martes, agosto 24, 2010

Voludo, los K bienen por todo!




Hingeniero, todo vien? nos juntamos el juebes?

Supermartes 3

Supermartes 2

Afilado el compañero, eh. (Click en la imagen para ampliar)

Marcelo Helfgot

“Vinieron por mí”






Por Marcelo Helfgot





Un día fue el campo, otro la Justicia, cada tanto los opositores. El uso del aparato estatal por parte de los Kirchner para hostigar a quien no piensa igual va creciendo en prepotencia. “Hoy es Clarín, mañana somos todos”, reflexionó ayer el jefe del bloque macrista, Federico Pinedo, un diputado respetado desde todo el espectro ideológico del Parlamento. Frases similares comenzaron a inundar las redes sociales y las charlas de café. Todas inspiradas en un poema cuya autoría suele atribuirse erróneamente a Bertold Brecht. Fue el pastor alemán Martín Niemoeller el que patentó la indiferencia de los que nada dijeron cuando se llevaban a comunistas, judíos, sindicalistas y católicos, porque no lo eran. “Luego vinieron por mí, pero ya no quedaba nadie a quien decir nada”, concluía en su lamento. Tan actual.

Frases con Banda Ancha

Por Raúl Degrossi

1. “Héctor, estaba pensando, ¿no sería mejor suspender las marchas por lo de Papel Prensa, a favor de la represa en Corrientes y para que me dejen los chicos?” (Ernestina Herrera de Noble)




2. “Yo creía que la cena por lo de Fibertel me iba a salir más cara que la de la otra noche con los disidentes, no quiero ni pensar la de Papel Prensa, que la tengo que invitar a comer a Carrió.” (Héctor Magneto)



3. “¿Cómo qué hubo poca gente convocada en apoyo de Fibertel?, ¿les parecen pocos 30 diputados?” (Héctor Aranda)



4. “El gobierno ha ingresado en una fase de terrorismo de Estado: Moreno interceptará los mails de la gente para conocer sus secretos íntimos y enviar a Moyano a extorsionarlos bajo la amenaza de que D’Elía los va a golpear, pero tenemos que estar tranquilos.” (Elisa Carrió)



5. “¡Má qué actos del Bicentenario ni ocho cuartos!, multitud era la de anoche en la Plaza de Mayo pidiendo por Fibertel.” (Chiche Gelblung)



6. “No entendí bien si anoche había una marcha a favor de 6 7 8, o eran seis, siete u ocho tipos los que estaban en la plaza.” (Fernando De La Rúa)



7. “¿Así que Pino Solanas se vuelve loco si le sacan Fibertel?, yo quiero aclarar que la medida tiene vigencia recién dentro de 90 días, con lo que le haya pasado antes de eso, nosotros no tenemos nada que ver, eh.” (Julio De Vido)



8. “Es muy feo todo esto que está pasando digo, el Estado no tiene derecho a meterse en las cosas privadas de la gente como su correo electrónico y todo eso, o sea, si fueran las llamadas telefónicas, que se yo, ponéle, vaya y pase.” (Gabriela Michetti)



9. “No queda mas remedio que venir al trabajo en helicóptero porque la ciudad es un caos, entre el tractorazo de De Angeli, la gente que sigue con Carrió en el Obelisco pidiendo por las AFJP, la marcha del rabino Bergman y Blumberg por la inseguridad y los que fueron a la plaza por Fibertel, prácticamente no se puede circular.” (Daniel Hadad)



10. “Lo único que le falta a la oposición es ir todos juntos a hacer el “prende y apaga” de Lapegüe desde el Congreso.” (Agustín Rossi)



11. “¿Quién me dice, diputado, Palacios?, ¿cuál, el que jugaba en Boca?” (Mauricio Macri)



12. “¿Así que Das Neves le ofreció a Reutemann ser su canciller?, me lo imagino diciéndoles a los ingleses que se metan las Malvinas en el recontramedio del culo.” (Aníbal Fernández)



