miércoles, junio 01, 2011

Confesiones de invierno






Los lectores que llegaron desde google, según el mismo contador de Blogger, lo han hecho principalmente con estas frases de búsqueda:
Palabras clave de búsqueda

lucas carrasco
4.350
republica unida de la soja
3.906
republica de la soja
1.070
lucas carrasco sale con
457
república unida de la soja
237
lucascarrasco
161
republica de la soja blogspot
149
"cecila whitaker" or "patrick farbiaz" or "kirchner" or "du fau delamothe" or "ricardo petrella"
147
blog de lucas carrasco
147
blog lucas carrasco
89


Sí, tremendo, no importa, las estrellas de rock estamos acostumbrados a este acoso.
Entonces, entré a google, hice esa búsqueda, ya intrigado. No dice nada, sale mi blog.
Pero como hay 457 personas de bien buscando eso, la cosa es simple: acá va la respuesta.
En este enlace. Sí, lo admito, salgo con esta persona. 



El campeón de las boludas




Tremendo, Zambayonny!

La ruptura del amor entre el radicalismo y la casualidad. Pero a no perder las esperanzas, triunfará, algún día, el amor.





Dice Gerardo Fernández:
Una idea muy trajinada pero no menos revisitada por la oposición es que lo la economía es la que determina la gestión, que, en un punto, la política sirve de poco, que no es definitoria. En esto pensaba hoy temprano cuando la escuché decir por Radio Del Plata a Graciela Fernández Meijide que con las variables económicas que le tocaron al kirchnerismo, tranquilamenteFernando de la Rúa y la Alianza podrían haber gobernado como si nada. Esto coincide con, la idea que contábamos días pasados de que “no hay una oposición articulada porque la sociedad no la necesita” y se prende fuego definitivamente en la idea de que si la economía funciona, cualquier política camina.
Habría que ponerse a revisar si, por ejemplo, los gobiernos radicales de Illia,Alfonsín y De la Rúa perecieron porque les tocó una situación económica desastrosa, porque de comprobarse que esto es así, a la sociedad sólo le bastará con saber que cuando entramos en una etapa de bonanza económica debe sentar en el sillón de Rivadavia a un radical y listo: con eso un poquito de buena onda tenemos un país republicano, dialoguista, consensuado y trabajando sobre los famoso “denominadores comunes”. Uno no se explica por qué en las actuales circunstancias, donde todo indica que las cosas seguirán bien, la UCR no está primera en los estudios de opinión ya que sería la primera vez que podría llegar al gobierno en un contexto de condiciones económicas muy favorables.

La cultura y el kirchnerismo 2




1) ¿Hay algo específico que en la cultura haya provocado el kirchnerismo? 
2) ¿Qué cosas perdurarán -si hubiera algo- como marca de época en el plano de la cultura? 
3) ¿Cuáles son las manifestaciones más novedosas en la cultura durante este proceso? 

Respuesta de Nicolás Wiñazky:
1) La revalorización de la política. Se podría decir que es Kirchner, y no Duhalde, el presidente que vino después del crack del 2001. Y acá estamos, discutiendo la reelección, mientras la economía va, y aunque no haya verdadero desarrollo y se vea que el Gabinete, inclusive los K, se enriquecieron mucho durante sus años en la función pública.
Me parece que desde arriba, desde el poder, se creó además una fuerza centrífuga muy dañina para todos. Es la manera binaria, rudimentaria y berreta en la que el poder político ve y trata a los diferentes actores sociales: si estás conmigo, todo; si sos crítico, nada, el castigo grosso y la descalificación.
2) No sé cuánto ni como perdurarán, pero creo que lo harán la revalorización de la política de la que ya hablé, el impulso a las políticas de derechos humanos, la discusión sobre el rol de los medios (acá hago un aparte y digo: Kirchner no buscó nunca, nunca, el buen periodismo, sino que no se lo critique), el matrimonio igualitario, y también ese modo del poder con el que se descalifica al que piensa distinto.
3) La cultura propiamente dicha me parece uno de los puntos más débiles del kirchnerismo. ¿Qué se generó de nuevo con estética e identidad propia en todos estos años? Difícil. Pongo un ejemplo y es sin mala leche: salvo el número de Fuerza Bruta, la esencia de los festejos del Bicentenario (la gran manifestación popular de los últimos años) fue realmente algo muy poco novedoso, es más, casi que se podría haber hecho lo mismo en el Centenario: recitales, desfiles y una serie de stands de cada provincia.

