lunes, julio 19, 2010
Binner, Macri y Cobos
Por Raúl Degrossi
..." Macri debe someterse a una justicia confiable", como dijo Binner?:
¿Qué Macri busque hasta que encuentre un juez que le revoque el procesamiento y lo declare libre de culpa y cargo?
¿Qué creen para él un fuero personal, prohibido desde 1853 por la Constitución Nacional que Binner dice defender?
¿Qué sea juzgado por ejemplo por Federico Pinedo o Gabriela Michetti, o (por intercesión de ésta quizás) por la justicia divina?
¿O quizás está queriendo decir en realidad que la justicia que lo juzga es confiable y por eso debe someterse a ella?
¿No hay que someterse a la Justicia sí o sí, aunque no nos parezca confiable?
Seguramente Zaffaroni para el gordo valor no será confiable, ¿no debería comparecer entonces ante ningún juez según este curioso razonamiento?
¿Debe Binner dar reportajes matinales ante de la primera toma de pastillas?
Lo que es cierto es que "hace años que no ve a Cobos" (supongo que personalmente, no quiero creer que no tenga televisor), a menos que uno se ponga jodido y diga "años" son al menos dos, y todavía no llegamos a septiembre.
Ojo, leer la nota: algunos empleados públicos lo aplaudieron a Cobos en esa oportunidad, al último que habían aplaudido era a Binner, vean como anda Cobos en las encuestas ahora, ¿me siguen?, diría Carrió.
La objeción de conciencia
El planteo de Alberto Arias, director del registro civil de Concordia, que no casaría homosexuales por una "objeción de conciencia" motivó un intercambio de mails, donde el diputado nacional Raúl Barrandeguy, manda esta muy interesante reflexión, que quiero compartir:
Me parece que lo del abogado canónico Arias (en realidad debería ser "especialista en derecho canónico", sino es como decir el abogado "penal" o "comercial" cuando se trate de los profesionales que se ocupan de esas especialidades) no es serio. Todo lleva a pensar que en realidad se trata de un funcionario que busca sus cinco minutos de fama. Es que plantear objeción de conciencia para no cumplir funciones voluntariamente aceptadas es poco menos que un disparate. Sin embargo, como probablemente este tipo de conductas de resistencia al cumplimiento de la ley, seguramente van a ser estimuladas en estas horas por los émulos de Torquemada que no aceptan un estado laico, conviene recordar que la objeción de conciencia supone un conflicto entre una obligación legal exigible y la violación de un estado de conciencia que el cumplimiento de aquella le produciría al obligado. En otras palabras este se encuentra en un dilema entre, hacer lo que debe y hacer lo que cree. Es decir que el cumplimiento de la obligación ha de significar una afectación intolerable de sus creencias. Es el caso del soldado que no quiere dar muerte a un semejante o el del médico que no quiere interrumpir un embarazo. Obviamente entonces, la objeción no ampara al funcionario meramente discrepante porque, si la simple discrepancia fuese motivo suficiente para negar prestaciones públicas igualitarias a personas diferentes, un conductor de un transporte público de pasajeros se podría negar a llevar a determinados ciudadanos. Y así podría plantearse un enorme universo de discriminaciones montadas en esta absurda objeción de conciencia (un juez podría negarles justicia; un médico salud y así al infinito).
La Corte Suprema se ha pronunciado varias veces, pero en 1998, en ocasión de expedirse justamente sobre la nulidad de los convenios que establecian la indisolubilidad del matrimonio, afirmó que el régimen del matrimonio civil nada impone respecto al ambito de las conciencias pues simplemente autoriza a los habitantes de la Nación a casarse conforme las leyes. En consecuencia, nada resulta afectado de las convicciones religiosas o morales íntimas del oficial público por el hecho de autorizar un matrimonio de personas del mismo sexo. Luego, negarse a autorizar el matrimonio de cualquier ciudadano sin impedimentos, afectaría el derecho fundamental de este a contraer nupcias según la ley civil del Estado. Un verdadero desatino.
domingo, julio 18, 2010
Y los de derechos humanos no hacen nada
En la localidad de Gilbert, departamento Gualeguaychu, provincia de Entre Rios, se robaron la caja de cambios de un camion. No tengo acentos en esta computadora. Sigamos. La policia de la localidad, encontro dos tipos de huellas. Gilbert tiene entre 900 y 1000 habitantes. Una de las huellas eran del calzado de los trabajadores municipales, numero 43. La otra huella era de un caballo.
