POLITICA // POR LUCAS CARRASCO
¿No era que ADEPA brega por la libertad de prensa?
ADEPA es un club de dueños de diarios del interior organizado para defender posiciones ante la adquisición, en plena dictadura militar y de manera opaca y sospechosa, de Papel Prensa por parte del entonces estado criminal, luego estado bobo y los grandes beneficiarios: los diarios Clarín y La Nación.
Domingo 30 de octubre de 2011 | 15:17
Por Lucas Carrasco.
¿No era que ADEPA brega por la libertad de prensa?
ADEPA es un club de dueños de diarios del interior organizado para defender posiciones ante la adquisición, en plena dictadura militar y de manera opaca y sospechosa, de Papel Prensa por parte del entonces estado criminal, luego estado bobo y los grandes beneficiarios: los diarios Clarín y La Nación. Pero fue precisamente a partir de la adquisición de Papel Prensa que Clarín construyó un monopolio comunicacional que, a medida que se quedaba con el fútbol, los cables, los canales y las radios de todo el país, compraba también varios de estos diarios. Así, la naturaleza de ADEPA fue mutando y tras el comienzo del primero gobierno de Cristina Kirchner, Clarín pudo desembarcar en la entidad patronal.
Lo hizo a través de la sociedad con Gustavo Víttori, el principal accionista del diario El Litoral, de la ciudad de Santa Fe, con quien construyó una planta de impresión y luego, a su vez, se asoció con Techint para imprimir también boletas electorales con licitaciones dudosísimas durante el gobierno de Binner.
La planta fue inaugurada en las cercanías de Santa Fe por el gobernador Hermes Binner, los senadores nacionales Carlos Reuteman y Ruben Giustiniani y los CEO asociados de Clarín y El Litoral, Héctor Magnetto y Gustavo Víttori. Todos ellos brindaron por la libertad de expresión, de ellos.
Anterior a este negociado y con la gobernación de Reutemann y la venia de Hermes Binner, tanto Víttori como otro integrante del directorio del diario, Nahuel Caputto, habían comprado de manera más que sospechosa terrenos donde luego se erigiría el nuevo Puerto de Santa Fe, la zona que posteriormente sería eje de los grandes negociados inmobiliarios y de las más caras de la región.
Estas adquisiciones fueron muy sospechosas y el diario Uno de la misma ciudad, contrastó el entusiasmo por el nuevo emprendimiento por parte del diario El Litoral, contando otra parte: el interés que los dueños del entusiasta diario tenían en el nuevo negocio. Narrando también las maniobras oscuras que lo rodeaban.
Esto sucedió a fines de 2007 y Gustavo Víttori ya era presidente de ADEPA; y fue en carácter de tal que denunció penalmente por calumnias e injurias al secretario de redacción del diario UNO de Santa Fe, Juan Raúl (Pilo) Monzón.
A cargo del Juzgado Correccional de la 2da. Nominación, Orlando Pascua consideró recientemente que:
“CONSIDERANDO: Se atribuyó a Juan Raúl Monzón haber injuriado a Gustavo José Víttori mediante notas periodísticas que involucraban a éste último con adquirentes de terrenos cercanos al lugar donde se ubicaría el puerto local. En este tema, evidentemente, se ha ventilado un tema de interés público relacionado con un supuesto tráfico de influencias en la relocalización del referido puerto”.
Es decir que, además de estar derogadas por impulso de este gobierno y a pedido de verdaderas entidades que representan a los periodistas y no a los dueños de los medios, los delitos penales de calumnias e injurias, el propio juzgado consideró que resultaban de interés público las notas sobre tráfico de influencias a partir de que un miembro del directorio, que contaba co información sobre el nuevo emprendimiento, comprara los terrenos donde iban a realizarse. Una lección de sentido común para Carlos Reutemann, Hermes Binner, ADEPA y Clarín y una buena noticia para la prensa.
"¿Alguien pudo saber con meses de anticipación al informe final de la consultora interviniente, cuál era el lugar exacto que aconsejaría para trasladar el puerto? ¿Porqué, tiempo después, se registraron dos decenas de operaciones de compraventa de terrenos en esa zona? ¿Fue casualidad que uno de los adquirientes de terrenos era, a su vez, integrante del directorio de diario El Litoral? ¿No resultaba al menos curioso que uno de los responsables de la dirección de la empresa informativa vespertina fogoneara el traslado del puerto a través de continuos pronunciamientos desde su diario y las instituciones en las que participaba activamente -como la Bolsa de Comercio- mientras su socio directo, Nahuel Caputto compraba terrenos allí?" Estas fueron las preguntas que deslizó el diario (opositor al gobierno nacional) UNO de Santa Fe tras conocerse el fallo.
