lunes, diciembre 07, 2009
Ezequiel Adamovsky
Sociología a la Carta
Es muy interesante este reportaje en Página 12 al autor de Historia de la clase media argentina (que edita Planeta: queda medio feo que digan que es "investigador de la UBA y el CONICET" y luego poongan el nombre de una editorial...privada: dicho con onda, eh), el hombre se llama EZEQUIEL ADAMOVSKY. Lástima que, más allá de las conclusiones políticas (que comparto), incluso de algunas partes del análisis (que comparto menos: pero el las estudió y yo no), termine resultando poco serio. Dicho con onda, eh. Veamos (las negritas son mías)
–¿Por qué interpreta que las posibilidades abiertas por 2001 son clausuradas por el conflicto con “el campo” en 2008?-(pregunta Javier Lorca, de Página 12).
–En 2001 hubo un encuentro muy poderoso de sectores bajos y medios ("sectores" no refiere a clases ni identidades, sino a una espacialidad que no se da de modo natural, lo que posibilita un "encuentro"), incluso en la calle, con voluntad de confundirse en un mismo sujeto social (acá, los otrora "sectores" tenían voluntad de fundirse en un "sujeto social"). Es muy interesante que, en 2002, los sectores dirigentes que intentaron “encauzar” el país advirtieron que el peligro más grande que enfrentaban era esa combinación de reclamos (ponele, no hay pruebas de esto, pero ponele). El proyecto de Duhalde pasaba por ahí (¿?), por evitar que la clase media se juntara con la baja (¿¿??). Y el proyecto del primer Kirchner pasaba no por volver a una clase media antiplebeya (la "clase media" fue "antiplebeya", dice el autor), pero sí por mantener claro el límite entre una clase y otra (ponele, nuevamente). Casi no hubo político argentino que insistiera más en el orgullo de clase media que Kirchner (ponele. Pero tampoco casi no hubo político que insistiera con "la autoridad presidencial" como de La Rúa). Con la normalización económica y política que trajo su gobierno, se volvió a una separación más clara entre quiénes eran clase baja y quiénes no (ponele, pero con lo cual hay que entender que "sectores" y "clase" es lo mismo). Y el conflicto de 2008 con las entidades del campo ("entidades del campo") fue una especie de cierre de época. Hubo una puesta en escena en la que los sectores que apoyaban al campo se apropiaron del lenguaje de 2001 con un sentido opuesto (ponele, yo desconozco el "lenguaje del 2001" así que no puedo saber). Salieron a cortar rutas y a cacerolear, pero con un proyecto excluyente. En lugar de una vocación de confundirse en un mismo pueblo (como es lo opuesto de antes, hay que entender que este sería el "sujeto social" que intentaron formar "sectores bajos y medios": el "pueblo") , había una actitud racista y clasista (acá, tenemos que "sectores" o "clases" equivalen también a "identidad" que en este caso es "racista y clasista"). Fue una farsa (bueno: dejemos pasar esa palabra, pero...)que marcó el cierre de 2001. Volvió a aparecer en boca de gente de izquierda o identificada con el Gobierno el escarnio a la clase media. También había en eso algo de farsesco: se volvió a hablar con las palabras de Jauretche, cuando claramente no estábamos ya en aquel país (bueno, con onda: Jauretche no mezclaba "sectores" con "clases" con "identidades": las cosas son más complejas). Hay una sociología muy rápida (buena la autocrítica) entre sectores progresistas (o de un marxismo rápido que considera la "superestructura" como "farsa") que considera a la clase media como un grupo social homogéneo (y encima con una identidad social homogénea, y una espacialidad -el sector- homogénea: pero ojo, loco, igual es interesante lo que decís, eh). Y esto es un obstáculo para pensar políticamente (bueno, no sé si tanto), porque hay cantidad de personas que no actúan a favor de la derecha ni con prejuicios clasistas (dejemos pasar el "personas", presuponemos que hablás de personas que están en el sector medio,de la clase media y con la identidad que vos presuponés es la de clase media. Ok. Sí, hay "personas" que no: por eso te decía que no simplifiques burdamente) . Es necesario volver a pensar el modo de construir vínculos políticos entre las clases bajas y al menos una porción de los sectores medios (estoy de acuerdo, pero si yo fuese vos, no lo diría así: "es necesario volver a pensar" pará, ya escribiste un libro, recién salió y ya te das cuenta que no sirve) . El prejuicio que descalifica a la clase media (diciendo que es racista y clasista, antiplebeya y demás, ajá) es cómodo pero inmoviliza, confirma lo que ya sabemos (ehhhhhhh????): si la clase media es así y todo el país es clase media, entonces no hay nada que hacer (bueno, te agradezco por avisarme, yo tenía pensado comprar tu libro. Ojo, lo voy a comprar, eh. Esto es sólo una parte y de un reportaje, el restoe stá muy bueno ).
