jueves, febrero 03, 2011

Cherubito, éstas son historias de amor fuertes, pero con fuertes críticas al gobierno





Por Ernesto Sanz (la fuente original, acá)

 Hace unos días charlábamos con mis colaboradores las paradojas de nuestro país: hace casi diez años que crecemos económicamente, pero el sistema de transporte está obsoleto, desatendido y funciona poco, mal y tarde. Irónicamente les decía: “muchachos, acá yo tengo una diferencia.” Cuando voy a San Rafael sufro Aerolíneas, cuando salimos a recorrer el país sufro los colectivos y extraño los trenes, pero si no fuese por los problemas de conexión que tiene nuestro país (y que se mantienen hace décadas) yo no hubiera conocido a mi mujer. A Cristina la conocí gracias a una empresa de colectivos, la TAC. En febrero de 1979 yo me volvía a Santa Fe a continuar con mis estudios después de pasar enero en mi casa en San Rafael. Para llegar a Santa Fe no tenía micro directo así que tenía que ir primero a Mendoza, si hubiese habido micro directo, esta historia terminaba acá y no hubiera tenido relevancia en mi vida. Ese día me tocó el asiento 13, pensé que viajaría sólo (el 12 estaba vacío) hasta que ya saliendo el micro se sube una chica que conocía de chico pero con quien nunca había cruzado palabras. Cristina se estaba yendo a Mendoza a empezar su primer año de la carrera de Nutrición. Cuando llegamos a Mendoza la ayudé con un valijón lleno de libros que llevaba, le pedí su dirección postal y carta va, carta viene, hoy cumplimos 28 años de casados, en medio de la campaña en Miramar donde vinimos a pasar nuestra luna de miel. Y por nuestro aniversario, Cristina me regaló el iPad de la foto.

Bastaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Ay, dios, qué cómico es el blog del futuro candidato a presidente de la UCR.

Elija su Fuerte crítica al gobierno



Esta es clásica



De lejos, la mejor:


Lindos amigos tiene el Grupo Clarín


Carlos Marin

On Thursday 3rd February 2011,  said:
 te cuento una "anécdota" racista del juez Carbone. Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires - año 1980 - Mesa de examen de Derecho Romano, Alumna de Raza Negra y el "Profesor" Carbone espeta: ¿Cómo la servidumbre también viene a dar examen?



Carlos Marin

On Thursday 3rd February 2011,  said:
 te termino de contra la anécdota. Yo estaba en esa mesa de examen y en ese momento me le iba encima a matarlo. Mis compañeros de estudio se dieron cuenta y entre cinco me agarraron y me llevaron a la rastra al bar de la facultad.
Allí me dieron un sermón que en síntesis contenía el siguiente mensaje: Sos boludo vos, no ves que así no vas a aprobar nunca la materia.
De nuestra compañera no hablaron. Los miré los putié. Les tire el café encima diciendole: lo tendríamos que haber cagado a trompadas entre todos y me fui.
Como verás esa facultad tenía el profesor que se merecía.

Cabeza de lata








Al genial escritor, y mi amigo, Esteban Schmidt


Necesitaba imperiosamente conseguir trabajo. Un amigo me recomendó. Busqué la dirección, era en un barrio peligroso, pero fui igual. Estaba desesperado. En la esquina, un pendejito me vio y silbó. Al rato se fue corriendo y dos gordos se pusieron detrás de mí. Seguí caminando como si nada. Que sea lo que Dios quiera.
Había, al fondo del callejón, un cartel sobre una puerta de chapa: “Puntería y Bolsones. Para cada necesidad, hay un puntero”.
Golpeé la puerta.
Una secretaria fea, sin dientes y con ruleros, me hizo formar una cola. Había mujeres que fumaban paco, con cuatro o cinco chicos colgando de los brazos gordos. Entraban por una puerta con cortina y salían con bolsones y una sola zapatilla.
La secretaria, con un cuaderno de campaña electoral, me anotó el nombre, me preguntó cuántos familiares tenía, un número de teléfono para pedir rescate y me dio instrucciones sobre algo de una cadena que no entendí muy bien.
A la hora me llegó el turno de pasar.
Entré un poco asustado, había un gordo inmenso y recio sentado en un cajón de manzana. Tenía una cartuchera con una pistola. La habitación era húmeda y pequeña, de techo tan bajo que me veía obligado a agachar la cabeza. Todo aquel que entraba tenía que agachar la cabeza. No había otro asiento.
Sonó un teléfono que el Gordo levantó del piso. Parecía un intercomunicador. Yo no podía escuchar la voz del otro lado.
-¿De parte de qué Chacho?
-….
-¿Chacho Alvarez? Llamá a los del Sindicato. Ah, pará, y que parezca un accidente.
Me miró.
-¿Qué necesitás, pibe?
-Trabajo.
-¿Sabés hacer algo? Pará, (de nuevo levantó el teléfono del piso) sí? Ajá. ¿De qué Chacho?
-….
-¿Cha Cha Chá? Mmm, bueno, me gusta. Dale dos bolsones. ¿Me decías?
-Yo…., eh, trabajé de….
-Hablá, pendejo. ¿Tenés el secundario?
-Casi todo.
-¿Sabés escribir? Necesito alguien que defienda a un amigo Polémico. Pará (teléfono). Sí? Pasame. ¿De qué Chacho? Ahhh, mirá vos, Peñaloza? Bueno, anotalo para el Plan. No, mejor, decile que hable con el Intendente. Sí. De parte mía. Tamos querido…¿Bueno, escribís o no, pibe?
-eh…, algo.
-Decí Sí, con acento, con énfasis.
-eh..(erguí los hombros, tomé aire)Viva Perón, carajo (justo estaba cambiando la voz en esos años, y me jugó una mala pasada).
-Mmm, no, el carajo! va con signos de admiración, pibe. Y en negritas.
-Perdón.
.Bueno, andá, hacete un blog, y hablá bien de Polémico Moreno.
-pe…ro…
-Dale, pibe, que no tengo todo el día. Inventá algo, qué se yo. Eso sí, no trabajes mucho, que nos arruinás la imagen. Sí? (teléfono) De parte de quién? Pasame. Pará, chau pibe. ¿De qué Chacho? Bueno, bueno, decile que pase, pero la semana que viene. Pibe, andá nomás. Ahí mi secretaria te va a dar algo. Y portate bien, jeje.