Primer problema: los municipales que calzan 43 tenian coartada. Una coartada, como dice la tele, contundente. Ok. Siguieron, los detectives, las huellas del caballo. Los condujo hasta la casa del Burro Mario. A Mario le dicen el Burro, pero es un hombre. Otra intriga policial, el Burro Mario tenia coartada: es camionero y podia demostrar que el dia del robo, 15 dias atras, estaba viajando.
Pero, atencion, tenia en su casa un caballo.
¿Que resolvieron los detectives?
Lleva 15 dias detenido, en la comisaria de Gilbert, el caballo.
Primer problema: los municipales que calzan 43 tenian coartada. Una coartada, como dice la tele, contundente. Ok. Siguieron, los detectives, las huellas del caballo. Los condujo hasta la casa del Burro Mario. A Mario le dicen el Burro, pero es un hombre. Otra intriga policial, el Burro Mario tenia coartada: es camionero y podia demostrar que el dia del robo, 15 dias atras, estaba viajando.
Pero, atencion, tenia en su casa un caballo.
¿Que resolvieron los detectives?
Lleva 15 dias detenido, en la comisaria de Gilbert, el caballo.
La carta de Bergoglio
La Carta de Bergoglio que desato la interna entre el oscurantismo, fue para las Carmelitas Descalzas, y luego difundida por la agencia de noticias catòlica que comanda Jorge Bergoglio.
Hoy, via Raul Degrossi, me enterè de un dato desconocido: las carta se las enviò Bergoglio, porque esas monjas...ESTABAN A FAVOR DEL MATRIMONIO IGUALITARIO!
Hoy, via Raul Degrossi, me enterè de un dato desconocido: las carta se las enviò Bergoglio, porque esas monjas...ESTABAN A FAVOR DEL MATRIMONIO IGUALITARIO!
Poder, Honor y Gloria
Hace un par de días estaba cerca de la localidad de Funes. Por asuntos que no vienen al caso. En el bar, por la noche, un tipo de mi edad, aunque parecía más joven, se me acercó a la mesa:
-¿Vos sos Lucas Carrasco?
Temiendo se trate de un cobrador de la Afip o el hermano de alguna resentida, puse cara de nada.
-¿No te acordás de mí?- dijo más amable.
-Me acuerdo (mentí)...de algún lado, pero no sé.
-Estuvimos acá, juntos, en Funes.
-No, entonces no. Es la primera vez que vengo acá.
-No es la primera vez. De hecho, vinimos dos veces juntos.
-eh...?
-Pasa que teníamos 7 y 9 años. En los retiros espirituales, yo soy X. De la escuela Don Bosco.
-Hijo de puta, parecés un pendejo.
-Tengo la misma edad que vos.
-Sí, pero vos te debés haber hecho cura porque estás igual.
-¿Te acordás que vos querías ser santo?
-¿Te lo había contado?
-Sí, me lo contaste.
-Bueno, nunca fui modesto. Ni de pendejo.
Terminé en su casa. Bebimos bastante, la verdad, aunque yo no soy de tomar mucho. Tenía, en su casa, sobre un sofá, una guitarra. ¿Todavía tocás la guitarra? La pregunta era medio al pedo, pero bue. El caso es que seguía tocando la guitarra.
Cerca de las 4 de la mañana, el vecino vino a decir que paráramos de hacer ruido. Estábamos cantando -qué imagen patética, ahora que lo pienso- las viejas canciones de los retiros espirituales. Ponele que la cosa había empezado con Atahualpa y Cafrune y se fue a la mierda. Siempre pasa así. De La Oma a Movidito Movidito hay un trecho de cuatro copas. Pero en vez de Alcides, eso. Con jesús vino para redimirnos, murió en la cruz y nos salvooooo. Un OooOooo, desafinado. A las cuatro de la mañana y con el cementerio de botellas, parecía gracioso.
