domingo, octubre 30, 2011


POLITICA // POR LUCAS CARRASCO

¿No era que ADEPA brega por la libertad de prensa?

ADEPA es un club de dueños de diarios del interior organizado para defender posiciones ante la adquisición, en plena dictadura militar y de manera opaca y sospechosa, de Papel Prensa por parte del entonces estado criminal, luego estado bobo y los grandes beneficiarios: los diarios Clarín y La Nación.

Domingo 30 de octubre de 2011 | 15:17



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 Por Lucas Carrasco. 
¿No era que ADEPA brega por la libertad de prensa?
ADEPA es un club de dueños de diarios del interior organizado para defender posiciones ante la adquisición, en plena dictadura militar y de manera opaca y sospechosa, de Papel Prensa por parte del entonces estado criminal, luego estado bobo y los grandes beneficiarios: los diarios Clarín y La Nación. Pero fue precisamente a partir de la adquisición de Papel Prensa que Clarín construyó un monopolio comunicacional que, a medida que se quedaba con el fútbol, los cables, los canales y las radios de todo el país, compraba también varios de estos diarios. Así, la naturaleza de ADEPA fue mutando y tras el comienzo del primero gobierno de Cristina Kirchner, Clarín pudo desembarcar en la entidad patronal. 
Lo hizo a través de la sociedad con Gustavo Víttori, el principal accionista del diario El Litoral, de la ciudad de Santa Fe, con quien construyó una planta de impresión y luego, a su vez, se asoció con Techint para imprimir también boletas electorales con licitaciones dudosísimas durante el gobierno de Binner. 
La planta fue inaugurada en las cercanías de Santa Fe por el gobernador Hermes Binner, los senadores nacionales Carlos Reuteman y Ruben Giustiniani y los CEO asociados de Clarín y El Litoral, Héctor Magnetto y Gustavo Víttori.  Todos ellos brindaron por la libertad de expresión, de ellos. 
Anterior a este negociado y con la gobernación de Reutemann y la venia de Hermes Binner, tanto Víttori como otro integrante del directorio del diario, Nahuel Caputto, habían comprado de manera más que sospechosa terrenos donde luego se erigiría el nuevo Puerto de Santa Fe, la zona que posteriormente sería eje de los grandes negociados inmobiliarios y de las más caras de la región. 
Estas adquisiciones fueron muy sospechosas y el diario Uno de la misma ciudad, contrastó el entusiasmo por el nuevo emprendimiento por parte del diario El Litoral, contando otra parte: el interés que los dueños del entusiasta diario tenían en el nuevo negocio.  Narrando también las maniobras oscuras que lo rodeaban.
Esto sucedió a fines de 2007 y Gustavo Víttori ya era presidente de ADEPA;  y fue en carácter de tal que denunció penalmente por calumnias e injurias al secretario de redacción del diario UNO de Santa Fe, Juan Raúl (Pilo) Monzón. 
A cargo del Juzgado Correccional de la 2da. Nominación, Orlando Pascua consideró recientemente que: 
“CONSIDERANDO: Se atribuyó a Juan Raúl Monzón haber injuriado a Gustavo José Víttori mediante notas periodísticas que involucraban a éste último con adquirentes de terrenos cercanos al lugar donde se ubicaría el puerto local. En este tema, evidentemente, se ha ventilado un tema de interés público relacionado con un supuesto tráfico de influencias en la relocalización del referido puerto”.
Es decir que, además de estar derogadas por impulso de este gobierno y a pedido de verdaderas entidades que representan a los periodistas y no a los dueños de los medios, los delitos penales de calumnias e injurias, el propio juzgado consideró que resultaban de interés público las notas sobre tráfico de influencias a partir de que un miembro del directorio, que contaba co información sobre el nuevo emprendimiento, comprara los terrenos donde iban a realizarse. Una lección de sentido común para Carlos Reutemann, Hermes Binner, ADEPA y Clarín y una buena noticia para la prensa. 
"¿Alguien pudo saber con meses de anticipación al informe final de la consultora interviniente, cuál era el lugar exacto que aconsejaría para trasladar el puerto? ¿Porqué, tiempo después, se registraron dos decenas de operaciones de compraventa de terrenos en esa zona? ¿Fue casualidad que uno de los adquirientes de terrenos era, a su vez, integrante del directorio de diario El Litoral? ¿No resultaba al menos curioso que uno de los responsables de la dirección de la empresa informativa vespertina fogoneara el traslado del puerto a través de continuos pronunciamientos desde su diario y las instituciones en las que participaba activamente -como la Bolsa de Comercio- mientras su socio directo, Nahuel Caputto compraba terrenos allí?" Estas fueron las preguntas que deslizó el diario (opositor al gobierno nacional) UNO de Santa Fe tras conocerse el fallo.
El expresidente de la Bolsa de Comercio, de ADEPA y socio de Clarín, fue un entusiasta impulsor del costoso cambio de lugar del puerto de Santa Fe, por donde pasan los multimillonarios agronegocios y dónde además se establecieron grandes centros comerciales. Claro que no decía que su propio socio Caputto, integrante del directorio de su diario, había adquirido los terrenos donde se iba a erigir esta obra. 
Obviamente, desde el diario El Litoral no hubo ninguna aclaración; sino que Víttori decidió recurrir a la Justicia y denunciar penalmente a quienes habían ventilado la información. Sin privarse, desde su diario, de quejarse por la supuesta mordaza a la prensa que implica la ley de medios. 
Como presidente de ADEPA, Víttori pidió que “se desista de perseguir penalmente a periodistas y directivos de medios, en la genuina convicción de que con ello se contribuirá a afianzar la más irrestricta vigencia de la libertad de prensa, valor clave de toda sociedad moderna” mientras él denunciaba penalmente y económicamente a un periodista por revelar información sobre el negociado con el puerto de Santa Fe. 
Más aún, como presidente de ADEPA, mientras hacía ingresar a la entidad al monopolio Clarín, mostró grandes dosis de cinismo al asegurar que iba a pedir, antes de que Cristina Kirchner enviara el proyecto al Congreso, la derogación de los delitos de calumnias e injurias y que él personalmente  iba a “redoblar sus esfuerzos ante el Congreso de la Nación a fin de explicar la conveniencia de su eliminación”.
Seguramente este párrafo de la resolución judicial lo debe haber amargado:
 “Que la nueva ley 26.551 reformó el art. 110 del Código Penal disponiéndose que la acción resulta atípica cuando las expresiones vertidas refieran a asuntos de interés público (...) Por ello entonces, el hecho atribuido a Juan Raúl Monzón no encuadra en la figura penal del delito de injurias, por lo que de conformidad con lo dispuesto en el art. 356 inc. 1 ap. b) del C.P.P, corresponde disponer su sobreseimiento”. RESUELVO: 1) SOBRESEER al Sr. Juan Raúl Santos Monzón, casado, periodista, hijo de Juan Ramón y Dora Cuevas (...) del delito de INJURIAS por el que fue querellado (Art. 110 del Código Penal),(...) Resérvese el original, agréguese copia, hágase saber y oportunamente archívense las actuaciones. FIRMADO: Dr. Orlando Pascua


