jueves, junio 06, 2013

miralo vos al Tato, no sabía :)-




1) en el blog Grupo de Expertos en Todo está esta nota sobre la desopilante Cosmopolitan
La chica de la tapa es más parecida a la que me gusta en Facebook que a la que se le parece y subió un video sexual casero a internet, pero esta última es noruega.

2) Alejandro Rebossio le hace una muy buena entrevista a éste economista que yo desconocía. 

3) Lo que me reí con la entrevista del delincuente de Alfredo Leuco (que da charlas pagas, donde no va nadie pero bue, por los entrevistados)

4) Un artículo sobre la criminalidad del narcotráfico en las fronteras mexicanas y yanquis

miércoles, junio 05, 2013

Yo




Para escribir hay que estar muy precario de sí, muy a fondo, inseguro, tiene que haber una razón quebrada en el alma para que te sientas y escribas. Cualquier cosa.
El problema es que escribir, incluso un tratado de serigrafía, implica mostrarse y, a veces, mostrarse las debilidades. Que después pueden ser usadas contra vos mismo.
La única salida, como dice Ernesto Tenembaum de mí, es ser, hay que ser, un canalla. Decididamente. En el mejor sentido de la palabra: en el literal.
Miren ésto. Un escrito contra mí -no sé quién es el autor, pero seguro lo conozco- bien organizado, con eficacia. Logra trnasmitir la sospecha. Donde el poder político es el bien, y lo que hice bien lo hice como divulgador de ese poder político. Lo que ahí consideran que son errores, son errores míos. Soy dos personas: una es kirchnerista y genial y la otra, que es más yo que todos los yoes, es adicta a las drogas, un borracho y un egocéntrico, que por eso se vuelve antikirchnerista. Es un asunto moral. Pero, dado que hablamos de kirchnerismo y nunca escuché a ningún Kirchner quejarse ni a ningún kirchnerista o peronista decir que es demasiado usar el apellido de quien conduce para nominar lo conducido, lo que no se me perdona no es el egocentrismo sino mi falta de eficacia emocional (entregando, por supuesto, el corazón a otros), la brújula perdida (por las drogas y el alcohol) y así. Macanudo.
Todo eso tiene un discreto encanto secreto.
Hace 3 años que vivo en Buenos Aires. Con lo que publico en diarios, en este blog, en revistas, en las redes sociales basta, si hay voluntad de razonarlo,  para saber que no salgo casi nunca de mi casa. No tengo internet en el celular, por ejemplo. Pero voy a ésto: yo narro una vida afuera que no es cierta, aunque ojo, tampoco es que invento todo. Yo narré durante muchos años que soy el reviente, que soy mujeriego, antimoralista, ególatra hasta un punto enfermizo donde se hace gracioso, yo les narré cómo pegarme.
En mi sistema de valores la solemnidad del ceremonial y protocolo es para cagar a los más pobres. A los menos cultos. Una persona culta es la que sabe no meterse en discusiones que no entiende. Los incultos opinan, siempre, de todo lo que no saben. La ignorancia es no saber que no sabés.
Yo les conté que soy egocéntrico, pobre y borracho.
Porque yo pego a quienes transan, son corruptos o no tienen el drama ideológico de cuestionarse. Los felicito. Que de por medio esté el Código Penal me chupa un huevo. Yo soy un delincuente.
Pero delinco con épica, con luna llena, con besos en la puerta. Y odio. Mucho. Amargamente. A las personas playas, imbéciles, que siempre les va bien. A los Leo Fariña de este mundo.
