miércoles, enero 12, 2011

Dudas




Cosas que no entiendo: ¿Porqué los ultrasubsidiados empresarios rurales tienen créditos a tasas 0 -es decir, tasas que pagamos todos- y los que ocuparon el Parque Indoamericano no tienen acceso al crédito hipotecario? ¿Porqué a los que no necesitan pero les subsidiamos los créditos les creamos el ministerio de agricultura, y los hacemos acompañar amablemente con el ministerio de trabajo (muy buena, al fin, decisión) y a los que necesitan créditos pero se los negamos les creamos un ministerio de seguridad?

martes, enero 11, 2011

¿Porqué están los de la Barcelona en Radio Nacional?



Yo venía, por diversas cuestiones, no laborales, casi todas las semanas, desde Santa Fe o Entre Ríos, a Bs As. Cuando me separé, ya podía andar más suelto. Coincidió que me llamó María Seoane, directora de Radio Nacional.
Lo que voy a contar es muy divertido.
María me ofrecía trabajar en Radio Nacional, pero tenía que estar viviendo acá. El problema es que iba a cobrar 2.000 pesos y, con esa plata, no vivo.
Pero si me volvía a Entre Ríos los fines de semana, y no estaba más que cuatro días acá, podía zafar. Esto fue a principios de año. Yo pensé, bue, agarro eso y después veo en otros lados. Me va a quedar tiempo.
Tuve varias reuniones y charlas.
Una vez, estaba llegando a Bs As, porque tenía una reunión con María. A las 18 hs. Un par de horas antes, me suena el teléfono. Me invitaban al acto en la Casa Rosada por la presentación del informe sobre Papel Prensa, donde la Presidenta iba a presentar una denuncia penal contra Clarín y La Nación.
Llamo por teléfono:
-Hola, María, nos confundimos el horario, pactamos la reunión justo cuando está lo de Papel Prensa. Pero a mí me acaban de invitar así que nos vemos ahí.
-Yo no voy.
-¿Por?
-No, yo tengo que preservarme.

El preservativo progresista.

Sigamos.
María me contaba que estaba pensando para este año cambios en la programación. Los de Barcelona -los que consideran a Cristina y Aníbal como represores- iban a seguir los sábados, yo y otros íbamos a ir de lunes a viernes -en el horario que ahora está Barcelona, ya les cuento porqué-.
Pasan un par de semanas y empiezan a tramitarme el contrato. Pasan un par de semanas y Leuco me denuncia con bombos y platillos.
Suena el teléfono, a los pocos días: era el Gerente Comercial de Radio Nacional, llamándome de parte de Seoane.
-Mirá,  Carrasco, por todo este quilombo que armaste, tenemos que frenar el contrato.
-Está bien, lo entiendo.
-¿Estás enojado?
-No,para nada. Todo bien. Un abrazo.

Mentira, me recontra rompía las pelotas: cómo, Seoane, eh? Ahora entiendo cuando me llamaste contenta porque Carrió -sobre Papel Prensa- hablaba bien de vos en TN, jeje.
Bueno, ala noche de ese mismo día, salí a tomar algo con unos amigos. Nos cagábamos de risa del despelote al pedo que había armado el cobarde de Juan Cruz Sanz, chico fabulador si los hay (pronto se viene la fábulade una supuesta biografía de Cristina, escrita por este chico que, sabés cómo les pidió a la editorial que se lo publiquen? Diciéndole que yo y otros los odiabamos y por eso iba a tener prensa y relevancia: ja, yo te quiero, che!) y entonces, conté lo de Radio Nacional.
Que, a su vez, un amigo, que estaba esa noche, muy reservadamente, se lo comentó a no vamos a decir quién, pero bue, en la Casa Rosada. Que llamó a Seoane y le ordenó que me contratara de nuevo.
Al otro día, suena el teléfono unas 80 veces, hola, Lukitas! (ya volvía a ser el tierno Lukitas...)
Bueno, me reúno con Seoane, y me cuenta que ella de ningún modo iba a permitir que me saquen el contrato,que había luchado y bla, bla, bla. Hubo algo muy divertido, transcribo: "me pareció que la operación de prensa que te hicieron fue una barbaridad, en tapa de Clarín. Yo hasta le ESTUVE por mandar un msj de texto a Ricardo Roa" Le estuve, genial. Y Leuco ESTUVO por matar a Menéndez, más aún, yo ESTUVE por ganar el premio Nobel de Física.  Puro chamuyo, obviamente. Yo no le conté que sabía la verdad, porque me daba lástima.
Todo muy lindo.
Y pasé de valer 2000 pesos a 3000, seguía valiendo bastante poco, pero bue.
Para no esperar la nueva programación, me mandaron a un programa de la Nacional Rock, yo tenía que ser columnista. Y empezar equis día.
Fui a firmar el contrato.
Fui el día -de un fin de semana- que tenía que empezar.
Hola.
Nadie sabía nada.
Bueno, es que me dijeron que tengo que estar en este programa.
Amablemente, tuvieron -pobres- la mejor conmigo, pero nadie sabía nada.
Hola, María, la llamo.
Ah, sí, bue, ok, empiezo la semana que viene.
Voy a la semana.
Nadie sabía nada.
Obviamente, no fui más.
Y el contrato quedó en la nada. Como un pretérito indefinido. Porque yo ESTUVE por estar ahí, pero bue, hay gente que tiene que preservarse, y ser amplios. Si este año perdemos las elecciones, algunos se habrán preservado.
Muy bien por ellos.

