lunes, diciembre 13, 2010
Las horas perdidas
Entonces tenía 15 años y compré el diario porque ahí estaba publicada una nota mía, la primera. Por supuesto, ya desde ese entonces sólo tenía, agravado por la adolescencia, el objetivo de que las chicas lindas me quieran. La nota seguramente era malísima, pero la había escrito escuchando una canción que sí me acuerdo, porque me gustaba mucho, en ese entonces, ahora ya no. Bastante grave sería que me sigan gustando las mismas cosas que en la adolescencia. En el caso de la música, sería una pelotudez. En el caso de las mujeres, ya un delito penal.
Había descubierto que la emoción de ser periodista se esfuma a la semana, que nada es como uno supone y que lamentablemente yo valía con descuento y menos de lo que pensaba. Y encima en varias cuotas.
También había descubierto que personas que admiraba, leyéndolas, mejor no haberlas conocido. Después no me daban ganas de leerlas.
Eran los años de descubrir, y también descubrí que si escribís algo, ponele, durante media hora, haciéndolo con la misma canción -escuchándola una y otra vez- mantenías el mismo ritmo, la misma musicalidad, y te salía más fácil. Sobretodo si uno es vago y no relee para corregir, para no aburrirse, para no sentirse un miserable. La misma canción, una y otra vez.
Escribí dos libros malísimos, por suerte, perdidos. Aunque están en algunas bibliotecas, lo que no llega a la capital federal tiene la particularidad de no existir. Como esos cadáveres de pobres en la morgue: sin necrológica en el diario, no has muerto en los pueblos chicos. No es que pases a la inmortalidad, sino que ni siquiera has vivido. Ya que los Pérez Valdéz no concurren a tu velorio y al obispo le chupa un huevo la suerte de tu alma. Más vale, si tus tíos y sobrinos no le mandan -vía el diario- condolencias a tu familia ni ruegan al señor por tu alma, a 325 pesos el aviso, pagadero en tres cuotas, con Mastercard un 20% de descuento. Porque para todo lo demás -menos la muerte de los NN- está Mastercard.
"Hubiera sido periodista, pero tuve que dejar la escuela para laburar" me dijo el taxista que me llevaba a la radio, a las 5 y media de la mañana, un frío de puta madre, varios años atrás. No sirve esa emoción, ese sueño, nada de esto sirve mucho. No te creas. Te levantás dormido, decís la temperatura, un choque, tres muertos, buen día diputado. Nadie se acuerda, al cabo de unos meses, de lo que dijiste. Que a mí me parece, tal cosa, y nada, mañana a nadie le importa. Ni te importa a vos.
Tengo un currículum extenso, porque al poco tiempo de cada trabajo, me echaban o renunciaba. De no haber sido tan loco tendría un montón de amigos.
La misma canción, una y otra vez, para que las palabras cambien y soñemos mundos que no vivimos, a través de personajes inventados. Inventándonos, también, un pasado heroico, algo de mística, tener verguenza, sentirse frustrado, armarse de valor, esas cosas, son la misma canción.
Escribí con esta canción un montón de páginas, a la madrugada, en un descanso del absurdo que tanto me gusta, de la lucha política, de ese fragor que va de la rabia a la esperanza.
Dejé de salir -todos hacemos algún sacrificio- tres noches por semana para darle al teclado como si fuera un combate de yudo, con la misma canción. Con esta, que estoy escuchando. Que mañana voy a escuchar de otra forma.
Zambayonny reservó para mañana una parrillita en algún barrio porteño, voy a tomar bastante vino, le voy a contar esto.
Por eso esta noche pongo el punto final.
Porque en mi necrológica -voy a tener necrológica, incluso, capaz, hasta en el diario La Nación, como mi tío abuelo, el General- no van a estar las pavadas que dije a las 6 de la mañana, sino lo que escriba.
Cuando tenía 15 años me obsesionaba no perder el tiempo, no ser un boludo, no pasar, así, por la vida, al pedo, sin haber hecho algo que sirva, sin sentirme, por una cosa al menos, orgulloso. No lo he logrado. Y ese sentimiento me dura. Cambian las canciones, las novias, los trabajos, pero esa sensación de que hay que hacer algo, me queda. Por suerte.