Como todo moralista soy insoportable. Un antimoralista es un moralista anacoreta. Es un viejo truco que recorre, además, toda la tradición del pensamiento rebelde.
Que a mí me respondan "borracho" cuando cuestiono a los millonarios es una entrega al territorio epistemológico de la derecha, pero es peor, porque sale visceral, sale putrefactamente sincero. Y está bien.
Nada se puede lograr sin que te critiquen de manera demoledora. Lo que se puede hacer es regular la crítica. Darles las armas. Decirles cómo. Meterlos en una trampa.
Me llamó la atención que no hayan todavía tirado mi historial de cárceles. Ya vendrá.
A mí, la verdad, eso no me molesta. Es y ha sido mi vida.
Lo que me duele, y me he debatido contra mí en estos días, porque contarlo es multiplicarlo, contar qué te hiere es entregar en bandeja el arma que te desgarre, pero también es la manera de vacunarse, me he debatido y batido a duelo y bueno, ya está. Lo digo.
A mí me duele que me digan traidor.
Tengo 3 o 4 valores que trato de sostener. Uno es ése. Yo no soy traidor.
No espero que me crean. Bah, sí, sí espero que me crean, por eso lo cuento. Pero sé quiénes pueden creerme y quienes no.
Las personas que me conocen saben que soy cualquier cosa, que no me controlo ni me habito, que me falta ese comisario en la lengua que educadamente lleva la gente que vive una vida soportable, yo no me soporto, me odio cuando no estoy odiando a todo el mundo, pero yo no soy traidor.
Eso, no.
Cuando fui candidato a presidente del centro de estudiantes de Comunicación por la lista Charles Bukowski -bajo el lema Ganamos y Renunciamos- nos terminaron impugnando. Injustamente. Yo sentí que era el final predecible, esperable, que era un triunfo. Moral. Sobre la cana, el bastón y la pistola que portaba, en el año 2000, la Franja Morada. Pero puse el cuerpo, aguanté el quilombo, me narré ridículo, nos despedazaron.
Cuando salía de la reunión de la Junta Electoral, Eliéser Budazoff, el candidato a vicepresidente, venía al lado mío. Había peleado con uñas y dientes, al lado mío. Yo hasta ese día lo consideraba medio cagón. Me sorprendió tanto, lo admiré mucho. Y me sentí un insecto, una porquería. Porque no sabía (tenía 20 años) si él sabía que yo sabía que la cosa tenía que terminar así. ¿Lo arrastré a una derrota?
Desde entonces, cuando tomo decisiones drásticas, trato de no arrastrar a nadie.
No soy traidor.
Soy oscuro, puedo ser un frío calculador hijo de puta, soy cruel, hiriente, me chupa un huevo la ley y trato de sobresalir de cualquier forma en todos lados. Tengo necesidad de ser querido y como ya sé que no lo voy a lograr pateo la mesa para recordar que existo, que quiero que me quieran y sino que me odien, soy un pendejo, un adolescente emocional, pero no traiciono.
Pensé que estos 3 años viviendo en Buenos Aires, no sé. Pensé, en serio, que alguien me iba a defender en ese punto. Varios amigos lo hicieron. Varios desconocidos, también. Varios, no. A ellos les hablo.
Hoy, después de varios días en reposo por el asma, me paré y caminé. Di una vuelta a la manzana.
- Borrachoooooo, me gritó un pibe en bicicleta. Lo saludé, con el guiño cómplice de siempre. Pero quedé ridículo, vergonzosamente frágil y dolido, con la mano levantada y la sonrisa de importación, cuando me dijo:
-Sos un traidor hijo de puta.