Pero fue precisamente a partir de la adquisición de Papel Prensa que Clarín construyó un monopolio comunicacional que, a medida que se quedaba con el fútbol, los cables, los canales y las radios de todo el país, compraba también varios de estos diarios.

Así, la naturaleza de ADEPA fue mutando y tras el comienzo del primero gobierno de Cristina Kirchner, Clarín pudo desembarcar en la entidad patronal. Lo hizo a través de la sociedad con Gustavo Víttori, el principal accionista del diario El Litoral, de la ciudad de Santa Fe, con quien construyó una planta de impresión y luego, a su vez, se asoció con Techint para imprimir también boletas electorales con licitaciones dudosísimas durante el gobierno de Binner. 

La planta fue inaugurada en las cercanías de Santa Fe por el gobernador Hermes Binner, los senadores nacionales Carlos Reuteman y Ruben Giustiniani y los CEO asociados de Clarín y El Litoral, Héctor Magnetto y Gustavo Víttori.

Todos ellos brindaron por la libertad de expresión, de ellos. Anterior a este negociado y con la gobernación de Reutemann y la venia de Hermes Binner, tanto Víttori como otro integrante del directorio del diario, Nahuel Caputto, habían comprado de manera más que sospechosa terrenos donde luego se erigiría el nuevo Puerto de Santa Fe, la zona que posteriormente sería eje de los grandes negociados inmobiliarios y de las más caras de la región.

Estas adquisiciones fueron muy sospechosas y el diario Uno de la misma ciudad, contrastó el entusiasmo por el nuevo emprendimiento por parte del diario El Litoral, contando otra parte: el interés que los dueños del entusiasta diario tenían en el nuevo negocio. Narrando también las maniobras oscuras que lo rodeaban.

Esto sucedió a fines de 2007 y Gustavo Víttori ya era presidente de ADEPA;  y fue en carácter de tal que denunció penalmente por calumnias e injurias al secretario de redacción del diario UNO de Santa Fe, Juan Raúl (Pilo) Monzón. 

A cargo del Juzgado Correccional de la 2da. Nominación, Orlando Pascua consideró recientemente que: “CONSIDERANDO: Se atribuyó a Juan Raúl Monzón haber injuriado a Gustavo José Víttori mediante notas periodísticas que involucraban a éste último con adquirentes de terrenos cercanos al lugar donde se ubicaría el puerto local.

En este tema, evidentemente, se ha ventilado un tema de interés público relacionado con un supuesto tráfico de influencias en la relocalización del referido puerto”. Es decir que, además de estar derogadas por impulso de este gobierno y a pedido de verdaderas entidades que representan a los periodistas y no a los dueños de los medios, los delitos penales de calumnias e injurias, el propio juzgado consideró que resultaban de interés público las notas sobre tráfico de influencias a partir de que un miembro del directorio, que contaba co información sobre el nuevo emprendimiento, comprara los terrenos donde iban a realizarse.

Una lección de sentido común para Carlos Reutemann, Hermes Binner, ADEPA y Clarín y una buena noticia para la prensa. "¿Alguien pudo saber con meses de anticipación al informe final de la consultora interviniente, cuál era el lugar exacto que aconsejaría para trasladar el puerto? ¿Porqué, tiempo después, se registraron dos decenas de operaciones de compraventa de terrenos en esa zona? ¿Fue casualidad que uno de los adquirientes de terrenos era, a su vez, integrante del directorio de diario El Litoral? ¿No resultaba al menos curioso que uno de los responsables de la dirección de la empresa informativa vespertina fogoneara el traslado del puerto a través de continuos pronunciamientos desde su diario y las instituciones en las que participaba activamente -como la Bolsa de Comercio- mientras su socio directo, Nahuel Caputto compraba terrenos allí?".

Estas fueron las preguntas que deslizó el diario (opositor al gobierno nacional) UNO de Santa Fe tras conocerse el fallo.El expresidente de la Bolsa de Comercio, de ADEPA y socio de Clarín, fue un entusiasta impulsor del costoso cambio de lugar del puerto de Santa Fe, por donde pasan los multimillonarios agronegocios y dónde además se establecieron grandes centros comerciales. Claro que no decía que su propio socio Caputto, integrante del directorio de su diario, había adquirido los terrenos donde se iba a erigir esta obra. Obviamente, desde el diario El Litoral no hubo ninguna aclaración; sino que Víttori decidió recurrir a la Justicia y denunciar penalmente a quienes habían ventilado la información.

