martes, diciembre 07, 2010

Rescatan a los dos andinistas varados, con fuertes críticas al gobierno



Me pareció un despropósito usar la foto de Anabel Cherubito para el libro de la Giudice y Magdalena así que en vez de cambiar de señalador, cambié de libro. Todo muy interesante, no, Gerardo? Si la cosa sigue así, no sé de qué corno vamos a hablar durante el verano. Muy mal. La última novela de Piglia, Blanco Nocturno, que me permite volver a usar con dignidad el señalador, es mortal. Literalmente. Porque lo literal, supongo, es lo literario -debe de ahí venir la palabra, no?- y bueno, en fin, qué pasaría si el kirchnerismo perdiera en el 2011? Todo eso y mucho más, señora, pinchando aquí.

lunes, diciembre 06, 2010

Llega Papá Noel, con fuertes críticas al gobierno



Una novedad de los últimos tiempos. Más no aún una tendencia. Habrá que ver, en todo caso, ojalá.
La clase formalmente política de la oposición no ha acompañado cerradamente a su vanguardia, las empresas concentradas de medios. Andan lanzando sus candidaturas presidenciales, rosqueando entre ellos, de vacaciones en México o Punta del Este (a todo esto, hace como 10 días que Pino Solanas no se va a Europa, pobre, debe estar estresado en su casa de Todo Noticias) y el alineamiento automático y rabioso con este gran escandalito de la WikiRial brilla, nunca mejor dicho, por su ausencia. Por la presencia de la ausencia, je. A lo sumo un gritito de reaccionaria hipocresía en boca de Patricia Bulrrich, no mucho más.
La rosca de las fuerzas de izquierda que representan Aguad, Biolcati y Sanz, excepto a Geraldhino, no le importan a nadie. Y se mandan gacetillas, pero al sólo efecto de clamar no te olvides de mí, Gricel. Pero, en todo caso, es una vuelta de obligado a la normalidad: los radicales a hacer congresos sin lograr decidir nada, los socialistas a negar la vitalidad de la existencia, los del PRO preguntándose dónde carajo está Macri, el troskismo a dividirse, el peronismo federal (al servicio de la comunidad) a cenar en algún departamento de Barrio Norte, Morales Solá a victimizarse, en fin, nada nuevo, en el firmamento. Se acercan las elecciones y, como ha señalado reiteradamente Artemio, las corporaciones no tienen que ir a elecciones, ése trance tan molesto que tiene la democracia, señora.
No sé. Me voy, las patas sobre el sofá, la foto de Anabel Cherubito como señalador y a leer el libro de Silvana Giudici, presentado por Magdalena. No trascendió mucho está verdadera revelación, eh, digo: que la Giudici maneja la lectoescritura. Groso.

Susana, encontraron un dinosaurio, sí, vivo!




El pensamiento desnudo de un cavernícola: las clásicas apelaciones a la supuesta transparencia del mercado (cuando no tienen que pagar créditos o llorar al estado para que les anule el riesgo empresario) se condimentan con una justificación (alevosa) de la renta extraordinaria producto del riesgo de intervención política, una boludez más grande que la casa de Alasino en Concordia. Le pega bastante duro a la Federación Agraria (dice, entre otras cosas, que no representan ni al loro) y deviene en la propuesta de que la Sociedad Rural y las otras dos entidades de empresarios primitivos y llorones, deben conducir a la FAA sin más trámites. Muy mal escrita, bruto el hombre (y mentiroso, además: todos los datos matemáticos son mentiras), pero entretenida:

¿PORQUE ESTA EN CRISIS LA COMISION DE ENLACE?

Por: Arturo Navarro (*)



(*) Ex Presidente de CRA y CARBAP 

La Comisión de Enlace está en crisis porque hay dos proyectos totalmente diferentes, por lo cual es muy difícil que puedan convivir mucho tiempo más en las actuales condiciones. Este es el principal motivo de porque no se pusieron de acuerdo con ninguna propuesta en el poder legislativo. Al tener que resolver por unanimidad se anularon mutuamente. 

