lunes, noviembre 07, 2011

Dos periodistas militantes

(Clik para escuchar el audio de la conferencia de Magdalena y de Lanata) Un compendio de lugares comunes de quienes se quedaron en el 45. Simplificaciones, slogans, tonteras...en fin. Así piensa un sector, todo bien. "En los países serios" ése es el pensamiento básico de la derecha.
Seguramente los presentes se sorprendieron al ver el circo, la Gran Majul, que hizo Lanata durante su conferencia de insultos a los que no piensan como él, cuando desde un edificio, lo insultan a él, no le da bola, la cosa sigue normalmente, Lanata vuelve a insultar a todos. Luego, escribiría varias columnas, se victimizaría, salta ADEPA y así. En fin, pero es el fin del majulización, y como fin, termina de esta manera grotesca. 

El fin de la majulización



Tras las elecciones que plesbicitaron a Cristina se llegó al fin de una etapa que, por diversas razones, difícilmente vuelva a atrás: la majulización. Es decir, un par de boludos (el grotesco de la figura, ridícula y pueril, de Majul, ayuda mucho a la comprensión del término) poniéndose como principales adversarios del gobierno en el marco de la disputa con el monopolio Clarín, con denuncias ridículas, poco sentido de la proporción, menos sofisticados que una pared y en permanente estado de histeria.
Esa etapa, cuyo punto cúlmine -y efectivo- fue a mediados del 2008 ha concluido. No quiero esto decir que esos mismos bufones no continúen un buen tiepo, o toda su vida, con sus mismas tácticas. Va más allá. El asunto es que, un conjunto de circunstancias maduraron para dejar atrás esa etapa.
Cuando una etapa está por cerrarse, generalmente grita de manera más estridente: acá una muestra gratis de majulismo llevado al paroxismo   (Luisito, ¿te acordás cuando hace meses me di vuelta- no te había visto- porque alguien a mis espaldas me insultada y eras vos? ¿Te acordás que terminaste discutiendo con mi chica, porque yo no te iba a dar el gusto de que después te victimices? Bueno, no hagas, ahora, el ridículo. Bah, mentira, seguilo haciendo que yo me divierto muchísimo).
Hay un conjunto de factores que tienen que ver con el andar de la ley de medios, y con algo exógeno: la revolución tecnológica. Y su impacto epistemológico. Muy pocas veces se presta atención a este fenómeno, o en el caso de la corriente majulista, se lo reduce a operaciones del gobierno. Hay boludos en todos los países que no entienden este fenómeno. Pero en Argentina el cúmulo de malentendendidos se agranda porque esto, que llegó para quedarse (pongamos el caso de un muy buen escritor que denostaba los blogs; bueno, ahora hace uno para un diario de España. Sin mucha suerte, por ahora) se entronca, con el debate sobre la ley de medios y cierto proceso económico, aún no revertido pero en discusión, que comenzó con la dictadura militar y se profundizó en el menemismo y el duhaldismo, de diversificación de la oligarquía.
A su vez, el mamarracho electoral del discurso majulista -menos de 2% con Carrió- entre otras razones más poderosas, lleva a los más inteligentes a modificar el registro de oposición al gobierno. No así a partidarios del gobierno, por la razón de que, tras un triunfo rotundo, es muy difícil modificar tácticas.
El modelo económico implementado por el kirchnerismo entra ahora, y no es novedad decirlo, en una necesaria etapa de "sintonía fina"; que requiere, necesariamente, mayor sofisticación en el análisis. Los intentos de golpes de mercado, incluso, como el reciente, tienen un nivel de complejidad mayor a la joda que fácilmente podían armarle a Chacho Alvarez y De La Rúa para correrlos más aún a la derecha y ponerle y sacarle ministros.
Una cosa más.
La discusión comunicacional en todo el mundo ronda, ya dichas en mi nunca modesto parecer las circunstancias típicamente aborígenes, estos tópicos y quedó vieja o perimida la clásica dicotomía entre apocalípticos e integrados. Eso. Traducido: cierra la etapa del majulismo, quedan los mismos protagonistas; vendrán otros nuevos, seguirá siempre caliente la discusión política, etcétera y etcétera; pero, me parece, cerró una etapa.
Y comenzará otra, que nadie puede saber cómo será. Yo tengo mis sospechas. Pero siempre le erro en todos los pronósticos. De todos modos, como todo cierre, siempre es provisorio, contiene elementos residuales de la etapa anterior, y sólo se torna legible en trazos gruesos cuando uno puede mirar para atrás.
Buenas noches.

(Las viejas canciones de Gaby, Fofó y Miliki se pueden digitalizar, recrear con dibujos animados de última generación....pero ya fueron, corazones)


Magnitudes.