Sin privarse, desde su diario, de quejarse por la supuesta mordaza a la prensa que implica la ley de medios. Como presidente de ADEPA, Víttori pidió que “se desista de perseguir penalmente a periodistas y directivos de medios, en la genuina convicción de que con ello se contribuirá a afianzar la más irrestricta vigencia de la libertad de prensa, valor clave de toda sociedad moderna” mientras él denunciaba penalmente y económicamente a un periodista por revelar información sobre el negociado con el puerto de Santa Fe. Más aún, como presidente de ADEPA, mientras hacía ingresar a la entidad al monopolio Clarín, mostró grandes dosis de cinismo al asegurar que iba a pedir, antes de que Cristina Kirchner enviara el proyecto al Congreso, la derogación de los delitos de calumnias e injurias y que él personalmente  iba a “redoblar sus esfuerzos ante el Congreso de la Nación a fin de explicar la conveniencia de su eliminación”.

Seguramente este párrafo de la resolución judicial lo debe haber amargado: “Que la nueva ley 26.551 reformó el art. 110 del Código Penal disponiéndose que la acción resulta atípica cuando las expresiones vertidas refieran a asuntos de interés público (...) Por ello entonces, el hecho atribuido a Juan Raúl Monzón no encuadra en la figura penal del delito de injurias, por lo que de conformidad con lo dispuesto en el art. 356 inc. 1 ap. b) del C.P.P, corresponde disponer su sobreseimiento”. RESUELVO: 1) SOBRESEER al Sr. Juan Raúl Santos Monzón, casado, periodista, hijo de Juan Ramón y Dora Cuevas (...) del delito de INJURIAS por el que fue querellado (Art. 110 del Código Penal),(...) Resérvese el original, agréguese copia, hágase saber y oportunamente archívense las actuaciones. FIRMADO: Dr. Orlando Pascua

Castell


Da hasta fiaca buscar los innumerables ejemplos en que distintos partidos políticos con representación electoral, o partiditos unipersonales o monotributistas renovadores de la banca y la política, que han hecho exactamente lo mismo que ha hecho en estos días el movimiento que preside Raúl Castell.  Que es absolutamente legal, que no vioa ninguna ley ni espíritu de la ley, y que es, además y por si hiciera falta, absolutamente legítimo.
El pedido, bah, la toreada truchísima, por parte de legisladores del PRO, la UCR y Diana Conti, del Frente para la Victoria, de que una dirigente del grupo de Castell no renuncie para cederle la banca al propio Castell es una verdadera porquería.Más cuando se amparan en una ley de discriminación positiva que tiende a igualar la participación en el congreso de mujeres con hombres.
Es demasiado evidente que el cupo femenino no tiene nada que ver.
Que el problema, de naturaleza antidemocrática y abiertamente absurdo, lo tienen con Castell. Pero fue votado, con la misma metodología de listas sábanas por las cuales las legisladoras que lo objetan fueron electas. Con la salvedad de que Castell es ampliamente más conocido. No es, eso, obviamente, ni un sinónimo de consenso social ni menos aún de legitimidad. Pero sí indica que quienes votaron esa lista, sabían lo que votaban.
No se viola el espíritu de representación electoral. Por el contrario. Se lo fortalece.
Buenas noches.


sábado, octubre 29, 2011

qué te pasa.


Uh, qué bajón, loco, todo mal.




Nos cuenta, Omix, esta tristísima noticia:

CERRADO POR REFLEXION






Fernando A. Iglesias
Los próximos serán días de reflexión y reelaboración de estrategias. Así que twitter-off por un par de semanas
23 de oct vía web

DIEZ CONSIDERACIONES SOBRE LOS RESULTADOS ELECTORALES DEL 23 DE OCTUBRE

1) El triunfo de Cristina Kirchner es inobjetable. Respeto, sin compartir en lo más mínimo, la decisión de la mayoría.

2) Los argentinos han decidido profundizar el modelo K y otorgarle el liderazgo de la oposición al Dr Binner. Para eso está la democracia. 
Sin más "palos en la rueda", el Gobierno seguramente podrá solucionar las asignaturas pendientes que la mala coyuntura mundial impidió remediar en estos 8 años.

3) Cuando concluya el mandato de CFK, en 2015, habrán transcurrido 24 años de 26 bajo gobiernos del Pejota. Permítanme disentir, respetuosamente. Ya he pasado varias veces por una divergencia profunda con respecto a las mayorías argentinas y espero, esta vez, equivocarme.


4) La democracia no siempre elige lo mejor pero siempre permite que un pueblo elija su destino. Y es lo que acaba de pasar, me temo.

5) Por mi parte, fuera de la Cámara de Diputados desde el 10 de diciembre, seguiré siendo quien soy y haciendo lo que hago.

6) No me hice menemista en el 95 ni me voy a hacer kirchnerista ahora.

7) Caballeros: estos son mis principios. y no tengo otros: 1º) No todo en la vida es política. 2º) No toda la política es política nacional. 3º) No toda la política nacional se hace desde un cargo.


8) Agradezco de corazón a todos los que me han votado, a mis asesores, a la Juan B. Justo, y a los que firmaron la solicitada y apoyado la campaña. Y a todos les digo: no ser diputado de ninguna manera implica abandonar la lucha por un país sin mafias, con ética, república y distribución verdadera del ingreso. Reafirmo además mi compromiso político e intelectual con la construcción de un orden global más justo, democrático y humano


9) Los próximos serán días de reflexión y reelaboración de estrategias. Así que me mantendré fuera del blog y demás herramientas por un par de semanas. 


10) Un fuerte abrazo a todos.

Fernando A. Iglesias*

* Escritor y periodista especializado en los aspectos políticos de la globalización.

Viva el amor!




