lunes, octubre 13, 2014

Antonio Cafiero asume el ministerio de economía en 1975

IVO CUTZARIDA

LOS TRES GRANDES LIBERTADORES DE AMÉRICA. SAN MARTÍN, BOLÍVAR Y CAFIERO




Los psicópatas del setentismo imaginario suelen suplir con textos pasados de moda el rol que la Iglesia Católica tuvo en su formación violentamente mesiánica. Algo que, en cierto modo y más allá de los revival trasnochados que se intentan con Susanti Pancho, no deja de ser bueno.
Pero es en los ochenta donde se formó nuestra dirigencia política. De ahí surge el arsenal de medidas fracasadas que tanto le gusta a la vieja a la hora de empobrecernos.
La muerte de Cafiero, un tipo lo suficientemente irrelevante como para que todos le rindan homenaje, se superpone a la muerte de Raúl Alfonsín, quien también derivó a una leyenda. Básicamente falsa.
Cafieron ingresó al peronismo desde el catolicismo ultraconservador. Le renunció a Perón como ministro cuando el General se peleó con la Iglesia Católica. Con el mismísimo Papa de entonces. No hizo como la vieja que anda arrastrándose ante Bergoglio para que no la metan presa por narcotragficante. Decí que Bergoglio es un hombre de bien, que a cambirao de dinero para las deudas de la monarquía se besa con narcotraficantes, ricachones haraganes, ladrones del presupuesto público y cuando freaks de la farándula o el deporte, quiere fotografiarse con el Carlos Menem del Vaticano.
Tras tranzar con la dictadura que volteó a Perón, Cafierito , como le decía Perón para substimarlo, se hizo fans de la primer esposa en heredar el gobierno. Isabel Martínez de Perón. Cercano a los gremios más patoteros de los setenta, fue víctima de la dictadura posterior y paseó, ya en democracia, su oportunismo visceral juntando los restos dispersos en esa peque;a burguesía vanguardista que fue la izquierda peronista.
Todo lo demás es conocido.
Pero el dato principal es que detrás de Cafiero y su oportunismo, la creación de un peronismo alfonsinista, está el gran teatro de operaciones de la política actual. Si la vieja le chupa las medias a los cómplices de la dictadura, el Jefe del Ejército y el Jefazo de los Católicos y pone como vicepresidente a uno que en los ochenta cantaba a favor de la impunidad dictatorial como Boudou, es porque la vieja siempre fue eso. Y como en los ochenta, un conjunto de beliebe rs, si bien distintos a los que tiene la vieja pues Cafiero nuenca fue tan vulgar, también cantaban para la liberación. De Isabel.
Los nostálgicos de esa Década Impronunciable suelen congelar los momentos históricos, sin su secuencia. Pasa con Alfonsín y con Cafiero.
Como aquella peque;a burguesía que también construyó una secta en Intransigencia y Movilación, es previsible que los beliebers K sobreactúen la muerte de Cafiero, porque desde un tiempo a esta parte, los asaltantes del Estado consideran que ser peronista es sobreactuar emociones tilingas.
El último Cafiero, el que cuenta sobre la muerte de Mujica y Rucci, no será escuchado. Como le pasó a Alfonsín, son símbolos partidarios de una nostalgia por lo que no fue. Hacerlos reales, sacarlos de la intensa fantasía actual, es poco redituable.
Como con Alfonsín, con Néstor Kirchner y con Cafiero, es mejor recordarlos como quieren sus viudas políticas. Con una intensidad infinita, eterna, trascendente que por lo general suele durar dos años.
Buenas noches.

domingo, octubre 12, 2014

QUIÉN GANARÁ LAS ELECCIONES DEL 2015





Quien sepa interpretar un país que incluya a la Generación de la motito, el producto sociológico que emerge por el kirchnerismo, principalmente en vida de Néstor Kirchner, bajo la promesa de una normalidad socialdemócrata en un estado de bienestar líquido, y que luego se transformó en la principal amenaza al sistema policial que armó la vieja para regular sus negocios del narcotrágico.
1. La primer nota sobre la Generación de la motito
2. La segunda
3. De nada, chicas
Esa Generación de la motito no es la clase obrera industrial que supo interpretar el peronismo, ni la clase media chacarera y liberal que supo interpretar el radicalismo. No es el estudiante universitario peque;o burgués que puede abrevar en la izquierda ni es el ñoqui con inquietudes culturales que distingue a La Cámpora. Está lejos de toda expresión sindical y no tiene ningún anclaje territorial, por diversos factores que van desde la falta de raíces por las migraciones internas, el aumento de la criminalidad y de la violencia dentro de la criminalidad, la represión institucional y las ansias aspiracionales de huir hacia lugares más seguros. Junto con una identidad no construída en torno al trabajo, que es volátil, en negro o bien altamente protegido pero en el marco de mafias como las de las Obras Sociales que hacen inviable construir una identidad del tipo de la que negocian Caló o Moyano con los distintos gobiernos.
El que sepa interpretar ésto, prometerle un país, una ciudad, un futuro corto y flexible pero con mínimas condiciones de un país razonable, ganará.
Punto y aparte. Ahora apláudanme y cántenme la de los bombardeos. Boludos.