La renuncia de Papandreu -por querer someter a referendum la pérdida total de soberanía nacional- y un acuerdo entre sombras para saquear Grecia para LUEGO convocar a elecciones y ver quién se hace cargo del desastre provocado por Alemania, Francia y EEUU; es la última noticia sobre "la crisis del euro"; que es, en realidad, la crisis provocada por las invasiones, masacres, campos de concentración y genocidios liderados, ahora, por el premio Nobel de la Paz, Barak Obama.
Papanatas era el "líder" socialista; el último de los caudillos de la derecha rabiosa que, como es natural, cederá su lugar para un gobierno atendido por sus propios dueños.
Llama la atención el agujero de esta saga, el silencio de este capítulo, que remite ya a la historia larga: la ausencia de la clase obrera como sujeto interesado en la discusión.
Y remite a los tiempos largos, porque sólo la derrota estrepitosa de la clase obrera tras la caída del -sí que aberrante- socialismo de estado explica que los problemas, trastornados en dilemas, se resuelvan al interior del capital y con clara preeminencia del capital financiero.
Por supuesto, la Argentina no está exenta de esta crisis, y las discusiones pelotudas que propone la derecha -entre el éxtasis y el deseo- no hay que tomarlas muy en serio; pero sí examinar el desarrollo de esta nueva fase cíclica del capitalismo.
Hoy Sarkozi anunció un nuevo y drástico ajuste sobre Francia. Alemania, en cambio, desde el inicio de la crisis -y con gobierno "de unidad" con preeminencia conservadora (pero un conservadurismo popular e inteligente) en cambio, aplica medidas de estímulo al consumo. Mientras esquilma al resto de las economías más débiles de Europa, como Grecia, España, Irlanda y Portugal.
El monumental fraude financiero que EEUU, Francia y Alemania presentan como plan del FMI para achicar el déficit, tendrá que ser con una quita sobre sus emisiones de basura -llamadas por la prensa "deuda externa Griega"- del 50%; lo único que la oligarquía financiera internacional está dispuesta a ceder. Pero sólo para salvarse entre sí y no en el marco de ningún antagonismo.
La magnitud de la derrota de las ideas de izquierda es tan profunda, que sólo revela su proporción en la ausencia de su presencia.
En ese cuadro hay que interpretar el rol de la dictadura China, de un capitalismo depredador y humillante con la condición humana, que cierto boludismo nos quiere vender como alternativa a un mundo "multipolar".
Aún cuando China, como sostén principal del dólar manchado de sangre, tenga todavía respaldo en la economía real (industrial y militar) para su financiarización; no cabe en ningún análisis serio un cambio drástico, ni permanente, en las relaciones de fuerza a escala mundial.
Se discute apenas la salida de una crisis recurrente del capitalismo, y es al interior del capital, y en mayor medida al interior del capital financiero, donde se toman las decisiones.
¿Feo?
Sí,más vale.
Pero cierto.
No se trata de resignarse a nada. Sino de entender. Para transformar.



sábado, noviembre 05, 2011

Fotos.


Gerardo registra acá un cambio que, aunque debiera ser natural, no está ocurriendo de manera muy visible. Pero sí está ocurriendo, coincido. De todos modos, hay que esperar que asuma el nuevo gobierno, que se llamen (o no) a sesiones extraordinarias y que luego del receso de verano se vea cómo quedan definidos los cargos en el Congreso. 


Es complejo extraer una conclusión de la semana que termina. En apariencia podría pensarse que no hay luna de miel, que no hay distensión, que no hay paz, pero si uno mira un poco más en profundidad y busca algo de información encuentra datos nada despreciables que estarían evidenciando una realidad muy complicada en el frente interno del dispositivo mediático. Digamos que está sumido en una interna de una ferocidad fabulosa. 
Parece que los sectores más fanatizados en la oposición a toda costa al kirchnerismo están gastando los últimos cartuchos pues están siendo seriamente cuestionados desde adentro, entre otras cosas por haber arrastrado a las empresas a un desfiladero por el que sólo pierden negocios. Hay medios importantes que han entrado en una etapa de discusión interna muy agria. Hay accionistas objetando decisiones políticas que les hacen perder plata y todo pareciera indicar que aquellos más comprometidos en dinamitar al gobierno son los que en estos últimos días han alentado todo tipo de maniobras porque saben que su tiempo se acaba. Saben que el crédito dado por la sociedad a Cristina Fernández de Kirchner es muy alto y que sencillamente viene otro tiempo político y de negocios. Saben también que será imposible seguir reteniendo los artículos de la ley de medios que están demorados en la justicia y que en consecuencia tienen que cambiar de estrategia.