Chau, que noche de viernes!
El gran Alejandro Horowicz, la periodista Adriana Amado Suárez y un muchacho -buen pibe, Pablo Blanco- de Libre, el suplemento psiquiátrico de calumnias e injurias de Perfil, y yo, para pelearme con todos. La de siempre. Qué cosa. No sabía que iba a estar alguien de Libre. En general, con los tipos oscuros, no se puede charlar. Pero bue. Así es la vida.
Un debate largo, entretenido, que se fue un poco al carajo y acá pueden escuchar las partes donde justamente se fue todo al carajo.
Está todo bien, los quiero a todos. Un poco.
Váyanse a la puta madre que los parió. 

viernes, octubre 28, 2011

Néstor y lo que viene, lo que venía en realidad, o lo que ya vino.




Esta entrevista fue apenas un par de días después de la muerte de Néstor Kircher. Está editada, pero está bien. Me gustó la última parte: "nació un mito"

Un hombre afortunado.




Sobre un mueble que tenía una pata media rota -en ese entonces tenía 19 o 20 años- guardaba un montón de diarios viejos, suplementos de economía. En aquellos años yo no sabía usar una computadora. Guardaba, así, datos, cifras, análisis. Revistas -las pocas que conseguía- especializadas. Y en el piso, tirado ahí nomás, los libros de historia. La historia de la revolución rusa, de la francesa, la norteamericana, la descolonización del África, Sandino, San Martín, Sucre, la batalla de Caseros, discusiones sobre Artigas, La Delfina. Apuntes sobre geografía. Un tratado de geografía radical. Las teorías, ya viejas, para las ciencias sociales. Después compraba en la librería de calle Buenos Aires, esquina Urquiza, la liturgia posmoderna. Postestructuralista. Leía esas cosas, porque todos las leían. Me aburrían un poco. Menos Deleuze. Mil Mesestas. Con Guattari. Ese libro me gustaba. Lacan, anterior a esas cosas, pero Lacan, ja. Y un montón de novelas editadas en los años cuarenta y cincuenta, tapas blandas, páginas amarillas, que sacaba de la Biblioteca o robaba de algunas casas. O compraba de saldos, avenida Santa Fe, frente a la Rural, cuando iba a Buenos Aires. O parque Rivadavia. James Hadley Chase, me acuerdo que en la primera página, donde Borges y Bioy Casares ponían una pequeña reseña del autor, ahí habían puesto algo así como "el autor que siempre sabe responder la pregunta sobre qué sucederá luego". Colección Séptimo Círculo. Ahora, las reeditan. Después, iba a la facultad. Me acuerdo que sacaba algunos apuntes y los leía, pero a veces no tenían nada que ver con la materia. Una vez, con Julián Stoppello y el Pájaro Ramos, nos propusimos beber cerveza durante medio día entero. Doce horas. Arrancamos a las 6 de la tarde. Cuando terminamos, rengueando, volviendo por Pascual Palma, entre los paraísos, los gorriones y el amanecer, juramos que íbamos a ir a clase. A las ocho de la mañana. Nunca fuimos. La facultad me aburría. Me gustaban las chicas. Me enamoraba de todas. Y las discusiones, los debates. Pero eran años duros, de recesión, de menemismo, de una chatura cultural tan transparente y orgullosa. Yo era un muchacho de izquierda. Pretencioso. Muy pagado de sí mismo. Medio boludo. Bastante audaz. Más normal de lo que entonces me parecía. Me gustaban las clases de Yulita. Aunque me echó. La primera clase. O me fui solo. No me acuerdo bien. Él era menemista. Y daba clases de un modo divertido. Pero peleador. Y me peleó. Y lo mandé a la mierda. Un tiempo después, me amigué. Volví a sus clases de psicología. Y le pudría las cosas citando -sin citar- a Lacan. Y después le preguntaba por los años sesenta, por Pichón Riviere. Cuando llegó el exámen final, de verdad, sabía una bocha, pero una rubia, preciosa, con la que alguna vez, un año atrás, había salido, se había peleado con el novio y lloraba en el pasillo. Salí a consolarla. Nos fuimos por ahí. Entregué la hoja en blanco. A la semana fui a preguntar por el recuperatorio. Pero en Alumnado me dijeron que no tenía: yo tenía, según decía ahí, un ocho. Me había puesto un ocho a pesar de haber entregado la hoja en blanco. Me había visto irme con Sol, la más linda, de lejos, de la facultad. Después de vos, eh. No te pongas así, si por desventura leés esto. Hablo de vos, sí.
Ahora que las exnovias son una foto en facebook. Y los mejores besos una arruga alrededor del labio.


 Discutíamos el peronismo. Tenía una visión bastante inteligente sobre el menemismo, Pablo. Pero era más revoltoso, disruptivo y entretenido hablando de psicología. Refutándome lo que yo creía saber. La soberbia de un pendejo. Yo le evitaba la política, él también, tomábamos cafe en algunos bares, contadas veces.Yo tomaba cerveza. Nunca tomé café. Varios años después llegó el kirchnerismo. Una vez fue a mi programa, en canal 11, grabábamos a la mañana. Yo siempre tenía resaca. Ya me aburría el periodismo. La esposa había muerto el día anterior. Con la producción, que habíamos arreglado la entrevista varios días antes, buscamos un reemplazante. Pero, sorpresivamente, Pablo apareció. Con entereza. Me contó que 20 años atrás le habían diagnosticado un año de vida a su mujer. Vivió dos décadas más. Tuvo varios hijos. El misterio, cercano, de la vida. Que te aprieta un poco cuando alguien muere. Como acaba de morir Pablo Yulita.


“La muerte es una mentira” 






Entrevista a Pablo Yulita 
Por Julián Stoppello

Es psicólogo, docente en tres carreras universitarias, jurado de la UBA y aficionado al canto. Pablo Yulita sostiene que el miedo “es un error epistemológico” y la muerte “una mentira”. Dice que la democracia no tiene nada para festejar en su 25 aniversario, habla de la educación como una necesidad más que un derecho e insiste en que los chicos repiten ejemplos de una sociedad que exhibe y habla de “sexo violento”. 