La vieja está jugando al enemiguito imaginario




No la atosiguéis, cipayos.
Esta semana, tras los merecidos cinco días semanales de vacaciones, la vieja presentará la nueva lista de culpables de su fracasado gobierno. Esta vez la vieja tiene pensado hacer hincapié en el oprobioso sistema holandés, aunque al cierre de esta edición, sus asesores letrados estaban buscando las causas. Sus asesores iletrados en cambio ya partieron a la embajada de Holanda para que nos devuelvan Nigeria. Andrés Larroque lloraba de emoción porque ahora no solo habla Máximo Kirchner, sino que se están saliendo los dientes.
Para este megacombate, donde se especula que Holanda sería el cul,pable de que la vieja se levante al mediodía y además se vea obligada a manejar el narcotráfico para sus cuentas en el en un exterior, el gobierno necesita, tras la muerte de Néstor Kirchner, alguien con votos. Para acercarse a Scioli, Wado le robó la billetera, en un clásico gesto camporista que el gobernador bonaerense sabrá entender.
Scioli, a quien le encanta ser humillado, ofreció a Larry de Play, el hijo de la vieja, 6 entradas gratuitas a Disneylandia. Rápidamente Wado de Pedro, llorando de la emoción y mientras hacía una salidera en el conurbano lo llamó a Máximo Triste para contarle lo de las 3 entradas. Máximo, emocionado, empezó a tirar sánguches al otro lado del tapial de Olivos, para que el pueblo también festeje esta nueva conquista derechos dignidad con semántica diferente, estigmatizada.
Se espera que esta semana Cristina Kirchner, cuando asista al homenaje permanente a Cristina Kirchner, ponga en marcha estos acuerdos sellados con Susanti Pancho para no ir presa por narcotráfico.
El pedido decomo e Susanti Pancho a cambie de no denunciar a la vieja es ese, Scioli presidente. Más la sumisión habitual que muestra la vieja ante todo poderosos. Y más cuando se trata de un Estado deficitario que solo produce perdones de saldo, como el Vaticano.
A los pibes, entradas a Disdeylandia para que festejen sus jóvenes 40 sin trabajar y a la vieja impunidad sobre el narcotráfico. Una joyita todo.
Ah, el dato que arruina todo es que la cuenta de todos estos arreglos delincuenciales, las pagamos nosotros. Oh.

viernes, octubre 10, 2014

EL ACUERDO DE CRISTINA KIRCHNER CON EL PAPA FRANCISCO

SABATELLA, EL EMPLEADO DEL MES

EXCLUSIVO. CÓMO HARÁ EL GOBIERNO PARA BAJAR LA SEGUNDA INFLACIÓN MÁS ALTA DEL MUNDO, LA BRECHA CAMBIARIA, EL SISTEMA IMPOSITIVO REGRESIVO, EL DESPLOME DEL COMERCIO EXTERIOR, EL TERCIO DE ARGENTINOS BAJO LA POBREZA, LA CRECIENTE DESIGUALDAD SOCIAL, EL DESEMPLEO EN ALZA, LA REPRIMARIZACIÓN DE LA ECONOMÍA, EL SALARIO PARA QUE LOS BELIEBERS LE CANTEN A LA VIEJA, EL AUMENTO EXPLOSIVO DE LA PRECARIEDAD LABORAL, LA BRECHA ENTRE REGIONES RICAS Y POBRES, LAS SANCIONES INTERNACIPONALES EN LA OMC Y LA CAÍDA DE LA REESTRUCTURACIÓN DE LA DEUDA










Sencillo, pondrá un canal de TV






















Lo que dice Gerardo Aboy Carlés y cómo lo dice

Gerardo Aboy Carlés

Un diálogo sobre la realidad política ante el final del ciclo kirchnerista.
Gerardo Aboy Carlés es Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid. Es investigador independiente del CONICET y profesor titular del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín. Es autor del libro "Las dos fronteras de la democracia argentina. La reformulación de las identidades políticas de Alfonsín a Menem" y coautor de "Releer los populismos" y "Las brechas del pueblo". Ha escrito gran cantidad de artículos sobre identidades políticas y populismo en revistas especializadas. Se ha desempeñado como profesor e investigador visitante en diversas universidades del país y del exterior.