13. “Es cierto que le ofrecí a Carlos Reutemann ser mi canciller, pero su respuesta me la reservo para mí, aunque no en el exacto lugar en que él me indicó.” (Mario Das Neves)



14. “Yo creo que la frase de Macri sobre Kirchner puede parecer desafortunada, pero por lo menos tiene un aspecto positivo: significa que volverán los trenes.” (Pino Solanas)



15. “Suerte que el procesamiento de Larosa fue sin prisión preventiva, porque se viene la discusión del Presupuesto 2011, y ahí hay que mirar todo con lupa, y cuatro ojos siempre ven mejor que dos.” (Claudio Lozano)



16. “Pino debe competir por la presidencia porque la fuerza así se lo reclama, es más, la fuerza lo acompaña y está con él.” (Obi Wan Kenobi)



17. “Nuestra propuesta es sencilla: lo que dejemos de pagar de retenciones, que sea tomado a cuenta de lo que pensamos seguir evadiendo de Ganancias.” (Hugo Biolcatti)



18. “Esta violencia ejercida por Moyano contra las empresas del grupo Techint sería sólo el principio: ha empezado a cundir el temor entre los dirigentes de la Mesa de Enlace de que su comportamiento sea imitado por Gerónimo Venegas y queden bloqueadas las tranqueras de las estancias.” (Joaquín Morales Solá)



19. “Esta acción que presentaremos en la Corte es para tener seguridad jurídica sobre que normas se encuentran vigentes, tenemos información de que el gobierno intentaría aplicar la Constitución de 1949.” (Adrián Pérez)



20. “Nosotros vamos a hacer lo mismo que Carrió, presentaremos una acción declarativa de certeza, pero para que alguien nos diga fehacientemente si está absolutamente desquiciada o es una impresión nuestra nomás.” (Miguel Angel Pichetto)


El supermartes

Hoy se pudre todo, no? Y está bueno, porque se pudre sin un sujeto social construído, por parte de las corporaciones, capaz de encarnar sus demandas.
La marcha que convocó Magnetto en su defensa, ayer, fue tan patética que ni TN la mostró.
Hoy también van a apreta ra los legisladores que no controlan la Sociedad Rural y las bandas fascistas de la Federación Agraria. Hablaron de mil empresarios lúmpenes para apretar a los diputados. Más bien poco. Mil lúmpenes, y no empresarios ni chantas, te junta Raúl Castell, y más. Viene flojo el nuevo Manuel Carlés.
Hoy va a ser un día muy divertido.

Porqué me quedo con Jimena





Obvio, porque escribe muy bien. Mientras Mi Pequeña y Marisín discuten si el castigo que merece mi hijaputez debe o no respetar la Convención de Ginebra, y este blog recupera, con esta novela berreta, sus viejos lectores, Jimenita, que obviamente es demasiado inteligente para sobrevolar estos bolazos, escribe unos poemas geniales que YO tomo como escritos para mí, dado que Jimena no se va a rebajar a desmentirme -ni mentirme, ni a dirigirme, ya que estamos, la palabra- y así, ( "Hasta la vista, amigo. No le digo adiós. Se lo dije cuando tenía algún significado. Se lo dije cuando era triste, solitario y final”) en fin. Es, como el Tema de la Lechería, un significante vacío.





