lunes, septiembre 27, 2010
Tiene alguna preparación este chico?
Luis Majul con Noriega (Noriega, aflojá, ponele más vuelo que sos un tipo sofisticado)
Y después, Radio Naiconal de Santa Fe y LT 14 de Entre Ríos, en simultáneo.
domingo, septiembre 26, 2010
Asesinar
El asesino, la bella y el mártir |
Por Orlando Barone Bloguerías | Miedosos | Sacerdocio |
No la conozco; apenas la entreveo en una imagen fotográfica de grupo ya vastamente difundida. Seguramente a esta altura de la crónica su visualización se habrá ido propagando como un caramelo derretido sobre un plano inclinado. Agustina está en boca de todos. Y es probable que le sobren ofrecimientos literarios, teatrales y botineros.
Agustina no debió imaginar este súbito protagonismo mediático. No sé tampoco si le gusta o la abruma. Pero ya ha sido lanzada: al principio gracias a la desbordada libido de un bloguero enamorado; al rato, empujada por la ansiedad de martirologio de un periodista obviamente necesitado de terapia. Ocurrió lo siguiente: el incorregible Lucas Carrasco, periodista y bloguero cerril y no de rebaño, corroído por la pasión y los celos escribió en su blog este mensaje entre desopilante, descalificatorio, críptico y desmesurado:
“Frank escribe en la fiesta de los Negros de Mierda, que hay algo más bajo que ser Alfredo Leuco, y es trabajar para Alfredo Leuco. Me hace reír, es obvio. Hasta que supe, y esto es imperdonable, que Agustina que está en el rincón hablando con un gil, sí que trabaja para Leuco. Ése, un gil. Voy a juntar gente, irme a la puerta de canal 26, hacerle un escrache. Si me la enamorás a Agustina, ay, Dios. Voy a matar a todos. No va a quedar ninguno vivo. Este post servirá de prueba. Voy a entrar con una metralleta a ese programa. Voy a matar a todos. Agustina por Dios, sos la mina más linda del mundo, no podés, ok, te entiendo que no me dés bola, por eso, porque sos la más linda del mundo, en ésa te banco, ahora bien, convengamos; con ese gil, no. No y no. Necesito ayuda. Solidaridad. Ay, Agustina, querida. Si lo ven en la calle, es ese nabo que señala una pantalla gigante, y Leuco lo mira desconcertado, debe ser el hijo del gerente del canal, no sé, no importa, pero Agustinita, dejate de joder. Por Dios. Voy a matarlos a todos, lo juro”. ¡Ay, Lucas Carrasco, qué travesura cometes! Por tu culpa editores de rango del diario Clarín como Kirschbaum y Roa, dedicaron sendas editoriales para acusarte de amenaza “kirchnerista” letal y atacante de la libertad de prensa. Pablo Sirvén no debe ni salir de la casa, aterrado. Como tocados por esa baba de miedo que el asustado Leuco propagó desde su tribuna de doctrina, colegas igualmente notorios e igualmente hegemónicos e igualmente opositores al Gobierno, se pusieron de su lado, advirtiendo a los Tribunales de la Tierra y de Dios del peligro bloguero que los acechaba. Con “ése” sí. Porque los acecha la muerte.
Y el peligro sos vos, Lucas Carrasco, que munido de una metralleta ibas a hacer tronar el escarmiento a esos colegas desprotegidos. Salvo por la SIP, por los foros patronales de prensa, por los mejores auspiciantes y por sus millones de admiradores. Y, para no ser menos -faltaba más-, desde los bandos legislativos opositores también se solidarizaron con la presunta víctima del inminente magnicidio: Leuco. Y todo por esa Agustina tan bella y casquivana que incendia el corazón de paja de un bloguero rendido y sin esperanzas.
En tanto, todos quienes se enteraban del blog se mataban -cagaban- de risa, y se desternillaban hasta las lágrimas sin comprender cómo un modesto periodista periférico lograba con esa metralleta metafórica tanto amedrentamiento. Cómo es posible que colegas tan corajudos que cada día se enfrentan a un gobierno totalitario y represor lean en tu mensaje de amor hacia Agustina una amenaza a la libertad de prensa. La sátira, la ironía ni el humor negro conjugan con su razonamiento. Es tal su patología antikirchnerista que si, en una rueda de prensa, el perro de Cristina muerde a un periodista van a presentar la denuncia a Robert Cox, a Norma Morandini y a Mirtha Legrand, ésta ya advirtió que tiene miedo de que los mozos de los bares sean espías kirchneristas.