Acá completo.  Pero hay, además, dos comentarios en el blog de Gerardo, que si bien remiten a otro plano, hablan de movimientos de fondo al interior de la oligarquía diversificada (que Clarín integra y, hasta las elecciones, conduc..e o ía?):


Antonio (el Mayolero) dijo...
Y, si Gerardo, no se puede perder plata indefinidamente. Yo vengo observando lo mismo en otro "ramo" que es el agropecuario. ConInAgro en su reunión con Cristina (pre 23/10) practicamente adhiere al Plan Agoindustrial Agropecuario, y los asesores de los CREA han dado vuelta el discurso, y ahora dicen "hay cuatro años mas del mismo modelo y profundizando, asique empiecen a industrializar commodities en origen si no quieren seguir perdiendo plata". Y ahora "descubren" que si el trigo paga el 23% de retención, la harina paga el 10% y los fideos el 5% y han estado perdiendo tiempo, y lo peor mucha plata, y que si en vez de esperar el milagro electoral que les vendieron ya hubieran recuperado la inversión y estarían ganando...
Otra prueba es el fiasco electoral de Llambías, uno del "núcleo duro" al que "elcampo" le dió la espalda ominosamente.
Pablo dijo...
Antonio:
yo trabajo en una agencia de publicidad en Rosario. Conocemos un molino que, desde otro polo ideológico (pero evidentemente con cierta lógica empresarial) apostó a la elaboración de harinas especiales y premezclas para mercado interno Y PARA EXPORTAR SIN RETENCIONES cuando muchos molinos, le apostaron a las compensaciones. Nos decía el gerente: "cuando retiren las compensaciones, ya le sacamos 5 años de ventaja a la competencia en este rubro. Putearán contra el gobierno por otras cosas, pero entendieron el negocio y lo llevaron adelante.Los que quieran llorar, que lloren, diría Moria.

Ay.




Para despertar tranquilo, soñando con un mundo mejor,  Eduardo, desde Tucumán nos mandó esta bella melodía de sirenitas danzando sobre una roca fluorescente en medio del mar. Un encanto. La puta madre que te parió.   

en el mundo se nos cagan de risa.


A los amigos de mis padres
A mis amigos
A Todos aquellos que alguna vez encontraron en México refugio.
A quien le importe
 
Les escribo esta carta con lágrimas en los ojos… con la vida llena de reclamos, de indignación, enojo, rabia y una tristeza muy honda que cada vez se instala más en la cotidianeidad de nuestros días.
Yo como algunos saben, soy hija de exiliados, mis padres como muchos de ustedes encontraron alguna vez en México no solo el refugio apremiante que necesitaban con vital urgencia, sino también un pueblo solidario, la amable sonrisa y apoyo que tanto requerían para comenzar a procesar y sanar, para seguir luchando.
Hoy es 2 de noviembre, día de muertos, esa fiesta tan bonita y popular para nosotros, pero este año es distinto… este año no tenemos espacio en los altares para colocar 50 mil asesinados.
No se ya como decirlo ni explicarlo… pero la verdad es que tenemos miedo, miedo de que el odio y la atrocidad terminen por devorar absolutamente todo incluida nuestra existencia. Este país escurre sangre y espanto por doquier. No podría enumerar todas las cosas brutales que hacen de esta afirmación un hecho, pero créanme que los mexicanos vivimos hoy el horror de muchas de las dictaduras que sus países conocieron. Tenemos miedo del olvido, de la sinrazón… aquí no hay leyes que valgan ya. El gobierno actúa igual que el narco porque también en muchas ocasiones actúan juntos, ya no se distingue. Nos están matando, nos desaparecen, la cantidad de presos políticos, la cantidad de testimonios de tortura, de entradas ilegales en medio de la noche a viviendas destrozando todo, ser mujer es un peligro, ser joven o estudiante también, ser periodista, obrero, ser pensante, crítico, decir simplemente “basta”, es un riesgo en cada día.
Les escribo hoy porque al menos yo (y sé que muchos otros también) estoy desesperada. Hace unos años decía que yo no quiero repetir la historia de mis padres y mis abuelos, yo no quiero dejar mi país por decir lo que pienso, por quererlo y trabajarlo para que sea justo y digno, por salvar la vida. No por esas causas… y sin embargo hoy creo que no tenía idea de la dimensión de lo que decía porque nada de lo que pude imaginar se acercaba siquiera a la barbarie que han hecho con este país.
Les escribo para que sepan pero también para que no nos dejen solos, no nos olviden, repudien a los representantes de nuestro gobierno a donde vayan, son asesinos todos, son genocidas de su propio pueblo, son las bestias que nos devoran un pedazo cada día… no los dejen tranquilos a ellos, no nos dejen solos a nosotros…
Todo lo que digo es poco, comparado con lo que pasa, lo que se siente, lo que vivimos…sin embargo confío en que lo entienden perfectamente.