Respuesta de Federico Vázquez:
1) La palabra clave creo que es debate. La puesta en discusión de emblemas culturales que la argentina pos Menem había solidificado. El lugar de los medios como los productores de una cultura (política, artística, etc.) aparece como central, al menos en los últimos años desde el conflicto abierto con Clarín. Ahora, al mismo tiempo el kirchnerismo no es sólo ruptura de todo eso, sino que también amplificó elementos de la cultura argentina que se venían desarrollando desde el comienzo del ciclo democrático. En ese sentido, se podría entender a los derechos humanos –más allá de sus componentes políticos más estrictos- como parte de ese conjunto de “valores” y por lo tanto pertenecientes al ámbito socio cultural, como algo que el kirchnerismo eleva a la categoría de cultura de Estado. La argentina viene peleándose con la frase “los argentinos somos derechos y humanos”, pero lo que era una frase cínica durante la dictadura es reconvertida durante este momento histórico en una frase pronunciable con orgullo.

Ahora, si “cultura” la circunscribimos al ámbito intelectual, de producción de contenidos culturales, de consumo artístico, etc., el panorama es más complejo. En ese sentido el kirchnerismo parece haber retomado algunos elementos germinados en la primavera alfonsinista (el cancionero de Teresa Parodi y Víctor Heredia, la comunidad de actores, etc.) y reivindicados en una clave más nac and pop. Es, tal vez, lo menos estimulante, por dos cuestiones. Por un lado porque resulta menos creativo y solidifica una casta artística que, en términos de producción, ya tuvo su mejor momento. Y en segundo lugar, porque contiene un guiño de antimenemismo de elite, de “yo no lo voté”, que no puede ni busca representar a un sector más amplio y renovado. Tal vez el mejor horizonte sea no tanto el reemplazo de esa vieja guardia cultural, como sí la diversificación de las referencias artísticas e intelectuales que den mejor cuenta de la amplitud social del kirchnerismo.

2) En relación con la política pública la apuesta concreta de Canal Encuentro aparece como el mascarón de proa más interesante, como una plataforma desde la cual plantear algunas líneas culturales y simbólicas renovadoras. En términos más generales si se consolida el acceso masivo a fuentes de información y comunicación, como la TDT, también se va a lograr un avance que difícilmente pueda ser revertido, al menos sin un costo político alto.

3)
No sé si hay todavía un emergente cultural muy claro de la época. Tal vez el color de estos años tenga que ver con el entrecruzamiento de los ámbitos culturales e intelectuales con la política. Esa puede ser la manifestación más particular. A diferencia de otros tiempos donde la “cultura” aparecía como un refugio, como una trinchera de resistencia ante el embate que desde afuera asomaba como amenazador, hoy las manifestaciones culturales se ven obligadas a responder en un sentido político, de posicionamiento respecto a los cambios y debates sociales que estamos teniendo. 