La que más me gustaba -y tocaba, también, yo, en la guitarra, junto con él y un cura jovencito, que ahora seguirá siendo cura o se habrá hecho travesti, en un patio abierto de césped bien cortado y verde, al costado de la cancha de fútbol y mientras nos servían el mate cocido- es la de este video.
Poder, honor y gloria.
Lo tocaba con arpegio. ¿Arpegio va con g o con jota?
Ya ni sé.
Me peinaba, mi mamá, con una raya al costado. Me gustaba apurar el rasguido. Me gustaba también una nena del club. Y el Beto Alonso, Franchescoli y Alzamendi.
sábado, julio 17, 2010
Artemiopolis
Por eso yo escribo en Perfil. “No es tu lugar”, me dicen. No, sí es mi lugar: ¿qué voy a escribir, en la revista Debate? No porque sea mejor Perfil en términos valorativos. En términos del debate vos le armas un quilombo diciendo “Kirchner saca el 40 por ciento” en Perfil y si lo decís en El Argentino le chupa un huevo a medio mundo. “Uh, este gordo boludo diciendo siempre lo mismo, están todos comprados”, van a decir.
Muy buena entrevista de Martín Rodríguez a Artemio López. Acá se puede leer entera.
Siguen la ola de frío polar oscurantista
Ahora, un funcionario de Sergio Urribarri, gobernador entrerriano alineado con el kirchnerismo, salió a plantear que no quiere cumplir la ley que emana del congreso nacional.
Ahora, estos chantas se llenan la boca hablando al pedo (como funcionarios K y del estado) pero jamás de los jamases piensan en renunciar por su "conciencia". Qué caraduras, por favor. Son fundamentalistas pero hipócritas hasta la médula.
Con una derecha oscurantista así de trucha, es difícil dialogar, no?
Ahora, estos chantas se llenan la boca hablando al pedo (como funcionarios K y del estado) pero jamás de los jamases piensan en renunciar por su "conciencia". Qué caraduras, por favor. Son fundamentalistas pero hipócritas hasta la médula.
Con una derecha oscurantista así de trucha, es difícil dialogar, no?
Alfonsinazo total!
Ex lavagnistas y ex cobistas conformarán el Morena: Movimiento de Renovación Nacional, al interior del radicalismo. El Morena viene a ser lo mismo que Renovación y Cambio del Alfonsín con talento político, pero más enflaquecido y conducido por el Hijo De alfonsín.
Por cierto, el kirchnerismo, que impulsa al Hijo De alfonsín a que gane protagonismo, baila en una pata. Cobos, antes de transformarse en este insostenible anti institucionalismo de claras connotaciones ilegales, fue gobernador de Mendoza. Antes, ministro. El Hijo De alfonsín fue...convencional bonaerense al comité nacional del radicalismo. Re grosso. Pero. Tipo que de ahí a querer ser presidente, jeje. En fin.
El kirchnerismo intelectual, en un esfuerzo imaginativo francamente elogiable, quiere ver en el Hijo De alfonsín a una especie de tipo progresista. Que defiende a Herrera de Noble, a Cobos, a De Angelli, a las AFJP, a Martín Redrado, pero desde la centroizquierda. El ejercicio es francamente divertido. Al kirchnerismo, el juego, le puede costar darle un lugar bajo el sol al radicalismo K en la UCR, pero a cambio, minimiza el rol del peronismo de derecha. Es una jugada inteligente y que está dando resultados. El ascenso del Hijo De alfonsín, tiene las virtudes de minimizar a Cobos y opacar al peronismo de derecha. Es, el peronismo de derecha, la verdadera amenaza al kirchnerismo. Ah, y el GEN, de Margatira Stolbizer, cierto. Guarda con el GEN, eh.