Valentina López
2 de noviembre de 2011, México D.F.

Por quien merece amor.





Miguel Bonasso publica un libro con el nombre "El Mal. El día que los Kirchner entregaron la soberanía". Es un título un poco raro. Bonasso es diputado del Frente para la Victoria, se fue del bloque a aliarse con sus anteriores adversarios de la Sociedad Rural, pero sin pasar por elección alguna. Todo bien, en la argentina, eso es legal. Sorprende la demasia. Igual, también, ponele. Qué se yo. Está hablando de la principal empresa de la provincia de San Juan -donde su gobernador gana toda elección por porcentajes plesbicitarios- insignificante para el PBI nacional y para la producción nacional. Exagera datos que no son datos y recela de datos concretos, fiables y reales. Cuenta una conspiración mundial que da un cacho de risa. Y los fundamentos de esa conspiración son....nada. Está bien. No importa (es un libro para la República de Palermo, gente que cree que Biolcatti es progresista, Buzzi representa los pequeños y medianos recolectores de nísperos y Binner es bueno) el caso es que cuando Bonasso fue diputado, gracias a Néstor Kirchner, en su campaña electoral, no figuraban estas "denuncias" ni toda la agenda que ahora lo compone.
No por ninguna cosa extraña. Sino porque, la agenda del 2003, y la del 2007, para el grueso de las fuerzas opositoras, está caduca. También para el kirchnerismo. Por mérito delkirchnerismo.
Hay una oposición residual, marginal, que es la que interesa a todos los sectores concentrados (y por ende la más amplificada) con una agenda de vuelta atrás, a sus días de gloria, años 2001-2002; que representan Duhalde, Alfonsín, Carrió.
Los ex kirchneristas (por eso el caso de Bonasso, pero se aplica a Luis Juez, Hermes Binner, Tumini, Lozano, Solanas, que huyeron cuando el modelo se profundizó y los corrió por izquierda, a su vez están a siglos de distancia del kirchnerismo: la mayor
 diferencia histórica los atraviesa. 37 puntos. Buen punto de partida para una fuerza que tiene mucho por delante: tiene casi dos semanas antes de disgregarse. No, más. ¿Cuando asumen los monobloques del monotributo? Principios de diciembre, bueno, por ahi.
Son víctimas de un cierre de debate, en lo inmediato, en torno al "progresismo". Palabra de mierda que no quiere decir nada. Pero, bue, sus significaciones ya quedaron contenidas en un significado. El kirchnerismo no deja espacio competitivo para el progresismo.
El sinceramiento de las últimas elecciones dejó afuera otra discusión, de la que es víctima Alberto Saá, junto con Felipe Solá, Das Neves, Busti, y quien la entendió primero fue Francisco De Narváez: se acabó la discusión sobre el verdadero peronismo.
Esto, es hoy.
El peronismo -si es que eso existe, no sé, yo sé que existe el antiperonismo- y la izquierda juntas, como otras veces en la historia, es un cóctel difícil para cualquier oposición.
Esto, sin embargo, y como todo, puede cambiar. No es una profecía. Es un momento, un estado de ánimo, una circunstancia. Sirve, en todo caso, para comprender que la oposición sólo tiene chances de debilitar al kirchnerismo desuniendo esos dos grandes trozos que operan en la realidad, como categorias. Pero que no agotan los ladrillos que componen el kirchnerismo ni es el único cruce posible. Pero, en la relación de fuerzas existentes, moldeadas, principalmente, con el liderazgo de Cristina (esto incluye a buena parte de la oposición) las cosas son así.
Una tercera alternativa, la que sería la más lógica, por ahora es muy difícil: construir un partido de derecha. El naufragio de la UCR, la intendencia de Macri y la de su primo (el que lee de corrido) las elecciones de los terratenientes Olmedo y Del Sel, todas juntas, dan un piso para construir algo.
El problema es que las corporaciones no están acostumbradas a construir instituciones republicanas para el estado de derecho. Siempre intenta incidir en lo existente. A través de golpes de estado, sobornos, imposiciones en la cúpula.
Una vez, cuando la dictadura radical -la del fraude patriótico- quiso imponer a Robustiano Patrón Costas, le erraron, y desde adentro, le salió...un Perón.
En vez de aprender, de ahí en más los golpes de estado fueron cada vez más cruentos.
¿Qué harán ahora?
Nótese que nunca pienso en la alternativa de que Techint, el multimedios Episcopado, la Mesa de Enlace, los sectores opacos de tribunales, Arcor, Clarín, la patria banquera (acá incluyo al Credicoop y el Banco Nación), la cámara de la alimentación, se resignen, por ejemplo, a cumplir la ley. Trabajar con esa hipótesis, según marca la historia, es un suicidio político.

