miércoles, octubre 27, 2010
Néstor
Por Raúl Degrossi
Nos decían todo el tiempo que era un hijo de puta, hasta nosotros mismos a veces lo decíamos en tono de admiración, "qué hijo de puta, mirá lo que hizo".
Pero ¿saben qué? a los hijos de puta nunca les pasan estas cosas, nunca se mueren con toda una parte importante de sus vidas por delante, ni tampoco se mueren por vivir como quieren y por hacer eso en lo que creyeron siempre.
Ahí anda Videla con una parva más de años, con sangre en sus manos -pero seguramente no en su conciencia-, estirando su paso por este mundo, pero gracias a Néstor para desfilar por los juzgados.
No creo que haya habido al lado suyo un Nelson Castro que le dijera "afloje, general, tantos asesinatos le van a hacer mal a la salud".
Ahí anda Menem, con veinte años más que los que vivió Néstor, con el doble de años que él gobernando la Argentina, insensible a la exclusión y la miseria que dejó a su paso, cargando en su haber con la voladura de un pueblo para encubrir un afano y con otras miserias que no lo mellaron.
Ahí anda De La Rúa, que se olvidó por donde se salía del estudio de Tinelli, pero también de lo muertos que dejó en la plaza cuando se fue en helicóptero, y no se sabe que el recuerdo lo atormente al punto de joderle la salud y la vida.
Estas cosas, repito, de morirse cuando uno tiene mucho para dar, no suelen pasarle a los hijos de puta.
Tampoco les suelen pasar a los que se dedican a la política como un pasatiempo, algo que hacen entre aburrirse en las reuniones de directorio de las empresas de papá y de la comisión directiva de algún club de fútbol, o entre una y otra internación en un spa para bajar de peso.
No les pasan a los que le dedican a la militancia -o a lo que entienden por eso- apenas un par de horas al día, justo las que coinciden con los noticieros y los programas políticos de la tele, en horario central.
Mucho menos les pasan a los que entienden por política tener el oído atento a los deseos del poder real, la hoja en blanco y el lápiz presto para tomar nota de las prioridades de Magnetto, de Biolcatti, de Techint.
Les pasan, generalmente, a los que no se resignan a que eso sea la política, a los que piensan que la política nació justamente para cuestionar esa realidad, y le ponen el cuerpo y el alma a esa idea.
Como Néstor.
Que nos causa hoy un dolor y una pena inmensos por lo mismo que nos enamoró a partir del 2003 (a algunos desde antes, cuando era casi un desconocido en la escena política nacional): por poner sus ideas, su lucha, su vocación política, por encima de todo, hasta de su propia salud, de su tranquilidad.
Seguramente habrá muchos (incluso cercanos en el afecto) que le habrán dicho en estos tiempos que tenía que aflojar un poco, que bajar un cambio, y que a lo mejor ahora ensayarán un reproche.
"Si se hubiera cuidado un poco, si no se hubiera hecho tanta mala sangre".
Pero ¿saben qué?
Sin caer en providencialismos, sin poner un mesías en el lugar donde debe haber una construcción política colectiva, si Néstor les hubiese hecho caso probablemente hubiera estado entre nosotros, muchos años más, pero con toda seguridad muchísimas cosas que cambiaron en la Argentina del 2003 para acá, probablemente nunca hubieran cambiado, porque nuestra historia demuestra que, sin ocasionales hinchapelotas, las cosas no tienden naturalmente a cambiar, o si lo hacen, es para peor.
Néstor murió como vivió, y por lo que vivió, la peor moraleja que se puede sacar de su partida es que no se puede hacer política como la hizo él.
Seguramente Cristina hoy, en el inmenso dolor de haber perdido al compañero de su vida, sea quien mejor entienda esto, y es responsabilidad colectiva nuestra, la de los que acompañamos este proceso político que ellos abrieron en la Argentina, hacerle saber y sentir que no está sola, que vamos a aportar entre todos para ayudarla a llenar ese vacío, y sobre todo para hacer lo que nos toque para que el sacrificio de Néstor no haya sido en vano.