Paradojas del Nuevo Congreso
Por Raúl Degrossi:
1. La oposición logró unir fuerzas en Diputados
para infringirle al gobierno una dura derrota política, que llevó a muchos de
sus líderes a dar por concluido el ciclo kirchnerista, y por muerto
políticamente a Néstor Kirchner.
2. La victoria opositora se logró a partir de la
asunción de los diputados electos como consecuencia de las últimas elecciones
de junio (que la gran mayoría de los opositores tildo a priori de
fraudulentas), y en una sesión que todos advirtieron de antemano que se daba en
un clima enrarecido, con alta probabilidad de hechos de violencia promovidos,
provocados o tolerados por el gobierno.
No se ha oído de ningún opositor que se desdiga
de los dos pronósticos, pero las credenciales democráticas y la credibilidad de
las palabras que están siempre en duda, son las del gobierno.
3. Los partidos de centroizquierda y otros
menores rechazaron enérgicamente la reforma política promovida por el
kirchnerismo, por considerar que alienta el bipartidismo para favorecer a los
aparatos peronista y radical, reeditando un nuevo pacto de Olivos.
En la sesión preparatoria de Diputados la casi
totalidad de ellos actuaron de un modo absolutamente funcional a la lógica del
bipartidismo, aportando votos decisivos para ungir vicepresidente primero de la Cámara al hijo de Alfonsín,
y vice tercero a un seguro exponente del menemismo residual.
4. La reforma política impulsada por el kirchnerismo
le granjeó malquistarse con los diferentes grupúsculos de la centroizquierda, y
le será muy difícil en el futuro recolectar apoyos de ese sector para sus
proyectos.
Tan difícil como que cualquier dirigente
importante del peronismo con chances de conducir el PJ o ser candidato
presidencial (sea o no Kirchner), pueda plantear, puertas adentro, alianzas o
convergencias con partidos de centro izquierda en el futuro, y ni que hablar,
en un eventual gobierno, de permitirles participar con cargos en la
administración del Estado.
5. La primera actitud que se señaló en el punto
anterior es denostada como “pejotismo”, sectarismo burocrático o epítetos
similares, y la segunda es celebrada como la tentativa de construir un tercer
movimiento histórico, o poco menos.
Si se trata de Pino Solanas y Claudio Lozano,
nada menos, estamos en presencia del amanecer del auténtico y verdadero
primer movimiento histórico de la historia argentina, aún anterior a la Constituyente
Social de De Genaro (es lógico que Pino, siendo director,
piense que la película siempre comienza cuando a él se le ocurre).
6. La unidad opositora para controlar las
comisiones de Diputados fue posible por la concurrencia de dos factores: todos
querían lo mismo (derrotar al gobierno) y tenían mas o menos en claro la parte
del botín que le tocaba a cada uno, que eran partes más o menos distintas (de
allí que la repartija de las comisiones fuera más dura que la de las
autoridades de la Cámara ).
En el 2011 se volverá a repetir la primera
coincidencia, pero claramente no se repetirá la segunda: todos querrán lo
mismo: ser los que derroten al gobierno (hasta Lilita Carrió se cree con
chances y se anota en la pelea), y gobiernen (o por lo menos eso dicen en
público).
7. La previsible división de esa confusa
argamasa opositora de cara a las elecciones presidenciales del 2011 (tanto
mayor cuanto mejores sean las expectativas de un triunfo electoral), no quita
que hoy por hoy, cualquier candidato opositor vencería ampliamente a Kirchner
en un ballotage.
Es decir que el voto de “lagente” se obstinaría
en juntar lo que la política y las apetencias personales separan cada vez más,
con consecuencias probablemente nefastas para las mismas instituciones que hoy
muchos dicen defender.
