Llegó el Manguerazo

Anoche me contó Zambayonny, un rumor que trajo Magda, a la radio: que lo iban a nominar para los premios Carlos Gardel, los más importantes otorgados en la música en la argentina. Pero, claro, podía ser por el arte de tapa. Cosa muy linda, pero, qué se yo, si se es músico es preferible, me parece, que también te digan algo de la música. Más cuando los caminos del cantautor son tan cuesta arriba. Supongo que más gratificantes. También. Cosas de la dialéctica, que enseñaba Carlos Marx. Pero como en todas las apuestas de la vida, uno no sabe si finalmente terminará bien. Si las cosas saldrán como uno las pensaba.
Zamba llena sus recitales con gente que si no compró la entrada anticipada, cree, no siempre es así, pero cree que queda afuera. Son como una cofradía. Que se maneja a partir de internet y las redes sociales. Y su música le suele gustar a periodistas. Como este nunca humilde yo. Nunca menos. 
Después, en las reuniones de producción -una mentira decirlo así, se trata de ir a fumar, como en la escuela secundaria, al baño, en los cortes- suponía que podía ser por el video de Si no Bailás sos un muerto, hecho con profesionalismo.Donde estoy, además.

No había que descartar que la nominación seapor algún asunto sexual, aunque no había ningún rubro. El misterio, finalmente, se develó hoy. Está nominado para el mejor disco del año. Sin dudas, merecido. POr que reafirma un cierto giro -para mí, el músico siempre es el mismo- hacia una mayor profundidad y más pista literaria que hacia la transgresión escatológica. Donde, ya estaban las coordenadas de un buen escritor, de una imaginación sutil, de las marcas, de una desesperación. Mi nunca humilde opinión.



Esta noche, el último concierto en Caba, barrio porteño de Belgrano (Rooselvet y Libertador) y después, seguramente estaremos hablando de esto en la radio. Por www.estoesamerica.com como todas, bah, los días hábiles, los días sin habilidades laborales, no, a la medianoche.
Después, ganar o no, en esas crueldades de las ternas, qué importa. Lo más importante, ya está. Y si tampoco estaba, tampoco importa mucho. Es el manguerazo, que uno espera, en la soledad. La más abismal y desnuda de las soledades es la creación artística. A veces sale bien. A veces, no. Nunca hay garantías. Y sin embargo, salió. Genial.


Ahora debe andar, Zamba, por ahí brindando. En su casa, seguramente, cerca de la mía, con su banda. Y se deben estar riendo.
Para no tenerles miedo.