Respuesta de Blanca Osuna:
1) El movimiento nacional que hoy se expresa en el kirchnerismo ha realizado en los últimos años cambios profundos en el orden político, económico y social en nuestro país. No hubiera habido chance para llevar adelante dichos cambios si simultáneamente no  hubieran sido acompañados por un proceso de cambio cultural también intenso.
El grado de conciencia de nuestro Pueblo, el debate con “los sentidos comunes” naturalizados en décadas pasadas es sin dudas producto de este cambio cultural, y la condición necesaria para los otros cambios de orden social, económico y político.
Voy a tomar un solo ejemplo: la revalorización del papel del Estado, el protagonismo recuperado y todas las transformaciones que eso hizo posible (reestatización de los fondos jubilatorios, asignación universal, Ley de Medios, etc.) se han podido concretar porque fueron acompañados por esa toma de conciencia –que es cultural- en las grandes mayorías populares, por reconocerlo como valor colectivo y estar entonces dispuesto a defenderlo.
2) Un cambio de época lo marca el acontecimiento que produce Néstor al ordenar bajar el cuadro de Videla del Colegio Militar. Es un símbolo único que impone sentido. La política de derechos humanos fue el inicio del proceso de volver a creer en Estado como garante de derechos. Junto con ella, la decisión de no reprimir las manifestaciones sociales. El Estado dejaba de ser el reproductor de las desigualdades, inequidades y represiones, y se proponía ser garante de derechos.
Con esto está relacionada la posición del Estado sobre las decisiones de política interna y soberanía económica, o cómo tendríamos que entender el rechazo al ALCA que se produce en nuestro país durante la Cumbre de las Américas en Mar del Plata en 2005, donde se termina con la alineación a la política exterior pro norteamericana y a las políticas del FMI. Son estos hechos simbólicos los que cimientan las bases de la nueva concepción del Estado.
También tiene que ver con esto la Ley de Servicios de Servicios Audiovisuales, el gobierno se propone terminar con los intereses corporativos, con la mirada única y el sentido único impuesto desde los monopolios. Nos propone la mirada crítica respecto a los intereses monopólicos que manejan buena parte de los medios de comunicación. Es esa alerta la que va a durar, podrán dilatar la aplicación de la Ley pero seguro nunca más van a lograr que el pueblo tenga frente a esos medios una mirada ingenua, porque la conciencia crítica sobre sus intenciones forma parte ya del patrimonio cultural de ese pueblo.
No tengo dudas de que muchas de estas cosas van a perdurar, justamente porque no son imposiciones o posturas ocasionales de un gobierno, sino porque se corresponden con cambios culturales, que están en la “cabeza” de cada uno de nosotros, si queremos expresarlo en términos sencillos.
3) Son muchas, y ya he mencionado varias en las respuestas anteriores. Pero quiero destacar otras que también son muy importantes. Una es sin dudas el respeto por la pluralidad, el darle valor a la diferencia, reconocerla y respetarla, en todos los órdenes de la vida. Vivimos hoy en una sociedad más plural, más respetuosa y por tanto más inclusiva: esta apertura se observa en la vida cotidiana, en las manifestaciones del arte, en el acceso a los derechos, etc., e incluso en las formas de pelear por ellos.
Y ahí tenemos otro rasgo valioso: se han diversificado, enriquecido y mejorado las formas de organización y participación en la política, porque compartimos el valor (que es cultural) del derecho a esa participación, a ser protagonistas, y ese valor alcanza a todos los grupos y sectores sociales
La activa participación de los jóvenes es un buen ejemplo de ello, una  participación que sorprende a muchos desprevenidos, que no se explican lo que está sucediendo, que se sorprenden por ver cantidades y cantidades de jóvenes movilizados, organizados y politizados.
Esto sucede no porque el kirchnerismo fue “en busca de los jóvenes”. Al contrario: son los jóvenes los que han visto y valorado sus políticas, se han identificado con ellas y han tomado la decisión de acompañarlas y profundizarlas.
Del mismo modo, las expresiones y manifestaciones en torno a los festejos del Bicentenario y otros, han sido un canal emergente de múltiples procesos sociales que dieron lugar al resurgimiento -por identificarlo de alguna manera- de un sentir patriótico recuperado.
Creo que todo ello configura la  transformación cultural más formidable y profunda a la que una nación puede aspirar: tener un  proyecto común que nos reúne a todos (jóvenes, viejos, trabajadores, empresarios, políticos, mujeres, varones, nativos, inmigrantes, gringos, chacareros, científicos, etc.) en la construcción de su grandeza y la felicidad de su pueblo.  