Y en realidad solamente cuento esto porque encima, Seoane anda hablado al pedo de mí. Ya era mucho.

Qué lindo es ser amplios!



De lunes a viernes, se puede escuchar -por Radio Nacional (ya me voy a divertir un rato contando porqué yo no estoy en Nacional)- a los amigos de la revista Barcelona: un aporte a la campaña de Pino Solanas.
Qué lindo es ser amplios, no?
Claro que, ponele si en este año electoral, perdemos, y obviamente los rajas alas patadas a estos adolescentes de 40 años, la derecha no dirá que los represores originarios de Cristina Fernández y Aníbl Fernández eran amplios, o una Sandra Russo, ponele.
Eso sí, de una persona, lo dirán; o más bien, podrá, esa persona, decir, pero mirá que nosotros en Radio Nacional fuimos amplios!

¿Tiene posibilidades Ernesto Sanz



Con Cobos enfrentado al intendente de la capital mendocina y sin poder ganarle la interna para colarse como tercer concejal, la situación de la UCR es, gracias a Cobos y la violación ética de la constitución, mejor.
Resta decidir si enfrenta al kirchnerismo desde una misma familia ideológica -la socialdemocracia centroderechista que, difusa y vagamente, pantea El Hijo De alfonsín- o bien un perfil más claramente derechoso, como el de Ernesto Sanz, el cara de nada.
Con Lavagna en el 2007 y la alianza con Duhalde, es decir, desde el maquillaje de una pertenencia kirchnerista más moderada en los modales (una boludez atómica) consiguieron lo que querían: renovar las bancas en el congreso.
Hoy, la discusión interna ya no es en torno a la lealtad burocrática -después de todo, la totalidad de la dirigencia de la ONG radical fue lamebotas de Cobos hasta que cayó en desgracia encuestológica- sino que, con Sanz, el cara de nada y El Hijo De alfonsín, la discusión es más de tipo ideológica. Y, claro, pragmática: cómo ganar.
Que la mayoría de la dirigencia se alinee con Sanz, el cara de nada, puede convocar los fantasmas del Alfonsín padre, el que tenía talento político, y le ganó la interna al Sanz, el cara de nada del momento, Fernando De La Rúa. Pero.
No salimos de una dictadura de fuerte colaboracionismo radical, el peronismo no está volcado a la derecha (a contramano de la región como en los primeros años de la década del 80) y, tras la experiencia neoliberal, no se respira el clima de cansancio con el estado de bienestar del tercer mundo: crecimiento con inflación manejable, servicios de mala calidad pero a precios baratos, cuidado de la precaria industrialización y dependencia financiera.
De hecho, que la ONG radical superviviera a la caída en desgracia de Cobos, mucho debe a la estabilidad política, la fortaleza de las instituciones y el crecimiento con distribución que se está dando. Méritos que, ciertamente, no le corresponden al viento de cola ni a De La Rúa, Chacho Alvarez o Duhalde.
El problema es que no hay tantos afiliados con ganas de participar en la interna, lo que ensancha el margen de los aparatos, no tanto los burocráticos que hoy son cartón pintando (si hasta El Hijo De alfonsín, tras sacar un 5% como candidato a gobernador e ir tercero detrás de dos mamotretos gordos en la lista de diputados nacionales, le ganó una interna a Leopoldo Moreau y Federico Storani) sino fundamentalmente las intendencias de todo el país.
En el territorio decisivo, la provincia de Bs As, los intendentes se habían alineado con El Hijo De alfonsín cuando la última interna. Hoy, se están dando vuelta.
¿Porqué?
Básicamente porque lo que les importa es la reelección suya.
Y una fuerte carga, con sus pro y sus contra, como la del Hijo De alfonsín no les resulta, hoy día cuando mide nada, redituable. En cambio, Sanz, el cara de nada, posibilita a los intendentes hacerse los boludos y trabajar en pos de su propia reelección.
La ciudad de Bs As, en cambio, es un bastión del Hijo De alfonsín. Ahí existe una cultura institucionalista de derecha, que se cree progre, que puede respaldar con contundencia al Hijo De alfonsín.
Una cosa: me parece que conciente de esto, Sanz, el cara de nada, va a poner su generosa billetera en distritos donde gobierne municipalmente el radicalismo. Y entonces, con padrones volcados, se viene el escándalo y fuertes críticas al gobierno.
El cara de nada posibilita presentarlo como novedoso, medio pelotudo, honesto, respetuoso de las instituciones, moderado, calmo, en fin: con esa cara de nada, un buen publicista te puede vender un estadista, tipo jabón en polvo.
Pero, nada.
20% para el cara de nada? 30%, ponele?
En fin.

