MIS DATOS PROCESALES
Más perseverante (aunque de obtusa originalidad) resultó el Lucas Me Rasco ya difundido generosamente por quien subscribe, que descubrió, cual buchón de la SIDE de Yibuti, que Alejandro Salvatierra tiene computadora. Bravísimo .
Lucas me-rrasco
Ha nacido un nuevo blog, que me denomina, como la hija menor del Conu que, me dice, con sus 4 añitos, lucaschurrasco y sale a esconderse, con risitas, detrás de las polleras de su madre, por miedo a mi barba, mi cara de loco y esta vocecita de barítono. Pero, ojito, que la nena me adora, de verdad, y yo también.
Ahora, un boludo grandote -presuponemos, dado que el anonimato es norma entre bananas- ha creado el blog Lucas Churrasco -jo, jo, jo, qué fineza, qué sutilidad para la ironía, dios, hay cada pelotudo que la va de colado en el selecto club de los grandes chicaneros- que se presenta así:
Lucas Churrasco, el blogger k de las minitas.s 20 de enero de 201
Ahora, es un poco incomprensible atacar con que soy GEY, lo cual es absolutamente cierto, MENTIROSO, verdad si las hay, lo juro, yo, o que "Me Rasco" lo cual, también, es cierto: trabajo de lo que me gusta, de escribir, y soy lo suficientemente consciente de que la producción de valor y de riqueza social contiene trabajos muchos más feos y que son pocos los que pueden vivir de lo que les gusta. Y aún así, detesto mi trabajo. Más bien, detesto trabajar.
¿Y con todo eso qué?
¿Qué escribo para levantarme minas? Puede que sí, y si así fuera, qué?
En realidad, digo eso cuando me joden con que me pagan para escribir en este blog. Quienes dicen eso, cobran por escribir. Yo, por este blog, no cobro nada. Y por eso, mezclo los disparates que se me ocurren, los análisis que quiero contar acá, el lenguaje desfachatado, un egocentrismo patológico, las noches tristísimas, las minas locas, las otras, las que me dejaron, mi incapacidad para cambiar una bombilla, los desgarros carajo los desgarros, mi torpeza para hacer un huevo frito, las ganas desesperadas de gritar, mi largo y añejo, pero avinagrado ya, desprecio por la oligarquía y su olor a bosta, la puta nostalgia, los amores sobre el puente y las buenas canciones, la épica de las derrotas hostiles y con la música a otra parte.
La historia, quién sabe si pone las cosas en su lugar, pero yo, perdón por la expresión, me cago de risa.







