Yrigoyen gobernó interviniendo provincias, sin darle bola al Congreso (ni siquiera iba a inaugurar las sesiones, mandaba, a lo sumo, un escrito) sin darle bola a la prensa -no hay, creo, ningún reportaje a Yrigoyen- y con constantes masacres a obreros (las más conocidas bajo el nombre de la Patagonia Rebelde y la Semana Trágica, pero lejos de ser las únicas) y con bandas parapoliciales faschistas y criminales que dirigía el funcionario de su gobierno, Manuel Carlés, llamadas Ligas Patrióticas. No tocó los trazos gruesos del modelo agroexportador ni institucionalizó el radicalismo (más bien lo contrario).
Aún así, el mérito del primer presidente democrático de la argentina reside en la inclusión, dentro del modelo agroexportador, de pequeños y medianos productores, más artesanales, a los engranajes de la economía trasnacionalizada que consolidó el radicalismo hasta la crisis financiera mundial del 30.
También logró que avancen algunas leyes sociales, otras quedaron en el camino (frenadas por los conservadores y los socialistas: poco se tiene en cuenta que el socialismo fue un férreo y durísimo opositor, por derecha, al yrigoyenismo) y se reconocieron algunos sindicatos, siempre bajo la batuta del funcionariado radical (y de Manuel Carlés).
El clima cultural que en la reaccionaria argentina de esas décadas instaló el yrigoyenismo, fue sin dudas un avance.
Alvear se posicionó como lo contrario de su antecesor radical. En términos de hoy, sería un clivaje muy parecido a populismo versus republicanismo. Alvear estaba más comprometido culturalmente con la élite dirigencia, con olor a bosta, de Buenos Aires. Pero, también, provocó, por ejemplo a través de su esposa, pequeños escándalos que hoy harían reír a Viviana Canosa, pero en su momento fueron aterradores para el conservadurismo.
A grandes rasgos, el radicalismo es leído con su ala derecha en Alvear y lo cotnrario en Yrigoyen. De esa interpretación yo no soy muy amigo, pero démosla, un rato, como válida.
La Unión Cívica se conforma a través de intentos revolucionarias que van fracasando pero mellan la legitimidad del sistema dictatorial imperante hasta las primeras elecciones masculinas limpias. Más o menos limpias, aunque para los estándares anteriores y posteriores, eran limpias.
En esa Unión Cívica participa, por ejemplo, Mitre. Y los Yrigoyen, que eran parientes de Rozas. Ya la conjunción expresaba el callejón sin salida de la oligarquía más pacata: iba perdiendo componentes de su propia clase, que a su vez se aliaban con las capas medias.
La "nacionalización" de la clase trabajadora, alentada por las élites para contrarrestar el incipiente sindicalismo rojo, toma a Yrigoyen correctamente como un aliado. Pero, no ciego: Yrigoyen quería sindicatos, aunque débiles y comandados por él mismo, no era ciego antes las necesidades sociales.
La abstención electoral, cuando con la complicidad del radicalismo alvearista, el socialismo y los conservadores, asume derrocando a Yrigoyen el único presidente declaradamente faschista de la historia, no pudo llevarse adelante. Cuando se inauguró la Década Infame. La división entre personalistas y antipersonalistas atravesó el radicalismo. Groso modo, se puede decir que el ala antipersonalista se entusiasmó primero y más con las dictaduras que se sucedieron desde el 30 al 46, pero hacia el final del proceso, el ala personalista, sobretodo a partir de la muerte de Yrigoyen pierde influencia interna y externa y se debilita.
Manuel Gálvez, apologista de Rozas, Yrigoyen y Perón como una continuidad marca una senda que en la realidad es más bien imprecisa. Primero porque ni Irigoyen ni Perón querían ser públicamente comparados con Rozas. El nacimiento del Instituto Juan Manuel de Rozas, durante las primeras décadas del siglo apsado, fue de la mano de José María Rosa, que integraba el partido demócrata cristiano santafesino (donde siempre fue fuerte el partido: de hecho, la candidatura presidencial de Lisandro De la Torre, fue secundada por -y con la fortuna de- Alejandro carbó, hermano de Enrique, santafesino que fue gobernador de Entre Ríos, provincia cercana a Santa Fe) debió convivir con los libelos antirozistas que escribieron Lisandro De La Torre, junto con el socialista de derecha Nicolás Repetto, luego aliados, entre otros dirigentes políticos de peso de la época.