Vendrán seguramente las falsas y compungidas condolencias de los que hasta ayer deseaban vivamente que pasara lo que pasó, los que redujeron el periodismo y la política a una cloaca con análisis sicológicos berretas, no importa, no les creo ni me importa lo que digan.
La historia guarda para los miserables un lugar pequeño, pasajero y efímero, y con el tiempo se ocupa de poner cada cosa en su lugar, aunque tarde mucho tiempo la construcción de un lugar en la memoria colectiva de los pueblos.
Donde seguramente Néstor Kirchner tendrá (tiene ya) ganado un lugar de privilegio
Censo
1. ¿Qué es el censo?
Es una maniobra dirigida desde el Gobierno Nacional para que todos sus ciudadanos permanezcan dentro de sus hogares por 24 hs. O sea, es una forma de secuestro extorsivo generalizado.
2. ¿Puedo morir si realizo el censo de forma correcta?
Sí. De hecho, “realización de censo de manera correcta” no es una variable que determine la muerte de nadie tanto como, por ejemplo, no sé, fumar dos atados de puchos por día. O sea que, entre nosotros, usted puede morir o no y el censo no importa, pero si lo que quiere es un buen titular, señor CEO de algún diario, titule que sí, que es posible morir durante el censo. Como es posible morir jugando al pool, aunque el nexo causal sea inexistente, el título “muere jugando al pool” arroja un manto de sospecha sobre el deporte de ebrios por excelencia.
Sigue acá.
Es una maniobra dirigida desde el Gobierno Nacional para que todos sus ciudadanos permanezcan dentro de sus hogares por 24 hs. O sea, es una forma de secuestro extorsivo generalizado.
2. ¿Puedo morir si realizo el censo de forma correcta?
Sí. De hecho, “realización de censo de manera correcta” no es una variable que determine la muerte de nadie tanto como, por ejemplo, no sé, fumar dos atados de puchos por día. O sea que, entre nosotros, usted puede morir o no y el censo no importa, pero si lo que quiere es un buen titular, señor CEO de algún diario, titule que sí, que es posible morir durante el censo. Como es posible morir jugando al pool, aunque el nexo causal sea inexistente, el título “muere jugando al pool” arroja un manto de sospecha sobre el deporte de ebrios por excelencia.
Sigue acá.
martes, octubre 26, 2010
Obama
Las (nuevas) noticias sobre torturas propias en Irak, ocultamiento de abusos cometidos por las fuerzas de ese país, asesinatos a sangre fría de civiles y subestimación de muertes en 15.000 sobre un total de 109.000 previamente admitidas generó incluso una mueca de burla en China siempre cuestionada (y con razón) por Occidente. Que aproveche el régimen de Pekín su momento de satisfacción, que acaso no le dure mucho.
Pero eso no es todo. Si alguna credibilidad debe darse al ranking anual de percepción de la corrupción que elabora Transparencia Internacional (confeccionado en base a la visión de quienes muchas veces son los mismos que pagan las coimas a funcionarios venales), hay que mencionar que por primera vez Estados Unidos cayó por debajo del puesto 20 (a mayor número, mayor corrupción). De hecho, el país pasó este año del puesto 19 al 22, la peor calificación en los quince años de existencia del índice.Sigue acá.
La guerra contra el censo no ha tenido lugar
"La guerra ha sucedido. Pero en la conciencia colectiva, una vez terminada la guerra se tiene como no sucedida. Más que una guerra real se ha tratado de una guerra virtual. Una guerra cuyo final era predecible (...) y en donde el enemigo se convertía en un parpadeo abstracto sobre la pantalla del ordenador. El desarrollo de lo que constituía el mayor drama humano fue "cubierto" por la información."
Jean Baudrillard, acá.
La imagen es de acá.
Un verdadero pelotudo argentino.
lunes, octubre 25, 2010
Una foto con Sandra Russo
Por debajo del cinismo de Perfil y Clarín -hay una puerilidad tan drástica en andar fabricando carroña- hay una operación de sentido muy compleja; que les sale, casi sin querer, como reflejo de la podredumbre intelectual en la que caen empleados que, en última instancia, defienden nada más que los negocios turbios de dos familias. Dos. Emparentadas. La Nación, con elegancia, quizás por menos pruritos ideológicos, cae menos en esta vulgaridad. Aunque sabe que este circo le conviene, aún a pesar de la verguenza ajena. Dos familias, emparentadas.