Sería un 70% más hijo de puta sino me persistiera ese superyo de hacer algo que valga la pena, que deje una huella, que aparezca en mi necrológica.
Frustraciones
Nací en Rosario, un febrero del 78. Al tiempo me mudé a Paraná. En esos años creía en dios. Implicaba un montón de cosas, pero hay una curiosa: implicaba dar por sentado que había una razón poderosa, una razón última, para estar en el mundo. Para que yo esté en el mundo. Supongo que educarse creyendo que dios me vigila si le miento a mi mamá la razón por la que me falta un botón del guardapolvo, que puedo luego hablar con dios y pedirle disculpas, que dios, digamos, se ocupa de esas boludeces y más aún de MIS boludeces, bueno, debe estar ahí, el fundamento psicoanalítico de esta ausencia de humildad. Pero ese es otro tema.
Podría no haber nacido.
Ninguno de ustedes tendría una vida más o menos agradable si yo no hubiera nacido. De hecho, quizás, no nací. Quiero decir: si no hubiera nacido, no podría escribir unas líneas sobre la posibilidad de no haber nacido. Como sí las estoy escribiendo, doy por sentado que nací. Ok. Pero, qué sucede si el destino tenía pensado que yo nazca, no en febrero del 78 tomando la teta frente al monumento a la bandera, sino, ponele, en junio del 77 en Paraguay bajo un manto de estrellas, sí que muy cristiana, pero entre vacas y cabras. O bien, en mayo del 74 en París, hijo de un empresario de perfumes. Supongamos que el destino lo tenía previsto y luego se arrepintió. O peor aún, la acción de los hombres tozudos -esos que tuercen, a veces, el destino- sin saberlo y sin quererlo impidieron ese nacimiento que no fue. En París, en Paraguay.
Si eso hubiera sucedido -quiero decir, si lo que no sucedió no hubiera sucedido pero estaba previsto que suceda- soy también, sin darme cuenta, todos los hombres que no nací.
Ser -también- todos los hombres que no nací tiene sus ventajas: quién te dice que yo no hubiera sido el novio de Luisana Lopilato, sólo que, bueno, perdón Luisana pero finalmente no nací, así que conformate que el tarambana ése que tenés al lado. Sé que no es un consuelo, ni soy nadie para aconsejarte, pero si yo fuera vos -mejor aún, si en vez de nacerme así me hubiera nacido siendo vos- haría lo siguiente: me conformaría. Que para soñar con el príncipe azul que no nació ya viene el combo de la soledad y la desolación por la finitud. Inquietudes que seguramente pueblan las tardes de Luisana
La desventaja de saber que el mundo podría, lo más pancho, haber prescindido de mis servicios, son las estadísticas: si en vez de yo fuera otro, o bien el mismo pero en otro lugar, probablemente sería africano o asiático, probablemente sería pobre, probablemente no hubiera estudiado en la universidad, probablemente no abría manejar este teclado, probablemente no tendría -sí, lo indican las estadísticas- cloacas, algo en lo que ni pienso, por caso. Probablemente no sería amigo de Florencia ni hubiera leído a Sartre. Las probabilidades me juegan en contra.
Ser -también- los hombres que no nacieron estremece.
Nací así.
A veces me siento triste, a veces se me sale la cadena, a veces se me ocurre ser una mejor persona. Les pasa a todos. A los parisinos refinados y a los campesinos paraguayos. También sienten estas cosas.
Lo bueno de haber nacido como nací es que tengo la posibilidad de ser racista. De envidiar al parisino que no fui y detestar al campesino paraguayo, que tampoco fui.
No tuve ningún mérito, ni siquiera me consultaron, pero nací con la oportunidad en la mano: puedo ser racista. Considerar la raza -sea lo que eso sea, si es que es algo más que el resultante del destino- como un mérito, una razón fundante, un activo para vender en el mercado de los talentos.
Suena bien: un insulto racista es como mandar a la lavandería mis frustraciones.