El Morena debutará el 21 de agosto. Como es de ocasión, no será momento de hablar de candidaturas, pero el encuentro es para mostrar internamente que tienen un candidato presidencial, propio y no alquilado. De Lavagna se sabe que se fue del duhaldismo radical hacia el duhaldismo original. Siempre se vuelve, vencido, a la casita de los viejos.
Tras el peor gobierno de la era democrática, el radicalismo se ha recuperado del helicóptero y los asesinatos. Y están tan contentos que hasta lo festejan haciendo internas. Convengamos: sólo a un radical se le puede ocurrir que porque un dirigente ignoto (fue tercero en la lista de diputados el 28 de junio) tras la muerte de su célebre padre, vence en una interna para elegir convencionales provinciales al comité nacional de su partido y tras ganarle a Federico Storani (Storani!) y Leopoldo Moreau (Moreau!) se transforma inmediatamente en...CANDIDATO PRESIDENCIAL!!!!
Por cierto, aún no se sabe el resultado certero de la Gran Interna, donde hubo acusaciones cruzadas de fraude. Muchachos, eso no le hace bien a la república!
En fin, chicas. El peronismo de derecha sale a cortarle el paso a la irrelevante interna radical con...una foto en el despacho de Rodríguez Saá! Por dios, el diálogo, el consenso y las políticas de estado para los próximos 800 años están a full!
Seguramente, la mayoría de la dirigencia radical -muy incómoda con Cobos y tras dos años de chuparle las medias a semejante engendro oportunista- esté presente en Córdoba, con una generosa cobertura del Grupo Clarín.
Y uno se cree, que los mató, el tiempo y la ausencia...
Ni ahí. Lo viejo terminó de morir y lo nuevo es el hijo de lo viejo que no termina de nacer. Y todos contentos. Como diría De La Rúa: qué lindo es dar buenas noticias!
Federalismo, institucionalismo, progresistas y conservadores.
El diseño presidencialista de la Constitución -trazado en el 1853, pero que ha sobrevivido a las reformas democráticas como las del 49 y el 94 y las autoritarias de la revolución libertadora- es matizado por el federalismo, que no se expresa sólo en el congreso nacional, sino fundamentalmente en las autonomías relativas de las provincias.
Pero el presidencialismo tiene como horizonte el federalismo, no, como dice la actual vulgata de moda, la restricción del federalismo.
Es que la clave del desarrollo político e institucional del país reside en el puerto. Es para subordinar al puerto que se depositó poder en el esquema presidencial.
Las retenciones a las exportaciones, o un esquema como el IAPI de Perón, son funcionales al correcto funcionamiento federal.
La derecha, sustentada en una alianza entre intereses portuarios y oligarquías provinciales, se ha apropiado de estos conceptos, ha dado vuelta la historia, y los ha resignificado.
Suponer que la sobrerrepresentación en el congreso, y el rol del senado, fueron pensados bajo, única y hegemónicamente, la inspiración de la división de poderes, es un error. Fueron pensados para compensar la distribución de poder que resulta de la derrota de los caudillos federales, pero en un contexto de un estado nacional extremadamente débil.
El 9 de julio de 1816, la declaración de independencia, se reparte tanto en idioma castellano como en dos idiomas aborígenes: la conciencia iluminista de legislar relativamente por encima de las mayorías que habitaban este territorio estuvo en la conciencia de los delegados al congreso de Tucumán. Vale esta situación, como metáfora en la construcción de un estado nacional: aún derrotados los caudillos federales, el estado liberal oligárquico no tenía fuerza para imponer capacidades estatales de las que, estructuralmente, carecía.
Ciertamente, es la generación del 80 la que recoge el legado -temerosa de la inmigración que fomentó, y de los indígenas que exterminó- de construir un estado nacional.
La resultante es una combinación de fuerte peso federal, presidencialismo y construcción de una identidad nacional.