miércoles, noviembre 02, 2011

Campanadas en el fondo del mar



Lo que escribí anteriormente lo hice sin haber leído las noticias. La eliminación de subsidios a los sectores que no los necesitan. Una muy buena, excelente noticia. Más allá del título catastrófico, soberanamente berreta, que se le imprima.
Es sintonía fina.
Es calidad institucional.
Aunque los aduladores de la verba inflamada en el circo del fetichismo de las categorías no lo tomen por tal, entre otras cosas, porque han perdido el sentido de la realidad. Y de las proporciones.
Los subsidios que se eliminan nacen de la estructura injusta de recaudación. Que no se debe a éste gobierno. Que quiso y pudo, y a veces no pudo culpa del Grupo A, aplicar impuestos progresivos. La estructura impositiva, a diferencia de cuando Bonasso y Solanas no denunciaban El MAL ABSOLUTO MAMI, ha variado. No tanto como, en mi caso, aunque a nadie le importa, quisiera. Pero sí ha algo. El peso de los impuestos al consumo es aún gravitante.
El peso de los subsidios a los ricos, también.
Cuando voy a Bs As, recojo la boleta de la luz. Gasto menos en luz en la República de Palermo que una cena en el bar de Roberto. En Paraná, la luz me sale el triple. Entre otras cosas porque Entre Ríos produce energía. Y por la resultante de un país configurado de cara al puerto y, etc, etc, etc. Batallas culturales perdidas.
Me gustan, igual, las causas perdidas.
Al interior del kirchnerismo, se pueden debatir.
Al interior de la derecha hay mucha ceguera, mucho odio, y no da. Ni para intentarlo. Excepto con tipos tolerantes, que se destacan por su respeto al disenso, su apertura al diálogo, su intento de comprender y encontrar puntos en común, como Tomás Abraham.
Probablemente, la eliminación de estos subsidios tienda, aunque en un margen mucho menor, a enfriar -por el lado de las expectativas- un poco el consumo. Pero. Ojo. También, ciertamente, el aumento de costos -aunque ínfimo y en sectores que mayormente no tienen agotadas sus capacidades instaladas- es un freno para la demanda de dólares y de ahorro.
Y ese dinero que el estado deja de malgastar, al aplicar una sintonía fina, puede nuevamente volcarlo al consumo de sectores populares. Tiene, porque las creó y está creando, las herramientas. Inmediatas. Que mejoraron en mucho (problema que excede al gobierno y abarca también la chatura intelectual de la derecha que trina contra "la caja") las capacidades estatales.
Conclusión: si esta medida, sumada a la vuelta tibiecita de los controles que existen en cualquier país para la compra de divisas, va en dirección a un lado u otro, lo veremos pronto. Pero por ahora, hace a la promesa de campaña: profundizar el modelo plesbicitado, autonomizar la política, aumentar la calidad institucional y buscar puntos de engranajes abarcativos.
Y acá el camarada Fernández se nos enoja y tiene razón.  El Ingeniero hace gala de su mesura. Abel se pone quisquilloso pero siempre es inteligente. Y el milagro del abecedario. Todos bailamos al son del estado. Y Mendieta, corto y conciso.
Viva el amor!