Respecto de Robert Cox hay que decir que va a depender qué día hagan la denuncia. Porque a veces dice que la Argentina corre riesgos de amordazamiento y, al rato, dice que hay mucha libertad y, enseguida, que hay periodistas perseguidos y, al rato, que no es cierto: que la felicidad brota en la Argentina. Es un liberal de pensamiento múltiple. Para mí que Robert Cox no sólo tiene un doble sino un triple. Y es tan simpático.
También lo es Leuco. Les cuento algo y tengo testigos: el juez Baltasar Garzón es uno de ellos, estaba en la cabecera de la mesa. En una comida organizada por la Universidad de Quilmes, en vísperas de las elecciones de 2003, a los postres se jugó a votar entre los pocos periodistas invitados: Leuco votó a Kirchner; Magdalena Ruiz Guiñazú, también.
Lo que es la vida. Es un sueño, una ficción, qué sé yo. Para no ser menos yo voté por Elisa Carrió. Somos imperdonables. Por eso tenemos que ser más modestos. Escuchen esto que dijo Leuco con voz tocada por el laúd de los funerales. No lean, escuchen:
“Lamento tener que dar esta noticia el día de la primavera. Pero es muy grave y no la puedo dejar pasar. Lucas Carrasco, integrante del aparato de comunicación kirchnerista me amenazó de muerte y prometió ir con una metralleta al Canal 26 para matarnos a todos. No lo dijo en un instante de calentura en una discusión callejera. Lo escribió en su blog que tiene 787 seguidores (…) Hago responsable por mi integridad, la de mi familia y la de mis colaboradores al jefe de gabinete Aníbal Fernández. Quien quiera oír que oiga”. Solo falta que Pino Solanas salga gritando “¡Qué escándalo!”.Magdalena Ruiz Guiñazú en dupla fraterna con el inminente mártir cordobés decía atribulada: “A todos nos sorprende además, que una persona como este… así llamado periodista Lucas Carrasco en su blog personal prometa ir con una ametralladora al canal donde vos trabajás, a matarte”. Magdalena, más ponderación. Matar es un verbo que exige evaluar el tono de voz.
Cuando era chico mi madre, cuando me veía llegar todo sucio de jugar a la pelota, me decía: “Te voy a matar”. Y estoy vivo. Ningún vecino la denunció en la comisaría. ¿Y Agustina? Vaya a saberse. La bella más bella va a encontrar su lugar. Pero Lucas Carrasco la perdió definitivamente. No se juega con el amor en un blog. Lucas, lo único que puede redimirte es que cumplas tu promesa.
viernes, septiembre 24, 2010
Bloguero K
Me resulta tan incómodo ser oficialista. Lo juro. Incluso, sabiendo las limitaciones, los caraduras, los chantas, los negociados, aún así, la Presidenta no para de sorprenderme, de llevar "mi" agenda. Cuánta soberbia hay en decir que lleva mi, mi agenda, ja, pero en la intimidad, cuando me ducho y pienso, lo razono así. Es la agenda que quise durante muchos años. Cuando los carros de asalto rompieron la puerta de Sociales y le di, después, un beso a Laura en La Giralda. Cuando volví a la UNER para hablar sobre los asesinatos del gobierno radical. Estaba con Paola, a la izquierda y con Malala, a la derecha. Mi mamá cobraba 500 federales por su trabajo de docente. Cada provincia tenía su moneda. Mi vieja cobraba con cuatro meses de atraso. Los republicanos, los institucionalistas, los señoritos ingleses. La historia que nos atraviesa tiene también la óptica gigante de lo pequeño que somos. De los miedos y las pasiones, las tontas y las otras, las nobles; nos dan una manera de ver el mundo.
Supongo que este malestar psíquico es lo que me lleva de renuncia en renuncia. No importa, eso es cosa mía. Yo no pedí nacer así.
Pero, una mirada histórica, y sí, me ha interesado y he leído muchas corrientes históricas, me hace situar, quedarme acá. Ser ésto. Aún con las demasías, o sobretodo por las demasías; los exabruptos, las querellas que vienen, sí, también, de lejos. Hay algo, además, insondable: comprender -racionalmente apenas- que los procesos históricos son contradictorios, complejos, grises, con alguna opacidad, pero también que no te dan tiempo, que la vertiginosidad te lleva aunque no quieras, y yo sí quiero, a estar parado en alguna vereda. Las cosas no son exactamente, nunca. Pero, aún así: a veces la eficacia política cotidiana lleva a esas dicotomías. Al título Gato blanco, Gato negro, de una película difícil y compleja. Yo he criticado eso. Que padezco. Cotidianamente. En la cola del supermercado, adónde no voy, nunca, pero queda bien, todo boludo dice que escucha sus saberes sobre el INDEC o el monetarismo, sobre el posmodernismo o la estrategia en defensa; esas erudiciones contundentes se adquieren, dicen, en la cola del supermercado adónde además, va, también dicen, la gente común. Me apena no ser parte de la gente común, pero prefiero los pequeños almacenes de barrio. Debe ser por eso que soy un loquito. Disperso. Ahora, por ejemplo, no recuerdo a qué iba. A qué iba todo esto?