Por MARIANO SCHUSTER

LA VANGUARDIA: En el arco opositor parece haber un debate según los posicionamientos ideológicos respecto a como encarar los debates con el oficialismo. Hay quienes consideran que el eje debe ser el de Republicanismo contra Populismo, y quienes piensan, desde posiciones progresistas, que deben plantarse en el debate Socialdemocracia/Neoliberalismo. ¿Como creés que debe pararse el centroizquierda en ésta coyuntura?


ABOY CARLÉS: Creo que la forma de posicionarse desde ambas dicotomías tiene una relación bastante estrecha con la transformación del kirchnerismo. Dicho muy someramente: el ciclo inicial del gobierno estuvo en una cuerda mucho más cercana en cuanto a régimen político a lo que había sido el primer tramo de la democracia en la Argentina. En ese contexto podían existir algunas críticas a la concentración de poder pero estaban destinadas relativamente al fracaso. Entonces, había un espacio más fuerte para una crítica más profunda a nivel socioeconómico por el proceso de devaluación de casi el 300% donde se jugó, básicamente, a una recuperación sobre la capacidad instalada sin diseñar un país a largo plazo. Si no podemos advertir la mutación del gobierno, por lo menos en la esfera del régimen de convivencia y del régimen político entre el 2004 y el 2013/14, estamos en problemas.
Yo creo que hoy prácticamente es imposible que una dimensión que enfatice aspectos sustanciales del régimen político no esté en el discurso y el planteo de la oposición, cosa que sí podía estar o no estar a principios del ciclo. En el plano económico hay una alternativa muy difícil. El desastre al que llevó una política no coordinada y, al mismo tiempo, no demasiado inteligente de controles, necesariamente ha opacado la posibilidad de estructurar con cierta pretensión de consensos, una política crítica de las posiciones más pro-mercado. Esto no quiere decir que no haya que ensayar una fusión entre políticas de mercado y algún tipo de alternativa progresista. Pero lo cierto es que hoy en el espacio opositor, por el fracaso de ciertas medidas de control autoritario del gobierno que no tuvieron efectos, se establecen complejidades claras para estructurar un discurso de ese tipo.

LV: ¿Cuales creés, entonces, que deben ser los principales ejes del centroizquierda?

AC: Creo que, básicamente, el centroizquierda debe repensar un proyecto de país de aquí a veinte años. Sobre todo porque, en un futuro no muy lejano, puede que la extracción primaria de petróleo se transforme en la base sustancial de su aparato productivo. El centroizquierda se debe una discusión sobre estos asuntos. Pongamos, por caso, el tema minero: ¿va a tomar la actitud de Solanas de un rechazo global a la actividad minera o va a actuar con mayor seriedad en relación a un tópico tan trascendental como éste? Sucede que, a veces, cuando sectores del centroizquierda hablan maravillas de la minería tradicional contraponiéndola a la minería a cielo abierto, uno se pregunta: ¿Y que prefieren, a la gente dejando los pulmones en el socavón? ¿Esa es la alternativa humanitaria que tiene la izquierda para ofrecerle al país y a la humanidad? Yo creo que la izquierda progresista debe tener una política de avance con estos temas. Las cosas que debería discutir no es si la Barrick Gold puede tener o no un emprendimiento, sino porqué la Barrick Gold no construye una refinería de oro y paga las retenciones pertinentes para una posterior distribución de los recursos.
El centroizquierda tiene el ejemplo de un modelo que ha fracasado. Y es el actual. La sustentabilidad del modelo kirchnerista – que ya venía en parte del duhaldismo – es la que vemos: la del tiempo del propio proceso de crecimiento muy lento de nivel de vida de unos sectores que lleva a comerse una productividad que estuvo vinculada, esencialmente, a la magia sobre el tipo de cambio.
En ese marco, la izquierda precisa cambiar el paradigma y salir de la histórica propensión de la vía administrativa para generar políticas de más largo plazo.
La alternativa es, en definitiva, pensar cómo se podría usar la altísima productividad en el sector primario, petróleo o minería, no solamente para derramar en trabajo no productivo sino en trabajo sustentable a largo plazo que pueda tener algún tipo de valor agregado. Porque sino, la alternativa que es la misma que la de la derecha: la expansión a diez años y la crisis catastrófica. Y cada crisis catastrófica en términos sociales te coloca en un lugar cada vez peor.