el amor es más fuerte




Por cuestiones de trabajo, voy seguido a Bs As. También, cuando me agarra cierta fobia a los impuestos. En mi ciudad, Paraná, se pagan impuestos. Y se pagan, además, los servicios (el agua, el asfalto, la electricidad, el gas, etc) Es una sensación rara, eso de pagar impuestos. En la ciudad de Buenos Aires se desconoce esa sensación. De valorar más las cosas. De valorar más el estado. Porque uno lo paga.
Es cierto que uno no tiene tanto estado -aunque pague el cuádruple- que alguien de Palermo, Recoleta o Barrio Binner, pero el sólo hecho de pagarlo, de saber que uno está, además, subsidiando desde Entre Ríos, desde Chaco, desde Santa Cruz, a nuestros hermanos necesitados del norte de la ciudad de Buenos Aires, ese gesto solidario, me llena de ternura. Y cuando profundicemos el modelo, seguro que los formoseños, matanceros y jujeños, además de pagar la habitual tasa de subsidio destinada a la República de Palermo, además, les van a pedir un paquete de arroz para esa pobre gente.
Iba a otra cosa.
En el subte que va de Retiro a Constitución, sólo en ese, había una publicidad electoral de Alberto Rodríguez Saá sobre las postales de ahorro. La mayoría de los pocos lectores de este blog, como son jóvenes, no saben qué es eso. Bueno, es así: décadas, varias, atrás, se ahorraba comprando estampillas, cuyo valor iba ascendiendo, y en algún momento se podían cambiar, en el entonces correo estatal, por un valor X, más o menos acorde a las variaciones en el valor de la moneda nacional. Las estampillas se pegaban en un cuaderno, que proveía el propio correo.
(Una estampilla -mi hermanita adolescente no sabe mandar una carta: no la culpo, es una especie en vías de extinción. De hecho, Wester Union, una empresa de una historia curiosísima, dejó de mandar telegramas hace varios años- es una especie de factura y sello legal que se pega en un sobre para mandar una carta).
Las sucesivas "crisis" de la moneda nacional fueron licuando la confianza en este tipo de estímulos al ahorro, con instrumentos nacional y populares. Hoy, fuera del chamuyito de las autoridades monetarias, el escenario financiero está corrido muy a la derecha. Y el kirchnerismo es el único que, aunque no le pone audacia ni progresismo, le pone racionalidad contra los ultramontanos del Grupo A.
Alberto es un hombre serio. Por eso, a diferencia del estanciero conservador popular, Hermes Binner, gana en su provincia.
El planteo es, wachiturramente hablando, fantasioso. Pero es serio.
Reorganizar instrumentos financieros de ahorro, de carácter no imperialista y reaccionarios, llevaría, claro, décadas.  Y su ausencia no es culpa, solamente, de este gobierno. Además, si bien no hay ninguna diferencia entre Prat Gay y Redrado hasta que se insubordinó con Mercedes Marcó Del Pont, es importante a los efectos editoriales de la narrativa del amor, aclarar que la señora Mercedes es progresista. Dato muy importante para los banqueros. Seguro. Ajá.
Bueno.
Un porcentaje grueso y mayoritario de quienes compran dólares, son las empresas con casas matrices en el exterior, o las privatizadas -los bancos, por ejemplo, de Entre Ríos, de Santa Cruz, de Santa Fe, no así los agentes financieros que administran Macri y Alberto- pero un porcentaje no desdeñable, es gente de clase media alta.
En estos momentos, están perdiendo frente al peso. En depósitos.Pero están perdiendo, en general, al tener el dinero en el circuito financiero. Quieren hacerlo igual. Tienen experiencia histórica. La decisión -como les gusta a los economistas y marketineros, que no saben que Freud pasó por la historia- tiene su carga de racionalidad.
En ese segmento minorista, la compra de dólares, no es para tanto. Se esterilizan rápido. Porque o se guardan en el colchón o van, los que tienen mayor capacidad, a automóviles o terrenos.
Los que no alcanzan a ahorrar para bienes durables, guardan los billetes. Le hacen un favor al Tío Sam, pero no tienen la culpa (la culpa es de la autoridad monetaria, pero está eximida por ser progresista). No hay instrumentos financieros a disposición. No hay estampillas. Para ese segmento.
¿Es porque se apuesta fuerte al consumo?
Quizás.
Pero si así fuera, no se explica porqué el Banco Nación actúa como actúa. Esto es, tras la derrota de la 125, aumentando el potencial del instrumento rentístico, parasitario y de atraso por excelencia para los ricos de este país: la apuesta por la soja y sus "mercados a futuro".
En el segmento minorista, no hay nada.
En el segmento mayorista, mientras se peleaba por sostener el valor del dólar mientras Brasil devaluaba, desacoplando los precios internacionales del mercado interno, mientras se peleaba por esto durante la 125, las instituciones financieras del estado, las que manejan el grueso del crédito del país, seguían y siguen apostando a la altísima financierización de la soja, que es exclusiva de los sectores de mayor ingreso, que constituyen el vértice de la pirámide de la inequidad social.
Yo también los quiero a todos.


Pero yo lo digo con onda, eh.


la Argentina ha resuelto darse gobierno por un año.