Pablo Yulita calcula que todos los años invierte el valor de un cero kilómetro en libros, estudio y capacitación para él, su familia y también algunos alumnos y ayudantes. En su consultorio de calle Corrientes hay una aproximación a esa apuesta: dos bibliotecas atiborradas de libros cercan la habitación adonde recibe a sus pacientes; hay además dos computadoras y una mesa en el centro, cubierta de papeles y más libros. 
“Acá hay sólo una cuarta parte, me ufano de tener la biblioteca más completa en lingüística, en semiología y en comunicación”, dice mientras repasa los estantes e insiste “mirá, fijate, sacalos, hay muchos libros espirituales también: Buda, Gandi, la Madre Teresa”. 
“A veces digo qué estúpido soy, podría cambiar mi Falcon 72 por un cero kilómetro. Pero no me arrepiento, porque es una herramienta tu capacitación, por algo los judíos le dan tanto valor a la inteligencia, la profesión, el estudio, porque junto con el oro o el dinero, son las dos cosas que te podés llevar a todos lados”, analiza. 
Yulita es docente en las carreras de Trabajo Social y Comunicación Social de la Universidad Nacional de Entre Ríos y también en Psicología de la Universidad Autónoma de Entre Ríos. Además atiende a sus pacientes, hace algunas consultorías y canta en el coro de Agmer. 
“Estoy de tenor en un coro muy interesante, es algo que me debía”, dice y revela que no se trata de una cuenta pendiente con origen en una pasión nunca antes desarrollada, más bien lo contrario: “Yo había actuado en radio de chico, había grabado discos, con dúos de acordeón. Si bien tuve un período que vivía de eso, porque teníamos una pequeña orquestita que iba a casamientos, cumpleaños de 15 o actuaba en el carnaval de Rosario, nunca pensé en vivir de la música”. 

EN PARANÁ. En el año 70 comenzó a viajar a Paraná por razones de trabajo. “Estuve en la subsecretaría de Educación de la provincia en la reforma educativa de Entre Ríos. Es una de las reformas más grandes que hubo, con muy buen nivel, estaba Pedrazoli como subsecretario de Educación, Fabre en el gobierno y Marciano Martínez como Ministro de Gobierno”. Yulita califica la acción de Fabre como “muy progresista” y se queja de la Argentina ”estúpida y ambigua”, que no reconoce los logros de esa gestión. 
“El gobierno de (Alejandro) Lanusse fue progresista, daba aumento con retroactividad de tres meses a los obreros y empleados. Lanusse te digo, no por supuesto (Jorge) Videla o (Emilio) Massera que fue gente cruel y enferma. Pero Lanusse fue un gran presidente y Fabre un gran gobernador. Fue una época de mucho progreso de todo tipo”, subraya y enseguida critica a “la gente que divide entre blanco y negro y hace estupideces, que habla de Cuba como liberación y en Cuba tenemos niñas de 12 años que se prostituyen por una bombacha o una birome. Cuba tiene enfermedades productos de la miseria que hay, tienen analfabetismo informático, la educación es la educación de los 60”. 

En el aula. 
—¿Qué le importa que le llegue a sus alumnos? 
—Una vez vino un chico y me dijo que a raíz de algunas cosas que yo decía en clases, palabrotas y demás, fue y le comentó a su madre. Ella había sido alumna mía y le dijo: “Sabés que pasa, Yulita te vacuna contra la realidad”. 
A mí cuando me hablan de 25 años de democracia, yo qué voy a festejar, la democracia de Alfonsín, cuando tuve que vender el auto y otras cosas porque me dijo que el costo de un crédito iba a ser de 12 % mensual y de golpe se fue a 57 %. Qué voy a festejar, los pollos de Mazorín, la ética de De La Rúa, la distribución de dinero en negro en la época de Menem, los Federales de Montiel. Por supuesto que no festejo el proceso militar, pero yo, con mi edad, a los alumnos les largo todo. 
Yulita defiende una “moral biológica y estética, una moral biológica te tiene que respetar a vos como ser humano, tenés que vivir, comer, sos un trabajador, un laburante. No te pueden vender un medicamento trucho, que no tenga la monodroga”. 

SEXUALIDAD VIOLENTA. El psicólogo encadena temas, uno atrás de otro, con sentido de la prioridad. “La educación no es un derecho, es una necesidad”, subraya y sentencia: “El ser humano si no se educa se muere. Muchas enfermedades provienen de ahí. El problema de las madres menores multiembarazadas viene por la educación, todavía estamos discutiendo si va a haber educación sexual, educación sexual hay, lo que no hay es enseñanza y por ahí los padres no pueden hablar porque no saben qué hablar”, reflexiona. 
Yulita dice que todo aquello que se exhibe, se habla, se muestra pertenece al campo de la “sexualidad violenta”. “Es la que te muestra Playboy, Private, la del abuso, ahora, la sexualidad amorosa no se puede enseñar, pero hay que mostrar que está, la sexualidad amorosa es creativa, es algo que vas a desarrollar con tu pareja, tu novia, tu esposa”. 
—¿Cuál es el origen entonces de las prácticas que se han registrado en adolescentes, sobre filmaciones al momento de tener un contacto sexual por ejemplo? 
—Es lo que hacen los adultos, sexualidad violenta. Lacan dice: sobre sexualidad no hay nada escrito, ahora con respecto a qué se refiere, a la sexualidad amorosa. Todo lo que tenés es sexualidad violenta. El sexo amoroso te cura, te hace bien, te revive. Los chicos ni saben, están diciendo que ese sexo oral no es sexo. Es copia de los adultos y hay muchos quebrados, que perdieron todo ideal. 