a esta altura quererse es el recuerdo


de dos o tres noches donde nos estrangulamos

en un ph de colegiales,

la buena mujer que nunca vas a tener

se está emborrachando

y va a terminar quemando el cuaderno gloria

que es como su alma,

hoy nos vamos a morir todos porque

este ph se prende fuego,

se raya la playlist, se acaba la nicotina

y vos, pibe bravo del lugar,

así, todo manija de alcohol y frula mala,

vas a tener que hacer algo,

escuchame bien lo que te digo:

vas a tener que salvar el cuaderno gloria

donde había dos o tres versos para vos,

te juro que no se nota pero eran para vos de verdad,

nadie sale vivo de acá,

somos la remake de una película de zombies clase b,

una película malísima,

una pesadilla no dormida donde ganamos y perdemos por igual,

una pesadilla no dormida donde adorarnos

también es brutalizarnos y viceversa,

hola, me escuchás? sigo escribiendo,

maría está ocupada. es posible que la estés interrumpiendo,

dice mi msn pero vos no, vos habláme siempre, por favor,

acá se calienta el porrón y te canturreo un tango,

"mi noche triste",

pascual contursi en el giradiscos,

el único abandonado

en un desfile de compadritos bien machitos,

te quería, te quería cada vez que te trataba mal,

cada vez que te cortaba el teléfono,

cada vez que te ganaba la guerra

y atención que este es otro final pre anunciado,

te voy a dejar solo ahí donde por supuesto

la última gota de la copa tiene por deber resucitar todo lo bebido,

pero te aviso, dos minutos antes

vamos a correr desnudos por calle conesa

en busca del algún chino que nos venda cerveza bien fría

y roguemos por favor que el porrón se caiga,

que el chino llame a la policía

o que pase algo simplemente, no importa, cualquier cosa,

cualquier accidente nos puede servir

para que podamos mirarnos por última vez,

tiene que pasar esa fatalidad chiquita

que nos amontone antes de mandarnos a la mierda

o antes de decirnos adiós que siempre queda más lindo,

así es como dos minutos antes,

me pregunto qué hubieras hecho de saber que nos quedaba poco tiempo,

porque siempre vamos y venimos mandándonos a la mierda

o mejor dicho, mandándonos un adiós,

que es verdad, insisto, siempre queda más lindo,

porque aunque uno diga árbol-hoja-salto-luz,

porque aunque uno diga "aproximación"

uno siempre está diciendo adiós,

vos y yo, por ejemplo, siempre nos estamos yendo,

siempre estamos diciéndonos la misma palabra,

chau, nos vemos, adiós,

por eso escribimos, pibito bravo del lugar,

porque esto está muy mal

porque esto se está yendo a la mierda

y porque estamos solos

y siempre pero siempre nos está faltando algo.