La traición es la contracara del chupamedismo, de la venta estéril del entusiasmo al mercado de oportunidades. La traición es el reverso de ese sistema de valores donde el que gana es bueno y el que tiene el poder es mejor. Ese sistema de valores deriva en la traición o en el cementerio.
Yo, no.

Yo soy tan egocéntrico que creo que hay que vivir como uno dice que deben ser las cosas. Vivir como pensamos. Soy tan ególatra que no les creo nada a los millonarios progresistas.

Vivo de la manera que pienso. Contradictoriamente. Sospecho de los que la tienen lineal, de los que la tienen más larga, de los que tienen todas las respuestas antes de que se hagan las preguntas.
Porque la vida, de todas maneras, es otra cosa.

La Historia, ja, alguna historia con minúsculas, si es que se ocupa de mí, me condenará. Me chupa un huevo porque para ese entonces seré huesos podridos y capaz que el recuerdo de algún borracho en algún bar. No sé. Soy tan ególatra que no me importa lo que suceda luego de que me muera.
Pero sí, si alguna historia con minúsculas mira mi paso por estos trayectos apasionados y locos, quiero que sepa que a mí me dolía que me digan traidor.

Y la vida es tratar de escapar de los dolores. Tratar de no ser lo que nos duele.
Yo, Lucas Carrasco, soy autodestructivo: soy capaz de autodestruirme antes que traicionar.

Quisiera que me crean.

martes, junio 04, 2013

4 tuiteros (10)

1) https://twitter.com/marianorinaldi
Mariano Rinaldi

Mariano Rinaldi

@marianorinaldi 

Periodista. Acreditado en Casa de Gobierno. Cronista de EL EXPRIMIDOR y conductor de LA SEMANA QUE VIENE Felizmente casado con  Cuenta Personal
Buenos Aires, ARGENTINA · http://marianorinaldi.com/

2) https://twitter.com/foier
Mariano Feuer 火

Mariano Feuer 火

@foier 

Trabajo donde todos se divierten y no soy ginecólogo... Contador de historias. Peleo contra la Armada Imperial con una Victorinox y una bomba de humo.

3) https://twitter.com/EmmanuelTaub

Emmanuel Taub

Emmanuel Taub

@EmmanuelTaub

La superioridad del hombre se debe a sus pensamientos inútiles. (Paul Valéry).
Condado de Nuñez · http://about.me/EmmanuelTaub

4) https://twitter.com/guille117e


guillermo dibaja

guillermo dibaja

@guille117e 

soy guille, si guille
Argentina

Antes, muuuuucho antes, si no pregúntenle a Pacho O Donnel y al Escribano Prato Murphi, de hacerse kirchnerista, Alfredo Olmedo ya tenía un centro de recuperación ideológica de adictos con Susanti Pancho Bergoglio y Su Aminancia Cristina, que logró, escuchen bien por favor porque esto es increíble, a pesar de todos los ultrajes, Olmedo logró pavimentar 36 cuadras, golazo de River, ayuda directa para 9 productores de manteca de cacao que necesitaban un ascensor con y sin espejo, depende de cada caso, y no querían pagar empleados que hagan ascensores y por eso tenemos un estado presente, Independiente a la B tomá Lanata puto vos sos la dictadura, im-pre-sionan-te cómo te queda de liiiiiiiiiiiiinda, leeenda, harmosa, harmosa, harmosísima la campera Alfredo!


lunes, junio 03, 2013

Carta a una bloguera adolescente:



La comentarista de este blog, Nele, tiene en su blog un universo estético adolescente que cuando yo fui adolescente no tenía, ni teníamos mi generación posibilidad de ver y organizar, entre otras cosas porque no existía internet (yo tampoco, además, tenía computadora: que sí, ya existían. Eran relativamente caras. Y atravesaban a mi familia culturalmente: mi mamá, que al igual que mi abuela es docente jubilada y lectora voraz -lee todos los días- y yo, que llegué a leer hasta dos libros por día durante algunos años, mi mamá, dejó de ir a la Biblioteca Provincial porque pusieron una computadora, en la entrada, para hacer una primera búsqueda de libros antes de ir al mostrador a preguntar. Esa computadora tenía sólo dos opciones: tenísas que marcar la tecla S y la C y la barra de Enter. Mi mamá, sencillamente, sentía verguenza. Yo también. Aunque a los ponchazos y muuuuucho tiempo después, aprendí a manejar computadoras. Pero buena parte de mis primeras notas publicadas en diario, de aquel entonces, cuando yo tenía 15 años, las entregué a máquina. A máquina de escribir. Es algo rarísimo saber que a buena parte de los lectores tengo que explicarles qué era una máquina de escribir y sin embargo, la sensación interna, que ahora me recorre, es qué hubiera sucedido de saber que serían las computadoras y algo que se llamaría Blog, los que harían que todos mis sueños y proyectos se cumplieran. Que pudiera ser un escritor y periodista que viva de escribir).
Nele, tener tu blog cerrado a comentarios es como los diarios de 1993. Y estamos en 2013. Exactamente 20 años después.
Si querés tener un blog leído abrilo, citá fuentes, recomendá a otros, sé generosa, abierta (se te llena de giles, también, obvio: está lleno de imbéciles que aprovechan los resquicios de libertad para descargar su ira. Son parte del paisaje. Y de la vida. Ignoralos. Seguí siempre adelante) y tené muuuucha paciencia. Al principio, te desespera, durante meses, quizás años, no veas los resultados que esperás. Si no estás preparada para soportar eso, abandoná ahora. Ni te gastes.
Pero si tenés agallas, dale todo los días al teclado, a las fotos, al diseño, al estudio, dale a cada rato, en cualquier lado, con cualquier excusa, creá tu propio universo estético aunque te sientas sola en la vía láctea.
Un buen día, cuando ya ni lo esperás, las cosas, se dan.
No está escrito en el cosmos. No es una fórmula matemática. No es demagogia mía. Es que la persistencia te moldea, la voluntad te endurece, la paciencia te hace enorme, y todo eso, tarde o temprano, se cuela en esa vía láctea única, tuya, que otros van a entender sin entender, eso que los otros van a mirar como misterio, como secreto, con ganas de contagiarse de tu persistencia precaria y fragil pero consistente, ese espacio sideral de princesas que te dan la espalda riéndose de vos } y estás sentada, en un banquito, sobre un planeta solitario y chiquitito, confiada en que llegará una carroza de caballos alados a rescatarte y llevarte, entre huracanes y soplillos, a una fiesta donde todos te van a sacar a bailar. Y un día, entonces, llegará. Te lo  prometo.
Pero prometeme que ese día, antes de entrar a la fiesta en el palacio, te doblás el vestido, te sentás y escribís un post como éste para los próximos chicos que estén empezando y lo necesiten.

Los abajo firmantes exigimos a Susanti Pancho el indulto católico para Annalisa Santi


El combo

Hay un pibe que vende boludeces por Plaza Italia, en la Ciudad del Puerto. Le dicen Cachilo. En la otra connotación, no la uruguaya o la de la costa uruguaya de Entre Ríos. Igual, no viene al caso eso. Bah, nada viene al caso. Casi todo lo escrito está siempre de más. Y es una nueva (y prescindible) mezcla de sentidos preexistentes, anteriores. Empezando, por ejemplo, por las letras. Cada letra es una estación de tren vacía. Las estaciones de tren funcionan como esperando algo. Pero no son neutras. En cuanto a sentido. Y en cuanto a nada. El punto exacto, en una idealización totalizante, de neutralidad será nomás un constructo pasajero.
El sistema funciona así: Cachilo sale a las 6 de la mañana desde José C Paz. Por el San Martín, que es un tren sin derechos humanos. Baja en la estación Palermo. Ahí busca unos pesos del dealer de porquerías. Y se toma la línea D para ir descendiendo de calidad subterránea haciendo una combinación de movilidad social descendente. Llega a un lugar en Constitución donde tiene que comprar la mercadería que le vendan, la que sea, desde repasadores a detergentes, siempre por 100 pesos, aunque la mercadería puede variar. Y salir, caminando, a venderla. Usualmente, si vende todo, el margen que le queda ronda los 300 pesos, de ahí hay que descontar la comida y los pasajes.
Vendía, días atrás, a la vuelta de casa, un combo de cosas para limpiar. Algunas eran una porquería, otras cosas servían. Le compré para que no me rompa las pelotas.
Las esponjas -esas amarillas con una cara más dura de verde, como una tortuga- estaban rotas. Deben ser las que salen falladas. Y las cosas de acero para raquetear los platos. Y así.
El punto es que el combo resulta, a primera vista, barato y agradable. Pero no deja de ser un combo. Que es la manera de presionar para meter cosas que por sí solas no valen. Es la inversión ideológica de la fuerza que hace la unidad. En esa fuerza se cola cualquiera al tren, también. Así funciona hoy lo que el conservadurismo despectivamente llama El relato. 
Hay que saber resistir el combo.
Pero en las condiciones realmente existentes. De disparidad de cartuchos. Dentro de correlaciones de fuerza  complejas, que implican una intensidad ideológica que balconea apenas enormes mayorías populares.
No es fácil.
Nadie dijo que iba a serlo, por otra parte. 

