesos democratizadores, de la segunda ola sudamericana, que coinciden, además, con una ola pacífica en un mar de guerras. las excepciones, que en Latinoamérica provienen de apagar el fuego del crimen organizado con un bidón de petróleo yanqui, muestran, también, que los debates comunicacionales, con la coartada canalla de la guerra, no son absorbidos ni ahí por el estado, pero ni siquiera por las fuerzas políticas.
La creación del marco legal para el avance popular en materia de comunicación puede tardar décadas. En mi mirada escéptica, aún no se han masificado los instrumentos intelectuales y tecnológicos para lograr llenar esos contenidos. Uh, qué frase. Suena elitista, no era la intención.
El punto es que, tres políticas comunicacionales estratégicas, cuyo despliegue será posible de absorber popularmente cuando comience la desmonopolización de Clarín, son necesariamente en sus efectos a mediano plazo: las antenas de Televisión Digital, la entrega de Notebooks en las escuelas (inescindible de la Asignación Universal por Hijo) y el ensamble y aumento de los procesos de fabricación de teléfonos inteligentes (inescindibles de la educación pública y gratuita, la ampliación del mercado interno y las paritarias).
Y me cansé de seguir escribiendo, putitos. Chau.
Je...amigo Lucas. Tu conclusión que comparto, es que sin las viejas ,veteranas y denostadas condiciones materiales resulta dificil avanzar.
ResponderBorrarJejejej
ResponderBorrar"desmonopolización de Clarín"
ResponderBorrary dale...