domingo, noviembre 22, 2009

El 10 de diciembre

El 10 de diciembre hay recambio legislativo. Las distintas fuerzas contrarias a la primer minoría del kirchnerismo tendrán más visibilidad institucional.
Se presetnará un escenario, hacia el público, de mayores contrapesos, responsabilidades compartidas en el ejercicio del gobierno, frenos e intentos de parálisis, afinamiento de las propuestas programáticas de todas las fuerzas políticas, coaliciones variables, mayor complejidad en las alianzas.




¿No es acaso un escenario potencialmente propicio para una presidente como Cristina, y para que el kirchnerismo hable más con hechos, o bien, que los hechos hablen? ¿No tendrán más pesos las medidas de gobierno en ese contexto? ¿No es la ocasión para que se represtigie Cristina, Néstor hable desde algún lugar legislativo y se caiga la fábula del matrimonio dominado por él?

Si yo fuera opositor, y fundamentalmente si fuera opositor radical, dejaría de agitar el boomeran del pensamiento mágico: a partir del 10 de diciembre, el escenario político puede ser más difícil para el oficialismo, pero eso no quiere, para nada, decir que será más fácil para el radicalismo. Muy por el contrario. Mostrarse como alternativa de gobierno, los radicales reorganizando la Alianza, es quizás el mejor antídoto para que las clases medias huyan horrorizadas de la reedición del delarruismo, que el escueto y mal tipo de Julio Cobos parece tan bien encarnar.
Y saludos a Ramiro Pereira, mi amigo el intransigente radical.

¿Con qué puerta se abrían los juzgados en misiones que autorizaron las escuchas ilegales de la policía de Macri?


La pésima comunicación del gobierno.

Fútbol gratis, Ley de Medios, Universalización de las asignaciones familiares, estatización de las AFJP; reforma política. Y nada. No se mueve el amperímetro de los apoyos electorales.
¿Qué pasa?
¿Qué es lo que sucede?
Ni idea.
Algunos apuntes, al aire:

-La secretaría de Cultura está pintada.
-La secretaría de Medios, absolutamente desprestigiada, aumenta su presupuesto en proporción inversa a cómo cae la imagen de Cristina.
-Los armados políticos, quizás con el alquilable Chueco Massón a la cabeza, pero sin olvidarse de Alberto Fernández (el ex sobrevalorado), han demostrado un muy alto estándar de fracasos.
-Ninguna renuncia descomprime, hay que buscar la razón. La columnista televisiva Graciela Ocaña, el impresentable de Jaime, Sergio Massita, por nombrar algunos, ninguno descomprime.¿Porqué los tipos que renuncian al gobierno se pasan a la oposición? Porque son mercenarios, sin dudas. Porque son comprables y vendibles, sin duda. ¿Pero qué pasa en el gobierno, en el trato cotidiano, en la comunicación que los mercenarios que hasta ayer vendieron su conciencia o se compraron una hoy, pasan por estadistas republicanos y el gobierno, jajaj, el gobierno por mercenario?
-Los desatinos, de comedia bizarra, de la oposición, no son capitalizados por el oficialismo. La Mesa de Enlace se deshilacha, se llena de internas la Asociación Empresaria Argentina, se polarizan las empresas de medios, en el radicalismo todos se expulsan de por vida, el peronismo de derecha tiene más caciques que indios, el centroizquierda de derecha queda reducido al programa de TNmbaum; y nada. El oficialismo no gana nada cuando Elisa Carrió o Pino Solanas se sientan a meterse goles en contra en el programa de Mariano Grondona.

¿Y si se aplica un poco de audacia y creatividad en la comunicación?
¿Cómo puede ser que Capusotto, Ciega a citas, Visión 7 Internacional, el canal Encuentro, se superpongan a la imagen de que el oficialismo usa como tribuna berreta al canal público? ¿Cuánto suman, y cuánto eventualmente restan, los programas televisivos que en el formato periodístico trabajan de trincheras en el canal público?
¿Cuánto suma y cuánto resta Radio nacional?
¿Cuánto suman los carísimos empresarios improvisados en la comunicación que se compran y se venden sin ninguna eficacia?

Sé que el solo echo (escribí echo sin hache: ¿será el inconsciente?)de hacerse estas preguntas es muy jodido (y es quedar afuera también de muchas cosas) porque pesa el hermetismo, el individualismo y la sanata. Pero también intuyo que muchos tipos piolas (que no son opositores rabiosos) del periodismo se ven asqueados por estas situaciones. Que descompensan (ok, hay que ser medio pelotudo para pensar así, pero sucede) grandes logros comunicacionales como el Canal Encuentro, los citados programas del 7, la Ley de Medios, el fútbol gratis, por mirar a colegas trabajando en las trincheras oficiales.
Es hora de revisar las cosas, creo. ¿Sirven las trincheras? ¿Se puede hacer un periodismo de calidad en un canal público?¿No es Télam un mamarracho?
Y si se tocan intereses, que se toquen. Los que están comprometidos con el proyecto nacional y popular sabrán comprender, los mercenarios, que se enojen.

Pero si yo pudiera decidir, y con mi habitual modestia para pontificar dónde debería circular el mundo, probaría un mes con el gobierno callado, y ningún programa televisivo y radial a favor. Ninguno.

Los mandaría a todos los que quieren hacer catarsis a crearse un blog.

Ojo, nada de esto va a suceder, y está bien. Todo esto dicho con onda y en mi siempre simpático afán de ganarme amigos.

P/D: haber (je, lo escribí mal: es "a ver..."), me atajo antes de que me maten. Hay excepciones, claro. Cafe las Palabras es uno: porque no se paran desde el periodismo, sino desde asumidas posiciones políticas, y están en un canal plural como el 26. Pero sobretodo, porque no hacen oficialismo boludo. La bloguera, porque los insumos (los blogs) le ponen diversidad y razonamiento, pero además distancia (los blogs no son rentados, como creen algunos, sino tipos sueltos de ámbitos académicos, periodísticos, militantes con pasados muy distintos). 6,7,8, a diferencia de TVR (también producidos por la misma empresa que apoyaba el campo) tiene panelistas creíbles, no como TVR que les guiona un curso de revolucionarios jodones a sus conductores. Pero el principal mérito de 6,7,8 son los invitados plurales y que no invierten en producción: editan, como hace google, los contenidos de otros y les dan otro sentido. Pero, sin dudas, a 6,7,8 sólo lo ven kirchneristas. Espacio que también necesita informarse, pero que, quizás, si bajasen un par de cambios resultarían más efectivos.

Los beneficiarios de esta comunicación oficialista o para oficialista son porteños y trabajan para porteños. ¿No hay, digamos, algo que revisar cuando se saca un 10% de votos?
Reitero, todo esto dicho con la mejor de las ondas, y desde ya, están todos invitados a festejar mi cumpleaños, eh. 

se solicita dar con el paradero de




La compañera Gabriela Michetti

sábado, noviembre 21, 2009

Georgina Barbarrossa tiene razón





El clientelismo en su versión vip por supuesto no será tratado como tal.
Pero, ya lo dijo la filósofa de la derecha Georgina Barbarrossa: no hay que darles dádivas, hay que darles educación, y después matarlos a todos, no, perdón, matarlos no que soy católico yo: torturarlos nomás. Y basta de dádivas. Dádivas como ésta.