domingo, septiembre 04, 2011
sábado, septiembre 03, 2011
La Mirtha Legrand de la UBA (con nuestros impuestos)
Contesta Barragán:
La vida es sorprendente. Beatriz Sarlo para criticar a Randazzo y defender a Joaquín Morales Solá y a la gran prensa independiente argentina donde ella publica sus escritos breves y difunde sus análisis en proclamas sonoras tomó como caso testigo a Tinta Roja, un pequeñísimo programa que va de 13:00 a 14:00 en Radio Nacional con Cynthia Ottaviano, Thelma Luzzani, Mariana Moyano, la muy esporádica participación de Artemio López y la mía. Aunque eligió agarrársela con Ottaviano y conmigo.
Las críticas de la crítica literaria fueron básicamente las mismas que recibe 678 o cualquier medio simpatizante del gobierno: que nosotros mentimos cuando denunciamos operaciones de prensa porque la realidad es que La Nación y Clarín hacen todo bien. No me voy a extender en esto porque me voy a permitir ocuparme sólo de la parte que Sarlo me dedicó particularmente. No por mí, sino porque creo que implica una avanzada que va del plano de la discusión al de la impugnación.
Sarlo de manera resumida y muy prolija dio su definición sobre qué es Tinta Roja y quiénes lo hacen. Cuando llega mi turno Sarlo dice (y es sic) “…está Barragán haciendo sus chascarrillos habituales, o sea que hace doble turno, Barragán. Parece uno de esos inmigrantes de comienzos de siglo que trabajan las 24 horas haciendo lo mismo, porque hace doble turno con 678 a la noche.”
Sarlo de manera resumida y muy prolija dio su definición sobre qué es Tinta Roja y quiénes lo hacen. Cuando llega mi turno Sarlo dice (y es sic) “…está Barragán haciendo sus chascarrillos habituales, o sea que hace doble turno, Barragán. Parece uno de esos inmigrantes de comienzos de siglo que trabajan las 24 horas haciendo lo mismo, porque hace doble turno con 678 a la noche.”
INMIGRANTE DOBLE TURNO
Gonzalo llegó de España alrededor del año 1933, era mi abuelo Gonzalo González, (porque mi nombre legal es Carlos Adolfo González Barragán, pero por esos misterios desde primer grado todo el mundo decidió llamarme sencillamente Barragán, el de mi madre, descartando el resto). Gonzalo venía de Préjano, un pueblito de montaña en el centro de la Rioja española. Había trabajado en las minas de carbón desde los 11 años, porque el tamaño de los niños era el ideal para pasar por aquellos túneles estrechos y profundos que dejaban pesadillas de por vida a sus sobrevivientes. Fue un inmigrante de principios de siglo que apenas llegó se fue a Balcarce a la cosecha de papas; me contó más de un vez -más de varias, como hacen los viejos- que la cosa consistía en colgarse una bolsa a la cintura, agacharse y escarbar el suelo para depositar las papas en la bolsa. Llenar la bolsa y descargarla en un carretón, y anotar la carga porque cada una sumaba los centavos que se convertirían en los pocos pesos que eran la paga del inmigrante. Mi abuelo Gonzalo debió haber trabajado doble turno en aquellos tiempos. Supongo eso porque a pesar de haber sido un pibe de 16 años él recordaba muy bien cómo le dolía todo el cuerpo cuando llegaba la noche y se iba a dormir en alguna tienda de campaña, o debajo de las grandes y altas carretas que transportaban la riqueza de la tierra.
Gonzalo llegó de España alrededor del año 1933, era mi abuelo Gonzalo González, (porque mi nombre legal es Carlos Adolfo González Barragán, pero por esos misterios desde primer grado todo el mundo decidió llamarme sencillamente Barragán, el de mi madre, descartando el resto). Gonzalo venía de Préjano, un pueblito de montaña en el centro de la Rioja española. Había trabajado en las minas de carbón desde los 11 años, porque el tamaño de los niños era el ideal para pasar por aquellos túneles estrechos y profundos que dejaban pesadillas de por vida a sus sobrevivientes. Fue un inmigrante de principios de siglo que apenas llegó se fue a Balcarce a la cosecha de papas; me contó más de un vez -más de varias, como hacen los viejos- que la cosa consistía en colgarse una bolsa a la cintura, agacharse y escarbar el suelo para depositar las papas en la bolsa. Llenar la bolsa y descargarla en un carretón, y anotar la carga porque cada una sumaba los centavos que se convertirían en los pocos pesos que eran la paga del inmigrante. Mi abuelo Gonzalo debió haber trabajado doble turno en aquellos tiempos. Supongo eso porque a pesar de haber sido un pibe de 16 años él recordaba muy bien cómo le dolía todo el cuerpo cuando llegaba la noche y se iba a dormir en alguna tienda de campaña, o debajo de las grandes y altas carretas que transportaban la riqueza de la tierra.