Respuesta de Julia Mengolini:
1) Primero: entendiendo a la cultura como un cosa mucho más amplia y compleja que ese rinconcito del pelotudo de Quiroga, como algo más que libros de cuentistas rusos o películas de cine independiente que pasa Alan Pauls en I-sat, entendiendo a la cultura como todo aquello que conforma los intereses, las preocupaciones, los anhelos y felicidades del pueblo, es decir, el sentido común, la hegemonía, el relato, la sonrisa, los valores colectivos, blableta, aclarado esto, podemos empezar. Y si de eso hablamos el kirchnerismo ha provocado una revolución que básicamente se trata de que hoy comprendo que no soy del todo libre a la hora de pensarme a mí misma ni a mi propio contexto, que todo en lo que alguna vez había creído puede ser puesto en cuestión porque todo pensamiento es producto de un andamiaje de factores culturales que terminan en mi cabeza y esa ecuación da como resultado unas determinadas ideas que no son mías. Ahora bien, en la medida que tomes conciencia de todo eso, las ideas las empezás a procesar de otra manera y ahora sí, creo, pasan a ser un poco más tuyas, porque no las tomás como vienen, las agarrás, las masticás, algo escupís, algo tragás, pero de eso sale algo más propio, mucho más pensado. El kirchnerismo instaló eso, una forma de pensar que genera una revolución tremenda en términos culturales. Y esa forma de pensar las cosas te da sentido crítico. Cuando pensás en la realidad, es cuando te dan ganas de intervenir en la realidad. Esa es la cultura de salir a la calle, de participar.
2) Esa nueva forma de pensar da lugar a una época en la que se empezaron a discutir cosas indiscutibles. Donde la discusión se puso buena y bastante más horizontal. Será recordada como la época en la que además de juzgarse a los militares se empezó a hablar de la complicidad civil, en la que los nietos fueron estrellas de rock, en la que se llenaron varias plazas con alegría, en la que vuelven a haber pendejos militando sin rabia, la época del Nestornauta, la de la primera presidenta mujer, la época de la genial guerra contra el sentido común de Clarín, una época de liberación de Clarín, en la que ni el tachero se animaba a hablar mal de los putos, ni repetía lo que leía sino que te tiraba las razones por las que se había escrito eso que leía, en la que las calles se llenaron de stencils pop con íconos nac & pop, la época de películas sobre los próceres hechas con mucha guita, mega producciones (como el cine debe ser) y las salas se llenaban, en la que está en la cabeza de todo el mundo que el Estado es exigible y no un elefante tonto, en la que se discute sobre la distribución de la renta, en la que la sanción de algunas leyes nos tuvieron esperando en la plaza con frío y atentos a cada parlamento porque habíamos participado de esas discusiones, es la época en la que Jorge Rial se puso a hablar de política, también es la época de 678 y el “Bailando por un sueño” y en la que todo el mundo está atento a cuándo Tinelli hace una declaración política... porque la política subyace siempre y en todas partes, hasta en el “Bailando por un sueño”. Somos cada vez más los que hablamos de política y los que nos empezamos a meter. Esa creo que es la marca de la época.
3) Si sigo escribiendo voy a derrapar del todo.

Ganando amigos.