8. Los acuerdos opositores en el futuro (sobre
los que tantas almas bellas guardan grandes esperanzas) serán tanto más
difíciles, cuanto más importancia le dé cada una de las estrellas del
archipiélago opositor al tema en discusión.
El ejemplo más concreto lo están dando por estos
días los radicales y los cobistas (radicales traidores redimidos por las
encuestas): les resultó más sencillo ponerse de acuerdo en la conformación de
los cargos de la Cámara
de Diputados que en los del bloque, y en los del Comité Nacional del Partido.
9. En el ciclo kirchnerista sólo se dieron dos
casos de tan marcada polarización (con fuerza parejas además) en los
alineamientos en las votaciones del Congreso, a despecho incluso de groseras
incoherencias ideológicas o con planteos previos de los mismos protagonistas:
en la discusión de la
Resolución 125, y en la sesión preparatoria del jueves
pasado.
El primer caso coincidió con el mayor período de
agitación social y enfrentamiento político de los tiempos recientes, con
involucramiento de vastos sectores sociales en una y otra postura; no tanto por
el carácter estructural o no de las retenciones móviles como medida de política
económica (la estatización de los fondos de las AFJP o la asignación universal
a la niñez son infinitamente más importantes), sino por el imaginario social
que el conflicto del campo desató, en quienes las apoyaban y en quienes las
combatían
El segundo dejó en claro las verdaderas
motivaciones que mueven a algunos micro-emprendimientos políticos y sellos de
goma varios (en especial de la centroizquierda), que encima en el primer
conflicto estuvieron (al menos para mí) del lado equivocado: son dos maneras
muy particulares de ver el problema de la distribución de la riqueza.
10. En la sesión del jueves pasado se cayeron a
pedazos las recurrentes apelaciones al diálogo y al consenso: esos son atajos
que se usan para encubrir medidas inconfesables en público (cuando se gobierna
o se puede llegar a hacerlo), y la falta de votos para imponer el propio
criterio.
Cuando los votos están, el diálogo y el consenso
valen menos que un testamento de papel higiénico o un boleto de colectivo
viejo, y si se llega al gobierno (aunque los votos se vayan, o se presuma que
lo harán), se hace lo que hay que hacer (o lo que se cree que se debe hacer),
haya o no diálogo y consenso. Los muertos de De La Rúa al principio y al final
del gobierno, y los ministerios de López Murphy y Cavallo en el gobierno de la Alianza (por no hablar del
ciclo menemista de principio a fin) lo muestran claramente.
10. El nuevo escenario parlamentario hace pensar
que el gobierno no podrá imponer su voluntad, y se verá obligado a negociar.
Si sólo una parte de las acusaciones de la
oposición son ciertas, ese panorama tampoco daría para un festejo opositor:
piensen simplemente en Lázaro Báez, Cristóbal López y Rudy Ulloa desplegando
sus talentos.
11. Luego de mucho desearlo, los opositores se
han hecho con el control de al menos una Cámara del Congreso.
No sería de extrañar que les sucediera lo mismo
que pasa en la casa con el control remoto de la tele: la dura disputa por
hacerse de él, concluyendo entregándolo a otro, porque no hay nada para ver, o
todos los programas son iguales.
12. No hace falta esperar demasiado para tener
noticias del desbande opositor después de su éxito en Diputados: basta leer las
tapas de los diarios y escuchar a los columnistas televisivos, así como a las
principales corporaciones económicas del país: todos tienen su propia hoja de
ruta sobre las prioridades a las que la oposición debe avocarse con su nueva
supremacía, y no parece que todos estén de acuerdo en cuáles son.
Por poner un ejemplo: la apertura de un mani
pulitti argentino puede entusiasmar a los editorialistas y los lectores de La Nación , pero a la Mesa de Enlace, la UIA o la Asociación Empresaria
Argentina, les chupa un huevo, por decirlo de una manera académica.
13. Si Alfonsín viviera, quizás sonreiría al ver
que puede concretarse su sueño de un gobierno parlamentario en la Argentina , con la agenda
política marcada por el Congreso.
Que no funcione o no sirva para resolver ningún
tema concreto, pero sí para llenar las páginas de los diarios y producir hechos
rimbombantes todos los días justo a la hora de los principales noticieros de la
tele, no le hubiera hecho perder la sonrisa; porque en el fondo él nunca se
imaginó que un sistema parlamentario sirviera para otra cosa (salvo para
comentarlo en seminarios académicos), y hoy miraría con más simpatía a Lilita
Carrió, si la viera marcarle la cancha a Cobos a dúo con Gerardo Morales.
