jueves, enero 26, 2012

Yo soy Juan


 

 

 

POR LUCAS CARRASCO

La importancia de Juan Cabandié



Las elecciones en la ciudad de Buenos Aires tienen una constante: la conciencia de los votantes de la existencia casi inalterable de la segunda vuelta, lo que implica una mayor dispersión partidaria del voto en primera vuelta.
Sobre esto hay mucho debate, y cierto consenso de que este tipo de ordenamiento electoral tiene mayor consistencia en regímenes de tipo parlamentario.
El problema es que la institución creada por la reforma constitucional del Pacto de Olivos que derivó en una asamblea constituyente porteña crea una Jefatura de Gobierno de capacidades parecidas a la de un gobernador argentino pero con las limitaciones y posibilidades de no tener que financiar (ni controlar) la policía real –no el chiste malo de la metropolitana- ni gran parte de los subsidios en transporte, servicios e infraestructura. Las escuelas y hospitales, a su vez, son inversiones nacionales y se traspasó la administración y el pago de salarios, como sucedió con todas las provincias durante los pactos fiscales menemistas y los recortes progresistas de a década del 90 y la Alianza.
El sistema de generosidad en el piso para acceder a la legislatura se complementa con la facilidad para crear un partido político. Durante el fracaso del gobierno progresista de la Alianza, en todos los distritos se tomó la moda porteña de que cualquiera cree un partido político, lo que dio trabajo a muchos administrativos de las ideologías y la falsa conciencia de participación haciendo propuestas que total quedan en nada.

Así son las cosas. El problema es cómo garantizar que las representaciones mayoritarias que se condensan en la segunda vuelta, tengan representación real en la legislatura.

Este dilema no es menor, ni casual, sino condicionante de la gobernabilidad y además sistémico.

Por eso es que, en el caso de las candidaturas mayoritarias, como las de Macri, Filmus y Solanas, en el caso de quien todas las encuestas marcan segundo, del representante del Frente para la Victoria, hay un dilema complejo.

Por un lado, las tres listas de legisladores son una apuesta estratégica por parte de la presidenta para expresar el sustento ideológico que imagina para la formación del Frente para la Victoria de cara a los años por venir, y a su vez, una táctica de acumulación para sostener la candidatura de Daniel Filmus apostando al triunfo y no a presentaciones testimoniales, como abundan en la ciudad de Buenos Aires por las mencionadas razones sistémicas. Pero a la vez, debilitan la posibilidad de concentrar un bloque sólido capaz de ejercer desde el oficialismo o eventualmente la oposición, la tarea de representar las ideas progresistas, nacionales, populares y democráticas que prometen y expresan.

En este escenario, entonces, es importante clarificar qué se juega ahí, diciéndolo con la honestidad intelectual de quien, si votara en Capital (lo hago en Entre Ríos) no dudaría en apoyar la fórmula Filmus-Tomada y la lista de legisladores que encabeza ese noble referente de la juventud y los derechos humanos que es el diputado Juan Cabandié. Y lo haría, no sólo por la dimensión ética que Juan representa, sino además porque, aunque se resalte poco, ha llenado de orgullo las banderas de Memoria, Verdad y Justicia y a la vez ha demostrado tener capacidad de acumulación y aprendizaje en la dura faena de la política legislativa, liderando además un conjunto de jóvenes cuyo núcleo principal –pero no único- es la agrupación La Cámpora. Resistiendo todos los embates miserables que quieren transformar la militancia juvenil en un toma y daca de compra venta y remate, Juan une la historia dolorosa de varias generaciones encarnando sueños y horizontes de equidad, justicia social y reparación simbólica, pero también estuvo a la altura de las circunstancias como presidente del bloque porteño del Frente para la Victoria y construyendo un proyecto para la ciudad con seriedad, compromiso y audacia.

La nominación de la presidenta Cristina para que Juan encabece la lista oficial, es un mensaje político, ético, valorativo, que en mi humilde opinión deben necesariamente enmarcarse en la compleja realidad política e institucional de la ciudad de Buenos Aires, a la vez agredida por la torpeza de un hombre de negocios oscuros como Mauricio, que es Macri, que tuvo –hay que reconocerle- la audacia de proponer una ciudad atendida por sus propios dueños, dejando de lado a las grandes mayorías ciudadanas.

Publicado en Diario Registrado. 

El Relato K


La táctica elegida por el Grupo Clarín para disputar la legalidad -que regula la propiedad y, como en el capitalismo avanzado, le obliga a desmonopolizar- no puede, de todos modos, obviar que hay quienes, sinceramente, creen que existe un "relato K". Como contracara a la estrategia política de Clarín. Y es una táctica eficiente si es dirigida a un sector, constructor a mediano plazo de la opinión pública. Un sector rojo. Un círculo rojo. Más caliente que la media, que la gente de a pie. Que recibe las cosas de manera más mediada. Bien. Pero. Tulipanes delicados, la lucha que se libra al interior de ese círculo rojo es hoy, sorprendentemente, pareja. En buena medida por la capacidad de ordenar el poder del kirchnerismo -más allá de los aportes del periodismo militante de Hadad, Manzano, De Narváez y Moneta.Más allá y más acá, sobre todo más acá, en lo terrenal, donde está la gratificación simbólica del fetiche de la mercancía- y de dar un marco de sustitución simbólica (en el sentido psicoanalítico del término) a tradiciones rebeldes anteriores a su propia existencia. Los adversarios se habían creado mucho odio.
Pero, tulipanes delicados, eso no es todo el asunto.
El kirchnerismo se cruza con una modificación en los usos y epistemes comunicacionales y con una redefinición de casi todos los "fierros" que hicieron, antaño y hoy, la cultura como dispositivo para mirar el mundo de las clases sociales integradas. A la mierda. Con esa oración, mientras la escribía, ponía una mueca rigurosa, con esa oración no me acuerdo qué quería decir.
La concha de la lora.
Me distrae, lo juro, la vecina, está tan buena. Sale al balcón a fumar. Y justo cuando estoy por escribir una genialidad ultragenial y supersónica se aparece ahí, suspendida en el cielo, entre las ramas y las telarañas, incapaz de notar que la miro, forra. Te la debo. Buenas noches.A la genialidad.
Que salió a fumar al balcón. Pará. Me acordé (debería fundamentar muuuuucho más, pero no tengo ganas): en dos años, tres, apuesto, lo que sea, alguno de los grandes diarios que pierden los negociados ilegales deja de salir en papel. Apuesto. Dos, tres años. Quizás Clarín. Quizás La Nación. Crónica esperemos que no, que ahora trabajo ahí (y además, la veo difícil). Popular, no creo. Los diarios "de negocios", probablemente, pero a quién le importa. Excepto que sea Ámbito. ¿Olé? ¿La Voz del Interior (mmm, no la veo)?
Apuesto, tulipanes delicados.
Y apuesto otra cosa: ése diario pasará a ser el principal diario de la Argentina.
Terminó el cigarrillo la zorra. Y yo este post.

