Algunos amigos me han dicho que anoche -que estuve en
Duro de Domar-
Jazmín De Gracia estuvo un poco sacada. Bah, no es la palabra, sino que decía boludeces, y no dejaba hablar (boludeces digo, muchachos. Esos mismos amigos me vieron en 6,7,8; donde fue distinto. Sí pude hablar, reflexionar, con otro tipo -no nivel- de debate. Y en la página de Facebook de Duro de Domar, la matan a la mina. Sino, no escribiría esto. Una cosa: a nadie le va a importar mucho lo que yo opine del asunto, pero como estoy en un hotel, aburrido, tomando cerveza, y afuera llueve. Debería haber traído la novela quee stoy releyendo, me la dejé en Paraná: Ninguna Parte, de Ricardo Romero. Anoche, después de que volvimos de comer con
Patucho,
Marisol,
Julia y
Matías, casi organizo una subversión armada, terrorista y fundamentalista (y hasta te digo más, kirchnerista) contra Mauricio Macri. Qué boludez es esa de que en los kioscos no venden alcohol después de no sé qué hora. Por dios, nunca pensé que diría algo así, pero por favor, que vuelva De La Rúa y el "Buenos Aires no Duerme". Ok, era una gilada para repartir contratos entre la gente que se cree progre, pero por lo menos, los kioscos permitían llevarte una botella a tu casa. Uno no volvía y prendía, frustrado, el televisor para mirar los programas de la Iglesia Universal sintiéndose un pelotudo, un chico al que le ponen horarios y le cuidan el hígado. En fin. Hecho el desgargo. Volvamos. Al pedo, algunos de los televidentes afines al universo nacional y popular, le pegan a esta mina. Piensa distinto, pero le pone onda. Otros piensan distinto y no le ponen onda. Es un mérito. Desdramatiza. Algo debe tener que ver que está re buena. Esa es la venganza de los feos -de nosotros- considerar huecas a las personas lindas. Así te sentís una especie de Robin Hood de la estética. Tiene lógica, y está bien. No tengo más cerveza, ya vengo. Ahora, poner en Facebook (lo acabo de leer) "que se valla la rubia hueca" es como una boludez, o bien, una voludez. A no ser que uno le pida que salte una valla.Y en ese caso la frase estaría mal redactada (aunque hay que ver si la Real Academia Española acepta la nueva construcción sintáctica que promueven la dupla Macri-Michetti).
Yo no entiendo ni entenderé nada de televisión, de los medios de comunicación y demás. Pero, sí, de sentirme apartado por no pensar como una mayoría presupone que debo pensar. Así que, se me hace, debe ser jodido que en un programa con una línea editorial de centroizquierda uno piense con la estructura mental de la centroderecha.
Aún así, no veo qué tiene de malo.
Mi abuela no es de centroderecha, sino de derecha pura (y dura) y la quiero un montón. No me impide hablar con ella. Incluso, si se quiere, crisparme.
Mi abuela en el año 95 se quedó sin candidato porque falleció en plena campaña electoral el candidato presidencial del Partido Azul y Blanco: el General Onganía. Me da cosa cuando mi abuela se enoja con la "crispasión", onda que no tiene mucha lógica, pero no hay que hacer de eso un mundo.
La gente que defiende sus ideas a los gritos, que se calienta, que se sulfura, como me pasa a mí, no me enoja. ¿Debería enojarme, sino piensa como yo? La verdad es que creo que no. Y tampoco me parecen infundadas las opiniones de esta chica. Al contrario. Me parecen perfectamente fundadas, y razonables. Tiene la misma escuela (TEA) que Matías Castañeda, y sin embargo, piensa en las antípodas. Algo de independencia -la posible epistemológicamente- se debe tener, eh. Ambos. Creo, incluso, que representan un desafío intelectual: ella banca a Susana Giménez, como la mayoría de la población. ¿Y?
Hace un par de semanas una amiga, más dura, a veces, que yo en sus juicios y si se quiere más afín al Gobierno Nacional, me sorprendió contándome que respetaba a Mirtha Legrand. No la tiré por el balcón. Me parece bien. Aunque no me privé de cagarme de risa. Y, lo admito: la mortifiqué un cacho. Pero una cosa: cuando Jazmín dice que banca o respeta a Susana Giménez , el docente Pablo Alabarces la gasta. Atinadamente, a mi juicio. Ahora, Alabarces ha dicho, escrito y recitado en sus clases, las cosas más gorilas, más -a mi juicio- increíblemente....nada, que yo haya escuchado sobre historia argentina. Bah, para decirlo claro, es un gorila importante. Con prestigio, un odio fundamentado, racional, científico. Hay muchas clases de odios. Hay un odio que toma forma de ciencia. Un desprecio. Pero, tampoco Alabarces ha matado a nadie. Aunque no le ponga la misma jerarquía, por ejemplo, que otros intelectuales, a los bombardeos a Plaza de Mayo.
Se discute, se grita, se debate, se ningunea: son recursos discursivos válidos, tácticos. Respetables. No hay que rasgarse mucho las vestiduras, me parece. Tá todo bien.
La libertad de expresión, la libertad de pensamiento no es un té de señoritas inglesas que discrepan amablemente sobre el color preferido de los malvones, sino cosas así: griteríos que tornan poco audibles los argumentos, hay chicanas, agachadas, huevadas, chistes hirientes, discursos con altura, inspiraciones, ¿o acaso nunca estuvieron en una asamblea universitaria?
En fin, sigo con la cerveza. Después me voy a verla a
Eva.