Lástima que me las devuelven cada vez más sucias.
domingo, diciembre 12, 2010
Al servicio de la comunidad
Esa simpática foto donde estoy con Francisco Madariaga ocurrió el viernes a la madrugada. No tendría mayor valor que decirle a Francisco que el bigote setentista no garpa con las minas en Floresta, y hay que ver en San Telmo, pero en Paraná, por poner un ejemplo, mmm, ni ahí; bue, el caso es que la foto la tomó Pedro Sandoval, de riguroso traje onda casual, tipo Boudou, medio top medio nac & pop.
Y mientras estaba sacando esa foto avanzaban, torpes, los de la Federal. No del peronismo Federal, sino nuestros amigos, la policía.
Raro ver que un pelotudo de la federal, con uniforme, filmaba a Pedro, que obviamente, se calentó, como para que no. Y recibió un bastonazo y la cosa, por supuesto, se pudrió. Pero a los gritos. Lo cual, de paso, demoró a la Federal en su inminente represión -escuchame, Plaza de Mayo!!! Nooooo, vayan a Soldati, che! ahí, sí, todo bien, pero venir al microcentro a invadir el espacio público- bien, la Federal demorada, con un pelado de corbata y barriga -al frente del operativo- derivó en que los maoístas y troskistas vivaran al compañero Madariaga, nuevo ídolo de las sectas altamirianas y orientales. Acá lo cuenta Pedro al episodio. Y acá hay fotos.
Yo agrego algo, que me llamó la atención. Algo muy peligroso.
La discusión con el jefe del operativo era subida de tono. Los canas se habían zarpado, y el jefe del operativo lo sabía. Entonces llegó un patovica, que se movía con libertad entre el cerco policial, vestido de civil, grandote, a patotearnos.
¿Qué hace un hombre de remera, patoteando, entre los policías uniformados? Evidentemente, respondía al jefe del operativo. Pero no se movía en ningún orden -como los uniformados-y nada destacaba su lugar institucional ahí.
¿Qué pasa con estos lúmpenes, porqué los jefes de los operativos los contratan, qué hacen, qué misión cumplen?
Soldati por Aníbal Fernández
Un grupo importante de familias, se asentó en el parque Indoamericano –según sus propios dichos- con el objeto de peticionar ante las autoridades de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. La petición no es otra cosa que, exigir las soluciones habitacionales prometidas en la campaña electoral.
¿Cómo se originó esta toma? Esta semana el PRO dio origen a su campaña electoral anunciando la entrega de los títulos de propiedad de los terrenos sobre los que se habían construido casas en villas como Piletones, Villa 20, Villa 1-11-14 y las Villas 3, 6, 17, 19 y 21-14. Con este objetivo los diputados Enzo Pagani y Cristian Ritondo presentaron un proyecto en la Legislatura para reformar el Código de Planeamiento Urbano. Cuando este proyecto fue anunciado con efusividad electoralista, lo primero que se provocó fue que una banda organizada atacara el obrador que tienen las Madres de Plaza de Mayo en Los Piletones, con 400 casas casi terminadas. Ese grupo fue rechazado por los trabajadores del obrador, pero alentados por esas promesas de inicio de campaña electoral, la gente de las villas se lanzó a ocupar el predio del Parque Indoamericano. Esta fue la consecuencia de la promesa del PRO. Hay una importante cantidad de denuncias de los ocupantes de haber sido motivados a tomar el predio, previo pago de $700.
sigue acá.
Rajemooooooos
Tres notas -con fuertes críticas al gobierno- para comprender lo que sucede (estaba por poner sucedió) en Soldati, barrio de habitantes en la villa y usurpadores, a diferencia de los más sofisticados vecinos de otros barrios sin intendentes del conurbano ni gobernadores feudales, sino más bien opinando en encuestas PRO cuál bache debe ser prioridad:
1
2
3
y el blog del Conu, por supuesto.
Y para aflojar y reírse tiernamente, la última de Pino Solanas y un desconcertado Busti (que no sabe si apoyar -las elecciones en Entre Ríos son junto a las nacionales, y será reelecto Sergio Urribarri por el kirchnerismo, segundos saldrán los empresarios sojeros que alquilaron la UCR) que no sabe si apoyar a Macri o a Duhalde, pero también lo llaman de acá.