¿Puede el federalismo ser armonioso? No. Perdería su esencia. ¿Puede ser intrínsecamente inestable, capaz de caminar al borde de la cornisa? Tampoco. Las distintas tensiones que lo cruzan (industrialismo versus primitivismo, oligarquías provinciales versus capitales portuarios, trasnacionalización versus mercado interno, nacionalidad versus cosmopolitismo, etc: siempre, claro está, más en los grises que en los blancos y negros) le han dado, durante períodos democráticos, una estabilidad bastante razonable al sistema institucional. En ningún lado está escrito que este sistema no funcione: por el contrario, ha demostrado que puede procesar conflictos de larga data, siempre y cuando no esté presente la bota militar para arbitrar.
Históricamente, las demandas de payasos como Alfredo De Angelli -"Entre Ríos aporta equis guita, debe recibir igual cantidad" (los números que muestra son todos berretas y falaces)- fueron las que esgrimieron los unitarios y el pensamiento portuario: jamás la de los federales. Justamente, un federalismo sustentable se basa en la sobrerrepresentación económica y política de la mayoría de las provincias.
Es este pensamiento, equivocado, hoy día hegemónico el que sustenta la mayoría de los análisis políticos. Y de ahí, una cantidad lamentable de zonceras: por caso, la suposición que la ciudad de Buenos Aires es "progresista" contra las provincias del "interior" que son atrasadas y conservadoras.
Las cosas no fueron ni son así.
Lo que sucede es otra cosa: el federalismo institucional, donde la presidencia acumula recursos de orígen, principalmente, pampeanos, para repartir entre todas las provincias -a cambio, muchas veces, de apoyos legislativos- opera como un desincentivo para una industrializaciónd e carácter integral.
A las viejas hipótesis militares de conflicto con países vecinos, que desindustrializaron concientemente regiones enteras, se suman problemas estructurales y ecológicos de larga data.
Pero, esencialmente, no hay incentivos para la industrialización en el país en un conglomerado importante de sectores sociales: oligarquías primarias de la pampa húmeda, oligarquías precarias del resto del país, y la ciduad de Buenos Aires que recibe los beneficios de tener la salida de las exportaciones primarias.
El problema es que pueden diseñar, nuestra derecha real, un país para muy pocos. En un imaginario que no logra adaptarse tras la salida de la noche oscura del trípode del milico, el gaucho y el cura: las vacas, el obispo y el dictador.
La idnustrialización,afincada en el gran Buenos Aires y con manod e obra de migrantes internos, se dio a partir de procesos forzados a partir de situaciones mundiales -como la crisis del 30, y las guerras mundiales- que impactaron fuertementa en nuestra eocnomía trasnacionalizada.
A esto, Perón lo reconfiguró -profundizando lo que tímidamente intentó Irigoyen- potenciándolo como actor político, en una alianza social que cobijó a sectores medios, empresarios (principalmente industriales) interesados en el mercado interno y los obreros organizados.
¿Cuánto sobrevive de esos dos campos en disputa? A mi juicio, aunque con fronteras borrosas, mucho sobrevive.
El institucionalismo educado (e hipócrita, convengamos) que promueve la vulgata de derecha, es impracticable: deja afuera a la mayoría de las provincias realmente existentes. ¿O se pretende que los radicales santiagueños rompan su alianza con el gobierno federal? Pues bien: ¿cómo pagan entonces los salarios de lo que otrora fue una estructura educativa, amplia y accesible, diseñada y financiada por el gobierno nacional? Supongamos que se traspasase a la nación nuevamente la educación y los hospitales -actualmente, sólo financia una parte importante de esos servicios a los porteños el estado federal-: ¿debería el gobernador saltar de alegría, porque pierde poder a cambio de no tener un bache fiscal estructural? No tiene mayor sentido.
¿Y cómo puede resolverse esta situación? Básicamente, con desarrollo económico, lo que implica la transformación de los recursos naturales en un proyecto industrial.
Como, por caso, intenta San Juan con la minería.