La Vetocracia del Rey en el Parlamento de Inglaterra que, aunque no es electo por el voto ni de los ingleses, gobierna en Afganistán, Irák, Libia, Malvinas, Sudáfrica, Nigeria, Irlanda, Zimbaue y Ruanda


26/01/2012 4:50 PM
Según la BBC, el gobierno de Macri es una "vetocracia"
"Buenos Aires, donde gobierna la ´vetocracia´" es la definición con la que BBC Mundo, el portal en castellano de BBC News tituló su artículo sobre la particular forma de gobernar que le imprimió Mauricio Macri a su gestión en la ciudad.
Entre consideraciones de dirigentes políticos, constitucionalistas y especialistas, el artículo subraya que "desde que llegó al poder, Macri rechazó 91 leyes mientras que otras 10 fueron vetadas por quienes ocuparon la jefatura de gobierno durante su ausencia. La mayoría fueron vetos totales.

En contraste, el Gobierno nacional aplicó sólo dos vetos totales y 14 parciales durante el mismo período."En otro apartado, la nota se pregunta si es democrática la forma en que el jefe de gobierno porteño echa mano a esta atribución constitucional una y otra vez.

"Un uso excesivo del poder de veto puede generar parálisis institucional y además crea roces entre los diversos actores políticos", destaca el texto, que además puntualiza: "Los vetos de Macri han generado críticas incluso en el seno de su propio partido ya que la mayoría de las leyes que rechazó fueron sancionadas con apoyo del bloque oficialista (el PRO). Incluso varias normas se aprobaron por unanimidad."

 

Parlamento del Reino Unido

(Redirigido desde Parlamento de Gran Bretaña)
British Parliament
Parlamento Británico
Somerset Herald Badge.svg
Houses.of.parliament.overall.arp.jpg
Tipo Bicameral
Cámaras Cámara de los Lores
Cámara de los Comunes
Speaker John Bercow, Conservador
desde 2005
Lord Speaker Helene Hayman, Laborista
desde 2006
Miembros 1370 miembros
724 lores
646 comunes
Grupos representados 12 partidos
Sede Palacio de Westminster, Londres
Sitio web www.parliament.uk
El Parlamento del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, también conocido como Parlamento Británico, es la institución legislativa suprema en el Reino Unido y en los Territorios Británicos de Ultramar (los cuales sólo tienen Soberanía parlamentaria). A la cabeza está el Soberano. Es bicameral, incluyendo una Cámara alta, llamada Cámara de los Lores, y una Cámara baja, llamada Cámara de los Comunes del Reino Unido.
La Cámara de los Lores incluye dos diferentes tipos de miembros: Los Lores Espirituales (los clérigos senior de la Iglesia de Inglaterra) y los Lores Temporales (miembros de la nobleza). Los miembros de esta cámara son elegidos por la nobleza; antes eran hereditarios, pero en la actualidad solo dos puestos son hereditarios. Por otro lado, los miembros de la Cámara de los Comunes son elegidos democráticamente. La Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes se reúnen en Salones separados en el Palacio de Westminster (comúnmente conocido como las Cámaras del Parlamento), en Londres la capital británica (más precisamente, en el municipio—y ciudad—conocida como Ciudad de Westminster). Por convención constitucional, todos los ministros de gobierno, incluyendo al Primer Ministro son elegidos desde la Cámara de los Comunes o de la Cámara de los Lores.
El Parlamento se desarrolló a partir del antiguo concilio que aconsejaba al Soberano. Según la constitución, el poder no es del Parlamento sino de la Reina "Queen-in-Parliament" o el Rey ("King-in-Parliament"), pues es ella quien tiene autoridad soberana. En los tiempos modernos, el monarca desempeña funciones oficiales y de revisión sobre los actos legislativos.
El Parlamento Británico es a menudo llamado la "Madre de los Parlamentos", dado que los poderes legislativos de muchas naciones—los más destacados, son los miembros de la Commonwealth—han adoptado este modelo. Sin embargo, esta es una frase de John Bright, quien remarcó el 18 de enero de 1865 que "Inglaterra es la Madre de los Parlamentos" en el contexto de apoyar las demandas para los derechos al voto en un país que había iniciado el gobierno parlamentario.

[editar] Véase también

[editar] Bibliografía

[editar] Enlaces externos

Hola, ¿con el especialista? Ah, sí, quería hacerle una consulta...

LA VISIÓN DE ESPECIALISTAS

Los analistas hablan de la derrota de Néstor Kirchner

“Se condenó a sí mismo” es el título elegido por Joaquín Morales Solá para hablar de la derrota del ex presidente Néstor Kirchner. El reconocido periodista no duda en afirmar que “el kirchnerismo ha concluido anoche como ciclo político”. Ingrese a la nota y mire el panorama político trazado por reconocidos analistas políticos.
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[Publicado el 29/06/2009] - “Se condenó a sí mismo”, por Joaquín Morales Solá para el diario La Nación

Quizá no lo supo o no lo quiso saber, pero Néstor Kirchner se condenó a sí mismo a la derrota el día en que les declaró a los ruralistas una guerra perpetua. Tampoco imaginó o no quiso imaginar que se sentenció él mismo al descalabro personal el día en el que decidió competir como candidato a diputado nacional por Buenos Aires. Era una buena táctica de campaña para disimular la irreparable pérdida de la mayoría parlamentaria; en el plazo que venció ayer, el resultado fue su ruina.

El kirchnerismo ha concluido anoche como ciclo político. El tiempo que le resta es el de un paisaje resbaladizo, en el que Kirchner hará lo que pueda ?o lo que quiera? para preservar una inestable gobernabilidad. Además, el peronismo tiene desde ayer el candidato que buscaba para relevar el liderazgo de Kirchner: es Carlos Reutemann, que ganó en Santa Fe contra la mayoría de los pronósticos. Reutemann es uno de los pocos referentes que el peronismo no discute.

Francisco de Narváez se erigió anoche en uno de los mayores líderes políticos de la Argentina y Julio Cobos se convirtió en el presidenciable de más peso de las corrientes no peronistas. De Narváez no sólo derrotó personalmente a Kirchner, el hombre fuerte de la Argentina durante los últimos seis años; también ganó en el mayor y más contundente distrito electoral del país. De Narváez estaba el viernes decidido a depositar en Mauricio Macri su apoyo presidencial. Aunque Macri no hizo una excelente elección en la Capital, tuvo ?debe reconocérsele? un papel protagónico en el proyecto que derrotó a Kirchner por primera vez en 22 años de política. De Narváez contó con el apoyo de Macri en el díscolo conurbano.