A veces voy por la costanera, caminando, tarareando una canción. Hago una especie de paso de baile. Me rasco la nuca, fumo un cigarrillo. En estos años, hay amigos que dejaron de ser amigos, o no, más bien, se acabaron los temas para conversar, evitamos la pelea, qué se yo. El caso es que el kirchnerismo nos partió al medio. Desnudó abismos culturales de una epistemología berreta, cotidiana, pero atravesada por tradiciones narrativas que vienen del fondo de la historia, que ya han sucedido, que traen su novedad melancólica. A viejos adversarios los saludo con un abrazo. Me meto en internas, puteo bajito. No conviene, los domingos en Paraná, hablar de política.
Aunque, por ejemplo, mi hermano votó en el 2007 a Pino Solanas. Y yo lo gastaba. Hoy está afiliado al partido justicialista. Cuánto, por nosotros, por mí, hizo la asonada rural. Visto, claro, desde ahora. Esa madrugada que volví a casa, Maia me vio llorando, Cobos nos cagó. El país retrocedía 100 años. La prédica conservadora y reaccionaria se vestía de novia del diálogo y el consenso, aunque hay que matarlos a todos, negros de mierda, estéticamente estatistas, una grasada, bah. Señoras gordas sin conciencia del yo, a puro plan social y gaseosas de segundas marcas. Y del segundo cordón del conurbano. Enfrentados a Palermo y al zoológico; pibes faloperos, loquitos, que llevan un acompañante en la moto.
Puse en esos días todo el empeño que podía; mi abuela, semanas atrás, se había largado a llorar, por primera vez en mis 30 años la veía así, ni cuando murió -junto a la primavera democrática- mi abuelo la vi llorar, para decirme, entre abrumada y sorprendida, que no podía estar "en contra del campo, el campo nos dio todo, te dio todo". Y era cierto. Del modo en que mi abuela razona, era cierto.
Un amigo casi me tira la mesa del bar en Paraná por la cabeza. No me asustan las peleas, al contrario, sino las tengo las busco, pero eso me dolió. Era un buen amigo. De años.
Y sin embargo, andando, las cosas se clarificaron, se hicieron visibles, incomodaron a todos, o a casi todos, pero más que nada a los que importan. Me causa gracia invertir los argumentos de "a vos por que te pagan" que me achacan, me achacaban más antes, cuando estaba sólo, y sin trabajo, en los días turbios. Pero sé que no es así ni en los que me acusan, también tienen sus razones ideológicas, lo entiendo. Aunque nunca reconozcan mis razones. Y hay malestares psíquicos que entiendo. Viejos zorros del peronismo y viejos zorros del antiperonismo en el mismo gallinero.
No sé adónde va todo esto. Capaz que a decir, y no es que ahora se me ocurra, pero hay días sensibles donde pensar ésto me agrada, decir: loco, esta mina, la Presidenta, va a pasar a la historia, con faldas y huevos, va a triturar historias personales; cuántos, (incluso notables periodistas que hacen de su indignación de concheta salteña una bomba de minuto a minuto en el republicanismo marciano) darán vuelta las cosas de acá a algunas décadas, mentirán sus biografías, chamuyarán, sin pedir disculpas ni autocríticas, y está bien, todos lo hacemos, pero esta densidad, esta carga, esta mochila histórica, que vamos a cargar con alegría, que vas a cargar con desazón, esta mochila de haber sido y tener que seguir siendo. La que llevamos todos.