¡Qué te pasa Hank, estás nervioso?



Y entonces vamos, vemos, le dedicamos el posteo al amigo Pajaronauta y le decimos con cariño que sí, que esto es una carnicería, que la grieta está acá en tanto y en cuanto todos seamos, más, o menos, dependiendo, un cachito mentirosos.

Pero por suerte hay animales, seres primales y básicos, nutridos con las historias de la vereda y el cordón duro donde cabeceamos, que vienen y nos cachetean y nos cuentan que no, que se puede ser sincero, filoso como una cuchara destrozada por el óxido y que eso, es la posta.
Uno y uno son dos.
Es así de corta.

Sigue acá. 

miércoles, febrero 02, 2011

Susana Viau

Por Aníbal Fernández


La izquierda perfumada que escribe para Clarín


Susana Viau, ponzoña y pocas ideas
Siempre he sostenido que en nuestra Argentina existe, existió y existirá una Izquierda Perfumada. Sólo que por estos días ha mudado perfume por hedor y asola los espacios mediáticos –de cualquier tamaño- que el poder de la derecha le asigna, como una manada de rumiantes con síndrome de vaca loca. 

Uno de esos espacios, abiertos, casi vírgenes, son las páginas en blanco que le ofrece el impresentable de Magnetto y El Monopolio Clarín… capaces de receptar cualquier libelo, siempre y cuando esté dirigido a vilipendiar la memoria de Néstor Kirchner… o la tarea de Cristina al frente de la presidencia…. O la gestión del gobierno. El tema es hacer daño.

El último oprobio fue por cuenta y orden de Susana Viau, fiel exponente de esa izquierda perfumada que reniega de su condición de ex PRT, ex guevarista, ex biógrafa apócrifa, ex especialista en obituarios… Y, naturalmente, escribió desde las páginas del nunca bien ponderado Clarín del pasado domingo, donde si no.

En esa columna, con su otrora prosa filosa y hoy llena de clichés, Viau hace gala de su “enano fascista” (brillante definición de Oriana Fallaci). Habla de la BBC, de la RAI, de la Televisión española… cita al sociólogo italiano Giussepe De Rita, a Umberto Eco, revolea el lugar común sobre el “discurso oficial” y… poco más. “Denuncia” que el Gobierno “mal utiliza” los medios oficiales… la pucha!!!

Se ha quedado sin ideas, Susana. 

La presión de explicar lo inexplicable la ha echado hacia lo remanido, a lo trillado… La ha hundido en la necesidad de repetir a sus editores y jefes, a  van der Kooy, a Eduardo Duhalde (porque entre otros trabajos sucios opera de gacetillera de “Negro”)… personajes con los que la veterana Susana Viau no hubiera cruzado un comentario en un cóctel hasta no hace mucho… en realidad, hasta que Jorge Lanata la sacó de Página 12 para llevársela a Crítica, más seducida por la posibilidad de criticar a nuestra Presidenta que por el dinero que le ofrecían.

En fin. Tenemos en claro que aún queda alguna “mano de obra desocupada” de los ochentas que, aunque no muy entrenada en el terrorismo de Estado, está preparada para otro tipo de terrorismo… Y está en oferta… 

Bueno, por lo menos Magnetto/Clarín, la han comprado por poca plata.