De Narváez le aconsejó a Macri, en la noche del viernes último, que lanzara su candidatura presidencial en las próximas 72 horas, si ellos ganaban la Capital y Buenos Aires. Esos triunfos sucedieron. De Narváez está dispuesto a negociar con Macri, Reutemann y Cobos la gobernabilidad de los tiempos inminentes. Lo cierto es que De Narváez sólo quiere despejar pronto el escenario de las futuras elecciones presidenciales.

Elisa Carrió cayó en la Capital, donde salió tercera, y en la provincia de Buenos Aires, donde también ocupó el tercer lugar. Ha cometido errores, aunque sería injusto desconocer que fue el primer exponente de la política argentina en denunciar los desaguisados institucionales del kirchnerismo y la corrupción de muchos funcionarios de confianza del ex presidente. Su candidatura presidencial se diluyó anoche. Hermes Binner terminó siendo víctima de la dura batalla santafecina entre dos presidenciables: él mismo y Reutemann. Binner, como Carrió, no podrá reivindicar un rol presidenciable en las próximas elecciones que definirán a un jefe de Estado.

Sólo Cobos, entre los principales líderes no peronistas, se alzó con un triunfo arrollador en Mendoza. ¿Es sólo casualidad que los tres hombres que tuvieron un notable protagonismo contra Kirchner en el conflicto contra el sector agropecuario (De Narváez, Reutemann y Cobos) hayan ganado en el domingo de elecciones? Seguramente, no. Una lectura de la derrota de Kirchner en Buenos Aires es el profundo rechazo que su figura provoca en el interior rural de la provincia, más profundo que el que estimaban las mediciones de opinión pública. Algo del conurbano se contagió también de esas fobias. Y Reutemann se alejó de Kirchner para que lo votaran los campesinos.

Alberto Fernández, ex jefe de Gabinete, recurría ayer a Einstein: "Si sigues repitiendo los errores, no esperes resultados mejores", aguijoneaba. Y Kirchner redundó en su error de enfrentar al campo hasta ponerlo de rodillas. Llegó a hipotecar la única solución argentina para esquivar una parte de la crisis económica internacional con tal de no perdonarles a los campesinos la irreverencia de haberle dicho que no. Cometió demasiados errores nuevos: desde pronosticar un nuevo 2001, si resultaba derrotado, hasta pedirle públicamente a De Narváez que se presentara ante un juez sospechado y sospechoso. En los últimos tiempos, sólo se rodeaba de Hugo Moyano y del progresismo peronista, que no es malo por progresista, sino por antiguo.

Acorralado por derecha por De Narváez y por izquierda por Pino Solanas, lo que decantó ayer es que al ex presidente le quedan muy pocos seguidores, se mire por donde se mire. "Tendrá que parcelar el gabinete entre los gobernadores peronistas si quiere conservar el gobierno", se animó a predecir ayer un alto funcionario kirchnerista. ¿Aceptará Kirchner gobernar con un gabinete parcelado y con un Congreso en contra de él? El Congreso se formará con un oficialismo derrotado en casi todo el país. Su composición física cambiará el 10 de diciembre; su composición política se modificará desde mañana.

Anoche, en la intimidad de un debate consigo mismo, debió pensar que lo que sucedió ayer (cuando perdió hasta en su natal Santa Cruz, que dominó con mano férrea durante casi veinte años) fue algo más que una derrota: fue una guillotina que cayó, rápida y definitiva. No tiene mucho tiempo para contestar aquella pregunta sobre sus posibilidades de controlar el gobierno: los conflictos de la Argentina se abatirán sobre él y su esposa velozmente. Toda derrota opera sólo para diezmar el poder.

Kirchner pertenece a esa raza de políticos que no abandonan el poder hasta que los echan. La incógnita consiste en saber ?y aún no se sabe?si él considera que ayer la sociedad lo echó. Debió de ser una dura sorpresa para él si sus palabras íntimas de los últimos días ("Ganaremos Buenos Aires por más de 10 puntos") fueron sinceras. Si fue franco, entonces hay que creer que está desde hace mucho tiempo perdido en un laberinto de paranoias conspirativas.

Solanas fue la expresión de un voto moral y de rechazo a la corporación política tal como es. Al mismo tiempo, el más fenomenal aparato político del país, el peronismo bonaerense, caía batido por un recién llegado a la política. "Jugó la selección argentina contra Talleres de Córdoba. Y ganó Talleres", ironizó un peronista perdidoso.

Es cierto. El núcleo duro del poder se había derrumbado. Kirchner, Daniel Scioli, Sergio Massa, Alberto Balestrini y casi todos los intendentes del conurbano cayeron en un paisaje calcinado por esperanzas derrotadas.


“¿Asumirá Kirchner el costo de corregir sus errores?”, Por Roberto Cachanosky para el diario La Nación

Si bien una política económica exitosa requiere de consistencia en las medidas, también son relevantes las expectativas que generen en la población, tanto las medidas económicas, como el contexto político que las respalde.El resultado electoral del domingo, en que el kirchnerismo perdió en todos los grandes distritos, incluida la estratégica provincia de Buenos Aires, muestra a un Kirchner, ministro de economía de facto, profundamente debilitado.Al mismo tiempo, Kirchner pierde la mayoría en el Congreso. Estos dos datos implican que, en principio, el gobierno empieza tener un claro límite en las políticas que puede adoptar. Ya no podrá manejar la caja a su antojo, imponer derechos de exportación ridículos, prohibir exportaciones, etc.Por lo tanto, en principio, debería haber un cambio de expectativas favorables en los agentes económicos. Particularmente en el sector agropecuario.

El problema es que ese cambio de expectativas, que seguramente se producirá en los agentes económicos, sólo será de aplicación concreta en diciembre cuando asuma el nuevo Congreso. Es más, recién en marzo comenzará a trabajar el nuevo Parlamento en que el kirchnerismo no podrá hacer y deshacer a su antojo.

La buena noticia es que la sociedad le ha puesto un límite a una forma arbitraria y prepotente de manejar la economía. La mala noticia es que habrá que esperar casi ocho meses para hacer efectivo ese límite. Con esto quiero decir que, en todo ese tiempo, Kirchner puede seguir haciendo lo que vino haciendo hasta ahora. Aumentar impuestos, confiscar, prohibir exportar, usar las reservas del BCRA, etc., por lo tanto, el escenario para los próximos meses es de esperar y ver, porque nadie va a ponerse a invertir hasta tanto no vea concretadas las limitaciones del poder.

Tampoco, porque Kirchner haya perdido las elecciones la gente va a salir mañana a comprar autos, casas, electrodomésticos, etc. Hasta tanto no se vean políticas consistentes la gente seguirá con el miedo de perder su trabajo y las empresas haciendo malabarismos para no despedir personal.

Es más, la situación fiscal es lo suficientemente delicada como para generar incertidumbre en materia cambiaria, derechos de propiedad, tarifazos e incrementos de impuestos. Si Kirchner ganador era arbitrario, un Kirchner perdedor y acorralado política y económicamente puede serlo aún más.