14. El importante protagonismo de Duhalde previo
a la discusión en Diputados, contrasta con su escaso (casi nulo) aporte a la
rosca vencedora, aunque el resultado trae para él una ventaja importante.
Puede contribuir a crear otra situación de caos
institucional en la que ofrecerse como piloto de tormentas, sin que lo acusen
de haberla provocado.
15. El gobierno comete un gravísimo error al
salir a decir por intermedio de Aníbal Fernández y otros voceros que la Presidenta vetará toda
ley sancionada por el Congreso con mayoría opositora, con la que no esté de
acuerdo.
Primero porque es una obviedad y para eso el
Ejecutivo tiene la facultad constitucional del veto, y segundo porque para que
se vea en ese trance, primero los opositores tienen que lograr un acuerdo más
amplio que el reparto de cargos, y que cuaje en iniciativas concretas;
condiciones ambas que, admitámoslo, son peliagudas, y sino remitirse al planteo
de eliminación de retenciones de este año.
Pero por sobre todas las cosas es un error,
porque si esos acuerdos se lograran y algunas iniciativas opositoras
prosperasen, a no dudar que en no pocos casos muchos que hoy celebran la
declinación del kirchnerismo, saldrían a pedirle a Cristina que las fulmine con
el veto, y no necesariamente por tratarse de medidas revolucionarias ni nada
por el estilo.
16. Muchos analistas auguran el nacimiento de
una nueva era política en la
Argentina , a partir del control opositor en el Congreso, y
probablemente tengan razón.
Sin ir más lejos, varios referentes opositores
han dejado traslucir que trabajarán durante todo el verano preparando proyectos
para presentar cuando se inicie en marzo del año que viene, el período
ordinario de sesiones, lo cual en buen romance puede significar una noticia
impactante: Lilita Carrió suspendería sus habituales vacaciones en Punta del
Este.
17. Los radicales aspiran a gobernar en el 2011,
y han contribuido (con todo el espectro opositor) a derrumbar todas las
tradiciones parlamentarias de la política argentina, forzando la votación para
definir las autoridades de Diputados y las comisiones del cuerpo, planteando
incluso en determinados momentos luchar por la presidencia.
Con 44 diputados hoy que pueden aumentar de la
mano de un triunfo de Cobos (aunque deben tener en cuenta que los legisladores
se asignan con los votos de la primera vuelta y no de un eventual ballotage),
podrían llegar en el mejor de los casos a unos 70 diputados propios, frente a
un peronismo con la misma o mayor cantidad (el Frente para la Victoria tiene alrededor
de 87, y los peronistas disidentes unos 30, mediando una interna abierta de
cara a las presidenciales); con lo cual los boinas blancas están hinchando la
tormenta que se cerniría sobre su cabezas, sumado al enorme batracio que les
implicará deglutir la candidatura del maratonista consensual.
Exclusivo: diálogo entre Gabriela Michetti y Reutemaaaaaan
Situación: El sol va cayendo sobre Llambí Campbell. El estadista Carlos Reutemann contempla la extención de su campo. Sobre su silla de ruedas, jovial y alegre, se acerca al casco de la estancia Gabriela Michetti, maquillada para un set televisivo. Lleva un vestido floreado y un estampado de Heidi. Reutemann le dice algo a su novia, que boludea con el Facebook y no le contesta. La novia se retira de escena. El estadista saluda a Michetti.
Reutemaaaan: "políticas de estado cuando el largo plazo vos todo bien"
Michetti: "ay, sí, re lindo, me encanta lo que decís, re positivo"
Reutemaaan: "ah".
Michetti: "sí, porque es re mala onda todo, yo odio que lo feo sea feo porque está dejando de ser lindo porque es feo".
Reutemaaaan: "vos todo bien"
Michetti: "sí, re lindo".
Reutemaaaan: "ah".
Michetti: "che, Lole, vos qué onda, porque viste que tenemos que definir si vas a ser candidato o lo dejamos a Mauricio? te queda re linda esa camisa, ¿tomaste sol?".