La foto de uno de los presuntos asesinos de Mariano Ferreyra con funcionarios del gobierno nacional desató el previsible regocijo de sectores a los que ya no les importa nada. Por dos familias. Emparentadas.
Pero es curioso que entre esas fotos se incluya una que tiene menos sustento todavía, la de Sandra Russo.
No sé, pero estoy casi seguro, que a ella la paran en todas las esquinas para pedirle sacarse una foto. Un funcionario público, en cierto modo, se acostumbra: después de todo, necesita de ese acompañamiento, de esos votos. Que se cuentan de a uno. Un periodista, no tiene porqué. Aunque, en general, accede.
Igual, no es el punto.
Ayer Clarín hace una entrevista exclusiva con el presunto homicida, en el despacho del abogado. Antes de que llegue la policía a detenderlo. La filman. Sacan fotos.
Porqué el periodista de Clarín, al tener una foto con el presunto asesino, no queda implicado? Por qué?
Quiero decir, porqué un periodista si trabaja para De Narvaez o las dos familias, emparentadas, si resulta más o menos apreciable para el cholulaje -pongamos un Luis Majul, un Leuco- y un día alguien lo para para sacarse una foto, no queda pegado al fotografiado? Es solamente porque nadie, hasta ahora, había llegado tan bajo, a tanta miserabilidad, a esta escatología? En parte, sí. En parte, no.
Es también porque en la mentalidad retorcida de tipos como Darío Gallo, Sandra Russo no es una periodista, una colega de él, sino un dirigente político. El caso de Gallo es el más interesante: el chico twitter -maneja un vocabulario de 140 palabras, 80 de las cuales son insultos- tiene un blog que se llama "el periodista". Ni ahí del nivel intelectual y cultural de Sandra Russo, cero sofisticación, jamás una idea compleja, ni por asomo algo que pueda servir como material de estudio. Sandra Russo, sí. Pero, de pronto, hay un gobierno que lleva adelante una agenda por la que Russo -desde, que yo sepa, los 90 (antes no la leía, tengo 32 años)- peleaba.
Sólo la lógica binaria permite este disparate. Pensar esto en los 90, por ejemplo, hubiera sido imposible.
Empleados de empresas con fuertes intereses políticos de pronto se piensan como EL periodismo, independiente, y el resto son actores políticos. No militantes, porque ahora, por suerte, la palabra militante reemprendió un camino de belleza, sino operadores políticos, algo así.
El razonamiento es simplote y binario, crispado e hipócrita, imposible casi debatirlo, porque cierra el camino a la legitimidad del decir del Otro. No hay Otro. Somos El periodismo, el resto operadores políticos. Por eso una foto te incrimina. No hay con quien discutir: si quien habla no puede hablar porque es un operador político, y si habla está atacando la libertad de expresión, entonces, no hay con quien debatir. Poco importa la chatura con que la Cadena Nacional de Gente Linda repite como loro, una mismidad afixiante. No, poco importa. Es EL periodismo. Sus fotos con De Narváez no los vinculan a los traficantes de efedrina, sus fotos con Kirhcner no los vinculan a El Dueño, sus fotos con Magnetto no los alejan de todos los organismos de DDHH: pasa que están, los organismos, cooptados. Oh, lo puro, lo independiente, si hasta trabajan por el puro placer de narrar, críticamente, la realidad. O bien, sí, es cierto que Sirven cobra por escribir, pero eso no importa porque es La Nación -los socios efectivos y reales del estado- si escribiera, Sirven en La Nación, es porque te pagan para escribir. Dado que uno es periodista, el otro operador político: desde el momento en que se deja de pensar como dos familias, emparentadas, se sale de la condición de periodista.
Es muy loco.
Y absurdo.
Los Noble y los Mitre, festejan.