CONTACTO. Yulita cita al biólogo chileno Humberto Maturana y dice que “toda imposición de manos que sea amorosa entre gente que tiene pasión por convivir es curativa”. El amor sana, sostiene. 
“Es constitutivo a nosotros el ser felices, alegres, sanos y productivos. Esta es una sociedad que ¿adónde te muestra lo amoroso? Si te prohíben acariciar a la otra persona. Llegamos a estar como los Estados Unidos, donde hay una ley que prohíbe tocar a los chicos, pero ¿qué pasa en las escuelas?, se pegan tiros, se matan. Hoy los docentes no pueden tocar a nadie, el tema del abuso y todo eso, es la sexualidad violenta”, insiste. 
—¿Cuál es su idea sobre la muerte? 
—La muerte es una mentira, hay un componente de la muerte que es la ausencia, la no presencia, pero nosotros estamos en la unidad, lo que se llama relación. Estamos en un plano cuántico, la muerte es un pliegue de la realidad, cuando funciona el ventilador a determinada velocidad desaparecen las aspas. Con la muerte es parecido, al transformarnos cuánticamente en energía, desaparecemos, pero no desaparecemos en la unidad. Si vos tenés un ser querido que haya fallecido y tenés un problema y necesitas resolverlo, orá, pedile que te resuelva tal problema. Es matemático, que va a aparecer una solución, no lo pensés de otro mundo, está acá, en un plano cuántico energético no particularizado. 
Yulita cuenta ahora que su esposa murió en el paso de un día 19 a un día 20. Dice entonces que todos los 19 y 20 de cada mes en su casa ocurren cosas muy especiales. “Lo entendemos como mensajes”, confiesa. 


El miedo 

“Yo he hecho un descubrimiento y he dado clases planteando que el miedo es un error epistemológico”, dispara Yulita y explica: “La psicología te dice que porque tenés miedo luego disocias. Yo digo que porque disocias, tenés miedo. Todo lo que veas separado de vos, vas a terminar por tenerle miedo”. 
El psicólogo ejemplifica: “En un barrio me paran tres gurises, che tío dame la campera que tenés puesta. Y yo: no, vos sabés que es la única campera que tengo, yo vengo a atender a una persona. Cuál es el criterio general: mas van a atacar, me van a robar, les tengo miedo, eso es una proyección del odio. Los tipos me pueden robar, pero yo tengo que reconocer que podría matarlos también. No están separados de mí, ellos tienen más miedo que yo. Creo que a lo único que le tenemos miedo es al amor”. 
Yulita piensa ahora en sus miedos, dice primero que teme “que la sociedad no se dé cuenta que hay sociedad porque hay amor, y digo amor con minúsculas, no amor trascendental, ni digo relaciones genitales, digo las formas del amor: la amabilidad, la amistad, el asociarse, ayudarse, el saludarse, el colaborar”. 
El psicólogo va un poco más adentro ahora, confiesa que lo angustia lo que piensa, le interrumpe la voz, hasta que por fin lo escribe en un cuaderno con letra clara: “Miedo a morir antes de haber prestado la ayuda suficiente”, dice la hoja que antes estaba en blanco.

Los camisas verdes




 Una muy buena nota en Clarín, llega a la conclusión políticamente incorrecta (ojo, si hubiera salido en Tiempo Soleado, sería aún más incorrecta). Ser políticamente incorrecto tiene hoy, buena chapa. Cualquier idiota se autodefine como políticamente incorrecto. Lástima que no existan los médicos incorrectos, que se ufanen de eso.
-Señor, no se preocupe, lo voy a operar...¿de qué era? ¿apéndice o necesitaba un transplante de corazón? Bue, no importa, total, soy un médico incorrecto, un médico medicinalmente incorrecto. Qué jodón.

Ser políticamente incorrecto es estar equivocado, así de simple.
Cualquier boludo, sin mayor esfuerzo, puede estar equivocado. Vaya éste, mi caso, como ejemplo. Pero de ahí a ufanarse de la propia ignorancia, no, señor.
Bue, resulta que el 92% de los argentinos vive en las ciudades, de acuerdo a la nota citada del diario Clarín. Una proporción mayor -bastante mayor- a los porcentajes de Francia, Suecia, Alemania. Donde nadie habla de "el campo", y ultraderechistas como De Angeli no impostan acentos camperos, sino que impostan acentos para hablar de la biblia y delirios de ese tipo. Son más creativos, en el primer mundo. El campo no existe. 
Dice, además, la nota, que hay que hacer ciudades amuralladas contra la inclusión social. Fenómeno que, a la par que la desigualdad, incentiva el capitalismo. Oh, perdón por esta herejía, pero es así. Preguntale, sino, a los campesinos chinos, desesperados por llegar a la ciudad, donde florece, un capitalismo de olor apestoso. Y re feíto "ecológicamente"; pero le da de comer a mil quinientos millones de almas. Con las lagrimitas de Pino Solanas por las focas y los ositos de peluche, morfa él y nadie más.
El cruce de lagrimitas por las focas y osos de peluche, "una agricultura con agricultores", la biblia leía en portuñol, "el campo es la patria" y el osopandismo es el cóctel de una nueva ultraderecha posible. Los camisas verdes.  Mesiánica, milenarista, conservadora, popular, con sensualidad, modernidad, todos los condimentos para disputar un "relato" con la izquierda progresista. Con la izquierda iluminista, marxista, nada maricona, nada concesiva con cualquier pavada de moda. Como las camisas verdes.
Los concejales porteños votaron días atrás -transversalmente- que no se podían construir edificios en algunas zonas del territorio federal. El concejo deliberante votó en defensa de los hacendados. Para que no llegue la chusma. Claro que se hace en nombre del oso panda, la historia, la arquitectura, el prode, la unidad  africana y otras cosas bellas. Pero garpa, obviamente, el estado federal. Los formoseños. Garpan la buena conciencia de arquitectos chantas -esas carreras serias las dan docentes formados en universidades públicas, que no pagan los portuarios-. Garpan, los formoseños, la buena conciencia de concejales vagos que con ternura los excluyen.
¿El "patrimonio histórico" (por hablar en ese lenguaje berreta que tanto les gusta a los que tienen vocación de derecho administrativo) vale más que la equidad social? Sí, señora, bienvenido al capitalismo de amigos. Al dirigismo. A estatismo. Sí que excluyente, de derecha y profundamente neoconservador.
¿Quieren, negritos, vivir como en la República de Palermo o, peor aún, en la República de Palermo? Lo siento. Para que ustedes, negritos, vivan acá, tendríamos que construir edificios. Y hay que cuidar este simpático arbolito, pobre. Tiene 60 años. ¿No es lindo, las ramitas, las florcitas, la mugre en otoño, los poemitas que escriben las adolescentes sentadas a la sombra de este arbolito?
Los camisas verdes.
Siempre quieren salvarme el mundo.
Pero nunca me preguntan cómo.