Las provincias también tienen serios problemas fiscales y no podrán esperar demasiada ayuda de la Nación porque las cuentas del Sector Público Nacional son lo suficientemente complicadas como para ayudar a las provincias. Puesto en otros términos, si la Nación no tiene con qué mantener sus cuentas, mal pueden esperar los gobernadores que salga en su apoyo.

Los límites a las barbaridades que se han hecho en materia económica comenzarán a regir en marzo, pero los problemas fiscales, de actividad económica y de tipo de cambio están hoy y habrá que resolverlos en forma casi inmediata teniendo en cuenta que el país se encuentra virtualmente paralizado.

El argumento que en su momento esgrimió Cristina Fernández de Kirchner para adelantar las elecciones era que la crisis internacional había impactado en la economía y no podíamos estar esperando hasta octubre para realizar las elecciones y recién entonces adoptar las medidas necesarias. Las elecciones se hicieron y el oficialismo perdió categóricamente. Ahora, la pelota está del lado del Gobierno. Si no reacciona a tiempo, el segundo semestre puede llegar a ser realmente crítico en materia social y de actividad.

¿Querrá Kirchner asumir el costo político de corregir todas las macanas que hizo en estos seis años o tratará de estirar los plazos a la espera de un milagro, confiscando, emitiendo y debilitando más el patrimonio del BCRA?La verdad es que luce bastante difícil que Kirchner vaya a cambiar el rumbo en 180 grados y se transforme en un defensor de los derechos de propiedad y en un hombre previsible en sus políticas. Kirchner ya no tiene excusas para demostrar si está en condiciones de recomponer la economía. Ya no tiene las elecciones de por medio, sabe lo que la gente no quiere que haga y todavía conserva la mayoría en el Congreso porque el nuevo asume en diciembre. Ahora es su turno. Si vuelve a equivocarse creará un caos social, económico y político que la derrota del domingo será un poroto para su futuro político.


“La derrota tiene padres”, por Ricardo Kirschbaum para el diario Clarín
El resultado de ayer revela un malestar con el Gobierno mucho más importante de lo que las encuestas detectaban. Y que ese estado de ánimo se fue construyendo sobre los errores en cadena del oficialismo. Cristina Kirchner fue electa Presidenta en octubre de 2007, hace 20 meses, con más del 45% de los votos. Los resultados de ayer en todo el país muestran la magnitud del deterioro que ha sufrido el liderazgo de los Kirchner. De aquel octubre victorioso, con promesas de consensos ampliados y más calidad institucional, a este desastre electoral hay una explicación simple: la estrechez de una conducta sectaria y excluyente que dilapidó su capital político y entregó a sus adversarios razones para la victoria. Cobos, por ejemplo, ha sido uno de los netos ganadores de anoche.

Tres son los ejes para analizar la derrota:
1) El efecto práctico de esta elección de medio término. El oficialismo ha perdido 17 diputados propios y 4 aliados. El control de la Cámara dependerá de una compleja trama de alianzas, con negociación y concesiones. Pondrá a prueba la capacidad política de una administración que necesitará más muñeca que látigo. En el Senado, también, el quórum propio ha terminado. Y los Kirchner, como peronistas, conocen la ingratitud de la política cuando comienza la sangría de
poder.

2) El efecto político de la pérdida de liderazgo de Kirchner, en cuyo derredor se fue construyendo, desde 2003, un poder de decisión cerrado e indiscutible, que no admitía acuerdos, coincidencias o apoyo crítico. Kirchner no ha querido alianzas: siempre ha tratado de imponer una rendición incondicional. O subordinados o enemigos ha sido su lema.

Kirchner adelantó las elecciones, se puso a la cabeza de la lista en Buenos Aires, forzó a Daniel Scioli y a los intendentes del conurbano a acompañarlo, buscando evitar la traición tan temida. Es decir, condujo la campaña personalmente y llevó al Gobierno a una derrota electoral cuyas consecuencias políticas serán duras: ya una ministra ha anunciado que se irá del Gobierno. ¿Quiénes le seguirán?

3) El peronismo está buscando otros liderazgos. Declinado el poder de los Kirchner, derrotados Schiaretti y Busti, con Scioli pagando el duro precio de haber acompañado al ex Presidente hasta dentro del cementerio en vez de quedarse en la puerta, la construcción de ese líder es una incógnita. Reutemann exhibe un triunfo decisivo. ¿Qué hará Gioja? ¿O Solá? ¿O De Narváez que, a pesar de haber nacido en Colombia, podría acudir a la Justicia para que lo habilite a aspirar a la Casa Rosada? ¿O Macri ofreciendo sus servicios outsourcing al justicialismo?.
Ya lo dijo Gerardo Morales: el radicalismo, que ha dado señales de vida después de mucho tiempo, votará por la primera minoría en las cuestiones institucionales. Es una declaración que no puede pasar desapercibida en tiempos políticamente tan volátiles.


“Una innumerable lista de errores que concluyeron en un derrumbe”, por Eduardo van der Kooy para el diario Clarín

La última jugada política de apostador empedernido le salió muy mal a Néstor Kirchner. El plebiscito que buscó con denuedo para reemplazar lo que debió ser una elección legislativa de medio término, normal, se convirtió en una verdadera trampa para él. El ex presidente asistió anoche a la asfixia final de su liderazgo peronista y, de modo incomprensible, dejó además en estado de acentuada debilidad al Gobierno de su esposa, Cristina Fernández, a quien hace apenas un año y medio entronizó sin un solo chistido del partido oficial.

La derrota ¿o el derrumbe¿ se conoció anoche pero se vino edificando desde hace mucho tiempo. Con una persistencia, de parte de Kirchner, que aconsejaría revisar en forma simultánea los manuales de la política, desde ya, pero también de la psicología.

Ningún presidente salió del poder en la Argentina de la nueva democracia con la ponderación social de Kirchner. Ese margen generoso le permitió resignar la reelección y cederle su lugar a Cristina. En el 2007 la Presidenta logró el 47% de los votos en el orden nacional y el 48% en Buenos Aires. Le arrancó 23% de ventaja a la oposición.

Contó además con un ciclo económico interno y externo muy favorable, por lo menos hasta comienzos del 2008. Tuvo en todo ese trayecto una oposición fragmentada e insolvente. Pero su sensibilidad política y percepción de la realidad viró bruscamente desde el mismo instante en que cambio su domicilio de la Casa Rosada por la residencia de Olivos.

Kirchner había proclamado durante su mandato que ningún proyecto de tinte nacional podía excluir a las clases medias. Soñaba con aquel viejo molde de convergencia de clases que sintetizó, durante décadas, el peronismo de Juan Perón. El ex presidente nunca logró seducir a aquellos sectores en los años de su mandato. Pero la bonanza económica le acercaron, inevitablemente, muchos de esos votos. Sin ir lejos, Cristina triunfó con respaldo de la clase media y del campo bonaerense cuando se consagró Presidenta. Fueron casi 900 mil en el principal distrito electoral.