Jueves 15 de mayo de 2003 | Publicado en edición impresa

El escenario

Treinta y seis horas de un carnaval decadente

Por José Claudio Escribano | LA NACION
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Han sido treinta y seis horas lastimosas, pero no hay que dar por el pito más de lo que el pito vale.
Lo decían nuestros padres. Lo podemos decir nosotros. El pito del justicialismo vale bien poco en relación con el interés del país, que debe seguir adelante merced al trabajo silencioso y esperanzado de sus gentes.
Han sido treinta y seis horas de un carnaval decadente, que entristeció, y hasta enfureció, a muchos argentinos, tal vez porque creyeron que el haberlos privado del ballottage comprometía la gobernabilidad. Grave error: la gobernabilidad está comprometida desde antes de ahora, como se verá más adelante. Otro asunto, aunque de menor cuantía, ha sido el agravio acusado por los ciudadanos cuando percibieron que alguien les tomaba el pelo.
Debemos bajar el énfasis indiscriminado en cuanto a la importancia de los hechos que producen los políticos argentinos. Y examinarlos de acuerdo con su real importancia. Más significativo que la toalla arrojada sobre el ring por un menemismo devastado por la catástrofe inminente e inevitable del domingo es el pésimo discurso pronunciado por el ahora presidente electo.
Menem se ha ido de la peor de las maneras; Kirchner, llega. La primera medida de gobierno del doctor Kirchner deberá ser la cesantía de quien ha escrito ese discurso, y, si fue él mismo quien acometió su redacción, convendrá que ya mismo derive en otro la delicada tarea de escribir si es que aspira a ser un verdadero jefe de Estado.
Se sabe que Kirchner está hablando con muy poca gente, encerrado en un círculo íntimo difícil de caracterizar, pero en el que es obvio que gravita su mujer, Cristina, senadora nacional. Faltan apenas diez días para la asunción del mando y, salvo la noticia en general alentadora, de que el doctor Roberto Lavagna continuará en la cartera de Economía, es un misterio cómo se configurará el nuevo gabinete nacional.
* * *
Perdió el presidente electo una oportunidad de excelencia para ponerse por encima de las rencillas asombrosas del Partido Justicialista, tanto que terminaron por involucrar al país todo. Gracias doctor Menem, al fin y al cabo, por haber liberado a quienes jamás han votado por candidatos del PJ, pero tampoco lo han hecho nunca con el signo negativo del voto en blanco o anulado, de la encrucijada morbosa que acechaba en el cuarto oscuro del domingo próximo.
Ante una sociedad ansiosa por su destino, Kirchner cayó en la trampa tendida por el rival: ahondó los odios y las diferencias con Menem y hasta se permitió la temeridad de sembrar dudas sobre cuál será el tono de su relación con el empresariado y con las Fuerzas Armadas. Se olvidó de que la razón de que hablara ayer por la tarde era, justamente, que en ese momento dejaba de ser el candidato que había competido por largos meses por la Presidencia de la Nación y se convertía en el presidente electo de la Argentina.
En la penosa urdimbre de este final inesperado de la contienda electoral de doble vuelta se observó un caos de fondo, como si el estreno de la obra hubiera tomado por sorpresa no sólo a los actores, sino, cosa notable, al guionista, al escenógrafo, al director y a los productores.
Aquí es cuando vuelven a resonar cuatro palabras en los oídos de quien quiera hubiera puesto atención en el discurso de cierre de campaña del doctor Adolfo Rodríguez Saá, el jueves previo a la primera vuelta: "Gozo de buena salud".
Fueron cuatro palabras herméticas, pero acaso las más insinuantes y reveladoras de una campaña que movilizó de manera modesta a la opinión ciudadana. Cuando un candidato dice que goza de buena salud lo natural es que impulse un interrogante general sobre cómo andan los restantes competidores.
La lucha política exige algo más que un certificado de buena salud, si es que éste fuera posible. Impone condiciones extremas de atención, de reflejos psíquicos y de esfuerzos físicos severos, que se hacen sentir en vidas largas y accidentadas. Ricardo López Murphy, uno de los candidatos que se supone entraron más enteros a la liza, dice haber terminado exhausto.
¿Cómo quedaron los demás? ¿Cómo se sintió el doctor Menem, llamativamente incapaz como estuvo, en la noche de la primera vuelta, de controlar el orden más conveniente en ese hotel convertido en un pandemonium?
¿Cómo no reaccionó ante el escenario sorprendente, en el que se movían espectros de una farándula que las pantallas inclementes de la televisión proyectaban como artero envío del enemigo? ¿Por qué apadrinó, con vistas a los comicios que restan para el año, candidaturas imposibles?
¿Por qué hubo tanto desorden en la campaña del ex presidente? ¿Por qué haber dejado que su nombre se asociara a los peores nombres, en lugar de haber abierto paso a quienes habían sido identificados como protagonistas de lo mejor de su doble gestión presidencial o que podían ser el anticipo de la renovación apropiada y por algún motivo esencial anunciada por Menem mismo más de una vez en la campaña?