En la última elección del país, la UCR, el Socialismo, y el PRO, fueron aliados en un frente para la gobernación de Tucumán. El candidato era un ex menemista radical, secundado por un menemista histórico.
¿Qué pasó ahí con los límites ideológicos, los pruritos, el chamuyo de la socialdemocracia? Respuesta previsible: La Rioja, dada sus particulares condiciones (léase, voto de baja calidad) requiere de la conformación de una especie de Unión Democrática, para frenar el avance del fascismo a través de un Frente Popular. En fin, mentiritas, corazón, que duelen a los huerfanitos de la ONG radical, hoy desperdigados por el mundo ideológico y electoral. Fea la actitud.
Cuando Proyecto Surf bajó la candidatura de Solanas fue porque, obviamente, medía poco, pero también porque la Federación Agraria y la Mesa de Enlace no querían financiar esta vez la campaña electoral del partido verde, soja. Porque a la Federación Agraria el estado democrático le quitó la concesión de las cartas de porte, privatizadas por el menemismo y entregadas, corporativamente, al sindicalismo gordo de las patronales agropecuarias.
Por otro lado, ya no controlan la caja de la CTA y en ATE tienen problemas por los cuestionamientos de distintas seccionales a los dineros que salen para financiar legisladores porteños -o nacionales- que luego no devuelven el dinero.
La municipalidad de Rosario y la provincia de Santa Fe, a su vez, tienen que financiar la campaña provincial. Y esta vez, la Sociedad Rural de Santa Fe y el resto de la mesa de enlace de esa provincia -con indígenas, también!- no están dispuestos a realizar aventuras electorales, porque su comando estratégico, de acuerdo a lo que le susurran los columnistas de La Nación que tienen contratados como asesores, resolvió que el mejor modo de terminar con Cristina es con una sola candidatura de las corporaciones, y es El Hijo De alfonsín.
El resto son operativos de prensa.
Como las candidaturas de Pino Solanas y Mauricio Macri: operativos de prensa. Que algunos compran porque les venden y otros compran por ingenuidad y desconocimiento. Dicho toooooodo con muco amor, en pos del diálogo, el consenso, el día de la primavera y la salud de los niños del mundo.
Que yo también tengo preocupación por los pobres que están lejos.
Y las focas y las algas marinas y las propuestas socialdemócratas, en peligro de extinción por las acciones daninas y danoninas del ser humano.
Buenas noches.


Si tu corazón tiene agujeritos, juntos lo podemos ayudar, vamos a curarlo con mimitos, y con mucho amor...socialdemócrata!



Binner peregrina por el Grupo Clarín -no tiene necesidad de explicar los cortes de ruta en la ciudad de Santa fe por parte de los mocovíes ni cómo explicaba la paupérrima situación de los indígenas en Rosario: "los traen en camiones desde el Chaco"; ésas sensibilidades preciosistas son para gobernadores aliados al kirchnerismo y freaks de la República de Palermo en tránsito bondadoso hacia una excursión a los indios ranqueles- narrando la novela de por qué no cierra ya con El Hijo De alfonsín.
Cuenta una refinada novela de valores morales que pocos santafesinos tuvieron en cuenta, por que nunca se explicitó, antes de las elecciones internas, en las que dejó claro que venció él. Y por si quería salir a festejar algo su pollito Bonfatti, a menos de 24 horas ya le destruyó el armado con que venció internamente. Y con mucho amor e ideología, puso una bomba en el armado de su partido -comandado vía intervenciones a distritos por Rubén Giustiniani- y tensó a un punto de no retorno la relación con los radicales que él mismo sumó como candidatos junto a Bonfatti.
Un encanto, ideológico, que tiene sus compradores, por supuesto. Gente de "centroizquierda" a control remoto, que tiene más ganas de comerse un pancho con un semáforo adentro que de entender la realidad.
Binner busca lugares legislativos para comandar un bloque que le de visibilidad de acá a cuatro años. Tiene el socialismo 6 diputados y renueva 5, y los radicales de Santa Fe (y de Córdoba y Entre Ríos, y sobre todo, los de Buenos Aires, la provincia: El Hijo De alfonsín ni más ni menos) quieren pararle el carro en el reparto de bancas, por que todos juegan a perdedor en las elecciones presidenciales.
El Gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, y el Congresal del Comité Nacional de la UCR, El Hijo De alfonsín, sin embargo, según las crónicas, se reúnen para hacer disquisiciones sobre socialdemocracia y tercera vía. Poco importa la sutileza de que esos menesteres ideológicos hoy comanden el ajuste del FMI en los países serios, que anden cagando a palos trabajadores e indignados y que sufran la bancarrota moral e ideológica que, en sudamérica, puede de muestra ponerse al botoncito del Hijo De alfonsín pero más que nada al divertido Alan García.
No, de esas sutilezas, nada.
La novela de las reuniones ideológicas -entre un conservador popular que tiene cargos en el estado desde el regreso de la democracia, y es un bicho del podr (en buena hora) y un burócrata partidario hijo del acuerdo radical bonaerense con Duhalde- tiene el condimento de que sucede antes del cierre de listas. Y que tiene un supuesto plan b (sin reuniones noveladas para discurrir acerca del devenir de la socialdemocracia que pretenden Clarín y Techint en la muy socialdemócrata AEA) en el que el bueno de Binner se quedaría sin agrandar su bloque, pero quizás con 4 nuevos diputados por Santa fe (perdiendo en Santa Fe, por que implicaría dinamitar todo el armado electoral para Bonfatti: ojo, puede ser, que nadie le haga sombra a Binner es un horizonte necesario...para Binner) y ayudando además a que ingresen o renueven en la cámara a los de probada lealtad partidaria como la kirchnerista Victoria Donda, el ibarrista Claudio Lozano o la juecista Checha Merchán o la delarruista Margarita Stolbizer.
Contate otra.
Lástima que en mi barrio esas cosas no se consigan.
En mi barrio, cuando hay cierres de listas, hay quilombos, operaciones, gritos, amagues de ir por afuera, planteos grandilocuentes sobre los padres fundadores, aportes en money, repartos de toma y daca, reuniones secretas, punteos del padrón, etcétera. Y es que los inmorales, corazón, somos así.