Perón, durante su primer campaña electoral, alentó la comparación con Yrigoyen, y ofreció la vicepresidencia y varios cargos importantes al ala personalista de la UCR. El problema es que esos contactos no fructificaron, y tras la reticencia del cordobés Sabattini, Perón apostó a lo que tenía: los funcionarios del gobierno del 43 que eran de origen alvearista. El papá de John William Cooke, ministro del gobierno de la revolución de los coroneles, por ejemplo.
Los trazos ideológicos de la línea Yrigoyen/Perón fueron sembrados, principalmete, por FORJA. Alentados por Perón, hasta quelo consideró necesario, luego, los relegó de la función política, de los cargos estatales y optó por líneas históricas más conservadoras. El radicalismo, a su vez, con su espacio acotado, dejó de lado la práctica que presuponía el Programa de Avellaneda -que tuvo entre sus luminarias a Frondizi- en tanto Perón aplicaba ese programa. Tenía que buscar otro eje, y entonces optó por el clivaje europeo (que el partido Comunista le regalaba con moño) de ubicar al peronismo en el Eje y quedarse ellos en el Frente Democrático. Ahí, me parece, que quedan configuradas las grandes líneas que definen al radicalismo y el peronismo hasta 1976.
Más allá de Perón, a Perón lo derrocan con las palabras de Urquiza tras invadir a Rozas: no habrá ni vencedores ni vencidos, se dijo después, en ambas ocasiones, de masacrar cínicamente.
Alto.
Está empezando Uruguay y México, y además, esto se está poniendo medio aburrido. Después, si da, sigo.
martes, junio 22, 2010
lunes, junio 21, 2010
¿Puede el radicalismo ser socialdemócrata?
Una interpretación común del sistema de partidos en la argentina, sostiene que los dos grandes partidos/movimientos nacionales, el radicalismo y el peronismo, tienen ambos sus alas izquierdas y derechas. En mi caso, coincido con esa interpretación. Pero. A la vez, la condición de posibilidad, también creo, de las transformaciones sociales -hacia uno u otro lado- requieren de un sujeto social. Demos por válida la afirmación de que, a grandes rasgos, la clase media se siente representada por la cultura radical (más allád e cuestiones de personerías) y la clase obrera y trabajadora por el peronis. Mientras que la cúpula de la pirámide social, se divide en torno a un industrialismo mercadointernista versus un modelo agroexportador primario. Y que, esta cúpula, fluctúa en sus apoyos a una u otra ala de cada gran partido/movimiento nacional. Siguiendo con esta simplificación, hay que anotar que: la cúpula social se ha diversificado durante el proceso de valorización financiera, pero ha ganando en concentración mayor homogeneidad. Eso explica, por ejemplo, la alianza entre la Asociación Empresaria Argentina, la Mesa de Enlace, la Iglesia Católica y sectores mayoritarios de la Unión Industrial Argentina.
Mientras que en la base de la pirámide social, se ha acentuado la fragmentación: de este modo, mientras la CGT -comandada por sectores del transporte y los servicios- discupe topes impositivos, hay 40% de empleo en negro,que quiebra la tradición cultural de que estar ocupado u empelado es salir de la pobreza. Los bolsones de inempleables, pobres estructurales, a su vez, se han ensanchado en relación a 30 años atrás. Y, por otra parte, la clase media, entendida más como aspiraciones, ilusiones y deseos compartidos, se ha fragmentado y diseminado tanto que ya no puede apresarse detrás de categorías exclusivas como las de deciles o de trabajo no manual.
Es probable que un abogado de grande firmas facture con un monotributo parecido, aunque de distinta categoría, que un vendedor ambulante de una feria municipal.