Las 6 de la mañana. Me quedé dormido y me levanté. En las páginas de la historia se va a hablar, en un apartado, si querés minúsculo, de varios amigos míos: de esos con los que nos juntamos a la vera del río de la plata, a comer choripanes, cuando estábamos derrotados. Ahí hay un pedacito de la historia, de la resistencia. Un germen, un semillero, una infección cultural, ese pus que de cuando en cuándo le sale a la clase media e interpela. Y cómo interpela. Cuánta alegría siento al ser parte de eso, en serio. Alguno quedará, como Pato, trabajando en una carnicería, otros serán escritores, poetas, periodistas dignos, humoristas, artistas, hombres de la calle con una mueca de sonrisa. Nos han humillado, nos han dicho barbaridades, carecemos de prestigio, los nuestros nos denostaban, y aún así. Van a pasar a la historia, ya lo hicieron desde el día en que la oligarquía cortó los puentes, los rabiosos blogueros K, alguien escribirá más adelante la verdad de las cosas. De los blogueros K, no de episodios menores, ridículos, farandulistas, vulgares. Yo cuento la mía. Bah, ya está escrita. Le ha importado a un puñado de personas durante algunos años. La saben mis amigos, mi familia, mis ex novias. Va a ser una partecita, creo, del pedacito de historia que hemos hecho. Sin que ninguna ventanilla expida cheques, sin que ningún comisariado señale el blanco, sin que nos hayamos propuesto, tiernamente, incendiar con desmesura el alma voluptuosa de la libertad de expresión. La voluntad, las ganas, los momentos en que se angostaron y cerraron los espacios. La inconmensurable tontería de decir que esta boca es mía.
Van muriendo las computadoras en las que fui escribiendo, hay algunos cuadernos, las cosas que borré, las que no publiqué, las que exageré, las que mentí, las que inventé. Volverán los amigos, se casarán las ex novias, vendrán otros dolores y otras ilusiones. Ahora que volvieron los optimismos históricos. Ahora que una pandilla de borrachos irrumpe en el velorio de las ideologías. Nos criticarán con cariño las futuras generaciones, con ese cariño que tienen las ganas de inventar, pero, ya lo hicimos. Los blogueros K. Hasta fonéticamente suena horrible.
Sin musicalidad.
Fui, en algún tiempo, en el primer peldaño de esa escalera de la banalidad cultural, una promesa de cosas más prestigiosas y después de todo, andá a saber porqué, hoy me levanté y me preparé el mate y dije que sí, me gusta la identidad más denostada, la más dura, rajá, turrito, rajá que tira a menos, para colmo sin música y esa G y esa O y la K y el BL que siempre queda mal, generito inclasificable en el corán de los géneros, que la historia, estoy convencido, consagrará en una nota a pie de página, mientras vos, largo idiota, vas a querer siempre cambiar tu biografía. A mí no me pasa.
Y es que recién empiezo.
Porque esto, fijate, recién empieza. La historia que el futuro escribirá. La que hoy es otra historia, porque la historia la escriben los que ganan.
Y cómo renegar, je, de ser un bloguero K si gracias a eso, esta noche, salgo con Agustina.
Bien vale una denuncia penal. Y soportar a la comisión de libertad de expresión.
jueves, septiembre 23, 2010
miércoles, septiembre 22, 2010
Más ataques a la libertad de paranoia!
Eduardo Fabregat en la radio hoy (acá el audio imprdible; me hizo matar, ups, perdón, llorar de risa!).
Dos cositas y la corto porque esto ya no da para más, tiene razón Artemio (el jueves voy, eh).
1) A la fiesta de Los Negros de Mierda fue este muchacho -no sé el nombre- que trabaja con Leuco, que ayer se quedó callado tras la "editorial" de su jefe. Cuando fue él el protagonista de este chiste. Fue a la fiesta invitado por Agustina, que es mi amiga y objeto del deseo (pibe, con esta pavada tus acciones están en baja en la verdadera competencia, eh). Había una pantalla gigante, donde se reían de él, pero estuvo todo bien (es más, pibe, te divertiste, al igual que yo: lo tuyo es muuuuy bajo, vistas hoy las cosas)
2) Como Leuco escribe esta inverosímil pavada donde dice (todavía me estoy riendo)
"Esta es la primera vez que lo cuento en público: yo estuve a punto de matar al general Luciano Benjamín Menéndez. Lo tenía ahí, a tres metros, y su cabeza estaba en el medio de la mira de mi FAL. Sólo tenía que sacar el seguro y apretar el gatillo. Le hubiera metido en su cuerpo un cargador entero de balas porque el fusil estaba en automático. Les aseguro que todavía recuerdo aquel cielo negro sobre el barrio militar que queda en el camino a La Calera, en Córdoba."
Yo, tras citarlo, escribí ésto.
3) En este pequeño blog hace por lo menos tres años que escribo (parodiando a la derecha sacada, que tan contenta se pone con tu ego, Leuco) muuuchas veces frases como "hay que matarlos a todos" o bien "nadie hace nada" o más delirantes como "el tema de la lechería". Obvio, voy a incorporar tu frase "el tema del día"
4) Yo no escribo este blog para ofender la elevadísima consideración que vos tenés de vos mismo, Leuco. Escribo para levantarme minas.