Esperar que pase algo.
Omar, cuenta del cumpleaños de su hijo:
Cumpleaños Nª 21 de mi hijo, desocupado, padre de un bebé hermoso.
Su esposa (mi nuera) y su hermana y hermano, su hermana ocupada en una cooperativa (casi un plan, aunque hay que valorar el esfuerzo), soltera sin hijo, con su novio, licenciado en relaciones publicas, no encuentra laburo estable a pesar del titulo, está vendiendo chucherías en la calle.
El hermano de ella y su esposa, planes y changa, un hijo; áspero el panorama por que a las dos familias no les alcanza ni para ellos, menos si se agregan mas bocas, aunque un hermano mio en medio de la malaria solía repetir que donde apenas comen 5, siete se cagan de hambre pero solidariamente.
Franquito es un tema aparte, sin padre la madre lo crió a los tumbos, pero el se la arregla para salir adelante, es el pintón del grupo, eso ayuda, si sale a vender vende, pero nada de estable hay en sus trabajos, el horizonte que tiene este chico que quiero como a un hijo es el mismo que puede tener cualquier miope (como el que escribe estas lineas)
Y asi hasta completar la veintena de chicos de aprox 20 años que estaban en casa ayer
¿que hago?, ¿que hacen?, espero?, esperan? que esperan?
Sigue acá.
viernes, septiembre 02, 2011
muy crispado, el Escriba, pero bue, es su estilo: confrontativo, ácido, duro....
Escribaaaaaaaaaaaa
La cosa es más o menos así. Una forma bastante fructífera de pensar el espectro de identidades políticas en la Argentina es considerar que el mismo se divide en cuatro cuadrantes. Existe la derecha y la izquierda, sí. Pero también lo “culturalmente popular”, por un lado y lo “bien educado”, por el otro. Lo “crudo” y lo “cocido”. Dicho de otro modo aunque no exactamente, el “peronismo” y el “no-peronismo”.
Así, tenemos la izquierda “no peronista” y la izquierda “peronista”. Además, la derecha “no peronista” y la derecha “peronista”. Cuatro cuadrantes.
Yo sé que esto que voy a plantear es parte de un “microclima” pero creo que es momento de abordarlo con buena onda. Mi opinión personal es que el proyecto político oficialista en la Argentina no es sustentable si se desconoce a “los cuadrantes de abajo” en cuanto al estilo, la mirada, la impronta, incluso sectores de esa dirigencia y sus modos de pensar la política. Se trata de sectores que abordan la política de una determinada manera, con determinada Historia, identidad, prácticas que vaya si existen, vaya si tienen arraigo, vaya si tienen efectividad.
Ahora, una cosa es pensar que esa parte del espectro de identidades y prácticas políticas no se puede desconocer y otra, como estoy leyendo por ahí, que es la única que existe.
No llego a entender la lógica que indica que como Cristina “atrapa todo”, que como obtiene un 50 por ciento de los votos con un esquema complejo que atrae adhesiones de todos los sectores -sí en distinta medida, pero de todos los sectores -, eso confirma que “lo mejor” y que casi “lo único” que existe en materia de prácticas políticas es lo que ocurre en los cuadrantes “de abajo”.
O sea: se puedo agarrar de todos lados, como pueden hacer Mauricio Macri o Cristina Kirchner. Ahora, ¿eso hace a uno igual que al otro? ¿Hace a ámbos (sólo) peronistas?.
En otras palabras, el eje izquierda – derecha sigue existiendo en la Argentina (no es el único, pero sigue existiendo). Y no todo es “abajo”.
Así, al mismo tiempo que el kirchnerismo parece haber hecho implotar la idea de un “progresismo sin más”, resulta absurdo pensar que todos los públicos a los que les habla el oficialismo (y ahora les habla, eh, les ha-bla) están ávidos de ser conducidos por señores que se expresen full time un enfoque equiparable al de Heminio Iglesias en una sobremesa.
Sigue acá.
Empatía! Naaa, MEC, usar la palabra Empatía en un título es lo más...
Liderazgo populista y empatía aspiracional
(Columna de la politóloga María Esperanza Casullo)
Han surgido líderes políticos que, con estéticas y lógicas distintas al populismo clásico, establecen lazos similares con su base electoral.
Un componente esencial de los liderazgos populistas es la relación afectiva directa y personal que se establece entre el (o la) líder y sus seguidores. Lo característico de este lazo de representación es su carácter fuertemente emocional; el lazo populista es, ante todo, una relación afectiva que se establece entre líder y seguidores, sin que medie una ideología, un programa o una estructura partidaria. Como lo expresó Max Weber, la representación populista es carismática, es decir, se basa en la creencia de que el líder está investido de características especiales que trascienden al común de las personas.