Mientras FAA defiende un proyecto mas estatista e intervencionista, las otros entidades defenderían un proyecto más integrado al mundo con el rol protagónico del mercado, sistema que permite saber cuál es el precio real de un producto disponible y cuál es el precios a futuro de dicho bien si funcionara a pleno los mercado de futuro. Hoy es indispensable para quien invierte y trabaja a la intemperie poder asegurar todos los riesgos previsibles. Hay herramienta para fijar el precio que uno venderá su cosecha en el momento de la siembra, como asegurar los riesgos climáticos por medio de un seguro. Los riesgos políticos, por la intervención discrecional del gobierno- de este o de cualquier otro que venga - no existe ningún instrumento para cubrirse, por lo cual los operadores del mercados toman márgenes más amplios en sus transacciones, ante la intervención de un burócrata. Todos los riesgos del mercado no previsible se pagan siempre con más primas. 

La gran mayoría de los productores sin distinción de tamaño quieren trabajar con libertad, con dignidad y con pleno respeto a su propiedad privada. No quiere subsidios, compensaciones ni discriminaciones entre productores, producciones y regiones. Están hartos del argumento que en defensa de los pequeños productores le quiten parte de su venta bruta, con el compromiso de restituirles a los más chicos dicha confiscación. Estos mismos productores descreen de este sistema y se generaliza el reclamo “para que me sacan si después me lo van a devolver”. Todos los productores lo que necesitan son políticas de estado que le den previsibilidad a su inversión y al fruto de su trabajo. 

La Comisión de Enlace no debe ser una estrategia para únicamente actuar cuando hay crisis en el sector. Justamente, se van a repetir las crisis y los ataques, por no trabajar unidos atrás de propuestas común. La unión de las entidades en forma permanente es un reclamo de todos los productores, pero dicho apoyo no está condicionado a que lo tengan que hacer por unanimidad. Motivo por el cual es necesario institucionalizarla como una entidad supranacional que actué por mayoría en el trabajo legislativo, para concretar las politica de estado que necesitan los productores y el país. Si realmente queremos darle continuidad al gran esfuerzo y expectativa que creó su formación, quienes estén de acuerdo deberían apoyar esa alternativa. Seguir trabajando como hasta ahora es firmarle el acta de difusión. En la idiosincrasia del productor agropecuario toda lo que no da fruto se descarta. 

La batalla cultural sobre las politica para el sector la viene ganando la FAA con sus propuestas. Esto se vio en los debates parlamentarios y la aceptación en los medios de comunicación. Lo que no está en los medios masivos no existe. Su estrategia de comunicación es positiva para sus fines lo cual no significa coincidir con las propuestas. Están es la antípoda de lo que reclaman la gran mayoría de los productores y el interior desde el 2008 y de lo que son las políticas para el sector de nuestros competidores como es el caso del Brasil, que pudieron triplicar su producción y exportación, estabilizar sus productores en las regiones que trabajan y permitió que el 50% de la población pasara a ser clase media, achicando la marginación y el hambre en sus población. 

Las otras entidades deben abandonar su acción pasiva y hacer público - en forma individual o en conjunto - cuáles son las propuestas concretas de politica estado que recupere la prosperidad y la estima de todos los argentinos. Con dicha actitud no van a romper la Comisión de la Enlace, van a recuperar el apoyo de la gran mayoría de productores que están reclamando un cambio profundo en la acción gremial de las entidades. En el país los silencios hicieron mucho más daño que lo que las manifestaciones públicas. 

Con este cambio de actitud la opinión pública va a conocer cuál es el proyecto moderno que necesita el sector agropecuario y agroindustrial, para poder ser parte integral de un proyecto de crecimiento y desarrollo con los otros sectores de la economía. Un proyecto que le permita a la argentina ser uno de los grandes protagonistas en la producción y exportación confiables de alimentos al mundo en los próximos años para poder reducir el hambre, por medio de la educación, la innovación, las nueva tecnología y una gestión empresaria moderna que contenga a todos los productores sin ninguna discriminación. 

Cuando más alimentos exportemos mejor vamos a abastecer el mercado interno de todos los argentinos, porque vamos a generar trabajo genuino para terminar con el hambre de muchos compatriotas. El Complejo Agroindustrial es la industria más importante y competitiva del país porque está localizada en todos los rincones de la patria, motivo por lo cual tenemos la obligación de ponerla a trabajar a toda máquina para aprovechar las extraordinarias condiciones externas y detener la emigración del interior a los grandes centros urbanos.


Publicado acá.

Estebaaaaaaan


Esteban Schmidt en La Moviola from Marcelo Argañaraz on Vimeo.

