Da como cosa. Analistas del campo popular, progresistas, "demostrando" que no hay una "invasión" de inmigrantes, con datos del censo. A la defensiva. Contra las cuerdas. Luchando contra los mieditos que dispara el espejo. Debilitadas las convicciones naturales. Da como cosa.
La señora de Almagro pagas sus -poquitísimos- impuestos, para servicios que financian también los formoseños (que no reciben ese servicio) ese dinero, señora, luego, por vía de Macri, ese semianalfabeto elemental, va en una parte a los bolsillos del inmigrante vip Durán Barba, por realizar un estudio que comprueba que a usted, señora, no le gusta mucho el bigote de Mauricio;entonces, con la plata del estudio del bigote, Durán Barba, se compra una casa -a la que le faltan algunos arreglos- en Almagro, y unos bolivianos, y ecuatorianos no tan vip, albañiles, hacen, de esa casa, tras demolerla, un edificio, que Durán Barba, señora, le escriturará, entre otros, a quizás, usted, un dos ambientes, por ejemplo. ¿Nota quién fue el verdadero creador de la riqueza? Todos, en la cadena, incluido el vago de Mauricio, el "Jefe" de los pucheritos, pero eso sí, los formoseños, los ecuatorias no vip y los bolivianos, pusieron el mayor esfuerzo, y son los que menos recibieron.
Una pena, la verdad, que no hayan llegado más inmigrantes a crear más riqueza a este gran país. Una pena.
La argentina, señora, está perdiendo atractivos.
Con Perón esto no pasaba.
Con Irigoyen, tampoco.
Con Sarmiento, fíjese, esto no pasaba.
Nos están faltando, parece, grandes estadistas.
Los siete años de crecimiento K nos depararon, como inmigrantes, a españoles más bien formados, como nosotros, señora, en el sutil arte del chamuyo, el intercambio de hostel y el aprovechamiento de nuestro generoso sistema financiero: el de la renta fantasmal del mercado inmobiliario y del mercado "del campo". Todo bien, señora.
Pero alguien tiene que lavar los platos.
Por ahí, quién sabe, una excursión a los indios ranqueles, se convierte, también, en un paseo turístico top. Y como el aceite de oliva (tan denostado hace décadas) y el puchero, se ponga, de pronto, de moda. Y le presentemos, a la visita, a nuestra mucama paraguaya. En vez de tener un tío en Italia, un amigo que hace de mucama paraguaya pero en Barcelona, una foto de la nena -que se fue gracias a la UBA- frente a la torre ésa de París, tan demodé.
Son cosas que pueden pasar.
Si hasta se puso de moda, fijate, la rúcula.
Ese yuyito. Tan top.