Si bien existe consenso acerca de cómo es el lazo de representación populista, poco se ha escrito acerca de los diferentes contenidos que el mismo puede expresar. Hay consenso acerca de que la relación es directa y personal. Es necesario avanzar en la identificación de subtipos según el tipo de afecto que es investido por los seguidores en el (o la) líder o según sean las cualidades que le son reconocidas como parte de su carisma personal.
Este tema ha sido mejor tratado para los populismos clásicos o de izquierda, como los de Juan Domingo Perón o Getulio Vargas. En estos casos, la apelación afectiva estaba basada en una promesa de redención popular. Estos líderes se comprometían personalmente a llevar adelante la causa de redimir la tragedia de un pueblo que había sido robado de su destino histórico por un actor social (en general la “oligarquía” o otros sectores de la élite económica aliados con el “imperialismo” internacional). Esta promesa redentora se expresaba concretamente en el compromiso del líder de llevar adelante una redistribución económica que haga llegar rápidamente bienes y servicios a los sectores populares.
cómo me gusta la palabra pelotudos.
Mariano, sobre las reservas del Banco Central:
Las reservas del BCRA bajaron ayer hasta 49.979 millones de dólares. Por abajo de los 50 mil millones.
Esto pasa como consecuencia de una demanda de dólares muy fuerte, y una intervención importante del BCRA (venta) para contener el precio del dólar. Que de todos modos viene subiendo. A un ritmo anualizado de 12%.
Esto da un par de puntos para analizar.
Primero: ver la correlación entre la demanda de dólares y la liquidez en pesos. Por ejemplo, en esta última semana el Central no renovó LEBACS y NOBACS en número importante.
Esos papeles se habían colocado anteriormente a los bancos, con buena tasa de interés, con el objetivo contracíclico de mantener pesos inmovilizados. "Esterilizar" la emisión hecha para comprar dólares y mantener alto el tipo de cambio.
Entonces, si en lugar de renovar el instrumento el Central paga, vuelca al mercado los pesos que mantenía inmovilizados, y que lógicamente se invertirán.
Así, confirmaríamos la hipótesis de que el proceso conocido como "fuga de capitales" es intrínseco al esquema. Y surge con mayor o menor fuerza, según las circunstancias.
Por ejemplo, la demanda de dólares se enfriaría si faltaran pesos, pero se calienta cuando hay.
Pesos que podrían comprar bienes, o meterse en plazo fijo (la tasa sube a 13%) o, en momentos en que los "expertos" aseguran que después de las elecciones podría haber una devaluación, podrían ir a compra de dólares. Que es lo que ocurre.
O sea, hay plata en la calle = inflación y fuga, auto compensadas, aleatoriamente (como efectos residuales de muchas otras cosas buenas, como más empleo, más producción, mejor poder adquisitivo en líneas generales).
Sigue acá, pelotudos.
Las reservas del BCRA bajaron ayer hasta 49.979 millones de dólares. Por abajo de los 50 mil millones.
Esto pasa como consecuencia de una demanda de dólares muy fuerte, y una intervención importante del BCRA (venta) para contener el precio del dólar. Que de todos modos viene subiendo. A un ritmo anualizado de 12%.
Esto da un par de puntos para analizar.
Primero: ver la correlación entre la demanda de dólares y la liquidez en pesos. Por ejemplo, en esta última semana el Central no renovó LEBACS y NOBACS en número importante.
Esos papeles se habían colocado anteriormente a los bancos, con buena tasa de interés, con el objetivo contracíclico de mantener pesos inmovilizados. "Esterilizar" la emisión hecha para comprar dólares y mantener alto el tipo de cambio.
Entonces, si en lugar de renovar el instrumento el Central paga, vuelca al mercado los pesos que mantenía inmovilizados, y que lógicamente se invertirán.
Así, confirmaríamos la hipótesis de que el proceso conocido como "fuga de capitales" es intrínseco al esquema. Y surge con mayor o menor fuerza, según las circunstancias.
Por ejemplo, la demanda de dólares se enfriaría si faltaran pesos, pero se calienta cuando hay.
Pesos que podrían comprar bienes, o meterse en plazo fijo (la tasa sube a 13%) o, en momentos en que los "expertos" aseguran que después de las elecciones podría haber una devaluación, podrían ir a compra de dólares. Que es lo que ocurre.
O sea, hay plata en la calle = inflación y fuga, auto compensadas, aleatoriamente (como efectos residuales de muchas otras cosas buenas, como más empleo, más producción, mejor poder adquisitivo en líneas generales).
Sigue acá, pelotudos.
jueves, septiembre 01, 2011
Candela
Si el crimen de Candela se resuelve, o para exigir que se resuelva, será por acción estatal, jurídica, policial, en suma, por la política, no por los gritos de Ricardo Darín, que hace una patética, seguramente bien intencionada pero imbécil, utilización moral del crimen de Candela.
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