No! La parte de "ver perfil" sacala nomás...


Joaquín Morales Solá | Ver perfil
El análisis

El fruto de la arbitrariedad

Joaquín Morales Solá
LA NACION

Miércoles 01 de junio de 2011 | Publicado en edición impresa

Los problemas eran inevitables desde que aparecieron organizaciones de derechos humanos convertidas en contratistas del Estado. Tales presagios se hicieron certezas cuando se supo queSergio Schoklender, un hombre sin antecedentes en ese mundo, disponía de los recursos que el Estado enviaba a la Fundación Madres de Plaza de Mayo. Schoklender, que tiene debilidad por los gustos caros, no fue designado por el conjunto de las Madres, sino por el autoritario capricho de Hebe de Bonafini, que lo adoptó como un hijo todopoderoso.
¿Las Madres de Plaza de Mayo como contratistas del Estado? La experiencia nacional da cuenta de que los contratistas pertenecen a una estirpe especial de empresarios. Están más dispuestos a hacer política que a correr los riesgos de los empresarios comunes y corrientes. Saben más de las relaciones públicas con los poderosos del momento que de los mecanismos de la competencia. Conocen con precisión qué puerta deben tocar en el Gobierno y a qué funcionario deben llamar en el momento oportuno.
En un primer boceto, algunas organizaciones de derechos humanos se convirtieron en contratistas hechas y derechas. Hubo otras consecuencias. La historia de las Madres de Plaza de Mayo le sirvió al Gobierno, y le sirve, para cubrirse ante la evidente opacidad con que maneja esos fondos que iban a parar a las manos de Schoklender. Nada se sabe todavía del monto total que recibió la Fundación en estos años, ni cómo se controló la ejecución de los planes de viviendas. El propio Schoklender aseguró que no sabe la cantidad de dinero que se transfirió desde el Gobierno a la Fundación, pero afirmó, con la misma convicción, que no es cierta la cifra que se difundió, unos 300 millones de dólares. Si no sabe cuánta plata se giró, ¿cómo sabe que no es cierta esa cifra?
Si el manejo de los recursos es opaco, la manera de gestionar esas construcciones lo es más todavía. En rigor, y hasta lo que se sabe por ahora, la construcción de viviendas no estaba a cargo de desocupados ni de cooperativas de trabajo, sino de una empresa, Meldorek, cuyos dueños son, por lo menos, amigos de Schoklender. Dicho de otra manera, la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo servía como intermediaria para que empresarios privados, los verdaderos contratistas ocultos, se hicieran ricos con los dineros del Estado. Un par de preguntas son inevitables: ¿por qué el Estado delegó esa clase de construcciones de viviendas y por qué se consideró a las Madres de Plaza de Mayo mejores constructores que los constructores?
Respuesta política
La respuesta remite a la política y ésa es otra consecuencia lamentable. Néstor Kirchner consideró en su momento que era una buena estrategia para cooptar la voluntad de Bonafini, que con el tiempo se convirtió en una kirchnerista pura y dura. Otra vez se usaron dineros públicos como propiedad privada; esto es, para satisfacer las necesidades políticas y personales del líder. Bonafini se fue olvidando, en efecto, de que el poder, cualquiera que sea, es el que siempre está en mejores condiciones para lesionar los derechos humanos.