La última y única ilusión socialdemócrata ala europea fueron los primeros años del gobierno del Alfonsín con talento. Esa experiencia terminó con un rotundo fracaso, hasta el punto que debió, Alfonsín,d ejar antes el gobierno y resignarse a ser furgón de cola del menemismo durante los inicios de éste.
El retorno del radicalismo al gobierno, en 1999, terminó peor. Y esa experiencia de gobierno -la más conservadora y reaccionaria que haya tenido la historia democrática- tuvo la particularidad de que el espacio supuestamente progresista de la Alianza lo ocupaba el Frepaso, no las corrientes alfonsinistas de la UCR, aún hegemónicas al interior del partido.
Desde 1999 hasta el 2009, todos los radicalismo provinciales con capacidad electoral de ganar en sus provincias, fueron oficialistas. Delarruistas primero, duhaldistas después, kirchneristas luego, para darse vuelta algunos pocos durante el conflicto con las multinacionales sojeras, y otros seguir perteneciendo a esa vieja tradición de ser oficialista con cualquiera.
La cultura que predomina en este radicalismo que gobierna está más ligada al mercadointermismo, a un estado fuerte, a nociones difusas de desarrollismo y a prácticas políticas provincialistas, desarticuladas de los debates de las grandes urbes.
A la par, quienes comandan el radicalismo formal, son peones de corporacioens, aliados a la Iglesia Católica (la mayoría de sus diputados votó contra el matrimonio igualitario y a favor de las AFJP, a la par que todos votaron por las multinaionales sojeras), afines a los represores de la dictadura (El Milico Aguad preside ese bloque de diputados) y con prácticas abiertamente antirepublicanas (la mayoría de los comités intervenidos, a favor del desabastecimiento, el endeudamiento usurario, la santificación, ya lejana pero reciente, del anti institucionalismo guaso y berreta que representa el echáu de por vida, hoy líder radical, el viceopositor).
Encontrar vestigios de progresismo en la cultura radical de hoy en día requiere, además de mucha imaginación, la presencia del Equipo Argentino de Antropología forense.
¿Puede entenderse esta derechización del radicalismo, en paralelo con los desprendimientos peronistas por derecha, a partir del fracaso del experimento más consensualista (y reaccionario) de gobierno de la historia, el que llevó a De La Rúa y Chacho Alvarez a masacrar a más de 40 argentinos?
En parte.
El hundimiento de los sectores medios que llevó adelante, de manera suicida, el corrupto gobierno de la Alianza, puede explicar la frustración y radicalización reccionaria de una parte de la base social tradicionalmente de cultura radical. Pero también, el proceso de fragmentación al interior del universo cultural de clase media, que complejizo los intereses que detenta, tanto en el plano económico como simbólico. Bien mirado el escenario social, la fragmentación en lo que otrora fue más homogéneamente la clase trabajadora, se cobija, con sus más y sus menos, en el espacio kirchnerista: piqueteros, pobres estructurales, el aparato partidario, los sindicatos estatales más de clase media (la CTA) y los sindicatos del estado de bienestar (la CGT), los nuevos emergentes sindicales (Camioneros, trabajadores del peaje, pilotos de aviones, etc), itelectuales del campo progresista (Carta Abierta, pero sobretodo un proceso molecular de apoyo al kirchnerismo muy sólido e intenso al interior del periodismo, de la universidad y de la "cultura") y colectivos particulares en defensa de derechos de gays, derechos humanos, ecologistas, más el apoyo difuso de sectores industriales y ciertos empresarios -pequeños y medianos de la construcción, ligados a la obra pública, empresarios del interior ligados estrechamente al estado.
De la vereda de enfrente, el proceso de homogeneización no termina de concretarse, a partir de que no termina de resolverse qué sectores corporativo lidera es bloque: la primacía de la Mesa de Enlace y el articulado en torno a la patria agroexportadora, "regalaba", por caso, a adversarios ideológicos del kirchnerismo como la patria financiera, del mismo modo, el ruido dentro de la AEA expresa tanto la tensión entre el suicidio político del Grupo Clarín como la red de articulaciones regionales de Techint.
