Hoy me quedé sólo en casa. Hice una lasagña que me salió francamente horrible. Pero no me amilané, recuperé el sentido del humor enseguida leyendo la nueva Revista Cabildo, Clarín, que le dicen. Me enteré de que está todo tremendo, posta, eh. Es duro el oficio de ser periodista en Argentina, ah. Te volverás millonario, tendrás tus kiosquitos, disfrutarás privilegios, pero qué mierda: es más fácil trabajar en Irak o en Colombia que en la ciudad de Buenos Aires, dónde está todo mal. Porque no entiendo bien qué pasa, pero que está todo recontra mal está todo recontra mal. Y hoy Van Der Koy se muerde la lengua por no decir: se van a la reconcha de su madre los Kirchner!!!
Con un clima así, cómo no volverse kirchnerista, eh?. Por supuesto, la mayoría de los periodistas no son millonarios, ni arrastrados, ni tan viles. Suelen tener opiniones contrarias a los gobiernos. Y kioscos, sobretodo los periodistas de gráfica, que ganan dos mangos en el diario, pero para que sean nombrados en el diario, los políticos a cargo del estado, sean socialistas (Como Binner y Obeid con Van Der Koy), radicales, peronistas, les subsidian kioscos en el Cable, una página de internet, cosas así. Yo he hecho esas cosas, por supuesto. Pero yo soy un pecador, nada impoluto como tantos, y he conocido impolutos, eh. Seguramente el paraíso esté lleno de periodistas valientes, pero no tendré oportunidad de saberlo. Y el infierno, donde llegaré junto a mis amigos algún día, lleno de políticos y sindicalistas. Puede ser. O puede ser al revés. Ojalá que no. Que la vulgata mediática sea real. Conozco algunos periodistas santos y son insoportables.No me imagino toda una eternidad en el infierno con un banana en particular, vecino mío, uy, de sólo pensarlo me dan ganas de conquistar el paraíso. Y hay una mina, que no me sorporta (con justa razón) que se pasaría la eternidad intentando (en vano) asesinar mi alma. Ahí, en el paraíso. No quiero ir ahí. Prefiero pedirle perdón a todos los curas, a las monjas, a mis padres por todos los pecados que cometeré. Por los ya cometidos, bueno, no: quedaría vacío de historia, de pasado, y una vida sin pasado es una vida progresista. Y a esta altura del partido no me voy a hacer progresista. El paraíso debe estar lleno de progresistas. ¿Habré pecado lo suficiente como para escapar de ese trágico destino? Fea la actitud de la lasagña, fuera de joda. Le puse el mejor empeño, buena onda, fe y amor, todo positivo, como Scioli. Y me salió un asco. Sólo, diciendo que la familia es lo más importante, como dice mi amigo Urribarri, pero más sólo que un progresista en el infierno, comiendo esa porquería porque de todos modos no tenía otra cosa. Sabiendo que está todo mal, que todo es una porquería, que pueden irse todos a la concha de la lora. Que tengo que hacer catarsis, y en vez de abrir un blog voy a pedir trabajo en Clarín, es más terapéutico, para desganitarse, gritar, blasfemar, puetear, dicen, ahora, en la Asociación Unidad Psicoanalítica Para Diferenciarnos del Troskismo.
De verdad, tremendo porque, para colmo, se esperan cacerolazos para esta noche, por una nueva violación de derechos adquiridos. Acá la información, eh. Gerardo Morales ya anunció que hace un pedido de informes en la Cámara. Alderette anunció que si esto no se cambia matan a la mitad de los argentinos, contra la violencia política de los Kirchner. Tremendo. De verdad.
¿Cómo puede ser que vulneren así, tora vez, estos derechos adquiridos, eh?