Ahora bien, para este proceso de desarrollo integral, no hay actualmente incentivos fuertes. Sí, algunas medidas: las exenciones impositivas para la industria, la reconversión de deudas provinciales, el avance del estado federal en obras de infraestructura. Faltan otras: una política crediticia (no hay que cambiar para esto ninguna ley: basta con poner funcionarios más comprometidos en el Central y en el Nación) y sobretodo, una inversión estatal, que reemplace la ausencia de una burguesía provincial con un proyecto nacional. Enarsa, por caso, ha cumplido esta tarea invirtiendo en empresas reestatizadas de energía y en proyectos de desarrollo petrolero. fabricaciones Militares, es otro ejemplo.
Pero, falta mayor audacia.
Orientar el Inta, el Conicet, la UTN, las escuelas técnicas, las universidades democráticas y públicas, en esta dirección. Se ha avanzado: recientemente, tra sla histórica oposición del radicalismo y el socialismo, se creó una universidad en el norte santafesino. El Inta y la subsecretaría de agricultura familiar tienen este horizonte, la política en escuelas técnicas, también.
Pero, falta audacia.
Ahora, el incorrecto enfoque de nuestros institucionalistas de pacotilla, nuestros republicanos televisivos, no sólo no ayuda en nada, tira para el otro lado.
He dicho.
(Mierda que me puse serio, eh.)
Pero el presidencialismo tiene como horizonte el federalismo, no, como dice la actual vulgata de moda, la restricción del federalismo.
Es que la clave del desarrollo político e institucional del país reside en el puerto. Es para subordinar al puerto que se depositó poder en el esquema presidencial.
Las retenciones a las exportaciones, o un esquema como el IAPI de Perón, son funcionales al correcto funcionamiento federal.
La derecha, sustentada en una alianza entre intereses portuarios y oligarquías provinciales, se ha apropiado de estos conceptos, ha dado vuelta la historia, y los ha resignificado.
Suponer que la sobrerrepresentación en el congreso, y el rol del senado, fueron pensados bajo, única y hegemónicamente, la inspiración de la división de poderes, es un error. Fueron pensados para compensar la distribución de poder que resulta de la derrota de los caudillos federales, pero en un contexto de un estado nacional extremadamente débil.
El 9 de julio de 1816, la declaración de independencia, se reparte tanto en idioma castellano como en dos idiomas aborígenes: la conciencia iluminista de legislar relativamente por encima de las mayorías que habitaban este territorio estuvo en la conciencia de los delegados al congreso de Tucumán. Vale esta situación, como metáfora en la construcción de un estado nacional: aún derrotados los caudillos federales, el estado liberal oligárquico no tenía fuerza para imponer capacidades estatales de las que, estructuralmente, carecía.
Ciertamente, es la generación del 80 la que recoge el legado -temerosa de la inmigración que fomentó, y de los indígenas que exterminó- de construir un estado nacional.
La resultante es una combinación de fuerte peso federal, presidencialismo y construcción de una identidad nacional.
¿Puede el federalismo ser armonioso? No. Perdería su esencia. ¿Puede ser intrínsecamente inestable, capaz de caminar al borde de la cornisa? Tampoco. Las distintas tensiones que lo cruzan (industrialismo versus primitivismo, oligarquías provinciales versus capitales portuarios, trasnacionalización versus mercado interno, nacionalidad versus cosmopolitismo, etc: siempre, claro está, más en los grises que en los blancos y negros) le han dado, durante períodos democráticos, una estabilidad bastante razonable al sistema institucional. En ningún lado está escrito que este sistema no funcione: por el contrario, ha demostrado que puede procesar conflictos de larga data, siempre y cuando no esté presente la bota militar para arbitrar.
Históricamente, las demandas de payasos como Alfredo De Angelli -"Entre Ríos aporta equis guita, debe recibir igual cantidad" (los números que muestra son todos berretas y falaces)- fueron las que esgrimieron los unitarios y el pensamiento portuario: jamás la de los federales. Justamente, un federalismo sustentable se basa en la sobrerrepresentación económica y política de la mayoría de las provincias.
Es este pensamiento, equivocado, hoy día hegemónico el que sustenta la mayoría de los análisis políticos. Y de ahí, una cantidad lamentable de zonceras: por caso, la suposición que la ciudad de Buenos Aires es "progresista" contra las provincias del "interior" que son atrasadas y conservadoras.