Y Fontevechia, tras fracasar con el fondo de los lectores que dirigía Nelson Castro, dejó de tener problemas de papel.
Cositas que tiene el periodismo. Independiente.
La foto de uno de los presuntos asesinos de Mariano Ferreyra con funcionarios del gobierno nacional desató el previsible regocijo de sectores a los que ya no les importa nada. Por dos familias. Emparentadas.
Pero es curioso que entre esas fotos se incluya una que tiene menos sustento todavía, la de Sandra Russo.
No sé, pero estoy casi seguro, que a ella la paran en todas las esquinas para pedirle sacarse una foto. Un funcionario público, en cierto modo, se acostumbra: después de todo, necesita de ese acompañamiento, de esos votos. Que se cuentan de a uno. Un periodista, no tiene porqué. Aunque, en general, accede.
Igual, no es el punto.
Ayer Clarín hace una entrevista exclusiva con el presunto homicida, en el despacho del abogado. Antes de que llegue la policía a detenderlo. La filman. Sacan fotos.
Porqué el periodista de Clarín, al tener una foto con el presunto asesino, no queda implicado? Por qué?
Quiero decir, porqué un periodista si trabaja para De Narvaez o las dos familias, emparentadas, si resulta más o menos apreciable para el cholulaje -pongamos un Luis Majul, un Leuco- y un día alguien lo para para sacarse una foto, no queda pegado al fotografiado? Es solamente porque nadie, hasta ahora, había llegado tan bajo, a tanta miserabilidad, a esta escatología? En parte, sí. En parte, no.
Es también porque en la mentalidad retorcida de tipos como Darío Gallo, Sandra Russo no es una periodista, una colega de él, sino un dirigente político. El caso de Gallo es el más interesante: el chico twitter -maneja un vocabulario de 140 palabras, 80 de las cuales son insultos- tiene un blog que se llama "el periodista". Ni ahí del nivel intelectual y cultural de Sandra Russo, cero sofisticación, jamás una idea compleja, ni por asomo algo que pueda servir como material de estudio. Sandra Russo, sí. Pero, de pronto, hay un gobierno que lleva adelante una agenda por la que Russo -desde, que yo sepa, los 90 (antes no la leía, tengo 32 años)- peleaba.
Sólo la lógica binaria permite este disparate. Pensar esto en los 90, por ejemplo, hubiera sido imposible.
Empleados de empresas con fuertes intereses políticos de pronto se piensan como EL periodismo, independiente, y el resto son actores políticos. No militantes, porque ahora, por suerte, la palabra militante reemprendió un camino de belleza, sino operadores políticos, algo así.
El razonamiento es simplote y binario, crispado e hipócrita, imposible casi debatirlo, porque cierra el camino a la legitimidad del decir del Otro. No hay Otro. Somos El periodismo, el resto operadores políticos. Por eso una foto te incrimina. No hay con quien discutir: si quien habla no puede hablar porque es un operador político, y si habla está atacando la libertad de expresión, entonces, no hay con quien debatir. Poco importa la chatura con que la Cadena Nacional de Gente Linda repite como loro, una mismidad afixiante. No, poco importa. Es EL periodismo. Sus fotos con De Narváez no los vinculan a los traficantes de efedrina, sus fotos con Kirhcner no los vinculan a El Dueño, sus fotos con Magnetto no los alejan de todos los organismos de DDHH: pasa que están, los organismos, cooptados. Oh, lo puro, lo independiente, si hasta trabajan por el puro placer de narrar, críticamente, la realidad. O bien, sí, es cierto que Sirven cobra por escribir, pero eso no importa porque es La Nación -los socios efectivos y reales del estado- si escribiera, Sirven en La Nación, es porque te pagan para escribir. Dado que uno es periodista, el otro operador político: desde el momento en que se deja de pensar como dos familias, emparentadas, se sale de la condición de periodista.
Es muy loco.
Y absurdo.
Los Noble y los Mitre, festejan.
Y Fontevechia, tras fracasar con el fondo de los lectores que dirigía Nelson Castro, dejó de tener problemas de papel.