El largo y todavía irresuelto conflicto con el campo le ahuyentó esos votos y también la mas solidaridad mínima de los sectores medios. La radiografía de las legislativas de ayer resulta, en ese sentido, implacable: los Kirchner perdieron Buenos Aires, Capital, Santa Fe, Córdoba, Mendoza y Entre Ríos. No pudieron vencer tampoco en ninguna de las ciudades grandes.

Aquel pleito con el campo fue uno de los disparadores de la derrota. Pero lo fue también un deterioro económico negado de modo sistemático por las cifras virtuales del INDEC. Las mentiras del INDEC crisparon a los sectores medios pero dañaron, sobre todo, el bolsillo de los sectores populares. Esa combinación resultó letal para la derrota en Buenos Aires que aniquiló el último argumento político con que contaba Kirchner para cantar una supuesta victoria que no fue.

Buenos Aires, aunque parezca paradójico, terminó desnudando la fragilidad del armado político de Kirchner. Con tantos años de buena economía el ex presidente fue incapaz de consolidar un proyecto: deambuló por la transversalidad, por la concertación, y terminó refugiado en la maquinaria vetusta del PJ bonaerense. Pero nunca se percató de un detalle: ese peronismo le respondía casi por rutina, porque, mal o bien, se cobijaban en el calor del poder. Porque recibía beneficios económicos. Pero nunca existió una comunión política y afectiva sustantiva entre el partido y el ex presidente.

El peronismo del interior de Buenos Aires lo dejó librado a su suerte luego del conflicto con el campo. Daniel Scioli debió encargarse de la campaña en esas tierras hostiles al Gobierno. Ayer hubo, con seguridad, un dato histórico: el kirchnerismo no tuvo ningún voto en América, un poblado de 3 mil habitantes, del centro de Buenos Aires. El problema insoluble fue el conurbano y muchos de los intendentes aceptaron las candidaturas testimoniales sin gusto y con resignación. La clave de la debacle en Buenos Aires se escondió en esas zonas de cierta vecindad a la Capital.

Muchos intendentes instaron a corte de boletas. Entregaron las suyas y dejaron librada a la voluntad del votante la elección de Kirchner, Francisco De Narváez o Margarita Stolbizer. Varios intendentes, también, cargaron los cuartos oscuros con las llamadas "boletas espejo", en las cuales figuraban ellos sólo acompañados por candidatos a cargos vecinales. La mecánica sucedió en todo el conurbano incluido el segundo cordón, donde los Kirchner conjeturaban la fidelidad inclaudicable de la gente.

La estrategia electoral del ex presidente terminó siendo, al fin de cuentas, tan estéril como todos los proyectos partidarios y políticos que pergeñó en estos años. ¿Alguien podía suponer que los habitantes del segundo cordón del conurbano no tienen padecimientos similares ¿o peores¿ a los del resto del país?. ¿Nadie pensó que el indisimulado mal humor social en el país, en la Capital y en el interior bonaerense podía desparramarse a manera de contagio?.

Tampoco Kirchner reparó en otra lección. El peronismo mas poderoso de la historia de Buenos Aires, el que comandó en su época Eduardo Duhalde, resultó perforado en 1997 cuando irrumpió la Alianza y Graciela Fernández Meijide. ¿Por qué razón habría de salir indemne ahora?. Aquella vez pesó la saturación con el menemismo; ahora puede haber sido decisiva la bronca acumulada contra los Kirchner.

El ex presidente y su esposa no pudieron ayer resolver el problema electoral que les plantearon las legislativas. Desde hoy tienen otro desafío de no menor envergadura: resolver el problema político. Hay un partido oficial ¿el peronismo¿ que resultó descabezado con la excepción de Carlos Reutemann, apretado ganador en Santa Fe. Hay un Congreso que mutará de manera sustancial a partir de diciembre, aunque el impacto político de la derrota, con seguridad, caerá también sobre los diputados y senadores oficiales que continuarán seis meses mas. Hay una oposición que puede empezar a desperezarse, a pesar de su diáspora, luego del espaldarazo popular.

Hay, en suma, una nación política mucho mas compleja. Muy distinta a la que siempre conocieron y disfrutaron los Kirchner.


“Cobos, Macri y Reutemann, los presidenciables que dejó la elección”, por Julio Blanck para el diario Clarín
Reutemann, Macri y Cobos, aún las dudas que despiertan, son emergentes de una sociedad que se cansó y busca otro camino

El voto de los argentinos diseñó un país político diferente. Hay un cambio que emerge de esta elección. Se aleja sin retorno la hegemonía kirchnerista, pero asoma el equilibrio necesario para garantizar la gobernabilidad de los próximos dos años. Ni el Gobierno sufrió la licuación terminal de su poder, a pesar de la derrota durísima en casi todo el país, ni la oposición es depositaria de un mandato popular para rectificar dramáticamente el rumbo del país sin más demora. Lo que ganó es la voluntad de cambio, el rechazo social a una forma de conducir los asuntos públicos de manera cerrada y conspirativa, y de entender la política como la exasperación constante y el aniquilamiento del adversario, convertido en enemigo por una lógica que aborrece de los matices y desconoce la tolerancia. Mantener vigoroso el funcionamiento de las instituciones, empezando por el Poder Ejecutivo, depende ahora de la racionalidad de los actores políticos.

El voto popular les definió un escenario de compromiso mutuo que sobre todo debe verificarse en el Congreso, necesitado a partir de esta renovación legislativa de un sistema de acuerdos mínimos que le permita funcionar. Allí, ni el oficialismo tendrá número para imponer su voluntad, ni la oposición podrá simplemente oponerse a todo porque de aquí en más será necesario su voto para que las leyes se aprueben. Nunca había sucedido algo así en los años del poder de Kirchner. Tampoco había sucedido, que se recuerde en mucho tiempo, la consagración de una vacancia virtual en el liderazgo peronista. Por definición genética el peronismo necesita un líder. Fue Juan Perón en vida, y después fugazmente Lorenzo Miguel a la salida de la dictadura.

Fue Antonio Cafiero en la renovación que buscó reparar la derrota histórica de 1983, hasta que lo sucedió Carlos Menem. Llegó luego el tiempo de Eduardo Duhalde y más tarde, hasta anoche, el de Néstor Kirchner. La gran paradoja política de hoy es que el peronismo, en ejercicio del poder y con dominio electoral en buena parte del país, está a la búsqueda de un nuevo jefe. Esto se explica, sobre todo, por la extraordinaria serie de errores y torpezas que Kirchner cometió en los últimos dos años, quizás a partir del momento en que decidió, sin consultar a nadie, que su esposa lo sucedería en el poder. Carlos Reutemann lograba sostener una estrechísima ventaja en Santa Fe sobre los socialistas. Reutemann, presidenciable por derecho propio, es un eje -si no el único, al menos el principal- alrededor del cual el peronismo buscará reorganizar su poder. Y quizás ese reordenamiento adquiera una manera más asociativa entre sus jefes territoriales de lo que jamás se haya conocido. El golpe electoral que la sociedad le propinó a Kirchner en la Provincia, en los grandes distritos y en muchos otros puntos del país, fue brutal.

