Como la oposición al gobierno de Cristina no está conducida desde la direigencia política, que tiene sus legítimas ambiciones y estrategias (electorales) disímiles de los intereses de los conglomerados monopólicos que sí conducen y escriben el libreto, la farsa delas 15 mesas para dirimir la candidatura de Duhalde o Saá por el fantasmal partido del peronismo antikirchnerista, plantea un interrogante menor.
Los padrones inflados, los previsibles reproches, la frivolidad y estupidez del método electoral -reñido en su procedimiento específico con cualquier procedimiento electoral serio del mundo- deben, para la gran prensa, ocultarse, pero a la vez, tampoco inflamarse como ejemplo republicano, no sólo porque sería de dudosa credibilidad -eso para el Grupo Clarín, a esta altura, es apenas un detalle- sino fundamentalmente porque significa una cachetada al resto de los disidentes -que se bajaron de la disputa por el maquinista del tren fantasma sino también para el radicalismo y, además, exaltar este mamarracho implica perder el "ala izquierda" de los conservadores individualistas como Luis Juez, Pino Solanas y Margarita Stolbizer, además del partido socialista.
Así que el panorama pinta sencillo: ni fu ni fa y que cuanto antes pase este papelón organizado por Luis Barrionuevo y el Momo Venegas, mejor.
domingo, abril 03, 2011
viernes, abril 01, 2011
El bloqueo a Clarín según Gvirzt
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| "A mí no me van a tomar el pelo" expresó Gvirtz |
Diego Gvirtz también insinuó que Clarín no distribuyó el diario porque no quiso. “Una de nuestras hipótesis es, ¿quien fue el gran beneficiado del bloqueo del domingo y quién el perjudicado? ¿Por qué no pensar que Clarín podía sacar los diarios? ¿Tiene una sola salida de camiones esa planta inmensa? Hicieron todo un manejo el domingo”, apuntó Gvirtz.
Más baja del peronismo federal
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| La imagen es sólo ilustrativa. Los niños no deben arrojarse a la pileta sin agua |
Tras sacarse entusiastas fotos con Rodríguez Saá, Barrionuevo, Venegas, Romero, Reutemann, Obeid, Duhalde, Solá, el intendente de Paraná -30% del electorado entrerriano- que asumió con los votos del kirchnerismo y luego traicionó su mandato electoral, hoy enrolado y sin destino detrás de Jorge Busti, se despegó y volvió a traicionar al conservadurismo aliado hasta ayer.
José Carlos Halle era tan chupamedia del kirchnerismo que hasta ami me daba verguenza, lo admito. Nunca soporté los chupamedias, ni los ultras. De ultra K a la Sociedad Rural en cuestión de horas, ahora dice, muy caradura el hombre, que
“Nosotros siempre dijimos que no era lo correcto hacer esta interna. Después lo dijo (Felipe) Solá como otros compañeros. Pero bueno, de forma tozuda hubo compañeros que insistían”, cuestionó Halle en referencia a Eduardo Duhalde y Alberto Rodríguez Saá. Con este último se identificó el jefe comunal.
“Independientemente de que ahora hayan quedado dos candidatos, la gente no está predispuesta a participar de forma espontánea en esta interna. Nosotros planteamos otros mecanismos de resolver esto, pero no se nos escuchó”, se quejó.
Y añadió: “Este domingo empiezan las internas y la gente no sabe de qué se trata. No creo que nadie pueda legitimarse en este marco. Hasta los radicales la suspendieron su pre interna por el escenario no da”.
“Insisto en que esta metodología no estaba consensuada”, reiteró Halle. Para el Intendente “hace un año han cambiado las cosas” y “da la sensación que Duhalde y Rodríguez Saá, pese a los que se le ha dicho como nosotros y Solá, siguen avanzando pero no en beneficio del conjunto”. “Esto genera i rispidez. No se puede seguir adelante sin escuchar a todos”, concluyó.