5) En Clarín, en tapa, yo resignaría la publicidad gratuita de "blogger K amenaza de muerte a un periodista" (dios, cómo remonta ésto la revista Barcelona?) por "recuperaron otro nieto las Abuelas de Plaza de Mayo". La semana pasada, porque le convenía a Clarín, salí como "periodista", hoy ya volví a ser "blogger K". De todos modos, son las reglas del juego. Todo bien.
6) Si vos, Leuco, te manejás con autonomía, supongamos, no creo, además me parecés bastante mediocre como analista (y se ve que en análisis de textos tenés menos experiencia que manejando FAL) pero ponele que sí, te autodenominás "periodista independiente"; si yo me manejo con autonomía en cambio soy "un loquito suelto". Ay, Leuco.
7) Es obvio que un tipo con tu ego no puede hacer el papelón de pelearse conmigo (a todo ésto, la cosa no es con vos, sino con el pibe que me chamuyaba y disputaba a Agustina; aunque ahora, tras el papelón de ustedes, ya no tiene chances el pibe) y por eso inventaste una falacia más grande aún que tu ego. Pasa que ibas por el Canciller Timerman y terminaste peleándote con un bloguero que vive en Santa Fe y trabaja en Entre Ríos. Que, encima, se te caga de risa.
8) Como necesitás fabular y calumniar lo metiste a Aníbal Fernández (que dijo que vos sos un irrespetuoso y Clarín y La Nación dicen que dijo que yo soy un irrespetuoso: en todo caso, Aníbal, sabelo: soy mucho más irrespetuoso aún). Aníbal, como corresponde, se desmarca (como yo me desmarcaría de algo que escriba él en su blog personal), y entonces resulta que "el gobierno me soltó la mano". Ja. No integro el gobierno nacional y nunca lo integré. La realidad le soltó la mano a tu fábula, Leuco. Lo apoyo, con un grado de autonomía que tu tosquedad jamás te permitiría comprender.
9) Porqué será que Menéndez, y mirá que hablamos de un reverendo hijo de puta, no te inició acciones penales por contar (contar en serio, no en tren literario, en el marco de una bizarra declaración de amor y con un video de Zambayony vestido con una capucha a lo ETA, vos lo escribiste en Página 12, luego lo seguiste contando por primera vez en radios, canales, entrevistas, blogs, etc) que lo quisiste asesinar?
10) Mirá, no lo llamo a Aníbal Fernández ni a Máximo Kirchner ni a Juan Cabandié ni Mariano Recalde porque no tengo sus teléfonos y tampoco me veo preguntándoles si puedo escribir algo para levantarme a una mina. Desde que me dejó mi mujer (te lo cuento porque sé que sos un tipo sensible) hay algunas minas que, por culpa de este blog, me quieren matar. Nunca las denunciaría penalmente. Y eso que no soy un tipo con altura. Mido 1,60.
11) En Miradas al Sur escribí una sola nota (no trabajo ahí) y fue la de la relación entre Souto y Clarín. No creo que me la perdonen nunca. Igual, queda feo meterse con mi metro sesenta, por eso lo de la Conspiración para asesinar el Ego de Leuco. No, Leuco, bajate del caballo pinto.
12) Todo lo que te acabo de contar, Alfredo, no tenías porqué saberlo. Supongamos. Y nadie te puede pedir un esfuerzo de lectura, un nivel medio nomás de comprensión de textos, sentido del humor, ni nada. Si de verdad te sentís amenazado, te pido disculpas.
Pasaron 10 días desde que escribí ese post irrelevante, pero el pibe éste le contaba a Agustina que vos estabas preparando algo de lo que montaste ayer. Como ayer, el pibe nos confirmó (sí, así de bizarra es la cosa) que vos ibas a dedicar el día de ayer al tema, lo republiqué porque sabía que ibas a sacar frases de contexto. Si se lee entero, es obvio, se nota que es una joda.
13) Me da un poco de cosa, Leuco, la verdad. Que vos pienses que yo te quiero coartar tu libertad de expresión. Que estoy bien pago y que hay un gobierno detrás mío que me manda a amenazarte. Mirá: para que te des una idea, no tengo casa ni auto y pago 1000 pesos de alquiler en Santa Fe. No vivo en una mansión, como verás. Pero, además, vamos, Leuco, estás en Canal 26, en Perfil, en Continental, y yo en LT14 de Entre Ríos, en fin.
14) Yo también, mirá que coincidencia, te noto a vos como raro, perdido...agresivo. Pero no una noche, sino desde hace un par de años. Timermann tiene una teoría para explicar lo que te pasó, pero, andá a saber.
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