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Los que se mueren jóvenes están más tiempo muertos que los que se mueren viejos. Es obvio. Si X muere a los 20 años y el abuelo de X, ponele que se llame Y, muere a los 86; X llevará 66 años más muerto que su abuelo Y.
Naturalmente, como la muerte es irte a la nada eterna, es bastante probable que pasados unos treos o cuatro mil millones de años esa diferencia de 66 años más de muerto, no tenga importancia.
Eso sí, de existir algo después de la muerte,el primer muerto -el que lleva más tiempo de muerto, además- tiene que haberse aburrido, supongo. Y además, se habrá sentido el único desgraciado del planeta. Planeta que por suerte no conocía en su totalidad. Sino, pobre muerto, sin tener a quien contarle su melancolía planetaria.
Es plausible que el primer muerto, sentado en cuclillas en un sistema solar reservado, exclusivamente, para muertos, haya deseado fervorosamente la muerte de algunas de las mujeres que se cogió, del mejor cazador, de jefe de la tribu. Para no sentirse solo, ahí,como un boludo, en el hotel que dios dispuso a los muertos.
Es probable que dios haya hecho un hotel de mil estrellas para que los muertos se sientan cómodos durante su laaaarga estadía eterna. Casi todas las personas con algo de poder en este planeta dicen que dios es bueno. Y si son el poder es porque saben, estudiaron, entendieron mejor que nosotros los mecanismos de la economía, de la biblia, de la empresa o de la guerra. Confiamos en ellos. Al comprar caldo de gallina, jurar la bandera, pagar impuestos y esconder nuestras amantes. ¿Por qué, entonces, habríamos de dudar que dios sea bueno? Dios es amor.
Y el amor se comparte.
Por eso dios creó el mundo: porque se sentía solo. Porque no sabía que hacer él, que es amor solamente, no sabía qué hacer con tanto amor, a quién dárselo, por quién sentir celos, qué cuentas de Facebook revisar, a quién dedicarle un poema, puro amor. Pero dios no tenía a quién regalarle un chocolate. Ni leerle "El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha" a viejitos traicionados en geriátricos. Por eso creó el mundo. Tenía tanto amor y un cosmos tan vacío que solo podía amarse a sí mismo.
Y se sentía solo, obvio. Como todas las personas que se aman demasiado.
Ningún amor, ni el amor absoluto, te saca la soledad.
La soledad no es solamente la conciencia de tu singularidad, ni solamente la incertidumbre ante la muerte, de hecho, dios no se morirá nunca y es el único ser perfecto: qué más singularidad querés.
No es solamente, igual, todo eso. También es hastío de existir. Cansancio de vivir. Aburrimiento de estar muerto. La soledad es, también, nuestra certeza oculta de que somos así, apenas así. Para siempre.
¿Nos morimos con nuestras certezas?
Sabemos que podemos morir por nuestras certezas. Pero no sabemos si en la requisa de San Pedro te dejan pasar certezas. Quizás no. Ya están, ahí, todas las certezas. La muerte es la única evidencia de que el comunismo es posible: es la única conjunción entre igualdad y libertad de la podemos estar seguros.
-Deje esas certezas, novato, acá en la muerte ya está todo dicho, pensado, sagrado.
-Pero, San Pedro, mi certeza no va joderles para nada.
-No se permite entrar con certezas. Órdenes superiores.
-¿Y por qué señala al cielo, acaso dios vive en el segundo piso? ¿Tiene segundo piso el cielo?
-Vacíe sus corazón y después pase por el detector de certezas.
PPPPPPPPPPPPPPPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
-Alto. Le dije que vacíe sus certezas.
-Perdón, Don Pedro, dejé el marxismo, la literatura, la cerveza, la música, no entiendo...
-Vuelva a pasar.
PPPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
-Tenemos un Guantánamo, un infierno para los que creen que pueden engañar a dios. Hasta Hitler nos envidia.
-¿Lo inspiraron uds?
-Señor, vacíe sus certezas.
- Ok. Adiós Paola, Malala, Emilia, Carolina, Majo, Jazmín, Ximena, Mariana, Julia, Isabel, Julieta.
-Pecador de mierda
-Sí, Don Pedro, pero usted vio el culo de Majo?
-Pase.
PPPPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
- Al infierno.
-No, cálmeses, Don Pedro, está bien, ya está. Acá lo dejo.
- A ver. ¿Trópico de Capricornio? ¿De qué se trata?
-Léalo. Le va a gustar.
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-Pase, imbécil. Vamos que le muestro las instalaciones.
PPPIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
-Don Pedro, tiene el libro de Henry Miller en su bolsillo.
-Shhh, muévase. Circule.
-¿Me podría presentar a Moustaki?
-¿Eh? ¿Quién es? ¿Vende droga?
-Es uno como Diego Torres pero...todo lo contrario.
-Me gusta Diego Torres.
-¿Y por qué no se lo trae?