En fin, el último delirio del peronismo conservador es ir sin boleta a presidente, cuando las elecciones van a ser unificadas y cuando Busti y él hicieron profesión de fe de insultar a Néstor y Cristina Kirchner.
Ya desarticulados del armado de la Pampa Húmeda del tren fantasma reaccionario, precaviéndose que el fiasco de Macri no pega en Entre Ríos, Busti mnadó al intendente de Paraná a volcar con elegancia los padrones a favor de Rodríguez Saá, mientras Busti va a jugar para Duhalde. Se va a votar en 4 ciudades de los 17 departamentos y más de 600 comunas. Todo muy lindo. Va a ganar Duhalde, con pocos votos, nula concurrencia y una cantidad de votantes fiscalizada por Mario Das Neves y Luis Barrionuevo que, seguramente dará una participación del 138% de los electores, casi 43 millones de entrerrianos votando con algarabía para definir quién negocia con Macri, candidato a la reelección de la intendencia porteña, en nombre del federalismo portuario.
Obviamente, hay que interpretar que lo que dice Hale, mandado por Busti, es un grito desesperado para que lo llamen del kirchnerismo. Cosa que, no creo suceda. Urribarri estácómodo, pronto a irse a México con Cristina, lindo país México, el recuento electoral se lo hizo el experonismo federal: Mario Das Neves, Juan Schiaretti y Luis Barrionuevo. Deberían ir Busti y Halle. A aprender.
Dicen que el colegio electoral de Afganistán también es un buen ejemplo. Con el agregado de que no está aislado del mundo y tiene una relación carnal, sodomita, con los EEUU.
miércoles, marzo 30, 2011
Drogón y anarquista
Hay una vieja anécdota -tiene 14, 15 años- que circula por los pasillos de la Universidad de Entre Ríos y también en la Universidad del Litoral. Mis amigos periodistas, sobre todo los de Santa Fe, me la han contado, cambiada. Distintas versiones. Sobre un periodista, muy gorila, Rogelio Alaniz, entonces docente de Sociología en primer año de la Facultad de Comunicación Social. Al que, según las versiones de ahora, un alumno cagó a trompadas. En un cumpleaños, en Santa Fe, incluso, yo agregué otra versión (distinta) porque conocía al alumno en cuestión. Agregué datos familiares del pibe, mal pibe. Y le puse un montón de adornos a la historia, asegurando que varios amigos míos estuvieron presentes. Se discutían los detalles polémicos de mi versión. Salimos de ese cumpleaños y en la calle, mi novia de entonces, no paraba de reírse. Y considerarme una mala persona, pero tierna.
Ahora algunos santafesinos, en Twitter, me están jodiendo con ese tema. La historia, más o menos, fue así y está en este enlace (escrita por alguien que no me quiere, en un medio radical, medio mercenario, donde tampoco me quieren, ya que estamos):
Lucas Carrasco lleva dentro suyo, muy internalizado, el paradigma del marketing, del golpe de efecto y del otro. Sabe como mostrarse y quedar en el centro de la escena. Habrá algunos ejemplos que den cuenta de esto y que podrían servir para ilustrar el caso.Sigue acá.
Lo recuerdo en la Facultad, en la Carrera de Comunicación Social en la década del 90, con el furor de Franja Morada en la conducción de los centros de estudiantes cuando cursábamos Sociología con el profesor Rogelio Alanís. Lo agarró a trompadas. No recuerdo el motivo de la discusión, pero a partir de ahí, Lucas cobró notoriedad con el exabrupto. Un acto de verdadera impotencia frente a un intelectual que hace de los libros antiperonistas, el tango bajón y el alcohol un culto.
En el ámbito académico se dirá que la mejor arma que tiene un hombre es la palabra y creo que efectivamente es así. Aunque también solemos decir que no siempre alcanzan las palabras para expresar lo que uno siente. Y para eso solo hay una forma de contestación, visceral, emocional, primitiva y poco racional. Sobre todo cuando la argumentación del debate entre alumno y profesor es desigual, manipuladora y oscura.