La disputa por la conducción del conglomerado autodonominado (por Patricia Bulrrich, nada menos) como Grupo A, llega también a la Iglesia Católica, a las embajadas de la minoritaria derecha latinoamericana (residiendo en Miami) a impresentables represores, a los empresarios de privatizadas (Macri en el Correo, España, enfrentada a Chávez, en YPF) que torna complejo procesar, a su interior, este conjunto de demandas.
¿Le conviene, por ejemplo, a Arcor el predominio de ACREA en la conducción del proceso de derrotar el kirchenrismo? ¿Hasta qué punto, el dueño de Fiat y socio lechero de Biolcatti, está dispuesto a inmolarse en un modleo quepuede desarmar los acuerdos industriales con Brasil? ¿Le conviene a la embajada de Estados Unidos que el Grupo Clarín conduzaca y se fortalezca de cara a un gobiernod e derecha en el 2011? ¿Es presentable, parala militancia democrática, el rol de Cobos? ¿No pierde más de lo que gana el partido de Binner siendo conducidos por el oscuro guardían Jorge Bergoglio? ¿Hasta qué punto, Claudio Lozano, puede contener la parentela contratada en la Cámara votando con el milico Aguad a favor de la Sociedad Rural?
Cuando uno intenta indagar en la complejidad, sin instrumentos republicanos para procesarlas, de demandas e intereses que atraviesa el Grupo A, resultado, para sintetizar, de juntar a los beneficiados por el modelo menemista con algunos (otros están con el kirchnerismo) de los beneficiados por el gobierno de Duhalde y Alfonsín del 2002, y detrás y como comparsa el coro de charlatantes que nos vendieron que la Alianza era progresista, cuando uno intenta indagar ahí, difícilmente pueda entender cómo las corrientes progresistas del radicalismo podrían ganar la disputa interna con los poderosos intereses ahora aliados.
¿Con qué insturmentos? ¿Con una interna para elegir delegados bonaerenses al Comité Nacional, se va a disciplinar Ernestina Herrera de Noble a respetar las leyes terrenales? ¿Con una foto en el despachod e Rodríguez Saá se le va a decir a Macri que no puede volver a tener al Correo como botín? ¿Firmando un "consenso" escrito por Dromi, Jaunarena y Bergoglio, se va a poder lograr que los radicales no vuelvan a matar argentinos? ¿Con una encuesta del cavallista Seita se va a definir cómo bajar las retenciones y suprimir la movilidad jubilatoria? Con Silvana Giúdice y Joaquín Morales Solá se va a garantizar la libertad de expresión para que Lanata continúe en Canal 26?
Suena como mucho. Me parece.
Y cuando, en busca de las grandes respuestas que interpelan a la humanidad le pregunté a mi amigo Lino Barañao, con sutilidad me contestó: "dejá de joder con esas boludeces, que ya arranca el partido de Honduras. Qué te juego que le gana a España".
Ojalá.
Corea, el líder querido
Escuchame una cosa: el árbitro del partido entre Corea del norte y Portugal es muy cruel. Adicionar dos minutos, dos minutos! en un partido que va 7 a 0 naaa, es muy cruel. Ya está. Ese partido -qué golazo de Ronaldo- tendría que haberse terminado a los 14 minutos del segundo tiempo. Si es que, convengamos, debió alguna vez haberse jugado. Quizás ni eso.
¿Cómo estará de sacado, amante dle fútbol, el simpático e impresentable dictador coreano? No han podido, lamentablemente, demostrar la superioridad deportiva de las fuerzas socialistas, je.
Una vez conocí a un dirigente político que defendía al dictador coreano. No era Patricio Etchegaray. No, en realidad era la posición política, orgánica, del Movimiento 26 de julio, un desprendimiento de la guerrilla tupamara luego convertida en formación política en el Uruguay, integrante del Frente Amplio, aunque bastante crítico y finalmente fuera de la formación de centro uruguaya. Me acuerdo de una simpática discusión sobre el tema, con quien había sido el jefe de campaña y publicidad de Tabaré Vázquez, en la ciudad de Villaguay: yo no alcanzaba a entender si me hablaban en serio, defendiendo la dictadura coreana. En fin. Portugal, afilado (ya candidato, nuevamente, a la copa) se enfrenta con brasil y eso va a estar imperdible.