La mejor diferencia con Bonafini la marcó siempre la referente de la otra rama de las Madres de Plaza de Mayo, Nora Cortiñas, quien en los días pasados andaba golpeando las puertas de despachos oficiales para acompañar al cacique Qom Félix Díaz. El cacique lidera una comunidad indígena acosada y maltratada por el gobernador kirchnerista de Formosa, Gildo Insfrán. Es el trabajo que les corresponde a las organizaciones de derechos humanos. Cortiñas sigue trabajando en una modesta oficina.
La coherencia de Cortiñas, y su distancia de cualquier compromiso político o partidario, le permitió siempre contar con más prestigio que Bonafini. Kirchner fue un artesano hurgando en esas fragilidades y en esas tentaciones.
El caso revela también la arbitrariedad del Gobierno, y de la Justicia, para tratar asuntos sospechosos. Desde hace un año, la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) tiene en su poder una denuncia de la diputada Elsa Quiroz sobre Sergio Schoklender y supuestas operaciones de lavado de dinero. La presentación de la legisladora, una antigua presa política durante toda la última dictadura, señalaba con precisos detalles la compra de terrenos por varios miles de dólares en un solo día por parte de Schoklender. La UIF se escudó en el secreto de las investigaciones a personas para no difundir nada, pero parece que hasta ahora congeló todo. Tampoco ningún fiscal actuó de oficio.
¿Qué hubiera hecho la UIF y cuántos fiscales se hubieran amontonado para abrir una causa penal si el actual lugar de Schoklender lo ocupara una persona molesta para el oficialismo? ¿Cómo nadie percibió las muchas contradicciones en las que cae en sus declaraciones públicas el ex apoderado de la Fundación de las Madres?
En una misma exposición pública, Schoklender dijo que compró "en cuotitas" una quinta en José C. Paz, pero que tiene dinero como para adquirir una Ferrari o un avión privado. Se manifestó también como un hombre de gustos comunes que practica el esquí, el buceo en profundidad, el paracaidismo y el motociclismo. Schoklender vive en un mundo que no es éste: ninguno de esos deportes es accesible para un hombre común.
La conducción
Debe subrayarse que las dudas y las imputaciones se refieren a Schoklender y que nadie ha puesto bajo sospecha la honestidad de Bonafini. Pero el caso Schoklender es el resultado previsible de un Estado arbitrario y de un sistema de conducción, tanto el de los Kirchner como el de Bonafini, que privilegia los gustos personales del jefe. Esa arbitrariedad es la que explica también que Bonafini le haya dado trabajo en la Fundación que conduce a la ex ministra de Economía Felisa Miceli, que fue despedida del gobierno cuando no pudo explicar la presencia de una bolsa con miles de dólares en su despacho oficial.
Si la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo recibe importantes sumas de dineros aportados por el conjunto de los argentinos, ¿por qué los administradores y apoderados no tienen mejores antecedentes? ¿Por qué, en fin, el Estado kirchnerista que todo lo controla perdió el control en este caso?
Cuando haya pasado el fragor del kirchnerismo, la sociedad argentina necesitará también la reconstrucción de auténticas organizaciones de derechos humanos. Son necesarias para mirar con profundidad el pasado y, sobre todo, para vigilar el presente que manipulan los que mandan.