En un reportaje de gran volúmen, Página 12 presenta en su edición dominical (ya sé que hoy es sábado, pero mañana no salen los diarios) un Pablo Ferreyra, hermano de Mariano, que sorprende por su capacidad de razonamiento, por su sensibilidad y por la voluntad férrea de encontrar justicia en tribunales para los asesinos del militante del Partido Obrero y la Fuba:
Pablo es ocho años mayor. Cumplió 31, mientras que Mariano tenía 23. Crecieron juntos; en la casa paterna compartieron el cuarto hasta la adolescencia, y fue él, como el mayor, el que acercó a su hermano a la militancia política, en el Partido Obrero. Cuando Pablo se fue a vivir solo, Mariano empezó a visitarlo los fines de semana. Se juntaban a tocar la guitarra o ver películas. “Camino al hospital, iba pensando en algo mucho más liviano. Ni se me ocurrió que lo habían matado, era inimaginable... todavía no lo puedo creer”, dice Pablo Ferreyra en el primer reportaje que da tras el asesinato de Mariano. “Francamente no me importa quién accionó el gatillo”, dirá más tarde. “En un primer momento sentí mucha bronca, bronca vengativa. Yo no suelo ser así. Después apareció (Cristian) Favale y no sentí nada. Es raro. No sé, no me importa. Me importa el paquete. Quién reclutó, quién organizó si la intencionalidad era disparar”.Sigue acá.