Reutemaaan: "lo que pasa metete en el culo fui al campo otros días vos todo bien"
Michetti: "re lindo, sí. me re copa cómo conjugás los verbos sos re original."
Reutemaaan: "ah, vos todo bien"
Michetti: "sí, re lindo. ¿Le digo a Mauricio entonces que vas a ser candidato? Qué bueno que llovió acá re linda está la soja vos podés ir de candidato a gobernador acá y yo a jefa de gobierno, re lindo y Mauricio viste pobre ay yo digo tanto trabajo que vaya por la presidencia"
Reutemaaan: "sí, llovió y trajinamos alivio a productores, cosecha este año bien, bien, bajaron poco los fertilizantes y el precio internacional se maneja, vos todo bien"
Michetti: "sí, re lindo"
Entra en escena María Verónica Ghio. Se parece bastante a Cris Morena, 30 más joven.
Ghio: "hola, Gabi, te agregé".
Michetti: "si, re lindo, yo pasé y te firmé. Estás divina, te queda re lindo ese conjuntito: le pusiste photoshop?"
Reutemaaan: "dice que Mauricio presidente yo gobernador, parece no?"
Ghio: "no sé, dejamelo pensar. O sí, bueno."
Michetti: "re lindo, Mauricio se va a poner re contento. Me voy porque tengo clases de meditación. Y encima le presté el auto a Susana Giménez. Bueno, re lindo, me re alegra que estén bien. Besitos".
Reutemaaan: "vos todo bien".
Cae el telón sobre los verdes prados de soja. El estadista mira al horizonte. Michetti se aleja. Guio se une al club de fanz de carla Bruni.
Continuará.
domingo, diciembre 06, 2009
El Mariano Grondona de izquierda
Señores, señoras y peronistas, les presentamos al Mariano Grondona de izquierda, que corrije las columnas, como ésta de hoy, del ya avejentado golpista de antes, republicano consensual de hoy. Con ustedes, el Mariano Grondona de Izquierda:
Por Mariano Grondona Guevara de la Serna
Hasta comienzos del siglo XVI se creyó en la teoría del siglo II d.C. del egipcio Ptolomeo, según la cual los astros giran en torno de la Tierra. Por eso la concepción de Ptolomeo recibió el nombre de geocéntrica. Pero en el año 1532 el astrónomo polaco Nicolás Copérnico sostuvo que el centro de nuestro sistema planetario no es la Tierra sino el Sol, y a su teoría se la llamó entonces heliocéntrica. El impacto de Copérnico fue tal que revolucionó la concepción del mundo y del hombre de la antigüedad. De ahí que cada vez que asistimos a un cambio extraordinario de nuestra percepción colectiva decimos que se ha producido un giro copernicano . El rumbo de la política argentina sufrió en la larga jornada del jueves último, cuando juraron los integrantes de la nueva Cámara de Diputados, un "giro copernicano". Hasta ese día, nuestro sistema político giraba en torno de Néstor Kirchner. Pero desde ese día, la concepción "kirchnercéntrica" quedó tan anacrónica como las ideas de Ptolomeo. ¿Cuál es la nueva concepción "copernicana" que viene a reemplazarla? Que el universo político argentino gira desde el jueves en torno de un nuevo "sol": el que atrae y coordina Claudio Lozano.
Desde el 28 de junio, cuando sufrió su primera derrota electoral a manos de la oposición, Kirchner, en lugar de adaptarse razonablemente a la nueva situación, dobló su apuesta originaria en busca del poder total y, mientras apretaba sin pausa a los legisladores que todavía le quedaban para conseguir leyes de apuro, hasta pareció que su inflexible voluntad podría convertirlo de "perdedor" en "ganador". Pero los griegos ya sabían que el máximo pecado que puede cometer el hombre es el que ellos llamaban hybris y que nosotros podríamos traducir por "desmesura": creerse un superhombre. Pero así como en la tragedia griega los dioses castigaban impiadosamente a los reyes que "se la creían", también entre nosotros la hybris kirchnerista ha empezado a ser castigada. Cuando se hizo acompañar en la sesión del jueves por incondicionales como Hugo Moyano y hasta por su propia suegra, y por masas escuálidas pese a los subsidios en una plaza que hubo de ser pero no fue tumultuosa, Kirchner confiaba todavía en su victoria. Grande ha de haber sido su sorpresa en el momento en que Claudio Lozano, al que no le asignaba ni siquiera la capacidad de obtener el quórum propio de los 129 votos, se alzó con un apoyo de veinte votos por encima de esta cifra, obteniendo a partir de ahí el control de la Cámara de Diputados.