Y hoy somos todos hondureños.
domingo, junio 20, 2010
Imperdible!
Por Horacio Verbitsky
El presidente de la Iglesia Católica, cardenal Jorge Bergoglio, hizo una espectacular reaparición, rodeado por la plana mayor de los gobiernos de Carlos Menem, Fernando De la Rúa y Eduardo Duhalde y por el liderazgo del Peornismo opositor y la UCR. Luego del fracaso de las movilizaciones que intentó realizar en Luján y en la Plaza de Mayo, el 8 y el 25 de mayo, y del frustrado documento sobre la pobreza elaborado por su ministro político, Alcides Jorge Pedro Casaretto, Bergoglio presentó un Contrato Social para el Desarrollo, elaborado por el ex ministro Roberto Dromi, con la colaboración de los ex ministros Armando Caro Figueroa, Andrés Delich, Roque Fernández, Horacio Jaunarena y Jorge Vanossi y la coordinación del vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad del Salvador, Fernando Lucero Schmidt. Entre los asistentes a la presentación, realizada en la USAL, estaban la senadora Hilda González de Duhalde, el diputado Francisco De Narváez, el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, los ex ministros Ricardo López Murphy y Enrique Nosiglia, el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, el ministro de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Guillermo Montenegro, y la diputada de GEN, Margarita Stolbizer. No hubo explicaciones sobre las ausencias de Domingo Cavallo y María Julia Alsogaray. No pudo asistir Erman González, porque falleció en 2007. Durante la presentación del trabajo de Dromi, Bergoglio reclamó la reconciliación y el diálogo. Consideró necesario aclarar que no se trataba de una plataforma electoral. En una de sus habituales frases de efecto propuso ponerse “la patria al hombro” y postuló que la unidad es superior al conflicto, una frase inspirada en San Ignacio de Loyola que repite desde que asumió como provincial de la Compañía de Jesús, en 1973.
sigue aca
El presidente de la Iglesia Católica, cardenal Jorge Bergoglio, hizo una espectacular reaparición, rodeado por la plana mayor de los gobiernos de Carlos Menem, Fernando De la Rúa y Eduardo Duhalde y por el liderazgo del Peornismo opositor y la UCR. Luego del fracaso de las movilizaciones que intentó realizar en Luján y en la Plaza de Mayo, el 8 y el 25 de mayo, y del frustrado documento sobre la pobreza elaborado por su ministro político, Alcides Jorge Pedro Casaretto, Bergoglio presentó un Contrato Social para el Desarrollo, elaborado por el ex ministro Roberto Dromi, con la colaboración de los ex ministros Armando Caro Figueroa, Andrés Delich, Roque Fernández, Horacio Jaunarena y Jorge Vanossi y la coordinación del vicerrector de Investigación y Desarrollo de la Universidad del Salvador, Fernando Lucero Schmidt. Entre los asistentes a la presentación, realizada en la USAL, estaban la senadora Hilda González de Duhalde, el diputado Francisco De Narváez, el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, los ex ministros Ricardo López Murphy y Enrique Nosiglia, el intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, el ministro de Seguridad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Guillermo Montenegro, y la diputada de GEN, Margarita Stolbizer. No hubo explicaciones sobre las ausencias de Domingo Cavallo y María Julia Alsogaray. No pudo asistir Erman González, porque falleció en 2007. Durante la presentación del trabajo de Dromi, Bergoglio reclamó la reconciliación y el diálogo. Consideró necesario aclarar que no se trataba de una plataforma electoral. En una de sus habituales frases de efecto propuso ponerse “la patria al hombro” y postuló que la unidad es superior al conflicto, una frase inspirada en San Ignacio de Loyola que repite desde que asumió como provincial de la Compañía de Jesús, en 1973.