Sin el hastío de existir los cantantes de boleros no sacarían un disco por año con 20 historias de amor fracasadas que te da un promedio de casi dos grandes amores por mes. No da. Imaginate una eternidad entera, no, ponele un 30 o 35% no más de eternidad sufriendo porque la mujer más hermosa del mundo, que se llama Laura y en la quincena siguiente Patricia, y te deja. Laura y Patricia. Te dejan ambas por Cecilia.
-Acá tiene su cráter, va a dormir ahí.
-Me voy a hacer mierda la espalda, Don Pedro.
-En la muerte no existe el dolor.
-Puta madre, y yo ue venía a atarla a Sofía y ponía en cuatro patas y cogérmela así, le encantaba.
-Te vimos, pero no murió. Aún.
-¿No me la mataría, Don Pedro? ¡No sabe lo bien que chupaba la pija!
-Venga, le presento un cantante. Señor Nino Bravo, le presento a...Nino, Nino!
-Déjelo, está jugando a la play con coches de mentirita.
- No te vayas, Laura, que sin ti no puedo vivir -tararea Nino..
- Es medio zonzo recién al próximo milenio le dirá a Patricia: no te vayas, que sin ti no puedo morir.
-¿Uds ya saben tooodo el futuro?
-No, no lo sabemos, lo ordenamos y así se hace.
-Allá lejos, en la tierra, les hacen caso...
-Cuando empiezan a dudar les mandamos el delivery de la mancha de humedad.
-¿El hímen de María?
- Bueno, igual, quedará como un boludo, le canta "no te vayas": ¿adónde mierda se va a ir?.
-Ah. Es onda una cárcel.
- No se puede ir nadie de la muerte. Ya estás acá.
-Qué copado.
-Mirando como los muertos primerizos cuentan, haciendo rayas en una estrella, los años que llevan de muertos se te pasan volando las centurias.
-¿Conviene más -para el bolerista enamorado- que Patricia se muera a los 28 años, que es cuando una mina está realmente buena, o que tenga una vida hermosa como Laura y te caiga al hotel de la eternidad con sus 92 años y unas tetas que parecen telarañas en cartón corrugado?
-Acá no hay deseo. Solo certezas.
-Pajero.
-¿Cómo dijo?
-Que uds se aman tanto que se pajean mirándose al espejo
-Ud vio un espejo, acaso, en este universo?
-No, uds creen que es un espejo, porque uds son todo el universo.
-No es tan así.
-Ya sé, solo estoy tratando de adularlo, Don Pedro.
-¿Sartreano, Carrasco?
-No, no, alcohólico.
-Éste es su cárter. No necesita comida ni sentirá frío ni calor ni amor ni odio.
-¿Amor a dios tampoco?
-Obvio, él gobierna.
-Una pregunta: ¿Uno se sigue enamorando estando muerto, digamos, en esta sociedad de muertos (que esperan alguna resolución de dios a ese error que es la eternidad) da para encarar minitas?
-Acá solo está permitido amar a dios.
-Medio puto eso...
-Dios no es hombre ni mujer.
-Igual, los putos la chupan mejor.
-Puede encararse minitas, pero no niñitos
-Esos son suyos, ok
-Y debe casarse apenas intercambien un beso-
- ¿Hasta que la muerte nos separe?
-Sí.
Bien, mejora ésto. Porque ya estamos muertos, ya nos separamos. Un polvo y listo, como en los boliches de Haedo y las cátedras de Filosofía y Letras.
-Venga que voy a presentarle a Jesús.
-¿No me presentaría, primero, al primer muerto, al primero en llegar acá?
-¿Por qué lo quiere conocer?
-Porque inventó la maldad. Se sentía solo e inventó la maldad. La soledad te hace inventar cosas. Dios se sentía solo e inventó el mundo. El primer muerto se sentía solo e inventó la maldad. Seguramente era pura muerte, todo muerte, deseo de muerte.
-No me gusta su lenguaje, Carrasco.
-¿Lo de la muerte? ¡Si estamos en la muerte!
-Pero en las sagradas escrit...
-Dejate de joder, Don Pedro, eso lo escribió dios. El único tipo que jamás vivió. Se pasó una eternidad muerto. Es mi ídolo.
-Epaa, ya me estaba cayendo muy mal.
-Es mi ídolo porque pasó una eternidad sin trabajar
-¿Usted cree que hacer un mundo entero no es trabajar?
-Dios no hizo un mundo entero. Dios nos creó. Usted, Don Pedro, porque nunca revocó ladrillos, ni pidió fiado en la despensa, ni pidió monedas en la terminal de micros.
-Mire, Carrasco, créame que lo entiendo, pero yo soy solo un empleado. De esta gran empresa multiplanetaria.
-Sos patovica, de la empresa del miedo, en todo caso.
-Siempre quiere tener la última palabra, Carrasco. ¿Sabe qué? Por eso lo matamos.
-Para tener ustedes la última palabra.
-Nosotros somos la palabra del señor.
-Y yo soy el que le hizo la cola a Majo
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