Taller de escritura creativa de Esteban Smichdt
pretemporada verano 2011
enero y febrero
coordinado por Esteban Schmidt
a tres cuadras de plaza italia
martes, mièrcoles y jueves a las 19 horas


-- 
Esteban Schmidt
Paraguay 4519 PB "B" (1425)
CABA
República Argentina
0054 11 4774-6920
155 045 3005
Skype: carrridolura

Habla la embajada



Con habilidad Pepe Eliaschev nos cuenta que:


1) Cenó con la embajadora de los Estados Unidos para pasarle datos en torno a su conocida paranoia contra la izquierda argentina. Reconoce esto.
2) Como si se tratara de un encuentro de espionaje, no cuenta quiénes fueron sus comensales argentinos.
3) Debilita la gravedad de su frívolo cipayismo con inverosímiles afirmaciones en torno a que cenó con otros embajadores (vamos, Pepe, dejá de chamuyar) y de gran amplitud ideológica. Verso.
4) Les pega por mediocres a los funcionarios de la embajada yanqui; obviamente, se trata de otra proyección de ese gigantismo ególatra, pero también, la posturita equidistante que a esta altura, también, es inverosímil.
5) Avala el relato duro de la derecha norteamericana (ni que hablar de la prepotencia, estupidez e ilegalidad de toda esta operación de inteligencia), que se expresa en el Pentágono, tratando al poder blando de la diplomacia como unos bananas. El Tea Party, agradecido.
6) Después de esto, en un arranque ya chistoso, pretende correr por izquierda al gobierno, tratándolo de pro norteamericano. Cómo estamos hoy, eh.
7) Reconocerse buchón de los Estados Unidos (bueno sería saber cuánto se cobra por esos servicios, o si se hace sólo para que te paguen una cena; qué flojo), relativizarlo afirmándose buchón de varios países del globo (je, mierda que eras importante, che) para luego ningunear al que te garpa -ni más ni menos que la embajadora yanqui- como estrategia para volverse creíble y minimizar (como quiere la embajada) el episodio del espionaje y los alcahuetes internos, es hábil. Sería honesto si se mostraran las facturas y el nombre del resto de los buchones. Porque, de este modo, sabríamos quiénes y porqué, cuando hablan, hablan al servicio de la embajada de los EEUU.
8) Aún no terminé la nota, y espero no decepcionarme: ahora tiene que venir la parte donde se victimiza. Yo creo que la embajada yanqui debería pagarles un psiquiatra a sus buchones, y mandar los informes a los EEUU.
9) No, no se victimiza (todavía). Me has decepcionado, che. Mal. Si cuando operás para la embajada yanqui te ponés vos mismo como la noticia, es de cajón que luego, debés victimizarte. Hacerte el perseguido. Pucheritos, lloriqueos, miedo, querido, mucho miedo. Sino, guarda, que por ahí siguen prefiriendo a Morales Solá.


Récord de imbecilidad.


Uno intenta encontrarle la vuelta pero lo consigue hasta ahí, no del todo. Y termina convenciéndose, otra vez, de que nunca debe perderse la capacidad de asombro. Nunca.
Lo que sucede en Argentina con las “revelaciones” de Wikileaks, al menos por el tratamiento de los medios de comunicación opositores, es, a juicio del firmante, de un volumen de imbecilidad probablemente jamás visto.
Aliverti muy afilado! 