El expresidente de la Bolsa de Comercio, de ADEPA y socio de Clarín, fue un entusiasta impulsor del costoso cambio de lugar del puerto de Santa Fe, por donde pasan los multimillonarios agronegocios y dónde además se establecieron grandes centros comerciales. Claro que no decía que su propio socio Caputto, integrante del directorio de su diario, había adquirido los terrenos donde se iba a erigir esta obra.
Obviamente, desde el diario El Litoral no hubo ninguna aclaración; sino que Víttori decidió recurrir a la Justicia y denunciar penalmente a quienes habían ventilado la información. Sin privarse, desde su diario, de quejarse por la supuesta mordaza a la prensa que implica la ley de medios.
Como presidente de ADEPA, Víttori pidió que “se desista de perseguir penalmente a periodistas y directivos de medios, en la genuina convicción de que con ello se contribuirá a afianzar la más irrestricta vigencia de la libertad de prensa, valor clave de toda sociedad moderna” mientras él denunciaba penalmente y económicamente a un periodista por revelar información sobre el negociado con el puerto de Santa Fe.
Más aún, como presidente de ADEPA, mientras hacía ingresar a la entidad al monopolio Clarín, mostró grandes dosis de cinismo al asegurar que iba a pedir, antes de que Cristina Kirchner enviara el proyecto al Congreso, la derogación de los delitos de calumnias e injurias y que él personalmente iba a “redoblar sus esfuerzos ante el Congreso de la Nación a fin de explicar la conveniencia de su eliminación”.
Seguramente este párrafo de la resolución judicial lo debe haber amargado:
“Que la nueva ley 26.551 reformó el art. 110 del Código Penal disponiéndose que la acción resulta atípica cuando las expresiones vertidas refieran a asuntos de interés público (...) Por ello entonces, el hecho atribuido a Juan Raúl Monzón no encuadra en la figura penal del delito de injurias, por lo que de conformidad con lo dispuesto en el art. 356 inc. 1 ap. b) del C.P.P, corresponde disponer su sobreseimiento”. RESUELVO: 1) SOBRESEER al Sr. Juan Raúl Santos Monzón, casado, periodista, hijo de Juan Ramón y Dora Cuevas (...) del delito de INJURIAS por el que fue querellado (Art. 110 del Código Penal),(...) Resérvese el original, agréguese copia, hágase saber y oportunamente archívense las actuaciones. FIRMADO: Dr. Orlando Pascua
Pero fue precisamente a partir de la adquisición de Papel Prensa que Clarín construyó un monopolio comunicacional que, a medida que se quedaba con el fútbol, los cables, los canales y las radios de todo el país, compraba también varios de estos diarios.
Así, la naturaleza de ADEPA fue mutando y tras el comienzo del primero gobierno de Cristina Kirchner, Clarín pudo desembarcar en la entidad patronal. Lo hizo a través de la sociedad con Gustavo Víttori, el principal accionista del diario El Litoral, de la ciudad de Santa Fe, con quien construyó una planta de impresión y luego, a su vez, se asoció con Techint para imprimir también boletas electorales con licitaciones dudosísimas durante el gobierno de Binner.
La planta fue inaugurada en las cercanías de Santa Fe por el gobernador Hermes Binner, los senadores nacionales Carlos Reuteman y Ruben Giustiniani y los CEO asociados de Clarín y El Litoral, Héctor Magnetto y Gustavo Víttori.
Todos ellos brindaron por la libertad de expresión, de ellos. Anterior a este negociado y con la gobernación de Reutemann y la venia de Hermes Binner, tanto Víttori como otro integrante del directorio del diario, Nahuel Caputto, habían comprado de manera más que sospechosa terrenos donde luego se erigiría el nuevo Puerto de Santa Fe, la zona que posteriormente sería eje de los grandes negociados inmobiliarios y de las más caras de la región.
Estas adquisiciones fueron muy sospechosas y el diario Uno de la misma ciudad, contrastó el entusiasmo por el nuevo emprendimiento por parte del diario El Litoral, contando otra parte: el interés que los dueños del entusiasta diario tenían en el nuevo negocio. Narrando también las maniobras oscuras que lo rodeaban.