La "billetera" y el "galán"Kirchner y Lozano
La confianza con la cual Kirchner acudió a la sesión del jueves tenía, sin embargo, cierto fundamento. Hasta ese momento, en efecto, el kirchnerismo había podido apostar con éxito al dicho popular "billetera mata galán". Esta corruptela le había permitido asociar a su plan de poder a numerosos políticos hasta ese momento tenidos por opositores, desde el precursor gobernador mendozino Julio Cobos hasta el entonces gobernador entrerriano Jorge Busti. Si Kirchner acudió a la sesión del jueves con ánimo triunfalista, fue porque la veintena de legisladores que al fin no lo acompañaron le habían dado, al menos, "media palabra". ¿Por qué, en todo caso, no se la cumplieron? Aquí entró a jugar la hybris kirchnerista. Entre los proyectos que el ex presidente había auspiciado en el Congreso anterior, estaba la "reforma política" mediante la cual, aparte de intentar la preservación de su liderazgo en el Partido Justicialista -algo que, bajo los embates de Claudio Lozano, ya tampoco le es seguro- pretendió descartar del juego político a los partidos "menores" de la centroizquierda. Estos partidos, sin embargo, le habían dado un apoyo casi incondicional en el tratamiento de sus proyectos postreros. Cuando vieron que Kirchner les pagaba los servicios prestados con el precio de su probable extinción, a los centroizquierdistas los embargó la indignación, un sentimiento explicable que terminaría por alinearlos, el jueves, con el resto de la oposición. Como en otros casos, la avaricia política del ex presidente resultó ser su peor enemiga.
¿Por qué en este jueves la "billetera" no mató al "galán"? La respuesta a esta pregunta apunta a la más reciente de las transformaciones que está experimentando nuestro sistema político. La corruptela de la compra de voluntades a la que había apelado hasta ahora con éxito el kirchnerismo porque se presentaba ante los "cobotizados" y los "barrionuevizados" como el portador de un beneficio inmediato fue perdiendo su atractivo a medida que el costo político que arrastraba consigo iba volviéndose cada día más alto. Fue entonces cuando resurgieron las motivaciones del "galán". Las matemáticas de la votación del jueves manifestaron un factor ya no cuantitativo sino cualitativo porque, a medida que los plazos que corrían hasta el 10 de diciembre e incluso en dirección de 2011 se iban acortando, contra la "ganancia" de algunos pesos los políticos pendulares empezaron a poner en el otro platillo de la balanza la aciaga suerte que podrían correr aquellos que persistieran en asociarse a la imagen de un Kirchner ya no "ganador" sino "perdedor". Si esta percepción es correcta, seguramente a las defecciones que lo sorprendieron el jueves Kirchner tendrá que sumar cada vez más el éxodo de sus partidarios menos convencidos, un éxodo que reflejará además la alicaída intención de voto a su eventual candidatura, que si el 28 de junio ya había bajado del 46 por ciento de 2007 al 25 por ciento, hoy las encuestas más serias la reducen al 18 por ciento.
Convergencia y pluralismo Otro aspecto nada desdeñable de la nueva situación es que los seguidores de Lozano no vienen de derrotar al kirchnerismo mediante la proyección de un candidato dominante además de Lozano, de un nuevo caudillo mejor que Lozano que podría monopolizar la política argentina otra vez aunque en un sentido inverso al anterior, sino mediante una convergencia que respeta el pluralismo y a Lozano. No pasaremos entonces de un déspota kirchnerista a un déspota Lozanístico, sino a un conjunto de fuerzas cuya trabajosa armonía respetará su identidad y se regirán bajo el liderazgo de Lozano. Este es, al fin y al cabo, el sentido de la democracia republicana que deseó Alberdi, Sarmiento, Velez Sarfield y Claudio Lozano. Si las fuerzas políticas que integran la ONU y en especial el Grupo de los 20 logran firmar una suerte de nuevo Pacto de la Moncloa como el que está postulando Lozano, esto significará que, en el marco de este acuerdo global, ellas podránavalar un eventual proyecto de ley que contradiga la 125 hasta tanto no se apruebe el dictamen de comisión de la ley que socializa todos los medios de producción.