martes, octubre 25, 2011

Economía y política (1)



Quizás supere las dos docenas de años (quizás no y exagero) la reedición del libro clásico de Aldo Ferrer, La Economía Argentina. Le suele agregar anexos, prólogos, etc. Miles de lectores de la realidad se formaron con esos criterios didácticos. Pocos economistas.
Los economistas ya no venían -no sé cómo se estudiará ahora- con la comprensión de esa reliquia de la nostalgia por el futuro que no fue y que siempre se empeña en volver, que se llamó desarrollismo. 
En mi fugaz y complicado paso por la universidad, eso no se leía. Se interpretaba, justamente, la economía argentina, en clave política, bajo la tutela de la sarta de boludeces de Luis Alberto Romero. Estudiábamos, entonces, la historia del fascismo que arranca un 17 de octubre de 1945. Reeditado con salvedades: los obreros estaban alienados. Los docentes, que nos enseñaban eso, hoy están al frente de un ministerio de subsidios a los empresarios primitivos en el Gobierno de Entre Ríos. Yo estaba convencido -no por leer esas cosas ahí, después de todo, ni las leía, la verdad- de lo mismo, pero desde un enfoque, rudimentariamente marxista. O pretendidamente marxista. Cosas de la vida. Tener 20 años es una alegría tan pelotuda que, por suerte, dura solamente un año. 
La Economía Argentina siempre me llamó la atención. Porque es el punto de amalgama entre las complejidades de un período -el del estado de bienestar en la argentina- que atraviesa varias corrientes ideológicas o, mejor dicho, políticas. Ferrer fue ministro de una dictadura, como buen radical. Hoy es funcionario del kirchnerismo. 
El desarrollismo era transversal al radicalismo, más allá de la franquicia del incomprensiblemente hoy reivindicado Frondizi (a mi no me gustan las dictaduras), y al peronismo, con o sin Perón, con o sin Vandor. 
La izquierda dura, sobre todo el Partido Comunista, tenía, también, una mirada benevolente, capaz que por la resaca de los "frentes antifascistas" o por el auge del tercermundismo y la liberación nacional. Descolonizadora. Un abandono, certero, de tesis "polémicas" de Marx. 
Siempre me llamó la atención que el libro de Ferrer podía leerse con dos claves de lecturas: acentuando más los capítulos de la balanza de pagos o acentuando más los procesos políticos intrínsecos. Como Historia de los Términos de Intercambio o como Historia de los Patrones de Acumulación. Ambos están, ineluctablemente, entrelazados. No, señora, bajo el método de tesis, antístesis, síntesis; pero sí, ineluctablemente entrelazados (qué linda manera de decir las cosas).  
Más tarde, Ferrer torna más sofisticado el cruce entre economía y política con el concepto de densidad nacional. Y los modelos asiáticos. 
Ya asomaba el auge de los gobiernos nacional populares en sudamérica, entendidos como "neodesarrollistas". O "neokeynesianos", es decir, keynesianos en el tercer mundo, ya sin el segundo mundo del socialismo realmente existente como contrapeso. 
La "densidad nacional" se volvía un concepto valioso. El, perdón, ineluctable entrelazamiento de la econmía y la política. Categorías que, por disciplinarse en el estudio de manera acentuadamente distinta, en compartimientos acentuados -nunca mutuamente excluyentes, como pretende cierto extremismo de derecha- no están, en la "cosa" sociológica, nunca distanciadas. Aunque lo parezcan. 
Existe una corriente política que tiene, hoy, mucha prensa y pocos votos, principalmente porque es la ideología funcional a los dueños de los medios de comunicación y por tanto a las principales pymes asociadas que lo integran. Esa corriente, la de la Tía Party, se autodenomina "republicana". Son los hijos y nietos de los golpes de estado. Son, como sus mentores, el Tea Party, "originalistas", en el sentido que consideran que en las tablas de moisés de la república -la constitución de 1994, pero sin toda la parte democratizadora- está todo escrito lo que hay que hacer. Más allá de (lo que ellos llaman) "la economía". Tiene pocos votos esa corriente republicanista porque aún está vivo el recuerdo del último presidente republicanista: Fernando De La Rúa, el socio de ese otra gran republicanista de la época: Chacho Álvarez (ahora, como corresponde, adhiere a la corriente de moda en esta época: el baile del caño). 
Fue, también, un gran republicanista, aunque más parecido, hasta anticipatorio del Tea Party, Eduardo Duhalde. 
Duhalde comparte el oscuro cinismo del originalismo, lo condimenta con el espíritu psicótico y perseguido de su esposa (Carrió llevaría este misticismo delirante al colmo) pero la característica que más lo emparienta es el antielitismo. Como el Tea Party, es "populista", en el sentido anglosajón del término. 
Por Tradición, Familia y Propiedad, la Tía Party, nuestro Tea Party, no está a favor del estado mínimo y la reducción total como óptimo de los impuestos. No son protestantes. No tienen la ética del capitalismo, sino el opaco mesianismo del catolicismo cupular, enhiesto como viejo choto, patético y orgullosamente a contra mano de las últimas tendencias mundiales como por ejemplo la revolución francesa. Una propaganda de Benetton les parece la encarnación del diablo; más allá de su cerrada defensa de los pedófilos con sotana, del derecho de pernada y otras verdades que no están en las tablas del Corán de la batalla de Caseros, pero hacen al ser nacional. 
Eso, señora, es el campo. 
La Tía Party quiere un estado fuerte, más allá de los avatares de esa ciencia de dios que es "la economía". Su tipo ideal es franco, en el sentido español de la franqueza, y en el sentido español de tipo ideal. Se han aggionardo, ahora quieren, como Franco, su propio Pacto de la Moncloa. 
El alto consumo les parece que va contra la república, pero uno no sabe si lo dicen de gorila, de católico preconciliar, de católico pre Adán y Eva, de pelotudos o por defensa propia. Favorecen, como nadie, a los ricos. Pero la riqueza, en el fondo, también, les parece pecado. 
Jamás podrán entender que los senadores radicales y menemistas no hayan querido destrozar los derechos laborales sin cobrar coima. Qué corruptos!
Fueron parte importante del peronismo originario. Perón se los sacó de encima, cuando hizo buenos gobiernos. Los trajo, envejecidos y más peligrosos, en el 73. Es el Perón que se abraza con Balbín, para exquisitez de Mariano Grondona. El Perón que cierra su maldición rosista con su propio "ni vencedores ni vencidos". 
La cosa fue más compleja. Sí. 
Pero en esta clave de lectura, se simboliza lo que no se quiere decir (el amor que sienten por la Triple A) con el abrazo de Perón a ese dirigente político de persistente mediocridad que fue Balbín. 
Marcos de lectura actuales, de dos fenómenos -la crisis financiera occidental y el triunfo de Cristina- son leídas, por la vocinglería de los medios dominantes,  de este modo. 
Como Historia de los Términos de Intercambio, que es la lectura "económica" de lo que se pretende política y es la Historia de los Datos que Demuestran que Argentina está Perdida; cuyo origen puede radicarse en la colonización de la decadente España a las Américas, el préstamo a Rivadavia de la banca inglesa, el discurso de Perón a la Bolsa,  u otros clásicos del analfabetismo político que se reeditan cronológicamente. El Dato que explica Todo. 
Contado por dos exponentes de la Tía Party, la Tota y la Pochola. En directo desde Miami.
Hola Marce!