El peronismo requiere ahora de una sanación rápida, eficaz y prolija, que le permita mantener su espacio de poder frente al derrumbe de su último líder. Esa caída de Kirchner arrastró a quiénes le fueron fieles hasta el último día, como el gobernador Daniel Scioli, que ahora tendrá la ímproba tarea de recomponer su proyecto personal. Además del diseño de equilibrio institucional que decidieron los votantes, serruchando desde la base el dominio kirchnerista, la elección de ayer permite perfilar la proyección de otros líderes políticos de cara a la renovación presidencial. Y permite hacerlo aún con la nitidez precaria que siempre contienen los primeros resultados. De ese puñado de hombres que quizás contengan el futuro, los que se favorecieron con más claridad fueron los que jugaron sin jugar, los que armaron de atrás, sostuvieron, contuvieron e impulsaron, pero no pusieron su nombre en la boleta.

En esa lista exigua, Mauricio Macri es el que asoma con mayor claridad. Forzó la candidatura de Gabriela Michetti en la Capital. Y en febrero convocó a Francisco De Narváez y Felipe Solá a un frente común contra el kirchnerismo. Jugó dos apuestas que fueron ganadoras. Y anoche contó con la generosidad de De Narváez -la estrella del domingo electoral- quien, en el discurso del triunfo, le concedió el reconocimiento como primera figura de un espacio que ahora va por más. El fuerte de Macri no son los discursos. Pero sus palabras de anoche fueron las de un hombre que inicia un camino por el que pretende llegar a la Presidencia. Con algunas difusas invocaciones a Perón, un llamado genérico al diálogo con los gobernadores y hasta algún elogio a rivales de otras escuderías. Aunque la sobrevida política de Reutemann, que habilita su lanzamiento nacional y la expectativa de un peronismo reunido, le puede estropear a Macri el intento de reunir a una gruesa franja de peronistas disidentes. Otro ganador de la elección, en esta perspectiva, fue Julio Cobos.

De regreso en el radicalismo, con un candidato muy sólido en Mendoza como el senador Ernesto Sanz, se puso al frente de una elección contundente que le permitió duplicar al peronismo gobernante en su provincia. Los radicales también celebraron elo notable desempeño en Córdoba, que puso a Ramón Mestre (h) en el Senado relegando al candidato del peronismo gobernante. Pero más que nada destacaron el triunfo de Cobos como la consagración de un candidato presidencial. Cobos hizo lo que tenía que hacer. Y los demás hicieron lo que él necesitaba. El tropiezo feo de Elisa Carrió en la Capital -también ella fue generosa en una noche difícil- y la caída del socialismo de Hermes Binner en el duelo con Reutemann, dejaron al vicepresidente en posición privilegiada para representar en 2011 a este espacio de vigor renovado, que será la segunda fuerza parlamentaria. Los liderazgos en construcción que encarnan Reutemann, Macri y Cobos, aún las dudas que despiertan, sus titubeos y sus definiciones imprecisas, son emergentes de una sociedad que ayer dijo que se cansó y busca otro camino.
Charles Gounod es el autor, además de Fausto, la ópera, inspirada en la primera parte del Fausto de Goethe, del Ave María, acá una versión en piano:

El Ave María está inspirado (es un modo, más bien un modelo de la crítica al decir, "está inspirado", no es una continuidad, no es una copia, no es un "cover" sino que "está inspirado en...") Clave bien temperado de Juan Sebastián Bach, más conocido en estas pampas de hlgazanes que cultivan, gracias a Les Luthiers como Johann Sebástian (el acento, para una correcta dicción, tiene que están en la primera A y no que en la segunda) Mastropiero.
De muy chiquito, había una novelita infantil, de tapas duras y dibujos, que contaba la vida de Bach, que leí, de chiquito, todavía me quedaba algo de sensibilidad, digamos. Y me asusté. Bah, no es asustarse la palabra, me conmoví, de su tristeza. Yo no entendía un carajo de preludios y fugas, pero sí de la vida errante. De las cosas simples. De la desolación. Desde entonces, me encanta, por esas cosas locas de las conexiones emocionales, su música. Porque sus padres, primero la mamá, cuando él tenía 9 años, después, al año, su papá, fallecieron. Yo escribía, a esa edad, una novelita -que pegaba con plasticola en una edición de papeles de cuaderno escolar, ilustrados, también por mí- que era una vulgar copia de Oliver Twist, la novela de Charles Dickens, ediciones Billiken, en tapas rojas. Venía aparte de la revista esa colección de clásicos -creo que ya muchas veces escribí sobre esto- y por eso yo la prefería, a Billiken, a la más nacional y popular Anteojito.


Pero es la música de Gounod, la elegida para la presentación del fenomenal programa"Alfred Hitchcock presenta"
Eva Row twiteó hace unos días uno de los capítulos (acá se pueden ver casi todos de la segunda temporada)



Yo fui educado en una cultura un poco gorila, por eso, en las viejas dicotomías nacionales yo leía la revista Billiken (de clara militancia radical) en vez de la Anteojito (de clara militancia peronista). Por suerte esas antinomias hoy están superadas y todos los gurisitos leen la revista Genios (de clara militancia por Clarín).
Hubo crueles enfrentamientos entre los niños pre reconciliación nacional por este tema. Muchos quedaron en el campo de batalla. Quizás, por las pasiones de la época, la tercera posición quedó un tanto relegada: los lectores de Condorito, que abogaban por quitar de la esfera nacional estatal el conflicto. En fin, con los años uno va entendiendo, pero entonces, así eran las cosas.

Corazón de Barco

Qué cosa. Tan tierna. Vista desde lejos. Está, el señor, barbudo, tirado en la vereda. Con otros linyeras. Tomando vino en caja. Plena madrugada. Al lado de colchones sucios, de chicos con mocos, de risotadas que esconden, como la noche cerrada, un montón de misterios. De contrarios. De enormidades que nadie quiere escuchar. Son más que pobres. Tienen el privilegio violento de vivir mirando la riqueza, el mundo del glamour, el barrio de Palermo. Pero viven en la calle.
Hay un distinto.
Miralo bien.
La barba descuidada. Ok. Pero no tiene ropa de marca. No le importa, notalo, cómo viste (o sea, tiene cuna, no tiene nada que explicar: elemental, querido Moreno). Mira desesperado, como con esperanzas. Viste de negro. Tiene los ojos verdes. El pelo enloquecido. Fuma mucho. Habla. No para de hablar. Nunca para. Es distinto. Cree que tiene derecho a hablar. A explicar. Y se sumerge desde una locura emocional incontrolable a silencios infinitos. Siente que el mundo le pagó de manera injusta. Se siente infinitamente defraudado. Podría enamorar muchas actrices con el vocablo ausencia. Tiene el peso de la muerte en los ojos. Tiene el gris de las veredas en las mejillas, el alerta policial en la mirada, las bibliotecas que pesan en los hombros, la torpeza en las manos de la clase media. Ese pibe no es un trapito. Es un impostor. Se nota a las leguas.