lunes, agosto 23, 2010

Cómo era La Maga para un blogger K




De la mudanza, cuando ya sabía leer pero no había entrado en la primaria, había quedado Rayuela, de Julio Cortázar, en la biblioteca. Era la parte intermedia: mi vieja, cuando yo era pendejo, no me dejó leer algunos libros, me recomendó y compró con mi abuela otros, que devoré. Mientras mi vieja se iba de maestra rural o en escuelas nocturas, mi abuela me daba plata para las facturas, en la escuela primaria, si le copiaba una hoja, sin errores, de Julio Verne, de Borges, de Herman Melville, de Esopo, de Mark Twain, de Samaniego. Entre los prohibidos -que, más vale, leí a escondidas- había uno traumático, cuyo nombre no recuerdo, estaba Sade, con sus 120 días, pero en general, eran poquitos. Mi vieja me los escondía debajo del colchón de su cama (yo le revisaba todo, buscando mi primer droga: aspirinetas, y libros copados)
Los intermedios incluían a Hermann Hesse, a Alberto Moravia, dos de Agatha Christie, uno de Peter Cheyney (Cinco Perfumes y un Crímen).
En el camino, están los libros que no recuerdo al autor, casi toda la colección original del Séptimo Círculo, de Borges y Bioy Casares, el asma, las noches que pasé despierto, los días que falté a la escuela, el hospital, todo eso. Entre los intermedios, con tapas negras, viejísimas, traído de Rosario y la mudanza, estaba Rayuela.
 La hice larga a la introducción. Pero, Rayuela, cuando era un botija primero y un gurí al cruzar el río y pasaba días en cama, cuando después, en la pubertad, me iba dando cuenta que no iba a ser Troglio ni Alzamendi y que como 5 era bastante flojo, porque todos me ganaban corriendo, cuando después de la operación del quiste, aunque yo era zurdo, la derecha la tenía con pata de palo, cuando, bueno, en fin: la maga, en mis sueños, nunca fue una  modelo copada, jamás estuvo buena, la maga, más bien usaba, como casi todas mis novias luego, unos anteojos de diseñadora posmoderna, tenía apenas tetitas, una pose que te joroba la espalda, una mirada, eso sí, una mirada de ojos marrones y comunes como en cualquier cárcel del país, pero qué franqueza, cuánta ternura, si me han querido, mierda, una mirada lenta y tierna y perdida, porque la maga estaba como afuera del tiempo, me quería, como nadie, la maga que imaginaba, tenía pasado y no lo contaba, más aún, no le importaba el mío y era una masa, la maga que imaginaba tenía caderas anchas y estaba un poco gorda, escuchaba jazz, obvio, pero pintaba más bien punk, no era buena, pero miraba Chiquititas. La maga que yo quería era bastante común, solamente yo sabía que era una mina genial, el consorcio nunca se enteraría que, mientras, yo le quería hacer un monumento a la nobleza. La maga que yo imaginaba era ausentemente mía, tierna, de corazón voluptuoso, con ella, no sé, con ella era, valía la pena todo.  Solamente yo sabía que podía inmolarla y hacerle una estatua imaginaria. La maga que yo soñaba existió varias veces, nunca la encontré cuando salí a caminar por París, pero no soy boludo: no es su culpa, es que aún no se dieron las cosas. Pero a la maga, nena, estoy enamorado desde hace mil años de vos, nunca la encontré firmando autógrafos, ganando premios. La maga que yo imaginaba se hacía amiga de mi hermana. La ayudaba a mi abuela cuando se olvida algunas cosas, la ayudaba a mi vieja cuando se le sale la prótesis, me leía cuentos cuando me internan por enfermedades caretas de la presión. Mientras la maga, mi maga, que trabaja en un supermercado para musulmanes en los suburbios de París, mientras me busca y no me encuentra, yo estaba boludeando con reuniones y demás. Pero no me puedo quejar. La maga que imaginé no existe. Si existiera, pulverizaría mis sueños, mi infancia, mi adolescencia, lo poco que, después de todo, me sirve de materia prima para entregar, cada mañana y con cara de empleado ejemplar, este valor agregado de alto chamuyo. Metete en el culo lo de blogger K, yo tengo que trabajar, gil.
La maga que soñé no existe. Eso no importa. A veces me jode dejar de soñar con la maga que soñé, sumarme a las modas refinadas, hacer giladas, decir estupideces, eso sí, fijate, me rompe un poco las bolas. De todas las renuncias, la única que no voy disfrutando es la renuncia a los viejos sueños imposibes, el viernes, mientras iba en un trolebús, pensaba, mirando la ventanilla, en eso: siempre supe, o cuando era más pibe si querés apenas sospeché, que lo que sueño no existe, pero, querido, por eso lo sueño. Porque no existe.
Renunciar a lo que no existe, renunciar a soñarlo, me parece una gran cobardía.  Y sí, qué querés que te diga.
Qué querés que te diga?

Lo tipos como yo.