Esto sucedió a fines de 2007 y Gustavo Víttori ya era presidente de ADEPA; y fue en carácter de tal que denunció penalmente por calumnias e injurias al secretario de redacción del diario UNO de Santa Fe, Juan Raúl (Pilo) Monzón.
A cargo del Juzgado Correccional de la 2da. Nominación, Orlando Pascua consideró recientemente que: “CONSIDERANDO: Se atribuyó a Juan Raúl Monzón haber injuriado a Gustavo José Víttori mediante notas periodísticas que involucraban a éste último con adquirentes de terrenos cercanos al lugar donde se ubicaría el puerto local.
En este tema, evidentemente, se ha ventilado un tema de interés público relacionado con un supuesto tráfico de influencias en la relocalización del referido puerto”. Es decir que, además de estar derogadas por impulso de este gobierno y a pedido de verdaderas entidades que representan a los periodistas y no a los dueños de los medios, los delitos penales de calumnias e injurias, el propio juzgado consideró que resultaban de interés público las notas sobre tráfico de influencias a partir de que un miembro del directorio, que contaba co información sobre el nuevo emprendimiento, comprara los terrenos donde iban a realizarse.
Una lección de sentido común para Carlos Reutemann, Hermes Binner, ADEPA y Clarín y una buena noticia para la prensa. "¿Alguien pudo saber con meses de anticipación al informe final de la consultora interviniente, cuál era el lugar exacto que aconsejaría para trasladar el puerto? ¿Porqué, tiempo después, se registraron dos decenas de operaciones de compraventa de terrenos en esa zona? ¿Fue casualidad que uno de los adquirientes de terrenos era, a su vez, integrante del directorio de diario El Litoral? ¿No resultaba al menos curioso que uno de los responsables de la dirección de la empresa informativa vespertina fogoneara el traslado del puerto a través de continuos pronunciamientos desde su diario y las instituciones en las que participaba activamente -como la Bolsa de Comercio- mientras su socio directo, Nahuel Caputto compraba terrenos allí?".
Estas fueron las preguntas que deslizó el diario (opositor al gobierno nacional) UNO de Santa Fe tras conocerse el fallo.El expresidente de la Bolsa de Comercio, de ADEPA y socio de Clarín, fue un entusiasta impulsor del costoso cambio de lugar del puerto de Santa Fe, por donde pasan los multimillonarios agronegocios y dónde además se establecieron grandes centros comerciales. Claro que no decía que su propio socio Caputto, integrante del directorio de su diario, había adquirido los terrenos donde se iba a erigir esta obra. Obviamente, desde el diario El Litoral no hubo ninguna aclaración; sino que Víttori decidió recurrir a la Justicia y denunciar penalmente a quienes habían ventilado la información.
Sin privarse, desde su diario, de quejarse por la supuesta mordaza a la prensa que implica la ley de medios. Como presidente de ADEPA, Víttori pidió que “se desista de perseguir penalmente a periodistas y directivos de medios, en la genuina convicción de que con ello se contribuirá a afianzar la más irrestricta vigencia de la libertad de prensa, valor clave de toda sociedad moderna” mientras él denunciaba penalmente y económicamente a un periodista por revelar información sobre el negociado con el puerto de Santa Fe. Más aún, como presidente de ADEPA, mientras hacía ingresar a la entidad al monopolio Clarín, mostró grandes dosis de cinismo al asegurar que iba a pedir, antes de que Cristina Kirchner enviara el proyecto al Congreso, la derogación de los delitos de calumnias e injurias y que él personalmente iba a “redoblar sus esfuerzos ante el Congreso de la Nación a fin de explicar la conveniencia de su eliminación”.
Seguramente este párrafo de la resolución judicial lo debe haber amargado: “Que la nueva ley 26.551 reformó el art. 110 del Código Penal disponiéndose que la acción resulta atípica cuando las expresiones vertidas refieran a asuntos de interés público (...) Por ello entonces, el hecho atribuido a Juan Raúl Monzón no encuadra en la figura penal del delito de injurias, por lo que de conformidad con lo dispuesto en el art. 356 inc. 1 ap. b) del C.P.P, corresponde disponer su sobreseimiento”. RESUELVO: 1) SOBRESEER al Sr. Juan Raúl Santos Monzón, casado, periodista, hijo de Juan Ramón y Dora Cuevas (...) del delito de INJURIAS por el que fue querellado (Art. 110 del Código Penal),(...) Resérvese el original, agréguese copia, hágase saber y oportunamente archívense las actuaciones. FIRMADO: Dr. Orlando Pascua