Cositas que tiene el periodismo. Independiente.
La Idea hegeliana puesta con los pies sobre la tierra.
Así como la policía aeronáutica fue la que descubrió las valijas de la CIA con Antonini Wilson, hace dos días ocurrió un hecho gravísimo, que por todos los medios se intentó ocultar y silenciar. En la aduana. Lamento tener que dar esta noticia en el día de la primavera, pero acá hay una conspiración mundial para apoderarse del acuífero guaraní. Porque las próximas guerras mundiales, serán por el agua. No tanto por invertir en recursos humanos para potabilizar el agua salada, teniendo en cuenta que la mayor masa del planeta es, justamente, agua, sino en enriquecer uranio para apoderarse del agua dulce disponible. Y ayer, en una inspección de rutina, se abrió un containers con autos de exportación. Hacia Europa. Todo parecía normal hasta que un agente abrió un baúl. Y encontró agua. Dulce. Del acuífero guaraní. Inmediatamente, la mafia de la trata de aguas, fue arrestada y desmontada. Pero se desconocen los alcances de esta red de aguatráfico, que tendría escala planetaria.
Un testigo protegido señaló varios cargamentos de petróleo con destino a España. España, como se sabe, es una potencia petrolera, gracias a la exploración fuera de sus fronteras -en Argentina, Irak, Afganistán- y hasta ahora se pensaba que los reyes de España hacían esto para traer prosperidad y desarrollo a los pueblos que por contener genes subdesarrollados necesitaban de la caridad de los países serios.
Un barco entero, que decía, en los papeles, llevar petróleo, resultó con agua del acuífero guaraní. Un saqueo. Re mal.
Vienen por el agua.
La aduana detectó que hay cargamentos que figuran como de soja sin procesar -35% de retenciones- o de aceite de soja -5% de retenciones, pero hay que tener empleados y medio en blanco- que resultaron contener, directamente, agua del acuífero guaraní. Que se traingulaba en China y terminaba en la cafetería del Consejo de Seguridad de la ONU. Todos los generales, mientras planificaban la próxima carnicería, almacenaban sus propios dispensers con agua del acuífero guaraní.
Inmediatamente, se suspendieron las exportaciones -principalmente, todo producto manufacturado que sirva para esconder agua: camiones, microondas, computadoras, tubos de acero sin costura; lo cual desató la inmensa algarabía en el seno de las fuerzas armadas, previendo que les aumentarían las partidas para planificar guerras que como nunca van a suceder, nadie tendrá, por suerte, que andar arriesgando su pellejo. Pudieon boludear en Sarajevo con cursos que dictan los yanquis, por favor, muy bien.
domingo, octubre 24, 2010
sábado, octubre 23, 2010
Lo que pasa y se esfuma
Ayer tuve uno de los días más difíciles. Es todo tan raro. Tan triste, estos días. Yo estaba en la izquierda cuando llegó el kirchnerismo. Y estaba en el kirchnerismo cuando los policías formaban filas sin armas.
Quiero, algún día, contarle a un hijo que no sé si tendré, estas cosas. Yo vi, por la tele, cuando descolgaron el cuadro de Videla. Vi cuando marchaban los piqueteros -mis amigos, mis hermanos- por la Panamericana en el año 2003. Yo quiero encontrar las palabras. Quiero poder decirlo.
Pero cómo resignarse a no creer.
Me quedé dormido en el sillón. No fui a trabajar.
Me queda poca plata pero me la voy a gastar en una comida especial.
Puedo comer. Puedo dormir.
Mientras en las redacciones se teclea con furia, en los ministerios se gastan teléfonos, en los comités se elucubra y especula, en la tele se busca la carroña cotidiana, mientras los chicos se besan en la plaza, los estudiantes, cuando toman las facultades, cogen en un aula medio oculta, hacen las cosas que hicimos. Que fuimos. Antes de seguir siendo.
Hay una familia que no come, que no duerme. Que tampoco encuentra las palabras.
No sé.
Capaz que es mejor que lo indecible siga siendo indecible.
Capaz que no. Y en todo caso, qué importa.
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