Los tipos como yo piensan en la buena gente. Añoran la infancia, cuando tampoco fueron buenos. Cuando lo intentaron. Los tipos como yo sienten culpa, sienten pena, pero sin embargo. Los tipos así saben que es una ilusión creer que los otros son distintos, cuando guardan el coche, cuando prenden la tele, cuando toman vino, apenas en sorbos. También se desesperan, también quieren huir, también celebran como si fuera un alivio. Los tipos como yo no hacen terapia ni se mantienen mucho tiempo en ninguna parte. Los tipos como yo son capaces de querer. Y ser leales e intensos pero apenas un tiempo que antes de empezar ya se está muriendo. Como todos los tiempos, antes de empezar, se están muriendo.
Los tipos como yo sueñan con aventuras a cada rato, todos los días. Se sienten poco, pero no importa. Mientras los otros ascienden, mientras los otros se proponen, mientras los otros se festejan, los tipos como yo van por la vereda de enfrente.
Recién conocí  a un tipo como yo. Lo noté en la mirada, en la forma de sentarse, en algo imperceptible. Con ese tipo podría tomarme un helado. Podría conversar. Podría, incluso, hasta una noche entera ser su amigo.
Estaba en la parada del colectivo. Se subió, pero se arrepintió y a la próxima parada -dos cuadras después- se bajó.
En la garita prendió un cigarrillo para que el colectivo llegue más rápido. Me miró, indiferente, y se metió una mano en el bolsillo. Desaliñado. Ese es, pensé, un tipo como yo. Los tipos como yo patean piedritas, miran y no miran, usan el pullover suelto, las zapatilas viejas.
Llegó el colectivo. Me dejó pasar primero. Los tipos como yo son amables, en especial con los viejos y los niños. A los tipos como yo les encanta la gente común, no la gente concreta.
Yo me senté en la ventanilla y él en la fila de enfrente.
Cuando el colectivo hizo una sola cuadra, se levantó. Lo seguí, discreto, con la mirada. Tocó el timbre -los tipos como yo bajan del bondi por atrás, como se debe- y a la otra cuadra, se bajó.
Lo miré por la ventanilla. Lo pensé, un segundo. Pensé un segundo en bajarme yo también. Pero el colectivo arrancó y no sé, no me decidí. Me quedé ahí. Capaz que ese tipo como yo era más como yo que yo.
Paró en un semáforo, el chofer. Subió una mujer con unas bolsas. Y un chico con uniforme de la escuela.
Después cambió a verde y el colectivo siguió. Le dejé el asiento a la mujer. Me apoyé sobre una baranda. El calor fue bajando, con la tarde. Parece que va a haber tormenta.
Cuando llegué a mi casa, abrí las ventanas. Que entre el viento. Hay un olor raro, en mi casa. No es sólo el cigarrilo. Es algo más. Como si estuviera, no sé, deshabitada.
En unas horas me voy de nuevo.
Guardé la ropa en una bolsa, para el lavadero. Metí los libros que me regalaron en el cajón del armario. Puse a Cacho Castaña. Me senté en el balcón.
Hijos de puta, me podaron el árbol. Una razón más para odiar al intendente. Tengo que vengarme del intendente. Me podó el árbol.
Ya no están los pájaros ni mañana la sombra ni el telón que me cubre de los vecinos indiscretos. Los que dicen ahí va, es ése. Viejas de mierda. Algún día voy a asesinar al directorio del consorcio, menos a la nieta de la prosecretaria, que es un encanto. Aunque simpatizante de Proyecto Sur, nadie es perfecto. No se puede pedir que sea cristinista con esas tetas, no señor. Todo no se puede. Tengo que vengarme del intendente, mandarme alguna, un sabotaje, un atentado terrorista, un virus informático, me podaron el árbol.
Las viejas del consorcio, los pibes de Franja Morada que viven al lado, la panadera que junta guita para el cumpleaños de su hija, mi primo que se doctoró en muchacho exitoso, tienen esas vidas así como preparadas, de antemano saben lo que quieren y lo que pueden.
Los tipos como yo tienen siempre coartada, viven de ser una promesa, un futuro enorme, un talento oculto.
Compartimos las veredas, los bares, la obra social, el barrio, las tormentas, los árboles podados. Y sin embargo. No sé.

Entiendo perfectamente que cuando me senté a escribir sobre Fibertel me fui al carajo, pero bue, así son las cosas. Y nadie hace nada.