sigue aca
Reutemann, Binner, Duhalde, Giustinianni, Alfonsín, Chacho Alvarez, Aníbal Fernández, Jorge Bergoglio, Sergio Montiel, Unión Industrial Argentina, Credicoop, Sociedad Rural, Federico Storani, Techint, Federación Agraria, Gallego Alvarez, Grupo Clarín, Luis Barrionuevo, Arcor, Carlos Heller, Luis Ignacio Lula da Silva, Monsanto, Raúl Castell, Coniagro, Petrobras, Mariano Grondona: la crisis causó dos nuevas muertes:
sábado, junio 19, 2010
Un escrito más pequeño que la muerte
Ante la bronca y la indignación. Lo de Bariloche es un espanto. En Artepolítica se publica un escrito de repudio firmado por varios blogueros, entre los que me incluyo.
Tenemos rodeado al Escriba
¿Es verdad que el Escriba va a ser padre de mellizos? ¿Es cierto que va a participar de una bicicleteada que organiza Proyecto Sur de Vicente López para que el horario de protección al menor empiece después del programa de Silvestre y Bonelli?
Todo eso y mucho más, le preguntaremos mañana a Martín Sabatella, con el Betta y Raúl Degrossi. ¿ Es verdad que el blog del Escriba está financiando por la Asociación Sueca y Danés de Moderados Con Onda?
Duro de Domar
Acabo de ponerle el punto final. Casi 400 páginas. Se llama, se llamará, Las mujeres que me dejaron. Se verá la editorial: mis libros siempre salieron en editoriales marginales; y embarraban la cancha, cuando se ocupaban, los medios masivos de pequeños poblados. Esta semana no prendí el teléfono, me putean de todos lados por eso, estuve un par de días internado en un hospital, escribí, me recompuse. Hoy reviví, tengo en borrador una investigación, una buena piña, si sale, a las estructuras azules de lo que siempre odié, con alma y dolor y desgracias, ahí, directo, tiene que salir. Ya veremos. No tengo, je, dónde publicar. Pero tengo amigos de verdad. Me estoy haciendo viejo y sentimental, más flojito para la pelea. Ayer, MGL (los viejos lectores de este blog se acordarán de ella) me preguntaba cómo aguanto. La mugre que en los últimos días me tiraron, viniendo de amigos incluso, por la espalda, en fin: el litoral está nublado, el río crecido, hay como una fiesta de las vacas al costado de la ruta, una alegría de pique y pescadores, una fiesta adolescente, un momento de calma. Basta de joder.
El médico me dice que tengo para rato. Pienso seguir pegando piñas en la boca. Del interior, en la periferia, con mi metro y medio, con las burlas en la espalda: todavía me emocionan ciertas cosas. Y pueden irse a la mierda, varios.
Tengo una golondrina en el balcón, es mi mascota: viene todos los atardeceres del invierno. Ya empezó a llegar. Me colgaron el teléfono algunos, me mandaron a hablar con la secretaria los patrones, me ningunearon los que decían quererme, me mandaron al psicólogo los que me quieren. Las ex novias me bajaron el rating.
El pinét me bajaron a hondazos en mi pueblo. Me cobraron viejas siestas, en las Juntas de Gobierno. El contador de este blog se fue a la mierda, pegó alto, esperando que responda. Los viejos amigos no aparecieron. La agenda de charlas se despobló de universidades, las FM de Salta dejaron de llamarme. Pero una vieja de ochenta años, de allá de la frontera, me hizo una torta y me tocó el timbre mil años: gracias, me dijo, por enseñarme a leer y poder mandarle cartas a mi nieto, preso, en el Paraguay. Te vi en la tele y pensé, me dijo doña Eugenia, que ya no serías el mismo. Gracias por volver, me dijo. Gracias por volver, le dije. Gracias por volver, dijo Carrasco. Y cerró la puerta. Y se sirvió una ginebra, con los ojos rojos, y supo que este poema hiriente, es un orgullo.
No va más, es cierto.
Cuando me pusieron el suero en el hospital, supe, con seguridad, mucha seguridad por primera vez, que todas mis renuncias valieron la pena.
Casi siempre me siento un baldío en pleno centro.
Y casi siempre hay un momento en donde me cago de risa.
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