Obviamente, todo terminó en un Juicio Académico -el guaso, entonces jefe de cátedra, editorialista del santafesino diario El Litoral y hacíaun programa en el canal Cable y Diario y en LT9, se había subido al escenario, en un final de su materia ante 300 alumnos, a gritar, medio borracho, que yo era "anarquista, drogadicto, patotero" lo cual era bastante acertado y que el semanario cultural que dirigía estaba "financiado por el narcotráfico internacional" lo cual, lamentablemente, era mentira. Yo me paréy le tiré el exámen al piso, tuve que hacerlo de nuevo al otro día en el rectorado (me saqué un 9 y protesté preguntando porquénotenía10, je)- que duró unos dos años. A él lo iban a echar y por eso, como la facultad la manejaban radicales como él, le avisaron que era indefendible y renunció. Apretaron a los alumnos para que declaren contra mí, en fin. Todo muy lindo. A mí me suspendieron 4 o 5 días, pero ya no iba más a la facultad. Quedé nomás en primer año. Pasaron los años y habían, los radicales, perdido la facultad (porque estaban en el gobierno provincial, que era caóticamente represivo y reaccionario) y la decana era amiga mía.
Yo estaba ahí presentando un libro que escribí, justamente, sobre los asesinatos de los radicales el 20 de diciembre del 2001, y la decana pidió la palabra, era petisita, desde el fondo, una butaca, entre el público, agarró el micrófono y hablaba con tanta autoridad que el resto de la gente se fue dando vuelta para mirarla. Dijo algo así como "qué bueno que este tipo de investigaciones periodísticas sean hechas por alguien formada en esta casa de estudios".
Yo me reí, qué iba a hacer.
Formado en esta casa de estudios.
Todavía me sigo riendo.
De la burocracia. Esos fríos leones que te devoran si perdés. Pero si ganás te aplauden tan fuerte que nadie escucha cuando te roban el trofeo.
Nada que ver con Das Neves
Un ejemplo republicano, sin dudas, de cómo hacer un escrutinio limpio, transparente, rápido, más aún, así nomás, al toque, un ejemplo. Lo de los radicales.
Mirá que lo trataron de vender y vender a Ernesto Sanz, lo pasearon por radios, canales y diarios y jamás de los jamases levantó el amperímetro.
Una hipótesis: no es que Sanz no haya tenido estructura (le sobraba) ni guita (le sobraba) ni carisma (fue intendente y senador, tenía campañas electorales encima, y más que El Hijo De alfonsín) ni capacidad de rosca (después de todo, era presidente de la UCR hasta traicionar al Hijo De alfonsín) ¿qué falló entonces?
Falló que fue demasiado obvio que lo quisieron vender, que era el candidato de las corporaciones, que le chupaban demasiado las medias. Eso falló.
Señores, señoras, estamos en otra etapa: los medios de comunicación, a cualquier escala, pero más los concentrados y monopólicos, son percibidos por la sacrosanta opinión pública, como actores de poder y no meros transmisores de hecho, como pretendía, con suerte, la epistemología de Lanata, ex vedette del Maipo.
Eso falló.
Y las lecciones a sacar de este fracaso, no son sólo para el arco opositor, más vale que a ellos les cabe más el saco. Pero no solamente. No solamente, corazón.
Mirá que lo trataron de vender y vender a Ernesto Sanz, lo pasearon por radios, canales y diarios y jamás de los jamases levantó el amperímetro.
Una hipótesis: no es que Sanz no haya tenido estructura (le sobraba) ni guita (le sobraba) ni carisma (fue intendente y senador, tenía campañas electorales encima, y más que El Hijo De alfonsín) ni capacidad de rosca (después de todo, era presidente de la UCR hasta traicionar al Hijo De alfonsín) ¿qué falló entonces?