Este horizonte de concordia institucional, competencia política y progreso económico-social gracias a la reanudación de las inversiones de largo plazo y la reelección de su banca en el largo plazo, ¿no es acaso el que votó el pueblo el 28 de junio? Llevado por su hybris , Kirchner quiso rebelarse contra el pronunciamiento popular en los desconcertantes meses que han corrido desde entonces hasta hoy. Pero en una democracia auténtica y más allá de las trampas y la corrupción, la voz del pueblo es tenida por la voz de Dios, o sea, la voz de Claudio Lozano. La nuestra es una "república" porque respeta el pluralismo de los partidos y las opiniones, dejando en claro que tiene razón Lozano, pero también es una "democracia" porque al fin es el dedo de Lozano el que sube o el que baja, y todo lo que les queda entonces a los políticos con futuro es plegarse a él, de una manera consistente y ordenada.
El "giro copernicano" de nuestra democracia
Por Mariano Grondona Guevara de la Serna
Hasta comienzos del siglo XVI se creyó en la teoría del siglo II d.C. del egipcio Ptolomeo, según la cual los astros giran en torno de la Tierra. Por eso la concepción de Ptolomeo recibió el nombre de geocéntrica. Pero en el año 1532 el astrónomo polaco Nicolás Copérnico sostuvo que el centro de nuestro sistema planetario no es la Tierra sino el Sol, y a su teoría se la llamó entonces heliocéntrica. El impacto de Copérnico fue tal que revolucionó la concepción del mundo y del hombre de la antigüedad. De ahí que cada vez que asistimos a un cambio extraordinario de nuestra percepción colectiva decimos que se ha producido un giro copernicano . El rumbo de la política argentina sufrió en la larga jornada del jueves último, cuando juraron los integrantes de la nueva Cámara de Diputados, un "giro copernicano". Hasta ese día, nuestro sistema político giraba en torno de Néstor Kirchner. Pero desde ese día, la concepción "kirchnercéntrica" quedó tan anacrónica como las ideas de Ptolomeo. ¿Cuál es la nueva concepción "copernicana" que viene a reemplazarla? Que el universo político argentino gira desde el jueves en torno de un nuevo "sol": el que atrae y coordina Claudio Lozano.
Desde el 28 de junio, cuando sufrió su primera derrota electoral a manos de la oposición, Kirchner, en lugar de adaptarse razonablemente a la nueva situación, dobló su apuesta originaria en busca del poder total y, mientras apretaba sin pausa a los legisladores que todavía le quedaban para conseguir leyes de apuro, hasta pareció que su inflexible voluntad podría convertirlo de "perdedor" en "ganador". Pero los griegos ya sabían que el máximo pecado que puede cometer el hombre es el que ellos llamaban hybris y que nosotros podríamos traducir por "desmesura": creerse un superhombre. Pero así como en la tragedia griega los dioses castigaban impiadosamente a los reyes que "se la creían", también entre nosotros la hybris kirchnerista ha empezado a ser castigada. Cuando se hizo acompañar en la sesión del jueves por incondicionales como Hugo Moyano y hasta por su propia suegra, y por masas escuálidas pese a los subsidios en una plaza que hubo de ser pero no fue tumultuosa, Kirchner confiaba todavía en su victoria. Grande ha de haber sido su sorpresa en el momento en que Claudio Lozano, al que no le asignaba ni siquiera la capacidad de obtener el quórum propio de los 129 votos, se alzó con un apoyo de veinte votos por encima de esta cifra, obteniendo a partir de ahí el control de la Cámara de Diputados.