Al servicio de la comunidad

El peronismo federal, al servicio de la comunidad, parece desmoronarse.
Ya antes de la muerte de Néstor venía un poco deshilachado. Por el crecimiento paulatino entonces, a los saltos de garrocha luego, del kirchnerismo.
La muerte de Néstor, según analistas fáciles, pulveriza la razón de ser de esta variante derechista del peronismo. Yo no estaría tan seguro. Subyace en esa conclusión la tesis de la nadería del peronismo: como es todo, es nada, en síntesis. Tesis que, por contraposición, considera al otro gran partido político argentino, el radicalismo, como también solamente -aunque con más elegancia, glamour y estilo- una forma; republicana, en este caso, institucionalista y demás, por encima de los planteos ideológicos. Ni el medio es el mensaje ni la forma es el contenido, pero algo de eso siempre hay, querido.
En el año 2007 todos sabían que ganaba Cristina. Ese saber, más vale, disciplina. No sólo en el peronismo: fue ese saber el que llevó a Graciela Fernández Meijide, Jorge Lanata y Hermes Binner a ser delarruistas de la primera y segunda hora. En el 2007, Alberto Rodríguez Saá, con casi el 10% de los votos, fue candidato a presidente, con Héctor Maya, de Gualeguaychú, como candidato a vice. Ganó, no tan previsiblemente, en San Luis. Ganó, también, varias ciudades.
Puede que el peronismo federal, al servicio de la comunidad, no encuentre candidato todavía. Y que su principal staff sea conformado por quienes saben que dentro del kirchnerismo no tienen lugar (Felipe Solá, Busti, Romero, Puerta, Morales Solá, Rodríguez Saá, Héctor Magnetto) pero conviene prestar atención a las bases, reales, ideológicas, que efectivamente tiene.
El menemismo no pasó en vano.
Hay una herencia, una continuidad.
Si el peronismo federal, al servicio de la comunidad, lleva como candidato al federalismo Mauricio Macri (el hombre que hace pucheritos porque el resto del país se niega a financiar una policía para recoleta) o no, si va Reutemann, el estadista de la duda, es secundario.
Ya encontrará su cauce ese caudal electoral.
El mito de la "unidad" del peronismo funciona como legitimación del libro de pases, para un lado y para el otro. Para "unirse" tanto como para desunirse.