Falló que fue demasiado obvio que lo quisieron vender, que era el candidato de las corporaciones, que le chupaban demasiado las medias. Eso falló.
Señores, señoras, estamos en otra etapa: los medios de comunicación, a cualquier escala, pero más los concentrados y monopólicos, son percibidos por la sacrosanta opinión pública, como actores de poder y no meros transmisores de hecho, como pretendía, con suerte, la epistemología de Lanata, ex vedette del Maipo.
Eso falló.
Y las lecciones a sacar de este fracaso, no son sólo para el arco opositor, más vale que a ellos les cabe más el saco. Pero no solamente. No solamente, corazón.
¿Y la compota, esbuena?
Escribe Ruben Sentís en su blog:
Qué te pasa Sentís, estás nervioso?
Me acordé de Lucas.
Ayer Cristina y Chavez hablaban del mundo al revés.
Los civilizados bonbardean pueblos.
Los bárbaros utilizan la diplomacia como en el acuerdo Venezuela/Colombia.
Los dictadores se exponen en elecciones.
Los demócratas tienen a CNN.
A Obama le dieron el premio Nobel de la Paz.
Cuba sigue sufriendo un brutal bloqueo desde hace medio siglo y Pino se olvida de los trabajadores de Clarín.
Rial amenaza a Fort en pegarle un tiro en la nuca y Lanata se derrite en TN.
Ayer me acordé de Lucas.
Qué te pasa Sentís, estás nervioso?
Una cabina de teléfono
Antes de publicar este post le saqué varias partes. Una estupidez. Es sólo un blog. Pero estoy podrido, ya, de tener quilombos por lo que escribo, como hobby acá. Y le quité toda la parte donde hablaba de Juan Cabandié, mi amigo, con quién recién estuvimos en un bar de, creo, Recoleta o Barrio Norte. Esos barrios de mierda. Creo, igual, como aconsejó Roberto Arlt, hay que escribir como "un cross a la mandíbula".
Éramos pibes y en un barrio alejado de Paraná, de casas construidas por el gobierno, ya despintadas y viejas, en los años neoliberales, cuando llegaba a los barrios la violencia y ser joven era sobrevivir, hacíamos, a la parrilla, cualquier cosa. Nunca asado.
Reuniones semanales.
Era una costumbre regalarse libros.
Ya leídos. De vieja literatura. La poesía, primaba.
La Cofradía de la Hermandad Anarquista. Así se llamaba.
Yo era el más pibe ahí. Escritores de provincia que nunca llegaríamos a nada.
Había, en todo el barrio, separado de la ciudad, un teléfono público. Con monedas. Frente a la plaza. Ningún negocio. Tomábamos vino tinto, barato. Los profesores universitarios, lo pagaban. Fumábamos cigarrillos baratos. Nos metíamos en discusiones intelectuales, estéticas, pequeños rencores sobrevolaban contra otras sectas y grupos. Éramos amigos. Íbamos a hacer una revolución, era el horizonte. Escribí una mala novela contando eso, está perdida en los almacenes editoriales, por suerte. Los años 90 fueron un espanto. Mi formación política viene de ahí: libros viejos, mucha literatura fuera de moda, espíritu federal (en sepia, en solitario, a veces me pregunto porqué me empeño en ideas que no tienen ningún arraigo y me traen problemas. Supongo que por eso, al repasar las cosas, umm, viene una guapeada al pedo, pero: entiendo que quedarme solo no me molesta y me sobra cuero para aguantarla, aunque no sé si eso es bueno o es malo para la salud mental: en todo caso, a quién le importa) mi formación política viene del desempleo, de pucherear con el periodismo, de ser una joven promesa pero, ay, entre nosotros, tiene problemas con las drogas y la conducta.