Las cosas no fueron ni son así.
Lo que sucede es otra cosa: el federalismo institucional, donde la presidencia acumula recursos de orígen, principalmente, pampeanos, para repartir entre todas las provincias -a cambio, muchas veces, de apoyos legislativos- opera como un desincentivo para una industrializaciónd e carácter integral.
A las viejas hipótesis militares de conflicto con países vecinos, que desindustrializaron concientemente regiones enteras, se suman problemas estructurales y ecológicos de larga data.
Pero, esencialmente, no hay incentivos para la industrialización en el país en un conglomerado importante de sectores sociales: oligarquías primarias de la pampa húmeda, oligarquías precarias del resto del país, y la ciduad de Buenos Aires que recibe los beneficios de tener la salida de las exportaciones primarias.
El problema es que pueden diseñar, nuestra derecha real, un país para muy pocos. En un imaginario que no logra adaptarse tras la salida de la noche oscura del trípode del milico, el gaucho y el cura: las vacas, el obispo y el dictador.
La idnustrialización,afincada en el gran Buenos Aires y con manod e obra de migrantes internos, se dio a partir de procesos forzados a partir de situaciones mundiales -como la crisis del 30, y las guerras mundiales- que impactaron fuertementa en nuestra eocnomía trasnacionalizada.
A esto, Perón lo reconfiguró -profundizando lo que tímidamente intentó Irigoyen- potenciándolo como actor político, en una alianza social que cobijó a sectores medios, empresarios (principalmente industriales) interesados en el mercado interno y los obreros organizados.
¿Cuánto sobrevive de esos dos campos en disputa? A mi juicio, aunque con fronteras borrosas, mucho sobrevive.
El institucionalismo educado (e hipócrita, convengamos) que promueve la vulgata de derecha, es impracticable: deja afuera a la mayoría de las provincias realmente existentes. ¿O se pretende que los radicales santiagueños rompan su alianza con el gobierno federal? Pues bien: ¿cómo pagan entonces los salarios de lo que otrora fue una estructura educativa, amplia y accesible, diseñada y financiada por el gobierno nacional? Supongamos que se traspasase a la nación nuevamente la educación y los hospitales -actualmente, sólo financia una parte importante de esos servicios a los porteños el estado federal-: ¿debería el gobernador saltar de alegría, porque pierde poder a cambio de no tener un bache fiscal estructural? No tiene mayor sentido.
¿Y cómo puede resolverse esta situación? Básicamente, con desarrollo económico, lo que implica la transformación de los recursos naturales en un proyecto industrial.
Como, por caso, intenta San Juan con la minería.
Ahora bien, para este proceso de desarrollo integral, no hay actualmente incentivos fuertes. Sí, algunas medidas: las exenciones impositivas para la industria, la reconversión de deudas provinciales, el avance del estado federal en obras de infraestructura. Faltan otras: una política crediticia (no hay que cambiar para esto ninguna ley: basta con poner funcionarios más comprometidos en el Central y en el Nación) y sobretodo, una inversión estatal, que reemplace la ausencia de una burguesía provincial con un proyecto nacional. Enarsa, por caso, ha cumplido esta tarea invirtiendo en empresas reestatizadas de energía y en proyectos de desarrollo petrolero. fabricaciones Militares, es otro ejemplo.
Pero, falta mayor audacia.
Orientar el Inta, el Conicet, la UTN, las escuelas técnicas, las universidades democráticas y públicas, en esta dirección. Se ha avanzado: recientemente, tra sla histórica oposición del radicalismo y el socialismo, se creó una universidad en el norte santafesino. El Inta y la subsecretaría de agricultura familiar tienen este horizonte, la política en escuelas técnicas, también.
Pero, falta audacia.
Ahora, el incorrecto enfoque de nuestros institucionalistas de pacotilla, nuestros republicanos televisivos, no sólo no ayuda en nada, tira para el otro lado.
He dicho.
(Mierda que me puse serio, eh.)
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