domingo, diciembre 05, 2010

Para Anabel Cherubito




Hay que hacerlo con épica. No tan de verdad. Sin dejar de reírse. Pero con épica. Hay algo, ahí, en esa manera tierna de reírse, de tomarse las cosas a la ligera. Sin perder, decía el Che, la ternura, jamás. Esta canción la mandó Enrique, de Salta. Dice, no tengo miedo al invierno. Yo la tocaba, a esa canción, con mi profesora de guitarra, tenía 7 años, en calle Misiones, en Paraná, casi Andrés Pazos, que fue el primer intendente de la ciudad, Andrés Pazos. No era cierto. Tenía miedo al invierno, tenía asma. Me ponían inyecciones. Una enfermera, una vecina. Después, a los 13 años, con esa vecina. Je.
Ya era, se decía en mi barrio, un hombre. Se llamaba Raquel. Recién entonces. Aunque, no. Era un pibe. Un pibito. Pero qué agrandado, al otro día, me sentía. Medía más que ahora, una bocha: como un metro setenta.
Aunque en esos años te creés inmortal, y yo era el único boludo del barrio que pensaba en la muerte, la finitud, las cosas esas que de grande te atormentan. Supongo que por el asma. O las enfermedades. Las tardes que leía, tirado en la cama. Pero el olvido, sí, o a veces, es negro y ancho, el olvido. Y capaz que somos la suma de todos los olvidos. Lo ancho del olvido es la extensión, y el recorrido, la distancia para atravesar el olvido, como toda distancia, es tiempo. Una ecuación así: el tiempo es la distancia. El olvido es, entonces, también, la distancia. Y si camino una cuadra en tres minutos, un olvido ancho y negro son 25 cuadras en la villa 31. Pero qué lindo cuando una vez, bajo el sol del mediodía, le di un beso a Carolina. En una plaza de San Benito, donde mi mamá daba clases, yo iba a primer año. La llevé a la plaza, detrás de la escuela. Nos escondimos, ella con guardapolvo, yo con un jeans y camisa, detrás de los árboles, porque pasaba el padre. Y la abracé y la besé. Qué será, de ese verano en que me amabas, una semana, qué será de Carolina, no sé. Debe tener varios hijos, vivir, por ahí, en el campo. Donde estaba la escuela. Ese destino tan crudo, pintando a inexorable, a mí, esas cosas, siendo pendejo, ya me dolían.  
Iba desde Paraná en colectivo. A la escuela. Pasaba por los campos. Las casas. Mis compañeros querían irse a Paraná. Yo quería, a los 13 años, irme en una nube, recorrer la historia, atravesar el tiempo, conocer Mongolia. Está entre China y Rusia, Mongolia. Leía, de pibe, novelas. En la cama. Y soñaba un montón de vidas que iba a hacer. Y no hice.
A veces, se me ocurre, el asma me ayudó. La sensación de saberse finito, te da esta cosa. No sé. Un  plus. Cuando no podés respirar, que se corta el pecho con una navaja, que todo es gris, que ese segundo, que te desesperás, la vida, al otro día, te paga un aguinaldo. Y te vas de vacaciones con la cabeza, soñando mundos que sean lindos, donde no herís a nadie, para que me quieran.
Hay que hacerlo con épica.
Siempre falto a las reuniones de mis compañeros de la secundaria. Hay como un concurso, no sé, de triunfos. Y envejecen, callados, turbios, pero disimulados, yo quiero seguir teniendo 19 años. Me chupa un huevo ya, a esta poca altura, quedar mal. Me apena lo que perdí, la audacia que me falta, los días que agaché la cabeza, las batallas que no dí. Por lo demás.
Tengo un gato.
Cuando atardece y tomo vino, hay días como hoy, me siento en la computadora. Quiero escribir una cosa. Me sale otra.
Me vuelven amarillas las hojas de la máquina de escribir.
Tenía miedo al invierno.
Supongo que a nadie le importa. Quería hablar de otra cosa. Pero sale así. Llevo un tiempo convencido de que hay que darle, como si fuera una pelea de box, a las teclas. Para nada. No esperar mucho. Ni poco. A veces se te ríen. A veces uno siente que lo hace por la memoria. Por ese olvido ancho y extenso. Del que, ni conmigo mismo, hablo. Capaz que somos el olvido y los secretos. Hay veces que pienso en que mi viejo estaría orgulloso de mí, otras que me imagino en la cornisa con Nahuel, triste, solitario y final. Carolina debe estar en ese pueblo, con varios hijos, un marido, ojalá tenga televisión por cable. Te escribí unas cartas, no sé dónde estarán, Carolina. No te las dí. Murieron en algún lugar. Tantas mudanzas. El sol se ponía alegre en esos atardeceres de ruta. Sabés una cosa, yo me soñaba algo así, cuando sea viejo,como ahora. Matizadamente, claro. Perdí la ingenuidad mucho después que la virginidad. Y, te cuento, me duele. Más que la contractura de la espalda, sobre el omóplato, a veces, no sé. Yo quería ser un buen tipo.
Las cosas fueron y no fueron como las pensaba.
Así es el tiempo.
Me acuerdo que en el reloj Cu cú de Cordoba me senté, una vez, con una piba. Terminábamos juntos la adolescencia. Recién, tres días, antes, nos conocíamos, y habíamos dado la vuelta al mundo de la intensidad y teníamos miedos y tantas, bah, algunas esperanzas. Miedos clase B, miedos obreros, de a pie. Pero cómo te asustaban esos miedos, cómo nos devoraban.
Me dijiste:
-Hace tres días que te conozco, pero siento que te quiero y que no nos vamos a volver a ver.
Tenía, en el bolso, La Revolución en bicicleta, lo estaba leyendo. El anarquista que me lo prestó, je, días después de Nahuel, abrió la garrafa de gas y mandó todo a la mierda. Qué pasaba, no sé. Nos miraban las viejas del barrio. Nos cuidaban. Chicos, ustedes -los que quedábamos- ustedes, no. La muerte es eso que te hacen sentir: que vos te quedás, que es absurdo, pero ahí estás. Remando.
Me gustan las causas perdidas.
Capaz que porque estoy loco, o porque soy eso. Me gusta pensar en que los que duermen sobre calle Alem van a tener un buen vino esta noche. Y mansiones y orgías y una familia que te abrace al otro día. Le contesté, hace casi 12 años, frente al reloj Cu cú:
-Yo también. Por eso no tenemos que volvernos a ver.
No se enojó. Me dio un beso. En la mejilla. Después un beso largo, húmedo, profundo. Sonó el Cu cú, o no, pero cuando me acuerdo el pájaro boludo salía y chillaba. Nunca más la volví a ver.
No sé bien, Anabel, cuáles cosas son ciertas. Pero hay que hacerlas con épica. Y alegría. Que cuando la historia nos coma sepamos que la larga risa de todos estos años tuvo sentido. Y épica.
Que hoy le alegramos el domingo a un puñado de personas que aman este cauce loco de la historia, esta anomalía, esta continuidad de la rebeldía. Yo, en serio, soy parte, de eso: también me alegré.
Y ahora destapo un vino.


Wiskileaks

El mejor análisis que, hasta ahora, he leído sobre la Wikirial es el de Mario Wainfeld.
Narró con talento y perspicacia, sí, aunque, algunas cosas, nosotros ya las sospechábamos.