Había un árbol en el patio vecino. De la casa de Hugo, donde yo vivía. Después de estar en una pensión donde nos peleamos todos, precozmente. Por cuestiones políticas, literarias, absurdas. La vida tiene esas cosas. Raras. Ya son pocos los que viven en la misma ciudad, se han ido, a ciudades más chicas, Hugo y Marcelo, Andrés quedó en paraná, se hizo algo troskista, los barrios lejos del río, en toda ciudad entrerriana, son barrios pobres. Obreros. Estatales. De los 90, cuando lo estatal era el desprestigio, el último conchavo para perdedores. Había, en la vereda, autos parados, oxidada la pintura, el motor robado. En las esquinas pendejos violentos que tomaban en tetra brick y soñaban con triunfar en bandas de punk. Por la mañana un montón de gurises jugando en el asfalto a la pelota, soñando con salvarse, con ir a Buenos Aires a probarse en Boca. Paraban la pelota cuando pasaba el único colectivo de línea.
Había mamelucos, electricistas, pintores de brocha, albañiles, peones, administrativos municipales, recolectores de basura, indemnizados de las empresa privatizadas, devenidos en remiseros de autos viejos. Un teléfono público, en la puerta del almacén. Con monedas. Frente a una iglesia evangelista. Adolescentes que estrenaban tetas y soñaban con irse del barrio al casarse con un cordobés. Los que venían del centro, en auto, los que tenían zapatillas de marca, nos sacaban a las pibas del barrio. Y nosotros mirábamos la tarde. Caminábamos kilómetros, regateábamos en los bares, nos dolía la vida, nos sentíamos estúpidos, torpes, fuera de tiempo. Leyendo a Bakunin. A Marx. Y Paco Urondo.Y a los escritores entrerrianos que descendían de la inmigración anacoreta, tiempos idos, muertos en la vulgaridad de la moda, tiempos nuestros, sabidos que estábamos ni a la contra, sino al costado. Nadie quería estar afuera. Nosotros estábamos, forzadamente, afuera. Menos que afuera, al costado de la vía. Pero caía el atardecer y nos resignábamos. Llenos de sueños. De trompadas en la espalda. Llenos de afectos, condescendencias, favores, tristezas raras. Tristezas compartidas, profundas. Las paredes despintadas. Los muebles viejísimos, la pata rota de una mesa, el sarro en el baño, las aberturas hinchadas, los libros de saldo. La computadora que me vendieron, en mi ausencia, para comprar merca. El timbre descuajeringado que no andaba. La vecina de enfrente, gorda y llena de hijos, que vendía tortas fritas y empanadas. Y nos fiaba. Las mujeres que nos quisieron. A pesar de eso. A pesar de todo. El basural de la esquina. El descampado después del asfalto. Los caballos, las jerarquías, el paquete de arróz, la boleta vencida de la luz, la mañana imposible, el día como un fastidio, la lenta lucha de sorportarse diariamente. Los putos que soñaban con juntar guita para hacerse las tetas. La comunión de los chiquitos. Las señoras gordas que paraban la olla, qué valentía, la puta madre, la de las señoras gordas de mi barrio. El olor a guiso antes de la siesta. La represión moral, el vecino que era sargento, de la comisaría quinta. El chamamé, la cumbia, la concha de la lora. El grito desesperado, la mierda de los 90. El sol que mataba a los viejos en enero. La mansa pero feliz estadía en la plaza, cuando salían las chicas a lucir sus vestidos lavados a mano, heredados de alguna prima, peinadas con gomitas baratas, todas lindas, sonrientes. Chamarrita entrerriana.
Nuestro refugio. La fundación de la Cofradía de la Hermandad Anarquista.
Fui joven.
Es algo que, con el tiempo, se te pasa.
Podía caminar los baldíos, atravesar los campos, ir a comer a lo de mi vieja. Cagarme en los profesores universitarios. Mandar fruta. Bardear. Cogerme a la mitad del barrio. Comer de fiado tortas fritas. Tomar mate en la vereda, con una reposera remachada. Fui joven. Pasa, con el tiempo, esas cosas se van.
Como me fui, sin pagar, de muchos bares.
