Es cualquiera. Así nomás.Te lo digo. Qué hago acá, yo, decime, Agustina. Hombre grande. Y equivocado. Una vez le mandé al Edu Toniolli un mensaje, tierno y sofisticado, algo crispado y sexual, lo admito, pero no era para él, sino para Lucila. Me equivoqué de remitente. El Edu, con diplomacia, me contestó, "Carrasco: estás borracho"; entonces supe -cuando quiero soy sagaz- que le había errado el remitente. Ha pasado el tiempo. Gerardo Rico no me espera a cenar. Sólo me demoré tres horas. Tres horas, situado en la historia de la humanidad, no son nada. Acá, el cielo todo abierto y lindo, en Rosario. Ahora, desde su fortaleza en Luján, Agustina me dice, con ternura, que estoy, convenientemente, equivocado. Como meando fuera del tarro. Y yo acá, en Rosario. Sin nada que hacer. La puta madre. Renuncio. A no sé qué. Marianita dice que, epa, te zarpaste: con Agustina no te metas, sabelo, te voy a acogotar. Las calles están tan solas. Qué les pasa. Es el socialismo, tan conservador. Tan, convengamos, tan voluptuosamente grasa. Así, no. Otra oportunidad -la de divertirnos- que perdemos, esas oportunidades que como el viento de cola que nos empomará sólo se dan cada 462 años. Cualquiera. No sé qué es de la vida de Eliézer. Se hace el vivo, no me llama, boludea, turro. Te lo quería decir, Eliézer, y que como querella no suene, ser progresista, posta, es lo menos. Más si se trata de sofisticados progresistas. Dios, no. Ponele onda.
462 años perdiendo el viento de cola. Es brava, pienso al pasar, Luciana, je. Es brava la mina que está conmigo en la radio. Se ríe, también, del arzobispo. Eso no se hace. Cuando el Betta deje de ser el director, nos vuelan, por otros 462 años, de la radio. Uffff. Tanto progresista porteño. Delicadamente maricón. Puntillosamente rebeldes: hoy hablaremos del "orgasmo femenino", jo jo jo, putitas reprimidas, con eso sos menos valiente que Chacho Alvarez mandando la cana a asesinar. Que me baja el contrato. Por el miedito, nada putita, que le genera. No quedar bien con Silvestre y Bonelli. Debo tener una cara de boludo impresionante. Ja. Debo parecer un boludo impresionante. La puta madre. Turros. Eso sí que es progre: quedá bien con el arzobispo, con los poderes económicos, con los maricones rentados, con los escritores de huevadas, con el chantismo cultural, con el imperioso caretaje que, señora, como periodistas, le vendemos para consumo de usted, que es tan, mecánicamente, tonta. Usted, señora, damos por descontado, desde nuestra productora, es convenientemente estúpida. Lamento, señora, que usted todos los días me de la razón. Volvamos. Así, no. Así no salimos. Sólo como un boludo, siempre. Los otros se van a cócteles, brindan con sidra, se saludan y odian risotadamente, garchan y trafican sus influencias y yo me quedo afuera, más aún, es bastante simple: me cago en el chantismo cultural, en los nombres y apelllidos de esa estupidez que, nada, dejalo ahí. Agustina, te extraño. Sos preciosa.Y esas barricadas que tienen tus ojos. Tan anticonsensuales, el azúl marino, de tu mirada severa. Rosario me tiene podrido. Yo, por vos, soy capaz de matar al Edu Toniolli. Así nomás te lo digo, eh. La sutilidad y los matices siempre deben ser apreciados tras una buena trompada sindical contra el banana que te quiera chamuyar. Mi sueño. La magia que te queda. Los mundos que te regalaría. Las terminales que me sobran, sabelo, te piensan a cada rato y con cada vuelta de tuerca que. Si supieras. Una más. Después nos vamos. Mozo. Digo, yo. Pará. Sí, te escucho, pasa que.
No me alcanza.
debería ser cantante.
Qué daría, Agustina, yo, por ser Cacho Castaña. Qué daría. Agustina. Qué linda que sos.
Los mundos que me quedan te los regalo, te los envuelvo con moño. Tengo un montón de mundos que te inventé,que te calzan justo, que son tuyos, sin beneficio de inventario, llevalos, remontalos, como a un barrilete, cursi y entrador como esta cumbia santafesina, yo, Agustina, te quiero. De verdad. Y que el resto del mundo se vaya a la mierda.