Acá me entrevistaron (yo acepté porque pensé que me iban a pelear y todo eso que me gusta, pero no fue así, mejor, quizás: me estoy haciendo viejo, esa es la verdad)
Entrevista a Lucas Carrasco. El chico de las horas perdidas
Posted by RM
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Y un día me dijeron: ¿Por qué no lo entrevistás a Lucas Carrasco? – Que se yo, puede ser. –dije – Y como viene haciendo este tipo surrealista, la cuestión me quedó dando vueltas un par de semanas. ¿Qué tengo yo para contar de Carrasco, que no sea lo que él cuenta de sí mismo? Es un joven polémico, creí haber resuelto en mi respuesta, Carrasco es sobre todo un tipo polémico, creo. Es también, parece, un buen tipo. Es, además talentoso, y de un tiempo a esta parte se ha vuelto influyente en ese nicho que se llama kirchnerismo y molesto en el otro nicho de los que son antikirchneristas.
Entonces decidí que tenía que buscarle algunos detalles, y supe entonces que era lo que quería preguntarle y que no quería preguntarle.
Le mande un mail, para mi alegría, había leído ya el blog, y recordaba cierta vez en donde le pegábamos un poco, quizás por el desencanto que devino después de la vez en que no le importó nada y catalogó al ministro de economía con los adjetivos propios de su pasado. – Y bue – dijo. Y estuvo bueno.
Esto es lo que me contó, fue muy generoso, y yo elijo creerle. Me caen bien los tipos que juegan con su modestia, pero que tienen algunas certezas de su tamaño.
Con ustedes, nueve preguntas para un tal Carrasco, Lucas.
¿Tenés tres o cuatro canciones preferidas, de esas que vos digas, son mis canciones? y ¿me podés contar por qué?
Las horas perdidas, de Zambayonny. Escribí muchas cosas con esa canción. Porque escribo escuchando la misma canción una y otra vez. Porque es el modo de quedarse en el mismo clima emocional, si es que eso es posible. Pero a la cuarta, quinta vez que se escucha, seguida, la misma canción, cada palabra toma un ritmo musical encadenado a otros significantes, y el peso de cada una de esas palabras en la cadena de sentidos se dispara. Es mi práctica, más que una teoría. Y me gusta.
Sigue acá.
Posted by RM
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Y un día me dijeron: ¿Por qué no lo entrevistás a Lucas Carrasco? – Que se yo, puede ser. –dije – Y como viene haciendo este tipo surrealista, la cuestión me quedó dando vueltas un par de semanas. ¿Qué tengo yo para contar de Carrasco, que no sea lo que él cuenta de sí mismo? Es un joven polémico, creí haber resuelto en mi respuesta, Carrasco es sobre todo un tipo polémico, creo. Es también, parece, un buen tipo. Es, además talentoso, y de un tiempo a esta parte se ha vuelto influyente en ese nicho que se llama kirchnerismo y molesto en el otro nicho de los que son antikirchneristas.
Entonces decidí que tenía que buscarle algunos detalles, y supe entonces que era lo que quería preguntarle y que no quería preguntarle.
Le mande un mail, para mi alegría, había leído ya el blog, y recordaba cierta vez en donde le pegábamos un poco, quizás por el desencanto que devino después de la vez en que no le importó nada y catalogó al ministro de economía con los adjetivos propios de su pasado. – Y bue – dijo. Y estuvo bueno.
Esto es lo que me contó, fue muy generoso, y yo elijo creerle. Me caen bien los tipos que juegan con su modestia, pero que tienen algunas certezas de su tamaño.
Con ustedes, nueve preguntas para un tal Carrasco, Lucas.
Entonces decidí que tenía que buscarle algunos detalles, y supe entonces que era lo que quería preguntarle y que no quería preguntarle.
Le mande un mail, para mi alegría, había leído ya el blog, y recordaba cierta vez en donde le pegábamos un poco, quizás por el desencanto que devino después de la vez en que no le importó nada y catalogó al ministro de economía con los adjetivos propios de su pasado. – Y bue – dijo. Y estuvo bueno.
Esto es lo que me contó, fue muy generoso, y yo elijo creerle. Me caen bien los tipos que juegan con su modestia, pero que tienen algunas certezas de su tamaño.
Con ustedes, nueve preguntas para un tal Carrasco, Lucas.
¿Tenés tres o cuatro canciones preferidas, de esas que vos digas, son mis canciones? y ¿me podés contar por qué?
Las horas perdidas, de Zambayonny. Escribí muchas cosas con esa canción. Porque escribo escuchando la misma canción una y otra vez. Porque es el modo de quedarse en el mismo clima emocional, si es que eso es posible. Pero a la cuarta, quinta vez que se escucha, seguida, la misma canción, cada palabra toma un ritmo musical encadenado a otros significantes, y el peso de cada una de esas palabras en la cadena de sentidos se dispara. Es mi práctica, más que una teoría. Y me gusta.
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