En leguas se mide la distancia en los campos entrerrianos. 
Tomé, días atrás, demasiadas cervezas con mis entrañables amigos Patucho y Zambayonny e hice lo que venía planeando: pasé una noche en la calle, con los que viven en la calle, cerca de casa. Quería vivir y probar algunas cosas de las que perdí contacto. Soy la Victoria Ocampo sin el talento pero con sus mejores vanidades, y qué.
Me siento profundamente culpable, durante la madrugada, de haber perdido el norte de la vida, la razón de la sensibilidad, detrás de este camino estúpido del egocentrismo.  Pido disculpas a los que, hoy en la calle, durante esta noche de estrellas eternas y soledad finita, jamás van a leerme. A ellos. Ojalá esté a la altura de las cosas que creí y por las que luché. Ojalá.

miércoles, enero 25, 2012

Bochini


Estaban el Beto Alonso, Alzamendi y Francescoli en River y, durante el mundial 86 cuando tomé conciencia de que eran uruguayos los dos últimos, estuve a punto de hacerme de independiente. Por Bochini.
Se trataba de una delicada decisión, que iba contra las decisiones familiares y contra el delicado equilibrio entre mis hermanos. Pasé momentos complicados, de crisis espiritual, vocacional, ideológica, como las crisis que debe haber tenido Juan Pablo Schiavi cuando pasó del PRO al PROgresismo (lo superó bastante bien igual, se lo ve relajado, digamos) pero finalmente, no me hice de Independiente. Ni de River. Ni Uruguayo.
El fútbol es ese programa de televisión donde unos pendejos con problemas de lenguaje ganan millones sin tributar, mostrando las abismales desigualdades sociales de un mundo capitalista. Los intelectuales fueron tentados por la culpa adoptar la demagogia de hacer como que. Y los periodistas (los intelectuales orgánicos) ponen el club de fútbol de "los personajes" como constitutivos de una identidad. Nada más pelotudo, por cierto. Probablemente en apenas un siglo en los estudios sobre comunicación, al abordar este tiempo que transcurre, llame la atención la ampulosidad y estupidez de esta época, donde los periodistas ponían como un dato importante el club de fútbol, o sea el programa de televisión que miraba, un presidente de la Nación. Los culturalistas lo verán como parte del pan y circo de la época, del feroz capitalismo que, también, transcurre. Los estructuralistas lo verán como pan y circo, necesariedad constitutiva del estadio del feroz capitalismo al que asistimos.
Hay un clivaje ya viejo entre intelectuales de élite e intelectuales populares, pero es atentos a ese pecado histórico que hoy las élites gozan del fútbol. Como el folclore que de tanto pasarlo en la radio nos termina gustando, el fútbol de tanto repetirlo se mete en las entrañas.
Me gusta el fútbol, porque es la infancia.
Como las carreras de burros de los tangos de la década del 40. Pero apenas si he pisado -también en la infancia y de colados, por una parte del alambrado, en Paraná, que estaba roto- un hipódromo.
Es Alzamendi, es Maradona, es Lalo en Argentinos Juniors, es Francescoli , es Gorozito, es Bochini, es Paz, es Higuita, es Valderrama, es Milton Melgar, Latorre y Batistuta.
Hoy, no miro mucha tele. Me aburre. Es que me estoy haciendo viejo, con esta soledad tan concurrida. 

lunes, enero 23, 2012

The Wire

En la edición de enero del Limón Diplomático, José Natanson (el nuevo y brillante director, que lo tornó legible y desajustado entonces el sobrenombre de Limón Diplomático, pero bue, la costumbre) menciona esta serie yanqui, The Wire, como ejemplo de la vida de los sectores marginados de los Estados Unidos. Como lo que Natanson escriba es algo que me interesa, busqué la serie. Acabo de ver 12 capítulos de corrido, a lo largo de pocos días. Y ya empecé con la segunda temporada. Una especie de adicción me agarró.
La sutilidad del guión, el tratamiento de temas como las drogas (la estupidez de la guerra de las drogas, la violencia que engendra, la corrupción policial, la marginalidad y su inteligente círculo vicioso) o la homosexualidad (desde la naturalidad en ciertos círculos sociales hasta el más común del decálogo despectivo) y los problemas raciales, sin visiones complacientes, idiotizantes, que sorprenden en una serie yanqui. Demasiado profunda. Demasiado buena. Los juegos de poder -que los yanquis desde la cultura popuar confunden con la política- no tienen tampoco una visión negativa obtusa, sino que explican el funcionamiento de las cosas. Y los personajes están tan bien narrados que, a pesar de que choca un poco al principio algunas actuaciones malísimas (se contrató gente de la ciudad donde todo transcurre, Baltimore, sin experiencia en actuación) y otras de gran calidad, un buen guión, una fotografía aceptable, televisiva, pero un buen guión, salva las papas y, en algunos caso como en éste, eleva las cosas.
Mario Vargas Llosa, desde su sensibilidad y también, claro, desde sus posiciones políticas conservadoras, traza un panorama de la serie muy certero. Y cuenta:

Los dos autores de The Wire, el ex periodista David Simon y el ex policía Ed Burns, trabajaron muchos años en el mundo que describe la serie. El primero de ellos dice que la concibieron como una novela filmada, y, también, que la mayor influencia que ambos reconocen es la de la tragedia griega, pues, en su historia, también la suerte de los individuos está fijada desde antes de nacer, por "unos dioses indiferentes" contra los que es inútil rebelarse.

Hay otra cosa llamativa, además de la sutileza tipo Kurt Wallander para quebrar la cadena de significantes del policial clásico, ya gastado, de las series yanquis en general y es la polifonía, usando los recursos visuales y estéticos disponibles, que narran historias dentro de la historia que además de trazar el recorrido emocional de los personajes, señalan una mirada sociológica, un cariz antropológico y una cosmovisión, con fuerza subjetiva, que aún dentro de múltiples cosmovisiones no pierde una unidad de sentido con la ilusión totalizante y remite, también, a las mejores tradiciones literarias norteamericanas. Y del cine. De los años de oro. 

domingo, enero 22, 2012

Adolescencias






Del blog  Minitas y Té de Menta de Lucía

Popurri de tortillas

Estoy atravesando un momento en donde no se que pensar, que sentir
No se como decirle a mis viejos ciertas cosas
Tantas cosas tengo guardadas, tanto tengo para decir
Todas las dudas, las preguntas que no puedo hacer
Porque en mi casa de colores, esta todo prohibido
Todo bajo llave, y ochenta candados.