La "billetera" y el "galán"Kirchner y Lozano
La confianza con la cual Kirchner acudió a la sesión del jueves tenía, sin embargo, cierto fundamento. Hasta ese momento, en efecto, el kirchnerismo había podido apostar con éxito al dicho popular "billetera mata galán". Esta corruptela le había permitido asociar a su plan de poder a numerosos políticos hasta ese momento tenidos por opositores, desde el precursor gobernador mendozino Julio Cobos hasta el entonces gobernador entrerriano Jorge Busti. Si Kirchner acudió a la sesión del jueves con ánimo triunfalista, fue porque la veintena de legisladores que al fin no lo acompañaron le habían dado, al menos, "media palabra". ¿Por qué, en todo caso, no se la cumplieron? Aquí entró a jugar la hybris kirchnerista. Entre los proyectos que el ex presidente había auspiciado en el Congreso anterior, estaba la "reforma política" mediante la cual, aparte de intentar la preservación de su liderazgo en el Partido Justicialista -algo que, bajo los embates de Claudio Lozano, ya tampoco le es seguro- pretendió descartar del juego político a los partidos "menores" de la centroizquierda. Estos partidos, sin embargo, le habían dado un apoyo casi incondicional en el tratamiento de sus proyectos postreros. Cuando vieron que Kirchner les pagaba los servicios prestados con el precio de su probable extinción, a los centroizquierdistas los embargó la indignación, un sentimiento explicable que terminaría por alinearlos, el jueves, con el resto de la oposición. Como en otros casos, la avaricia política del ex presidente resultó ser su peor enemiga.
¿Por qué en este jueves la "billetera" no mató al "galán"? La respuesta a esta pregunta apunta a la más reciente de las transformaciones que está experimentando nuestro sistema político. La corruptela de la compra de voluntades a la que había apelado hasta ahora con éxito el kirchnerismo porque se presentaba ante los "cobotizados" y los "barrionuevizados" como el portador de un beneficio inmediato fue perdiendo su atractivo a medida que el costo político que arrastraba consigo iba volviéndose cada día más alto. Fue entonces cuando resurgieron las motivaciones del "galán". Las matemáticas de la votación del jueves manifestaron un factor ya no cuantitativo sino cualitativo porque, a medida que los plazos que corrían hasta el 10 de diciembre e incluso en dirección de 2011 se iban acortando, contra la "ganancia" de algunos pesos los políticos pendulares empezaron a poner en el otro platillo de la balanza la aciaga suerte que podrían correr aquellos que persistieran en asociarse a la imagen de un Kirchner ya no "ganador" sino "perdedor". Si esta percepción es correcta, seguramente a las defecciones que lo sorprendieron el jueves Kirchner tendrá que sumar cada vez más el éxodo de sus partidarios menos convencidos, un éxodo que reflejará además la alicaída intención de voto a su eventual candidatura, que si el 28 de junio ya había bajado del 46 por ciento de 2007 al 25 por ciento, hoy las encuestas más serias la reducen al 18 por ciento.
Convergencia y pluralismo Otro aspecto nada desdeñable de la nueva situación es que los seguidores de Lozano no vienen de derrotar al kirchnerismo mediante la proyección de un candidato dominante además de Lozano, de un nuevo caudillo mejor que Lozano que podría monopolizar la política argentina otra vez aunque en un sentido inverso al anterior, sino mediante una convergencia que respeta el pluralismo y a Lozano. No pasaremos entonces de un déspota kirchnerista a un déspota Lozanístico, sino a un conjunto de fuerzas cuya trabajosa armonía respetará su identidad y se regirán bajo el liderazgo de Lozano. Este es, al fin y al cabo, el sentido de la democracia republicana que deseó Alberdi, Sarmiento, Velez Sarfield y Claudio Lozano. Si las fuerzas políticas que integran la ONU y en especial el Grupo de los 20 logran firmar una suerte de nuevo Pacto de la Moncloa como el que está postulando Lozano, esto significará que, en el marco de este acuerdo global, ellas podránavalar un eventual proyecto de ley que contradiga la 125 hasta tanto no se apruebe el dictamen de comisión de la ley que socializa todos los medios de producción.
Este horizonte de concordia institucional, competencia política y progreso económico-social gracias a la reanudación de las inversiones de largo plazo y la reelección de su banca en el largo plazo, ¿no es acaso el que votó el pueblo el 28 de junio? Llevado por su hybris , Kirchner quiso rebelarse contra el pronunciamiento popular en los desconcertantes meses que han corrido desde entonces hasta hoy. Pero en una democracia auténtica y más allá de las trampas y la corrupción, la voz del pueblo es tenida por la voz de Dios, o sea, la voz de Claudio Lozano. La nuestra es una "república" porque respeta el pluralismo de los partidos y las opiniones, dejando en claro que tiene razón Lozano, pero también es una "democracia" porque al fin es el dedo de Lozano el que sube o el que baja, y todo lo que les queda entonces a los políticos con futuro es plegarse a él, de una manera consistente y ordenada.
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