La última puta que me cogí me cobró carísimo.




1) Duro contra el nacionalismo, Eliseo Verón. 
Habla de un programa en TN, además, con María Laura Santillán, que no encuentro online, no sé si está, tampoco. Si alguien es tan amable de acercarme el link, agradecido estaré.
Bueno volviendo: provocador, saludablemente, Verón carrasquea al final.

2) Chistes telefónicos con el Hastag #Vomistar
Para romper las bolas, nomás. A las corporaciones comunicacionales oligopólicas de verdad, tan de verdad como el Partido Clarín, amores.


3) Textual:

Tercer bloque | Quique Pesoa asegura que el periodismo nunca existió. Reynaldo Sietecase, autor de Kamizases, los mejores peores años de la Argentina: “La aplicación de la Ley de Medios también es fundamental para que la propia ley tenga alguna efectividad en su intención central que es desmonopolizar el sistema de medios”. Además: Hermann Schiller, ex director de Nueva Presencia, distingue dos monopolios (uno oficialista y uno opositor) en la discusión de los medios.

Escuchalo acá

4) en El Aguante Populista (uno de los blogs más creativos del kirchnerismo) le dan con todo a Menem. Cosa que, por supuesto, subscribimos:
http://elaguantepopulista.blogspot.com.ar/2013/06/con-carlitos-y-mirtha-nos-reiamos.html

5) Un amigo, que vive en La Boca, en una pensión de esas que los porteños llaman hotel, me contó de unos peruanos que fueron al Río Matanza a pescar. El riachuelo, señora, tan temido por la fauna racista y consejera de los formoseños que abunda acá en el puerto. Pescaron  sábalos. Los comieron. No murieron.
Acá una receta para hacer sábalos al horno, señora. Somos Lita de Lázari 2.0 acá. Por eso, a la receta qu linkeamos, la deformamos un cacho (ponga 2 cebollas menos y agregue más o menos la misma cantidad de cebolla de verdeo; cambie el jugo de naranja por jugo limón -de ser posible conseguir: dos limones y una tornonja- el locoto, o sea, el pimiento, que  no sea sólo, en lo posible, verde, sino también rojo y amarillo)
De nada, melocotones, manzanos y villanos.
Ah, las papas, las lavan, sin pelar, las envuelven en papel aluminio con el mismo menjunje y al horno.

6) El análisis, bien escrito y divertido, sobre Scioli, bah, sobre Massa, bah, es lo mismo, de Diego Genoud, en la revista Crisis. PAREMOS ACÁ: ¿qué mierda les pasa por la cabeza a los de la revista Crisis que no me invitan a escribir de nuevo ahí? ¿Son locos? ¿Están agrandados, tienen muchos amigos en facebook? ¿Se drogan? ¿Están borrachos? ¿Son abogados exitosos? ¿Buscan que los fajen?

7) Por lo menos vine sobrio. 

8) por twitter, el lugar donde entro para hablar con los únicos que valen la pena, que son Martín y el Coronel, bueno, alguien, ya ni sé quién me pasó esto de Marxismo y Cuestión Nacional. Es interesante, creo que lo había leído pero no viene mal repasar.

9) Adrián Caetano enojado porque Telefónica pasó su película. Telefónica es el canal que no es de Telefé, obvio. Jamás dudaríamos de...¿de qué? No sé, me perdí. Besos. 

Trío Da Da Da haciendo Ja Ja Ja (en vivo)