"Yo respeto su dolor"

Jeje

Lo que siempre callamos.



Vengo de dar una charla, sobre -en eso derivó, más bien- los límites del lenguaje.
Eran muy pibes en el auditorio, y les perdí el respeto cuando me escuchaban así como que con atención, cual si yo supiera, pero igual. No son los límites jurídicos. No es, en algunos casos, nuestra verguenza, ni siquiera su contracara, el pudor. Son las fronteras sociales. Casi todo está dicho. Bah, en cada lugar y momento histórico, casi todo está dicho, sino no hubieran existido los artistas que transgreden el futuro, que lo sobrevuelan, generalmente, muy a pesar, sino suyo, por lo menos de su felicidad, como si fueran cosas inescindibles.
Las fronteras son sociales. Con todo lo cultural que tienen las fronteras sociales.
Ahora me doy cuenta, ja: el viejo Marx de mi adolescencia, al que no le doy bola, cariñosamente, en vez de sumarme a la moda progre de tirarlo por la ventana. Y alertar a los vecinos: ya tiré, doña, al viejo por la ventana! Deberían llamarme del Conicet.

Nos vamos a llevar a la tumba las cosas que no dijimos. Las que no cantamos. Las que no gritamos. No es subversión, ojalá, sino escuetamente una manera de ver las cosas: no seremos lo que dijimos, solamente, sino también las cosas que no dijimos.
Me dan ternura los que dicen -en cada pequeña circunstancia -lo indecible. Esa soberbia de sentir ternura. La prefiero a la demagogia de la "organización".
Por el pibe que se levantó y me dijo:
-"Desde qué lugar hablás de la resistencia en los 90 si nos dejaron un país de mierda"
Por ese pibe, abucheado, apuesto mis fichas. Bien, pibe. Hay que tener huevos.

Cuando llego a casa las ventanas escupen un montón venturoso de viento. Me siento medio boludo. Abro la heladera, saco agua, me quedo un rato mirando adentro de la heladera. Se vuelan unas servilletas. Cierro la ventana. Prendo un cigarrillo.  Una vez construimos una casa sobre las ramas de un árbol, en un baldío. Nos robamos -a la siesta- unas maderas fuertes de una obra en construcción, y a la tarde cuando volvían los albañiles les pedimos clavos y maderas chicas, de sobra. Construimos una casa de una sola habitación, grande (bah, la casa de mi infancia me parecía una mansión, tan chiquita y vieja, ahora, al compás de la crisis del estado de bienestar y de la edad, la edad de mi vieja y mi abuela), más bien inmensa, habíamos hecho muchas casas pero esa era la mejor. Para cruzar el arroyo del baldío hicimos un puente de cañas, que sacamos del mismo cañaveral.
Hoy la obra en construcción es la casa del ex gobernador, el cañaveral un edificio de la Fuerza Aérea, el arroyo una cloaca, los niños traviesos que fuimos, desperdigados por el mundo. Algunos se quedaron y trabajan en la construcción, otros lavan copas en Italia o España, yo voy y vengo, uno es imprentero, otro maestro, algunos se casaron, otros se separaron, tienen hijos, tienen desgracias, vidas desesperadas o calmas. La historia de todos. Tan pequeños. No sabíamos, un montón de cosas. Las alegrias módicas nos funcionan cuando olvidamos lo que fuimos. El mundo entero que no nos comimos. Los goles que nunca metimos. Las venganzas que no ejecutamos. Las tantas verguenzas que olvidamos.
Todo es una mierda.
Apretar los dientes.
Casi todos los días uno se cruza con gente. Que parece nunca haber construido una casa en el árbol. Nunca haber caído en una comisaría. Nunca una mala nota, un recuperatorio. Nunca la pastilla de los dos días. Jamas una resaca culposa, sudorosamente culposa. Nunca reponerse. Ni empezar de nuevo. Está lleno de gente así. Gente con saco, con tratamientos capilares, buenos perfumes, que saben de vinos, que no saben de nada, que destilan suficiencia y que, para colmo, son felices. O módicamente felices. Sin dolores en la espalda. Se hacen las tetas. Nunca tensos. Nunca derrotados, nunca un fracasado, son los que esperan la reunión anual de ex compañeros de la secundaria, los que guardan fotos de bariloche, los que tienen el primer diente del nene, los que jugaron de 10, los que resisten un archivo, tan centrados, los que conocen a sultano que te puede dar una mano, son los que están, ahí, en el rosedal, tan tibios, tan ciertos y qué moderados,  tan putamente contundentes. Son reales.
Nosotros, resentidos sociales, envidiosos, tan vulnerables.
Con la camisa manchada.
Cuando salimos a fumar un pucho, en ese momento, cierran la rosca y nos dejan afuera.
Tan pelotudos.
Debí, a los pibes, haberles contado la verdad. Supongo que por eso la escribo.