A todos los rincones de Argentina


lunes, octubre 24, 2011

Perro que ladra no muerde, pero rompe las pelotas.



El rencoroso discurso de la Naranja Mesiánica, rodeada de fanáticos de su secta en vías de extinción, trasciende la mera distinción de que se trata de una persona de baja moral, poco aprecio por las instituciones y un gran desprecio por la república. Al igual que Duhalde tras las primarias, esconde el parecer de un ínfima minoría que siente un notable asco por el funcionamiento del estado de derecho. Revela la derrota del discurso del Grupo Clarin en sus extremos más ridículos (majulizados, digamos) y la impotencia por haberse tomado seriamente. Pero, también una lógica excesivamente estúpida. Peligrosa, como cualquier cosa que sea excesivamente estúpida.
La marginalidad al que proceso electoral sometió a Carrió le impidió, a la vez, salir del microclima de odio y se autoproclamó un pase a la resistencia al régimen.
La Causa Radical fue la bandera de Alem, pero principalmente de Yrigoyen, en los inicios del radicalismo, cuando peleaba, con las armas e intentos de asalto revolucionario al estado, contra lo que denominaba "el régimen". Carrió, ciertamente, no debería, con esa gordura, resistirse a ningún régimen, pero su planteo, delirante, pero peligroso, no puede dejar de estremecer: el origen violento del radicalismo implicaba aliarse con Mitre y sectores que, por peleas interburguesas -si se me permite la licencia poética- tenían interés en la reconstitución del sistema político, caminando hacia una democracia restringida pero de avanzada para la época y la situación. La lucha de la causa contra el régimen presuponía, además, que en elecciones libres y masculinas, el radicalismo vencería. Y esa presuposición, si bien era historia contrafáctica, tenía en el clima de la época -finales del siglo 19- un consenso que abarcaba sectores de las élites terratenientes dominantes, aliadas en su mayoría al gobierno.
Si uno entronca este pensamiento tosco de Carrió con sus denuncias psicóticas de que hubo fraude (lo mismo dijo en el 2007), de que este gobierno es como Kadafi y sus planteos mesiánicos de que la soberanía popular no alcanza la luz que ella y Majul sí ven en el más allá, el discurso cierra redondo como estrategia, más allá de la táctica de querer quedarse con la familia radical, que migró masivamente hacia el kirchnerismo y en menor medida al duhaldismo y al conservadurismo popular de Binner.
La causa radical originaria, comandada por sectores de la oligarquía -como Mitre, a partir de que a Roca lo sucediera su cuñado Juárez Celman; Francisco Barroetaveña, Juan B Justo, etc- marginados de la misma constitución que apoyaron, le daba en esa constitución (la de 1853) los fundamentos para alzarse en armas. Sería injusto reducir ese proceso, además, a un alzamiento en armas. Y menos apartarse de cómo se despliega luego, con el liderazgo de Alem, del tío de Yrigoyen y sobre todo de éste último.
Pero el pensamiento situado al que Carrió remite es decodificado de esta manera: el alzamiento en armas es válido por el nepotismo y la marginación de las mayorías.
Claro, sí, obvio: este pensamiento está altamente alienado. Pero el caso es que la irresponsable diputada lo dice a boca de jarro, como ex vocera del principal monopolio comunicacional y como conductora cultural de lo que hasta semanas fue el Grupo A.
Por suerte en las refortalecidas instituciones más democráticas -los poderes electivos- prima la leche de la clemencia ante la mala leche de la demencia.