Basta. Apagá la luz y cerrá todo, rajemooooos.
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y el blog del Conu, por supuesto.
Y para aflojar y reírse tiernamente, la última de Pino Solanas y un desconcertado Busti (que no sabe si apoyar -las elecciones en Entre Ríos son junto a las nacionales, y será reelecto Sergio Urribarri por el kirchnerismo, segundos saldrán los empresarios sojeros que alquilaron la UCR) que no sabe si apoyar a Macri o a Duhalde, pero también lo llaman de acá.
Basta. Apagá la luz y cerrá todo, rajemooooos.
sábado, diciembre 11, 2010
La mejor posición sexual
Epa! Con esos títulos, vienen todos. Pero, el tema, nada que ver. Esto ya parece la revista Noticias: el título es drástico, fatal, final, luego, nada de nada. Y lo poquito, chamuyo, bolazo. En fin. Esta tarde voy al cierre del ciclo político de los Negros de Mierda. Va a estar Piumato, así que me voy a tomar un vino con él y con Marcela. Y después, Artemio lo va a gastar y así.
Vamos al punto.
Tras ver las conferencias de prensa de hoy, modifiqué mi posición original (oh, qué acontecimiento, Carrasco cambió de posición, je, andá, ególatra, a quién le importa que cambies de posición) sobre el Ministerio de Seguridad. Pero, Mariano, lo explica mejor:
Digo, sin valorar, me parece percibir por lo que escuché en las conferencias, y lo que intuyo a partir de lo que calculo que no se dijo, es que si el Gobierno Nacional no intervino antes fue por una especie de rebeldía de la Federal.
Frente a ese hecho grave e inconfesable, cambiarle la autoridad política a la policía, en un acto en el que no se deschava del todo la gravedad institucional, no me parece una mala decisión. Al contrario, me parece hábil.
Habrá que ver cuáles son las consecuencias. Estaría atento, en las próximas horas, a la aparición de tumbas profanadas.
Pero son solamente especulaciones.Y sigue acá.
Ahora bien, algunas certezas:
1) Soldati muestra el problema de clase, DE CLASE, que es eventualmente, y por nuestra historia y cultura, cruzado étnicamente. Los paises son una circunstancia. El problema de clase, Soldati, muestra la argentina real, sus dramas y conflictos estructurales e históricos.
2) Sí, seguramente hubo operaciones, conspiraciones, tajadas. Pero no son el factor estrcutural ni más que un condicionante.
3) La desigualdad geográfica es un problema central de nuestro país. No se puede revertir en cuatro ni siete años. Pero ni siquiera se piensa como problema. Y el federalismo es una cuestión NO resuelta, ni siquiera, ya, pensada.
4) Hay que industrializar el país, pero especialmente, las fronteras, en pos de la integración social sudamericana. Y local.
5) Al igual que en la soja, en la construcción y el mercado inmobiliario opera como factor principal la lógica financiera. Por eso, tenemos un mercado financiero formal tan pequeño.Difícilmente un mediano país del sur tercermundista pueda modificar esto. Sí, se puede poner sobre el tapete que la banca pública -pese a los anuncios- nada hizo para emparchar esto. Opera como un jugador financiero más en el mercado bancario, excluyendo, social y geográficamente, a las mayorías. La ley de entidades financieras que proponen Heller y Sabatella, no modifica para nada esta situación. Hay que poner los bancos en esta discusión, también.
¿Porqué los más pobres y excluidos geográficamente no pueden acceder a créditos hipotecarios?
6) Ayer, al encontrarme en San Telmo con un amigo, escritor, pensaba, justamente, esto: hubo un tiempo en que cada provincia tenía su escritor, existían, también, las economías regionales, Perón tenía esto en la cabeza (por caso, la reforma agraria de Jujuy); los milicos en las dictaduras lo desmontaron, previendo hipótesis de conflicto con los países hermanos. Los 30 años de neoliberalismo terminaron de vaciar este montaje. Pero, también, operaron fuerte en la cultura: se ha renunciado a pensar el país y sudamérica desde su cumplejidad, sus dramas históricos, sus condicionantes estructurales.
7) Sí, estoy un poco pesado. Hablemos, mejor, de sexo.
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