¿Por qué, en fin, transfiguró Menem, en la noche del 27 de abril, lo que debió ser un discurso chispeante de victoria al fin, en una pobre y agria arenga que alertó al país sobre una incalculada derrota?
Kirchner admite en la intimidad -en el ámbito reducido en el que el visitante registra en él la voluntad de escuchar, de aprender- que contó con la ventaja del handicap inesperado recibido de parte de quien ha sido su adversario principal.
* * *
El temor colectivo que se percibe como saldo principal de la fuga de Menem es que éste haya herido la gobernabilidad del país. Para ser justos, habría que preguntarse, también, en cuánto ha contribuido a esa desazón el inoportuno discurso de Kirchner.
Convendrá decir, ante todo, que el problema de la gobernabilidad es preexistente al de la decisión de Menem, un político, además, que se encuentra al final de una larga carrera, no en el apogeo.
Es más: ninguno de los candidatos que se presentaron en la primera vuelta -ni siquiera quien fue su principal revelación, reafirmada con las palabras que eligió ayer, López Murphy- era por sí mismo garantía de estabilidad institucional en el período por abrirse en días más.
La política argentina se encuentra gravemente fragmentada. El Congreso, en ambas cámaras, es un reflejo de esa crisis. El Poder Judicial se arroga facultades propias de la administración como no ocurre en ningún país serio, desde las finanzas a la determinación de cuáles deben ser las tarifas de los servicios públicos, y se abstiene de actuar, por añadidura, precisamente donde debería hacerlo. Los sindicatos y las entidades representativas de las empresas no cumplen un papel más lucido que aquellos otros de los que reclaman un mejor ejemplo.
Ese es el país con el que los argentinos se han abierto al siglo XXI.
El hecho de que Kirchner se instale en la Casa Rosada con sólo el 22 por ciento de los sufragios acentúa, en principio, el problema de la gobernabilidad, pero está lejos de crearlo. Kirchner llega precedido, y no lo ignora, por una cuestión institucional que se manifestaba con claridad en los días en que Menem proclamaba que vencería con sólo una vuelta electoral.
El Consejo para las Américas estaba reunido en Washington cuando el lunes 28 se hacían los últimos cómputos provisionales de las elecciones. Es un cuerpo que congrega a cuantos tienen en los Estados Unidos una opinión de peso que elaborar, tanto en el campo político como empresarial, sobre los temas continentales. Desde Colin Powell a David Rockefeller.
¿Qué pudieron esos hombres haberse dicho sobre la Argentina, después de conocer los resultados del escrutinio y, sobre todo, los ecos de la infortunada noche de Menem en el hotel Presidente?
Primero, se dijeron que Kirchner sería el próximo presidente. Segundo, que los argentinos habían resuelto darse un gobierno débil.
Podríamos pasar por alto una tercera conclusión, porque las fuentes consultadas en los Estados Unidos por quien esto escribe difieren de si se trata de la opinión personal de uno de los asistentes o de un juicio suficientemente compartido por el resto. Sin embargo, la situación es tal que vale la pena registrarla: la Argentina ha resuelto darse gobierno por un año.
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Esto demuestra que el problema de la gobernabilidad argentina es anterior al espectáculo ofrecido por el doctor Menem. El país suscitaba preocupación en Washington respecto de su futuro con prescindencia de la pirotecnia de última hora.
Ninguna de las conclusiones que dejamos expuestas, y menos la tercera -a la que debe interpretarse como una metáfora de la segunda-, merece otro valor que el de un balance informal, casi académico, entre personalidades con la responsabilidad de prefigurarse el horizonte que el mundo tendrá ante sí. Pero interesa conocerlas por exponer la gravedad de las reflexiones en Washington sobre el futuro posible de la Argentina.
Kirchner conoce esa información desde el lunes 5. Y su respuesta fue que él está de acuerdo en que el principal asunto por resolver en el país es el de su gobernabilidad.
No debería, por lo tanto, el presidente electo desaprovechar lo mejor del discurso de Menem al abandonar la lucha sin que hubiera una sola denuncia judicial de fraude electoral o una sola mesa de votación impugnada en el país. Fue cuando Menem predicó sobre la necesidad de construir consensos y anunció que se contaría con su contribución a la gobernabilidad. La gravedad del tema hace deseable que esa contribución sea una realidad, al menos, a partir de hoy.
Ha caído, al fin, el telón sobre una decepcionante obra de treinta y seis horas. No demos por el pito más de lo que el pito vale, como decían nuestros padres. Dejemos atrás este nuevo papelón de la política argentina.
Pensemos entre todos cómo remontar con el trabajo y el estudio una crisis extenuante, de no menos de cinco años seguidos a estas alturas, y estimulemos al nuevo presidente a que traduzca en los hechos lo que promete con entusiasmo en la conversación privada: "Hay que mejorar la calidad de las instituciones, hay que gerenciar la administración del país"