Hice goles en contra. Amé desesperado a una mina. Hace poco me llamó, produce el programa de otro que era mi amigo. Ella era virgen. Yo era un pelotudo. Después terminé viviendo con ella. Hace un par de días, me hicieron una nota. Sobre los bares, que ya no frecuento, su relación, con la literatura, que ya no escribo. Ahora estoy expuesto a la verguenza. Al ridículo. Ella fue mi primer gran amor. Y él mi primer mejor amigo. Las cosas entonces eran diferentes.
No me llaman porque me aprecien, sino por un par de apariciones televisivas que salieron bien. Las que salieron mal les sirvieron para burlarse. Me dediqué a burlarme entonces yo, resentido, con algo de culpa, de ellos. La vida es así. De retorcida. Pasa que, no sé ellos, pero yo me estoy haciendo viejo.
Rencoroso, así de vulgar.
Acaban de asaltar el kiosco de la esquina, le tiraron, al brazo, un tiro al pibe que atiende. La policía acordona la zona. Mi casa, hasta dentro de un par de días, sigue estando en la esquina. Hay una ambulancia. Peritos. Milicos. Curiosos. Hay un viejo, barbudo y viejo, toba, que duerme en esa esquina, entre cartones. Ahora acordonada, la esquina. Le doy unos pesos. A veces viene a casa a comer. La madrugada se nubla. La ambulancia parte a toda prisa. Pasando semáforos. Un par de vecinos hablan de la inseguridad. Un taxista, libre, para. Estoy a pocas cuadras de Retiro. Me tomo ese taxi, me voy. Vuelvo en 15 días. Vuelvo en 15 años. Me tiene podrido la inmundicia, la cloaca, la estupidez. Mientras el toba duerme en la calle. Me cuesta dormir. Porque estoy loco. Porque tengo una compulsión a escribir, a narrar nada, a soportarme, tratando, de no traicionarme. Al pibe que fui. Arrodillado, el gurí, frente al altar, tomando la comunión. Al adolescente que la rompía en los medios. Al joven en bancarrota. Al loquito que tuvo espaldas para aguantar.
Acá estoy, Pelirroja, voy tratando de agachar la cabeza pero cada tres meses termino metido en un quilombo. Si me tomo ese taxi, me voy a Retiro, tengo amigos en muchas ciudades. Paro el taxi. Me arrepiento Me putea el taxista. Que se vaya a la mierda.
La ambulancia ya partió. Algunos canas dan vueltas, al pedo.
Meto las manos en los bolsillos del pantalón. Hace rato que no salgo con forros. Me acostumbré a lo que ya fue. Camino una cuadra. Hablo con el guardia de seguridad. Subo en el ascensor.
Me pongo a escribir esto.
No me importa tanto que la promesa que fui vaya cayendo, biológicamente, en el olvido. Me da bronca no poder decir, no saber decir, intentarlo y que no me salga. Una cosa. Dolorosa y tierna.
Una sola cosa.
Indefinible. Tiene una magia. La pienso en la ventanilla de los colectivos de larga distancia, mirando las luces arriba de un taxi, tomando un café solo en una avenida, es algo.Una sola cosa. Y no sé cómo decirla. Escribo un montón y no sé cómo decirla. Ni sé si a alguien le importa. Pero tiene una potencia, una magia, un encanto, eso que siento, a veces, muy pocas veces, y nunca puedo decirlo del todo. Nunca me sale escribirlo.
martes, marzo 29, 2011
La cumbia de Hermes Binner
Listo, Artemio, decime si con esta cancioooonnn desangelada un poco, pero afinadísima y de una letra muy profunda, casi como escrita por Martín Rodríguez, Bonfatti no despega en las encuestas, eh.
Para seguir traaaiinsformaaAaAndooooooooo
Veniiiiii vota a Bonfatti
qesla llave de este
caAayyyAAmbiOOOiiOO
Vamos todos, las palmas arriba, Tomaaaasssss
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