En mi escuela todo es viejo y derruido
La gente tiene la impresion de que me las se todas, de lo que supone tendria que saber
La gente no tiene idea de todos mis conflictos internos
Les vengo a hablar de liberarse, y ni yo me libere en primer lugar
Todo lo viejo, que agarra como a las raices de un arbol
Pibes de 15, 16, 17, 18, que te hablan de lo correcto y lo incorrecto
De las reglas de la moral
Que estupidez
De la bandera, las buenas costumbres, la corrección
loco ¡Van a tener tiempo para ser muy correctos!
Sean libres mientras puedan, no se dejen enmarañar por las estupideces de los adultos
Hagan quilombo, rompan todo, tomen colegios, corten calles, puteen, griten, hagan de todo
Dejense llevar por los impulsos
Y lo peor es que yo digo todo esto, pero no les puedo decir nada a mis viejos
Me da miedo
porque conosco la hipocrecia, la conosco.

La naturaleza es sabia

 Por Mario Wainfeld
“La naturaleza es sabia”, pontificó Hugo Cettour, ministro de Salud de Entre Ríos, para justificar su decisión de no intervenir en el terrible caso del embarazo de una nena de once años. El cronista es partidario de moderar la adjetivación sobre personas, pero el criterio no es extensivo a frases-comportamientos de funcionarios públicos. Las palabras, o más vale, la conducta del funcionario son indignas, impiadosas y necias. La naturaleza (a menudo también la sociedad) tiene una tendencia al darwinismo, que la acción humana (las políticas públicas especialmente) aspira a anular o atenuar. La eventual cesárea, el tratamiento psicológico a la menor, la virtual entrega en adopción no son creaciones de la Madre Natura, sino de los seres humanos. La monogamia, las restricciones a la promiscuidad, las diversas formas de cuidado sexual no están inscriptas en el mundo natural y, se supone, Cettour ha de estar a su favor. También, se confía, será partidario de las vacunas, de la asepsia hospitalaria, de la anestesia o los antibióticos entre tantas interferencias de la civilización en el devenir natural.
El deplorable ministro, que es médico y fue director de hospital, sanatea para no mandar al frente a su cosmovisión, que en este caso desampara a la chica, en aras de la posición confesional (filo integrista) de las autoridades.
También es criticable el estridente silencio del usualmente poco visible ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur. Un pseudofederalismo, que afortunadamente el Gobierno no practica como costumbre, pretende ser excusa, sin conseguirlo.
- - -
El juez supremo Eugenio Raúl Zaffaroni, en una recomendable columna publicada en Página/12, explica que el delito de aborto está despenalizado en los hechos. Son contadísimos los casos que llegan a los tribunales. Hay (glosa el cronista) una suerte de derogación tácita en los hechos, “desuetudo” se la apoda en jerga. El fracaso de la regla legal da cuenta de su anacronismo.
La aplicación del artículo del Código Penal que autoriza, como excepción, abortos se dificulta por la floja redacción de la norma. Aun poniendo entre paréntesis el ya impostergable debate parlamentario sobre la despenalización del aborto, el Congreso debería ponerse las pilas y clarificar ese artículo, en consonancia con la interpretación y la jurisprudencia no confesional, que son mayoritarias. La mayoría que logró el Frente para la Victoria en las elecciones le impone el deber de emprolijar la legislación con tono progresivo, algo que está a su alcance y que interpela a su responsabilidad social.
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Un fallo del Superior Tribunal (ST) de Chubut, en otra historia de aborto no punible, está a estudio de la Corte Suprema, desde hace bastante más de un año. Sus Señorías son magnánimas con sus propios plazos, pero están próximas a decidir. La sentencia que abordarán autorizó el aborto de una adolescente violada por su padrastro. Hay algunas contingencias diferentes a lo sucedido en Entre Ríos, las similitudes son mayores: la pobreza extrema, la carencia de capital cultural y redes de la familia, una desprotección que se acentúa y que jamás roza a otros estratos sociales. La Corte escoge, en asuntos que conmocionan a la opinión pública, casos cuyas características refuercen el mensaje de sus sentencias. En este juicio hay una historia repetida, un problema social extendido, con una resolución ejemplar.
El expediente recorrió todos los despachos, la mayoría respectiva se irá formando. En nuestro sistema legal el fallo no es coercitivo para otros tribunales u otros litigantes. A despecho de esas restricciones, urge una señal de la Corte (que es mucho más seria y progresista que la media de los jueces argentinos) como referencia, como prueba de que los poderes del Estado no se lavan las manos.
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Ni Cettour ni los irresponsables médicos que desatendieron a la menor son los primeros profesionales que burlan su responsabilidad. El fallo del ST de Chubut cuestiona procederes semejantes. “El cumplimiento de las normas jurídicas es un deber del profesional (de la salud) y su incumplimiento es susceptible de sanción legal”, puntualizó, agregando que “los casos de abortos no punibles son uno de los tantos componentes del servicio de salud”. Servicio negado a la menor, pobre, mujer y violada, revictimizada por las instituciones.
Las campanas doblan por los médicos, también por el Poder Judicial. El ST de Chubut dejó constancia de que había graves deficiencias técnicas en los recursos que le elevaron el expediente. En ocasiones tales, los magistrados pueden declarar “desierto” el recurso por carencias de los profesionales. No lo hicieron porque privilegiaron su deber de hacerse cargo, de atender a un asunto de gravedad institucional: el sentido del deber prevaleció sobre el ritualismo forense. El juez de Entre Ríos Raúl Tomaselli dio un ejemplo clavado en contrario. Una gambetita ritual y se eximió de comprometerse.
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Jueces y funcionarios como Tomaselli y Cettour sobreabundan. El derivado –como escribió la magistrada y jurista Aída Kemelmajer de Carlucci– es que el sistema “penaliza la pobreza y no la interrupción del embarazo”.
La destacable cobertura de este diario y en especial las notas de la colega Mariana Carbajal lo remarcaron. El cronista, desde su ángulo, añade un granito de arena. Lo que está en juego no es la naturaleza sino el apego a la ley, flojita pero vigente. También el proceder correcto de los profesionales de la salud. Y, en un sentido más amplio, la política o la presencia estatal, herramientas que (bien blandidas) mitigan las de- sigualdades y tutelan a los que menos tienen.
En este caso, chocante a carta cabal, hablamos de una criatura de once años y las palabras empiezan a sobrar.

Ehhhh mulooooOOOOOO