Fumando un pucho con los codos sobre el balcón, las luces chiquitas de cada edificio, el río, los veleros, las torres, el encierro, la verdad: es ésta. Me dan ganas de escupir. A la calle. Revoleo el cuello y me suena como un cubo mágico, ya viejo. Como una metáfora gastada. La espalda. Los miedos. Las batallas que perdí. También las que gané.
Está bajando un poco el calor.
Sopla viento.
Por lo menos. Sopla viento.

Mañana me va a dar verguenza esto que escribo. Siempre pasa así. Por eso ni releo.
Como un baldío en pleno centro, como el pibe de barrio enamorado de Anabel Cherubito; a veces me gusta el personaje, otras veces me río, y a veces me acuesto a dormir, dando vueltas en la cama, con la ventana abierta, mientras las estrellas cursis se me ríen, guiñan un ojo, se alejan, me dejan solo, y desesperado.
Y al otro día me levanto y no pasó nada.
Empieza otro día.
Lleno de batallas.
Tan divertidas, de verdad. Tan.
Qué se yo.

Tiro la colilla por el balcón. Me voy a dormir. Tiendo la cama, mientras me acuerdo, qué buenos chistes contaba el novio de mi ex, esa noche; todos se reían, yo masticaba hielo, fui muchas veces al baño, y mientras meaba me miraba al espejo y sabía que algo estaba mal.
Nada estaba mal.
Las cosas son así.

Abro la ventana, acomodo la almohada.
Y espero.

Hasta mañana.

lunes, enero 10, 2011

Ganarse la vida de lloronas en un velorio



En la casa de mi vieja, en Paraná, en el patio, está mi tortuga. Tiene unos años menos que mi edad. Está ciega. Come lechuga. Se llama Manuelita, por el disco -de pasta- que tenía cuando fui chiquito, en Rosario. El disco de María Elena Walsh, que hoy murió.
Y al compás de la nostalgia, hoy bailamos por error.


 

Que llueva, que llueva, la FA está en la trinchera



Llueve y Cristina, obviamente, tiene la culpa. Está lloviendo en toda la pampa húmeda, donde se preparaban protestas por parte de los empresarios primarios, culpando a Cristina y pidiendo más y más subsidios, para no afrontar los costos de un seguro.
Yendo a lo importante: feliz cumpleaños, querida. Aunque te reitero mi postura: hay que cerrar el....
Justamente, me acordaba, de tu pobre padre -hombre con un retrato en el quincho de...Mitre!- que salió a cortar rutas, que opina que con los militares estábamos mejor, que, ay, se queja, el ganadero -apenas mil cabezas y arrendando, en provincian de Bs As- desde que vos sos chiquita, que el gobierno esto y lo otro. Y te cambia de tema, y te dice que compró un velero, que lo tiene en Puerto Madero, que va a vender todas las vacas e invertir en la bolsa, que tiene un (1) solo empleado, en fin, la sufrida vida del hombre de campo, trabajador y manso. Viva la patria. Y la bolsa de comercio.

P/D: si la valorización financiera del mercado inmobiliario y del "campo" no fuera tan alta, crecería la inversión en la Bolsa de Comercio. A nadie, obviamente, le importa. De hecho, la timba financiera en los mercados de granos o portuarios, solo expresa el angosto pasaje de la economía en blanco que tiene la buena gente "del campo" en tanto, los contadores públicos -egresados preferentemente de universidades estatales que redistribuyen regresivamente el ingreso en nombre de la "autonomía" del PO y Franja Morada- la saben lunga a la hora de eludir impuestos en el mercado -opaco, de mínima- inmobiliario, ése que forjan los trabajadores migrantes e inmigrantes pero que nunca se llevan ni una tajadita, señora.