domingo, octubre 14, 2012

Firme Junto al Pueblo


POLITICA |

 "Mamarracho para todos"

14.10.2012   

Lanata, el chocolatero que hace el ridículo en TV

Aumentar Disminuir
Tamaño del texto
Lanata, y Chávez a su izquierda. (EFE)
Lanata, y Chávez a su izquierda. (EFE)
Luego del triunfo en Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de Venezuela, "Jorgito", el nuevo conductor de la noche dominguera de canal 13, y enviado especial a Caracas, se mostró fastidiado por la derrota del opositor Capriles.
Por Lucas Carrasco
Sin proponérselo, más bien proponiéndose lo contrario, la derecha argentina hizo del triunfo de Hugo Chávez en la reciente elección presidencial venezolana un acierto del kirchnerismo. 

Se puede graficar con un sencillo ejemplo: el del “periodista” Jorge Lanata provocando a los encargados de seguridad de otro país, justamente Venezuela, negándose a abrir el equipaje de una comitiva que, como se vio en los videos donde insulta porque perdió el candidato de los Estados Unidos, tiene, entre otras tareas, la de aplaudirlo.

Lanata se lleva su claque de reidores y aplaudidores, lo cual está muy bien, pero llamará la atención en cualquier aeropuerto semejante comitiva: explicarle a cualquier persona que el empleado preferido de Magnetto tiene “problemitas” de vanidad puede demandar más de una hora. 

Por suerte, en el aeropuerto de Caracas fueron comprensivos -según Lanata porque lo conocen y le temen o algo así, aunque no se lo puede tomar muy en serio-, y en menos de una hora ya estaba haciendo su lumpen show en Buenos Aires, al servicio de las licencias ilegales del Partido Clarín. 

Henrique Capriles, el candidato que todos los medios de comunicación pro yanquis apoyaban, será pronto olvidado por esos mismos medios que lo endulzaban tanto que hasta Lanata se habrá puesto celoso. Pero lo que quedó es la sensación evidente y amarga de derrota de la derecha, que se creyó sus propias mentiras. Incluso hasta el colmo del rencor; no es otra cosa el hecho de terminar puteando porque en una jornada ejemplar no triunfó el candidato yanqui en Venezuela. Si eso no es “periodismo militante” es, entonces, lisa y llanamente, vulgaridad recalcitrante. 

El tremendo error político de Héctor Magnetto, en vísperas de capitalizar un cacerolazo“espontáneamente” convocado para el prime time del 8 de noviembre, se debe a que en la desesperación se deja conducir por el lumpen show de Lanata, que junta su dinero sin aportarle un solo gramo de persuasión que no esté reducido al entorno reaccionario del cual ya se nutría el Partido Clarín.

El problema de truchar encuestas, montar operaciones e imitar en el autoelogio a Ricardo Fort es terminar confundiendo ese lumpen show con la realidad. Porque, después, esa realidad, vengativa, te prodiga esas decepciones... por ejemplo, que todo lo que dijiste e hiciste montado, psicóticamente, sobre tus propias mentiras, con el acompañamiento de marginales políticos como Eduardo Amadeo oPatricia Bullrich, resulta, desnudo, un papelón. 

Eso le pasó a Lanata. Creyó en sus propias mentiras. 
Y el lumpen show montado en Caracas contra Cristina (más que contra Chávez) resultó un mamarracho. 
De unas elecciones que en general, a la población argentina, le importaban poco y nada, la dirigencia de la derecha -la plana mayor del Partido Clarín- hizo un mundo, demostrando su aislamiento y haciendo, con vocación increíble, el ridículo. 

Ante cada traspié de la realidad, como buen mitómano militante, Lanata se pone él mismo en el centro de la noticia, fabulando una conspiración internacional para borrarle las terribles grabaciones donde revela vaya uno a saber qué cosa oscura que al gobierno venezolano no le interesaba dar a conocer. Un circo de falsetes que estrenan novedosas caras de indignados por la falta de libertad de expresión le hacen coro. Como ya es natural, a los dos días se descubre que era todo verso, una infamia de una puerilidad desgastante, y entonces el asunto se enfría y se olvida. Arranca la nueva Operación Triunfo. 

Solamente apretando mucho las palancas del odio se pueden entreverar tanto las cosas para caer en estos grados de perversidad: la noticia principal, para la Argentina, no son las fabulaciones de un mitómano militante, sino que triunfó democráticamente Hugo Chávez, que la derecha está aislada del mundo que imagina y no entiende, que cualquier futuro en manos de los encargados del lumpen show derivaría en un mamarracho tras otro, indefectiblemente. 

El chocolatero que hace el ridículo en TV, Jorge Lanata, está chocando la calesita. Problema interno del Partido Clarín. 

Era esperable que la mafia organizada del Partido Clarín abusara de todos los recursos posibles para no adecuarse al principio de igualdad ante la ley, pero no estaba en los cálculos de nadie que hiciera el ridículo. 
El Estado en su conjunto está obligado -no es optativo- a aplicar la ley. 

Los pucheritos berretas, las operaciones de inteligencia, seguirán después del 7 de diciembre, día en que se les acaban las chicanas judiciales de los abogados del Partido Clarín, los mismos que en el Grupo Clarín son presentados como constitucionalistas, acaso porque van a cobrar los cheques a Constitución, donde está la sede del órgano de circulación interna del monopolio ilegal. Que tiene la característica de traer publicidades de supermercados y electrodomésticos (sin privarse de hablar de estanflación) en el medio de sus instrucciones internas para empleados y militantes de 250 licencias ilegales. 

Es tan autocentrado el diario Clarín que sólo sirve para que sea replicado, como una biblia de neón, en las 250 licencias ilegales de medios de comunicación que concentra. 

Al igual que Lanata, todo aquel que lo contradiga, y a esta altura, son todos menos ellos mismos, es un K aborrecible que se niega a reconocer que la mitomanía militante es la pureza absoluta y la ley y el estado de derecho una trampa para aplicársela a los delincuentes. Y... sí.

La resentida, por Luciana Jury


Nacionalismo de izquierda



Los climas de época son claves de comprensión. Categorías que se aferran a la narrativa predominante. Y el triunfo, categórico, de Chávez en Venezuela se inscribe en el giro a la izquierda que adoptó Sudamérica; casi en soledad, en relación al resto del globo terráqueo.
Parecía, hace pocas décadas, una imposibilidad el nacionalismo de izquierda que predomina en la mayoría de los países de la subregión; no tanto por el vocativo "izquierda" cuanto por el vocativo "nacional": la globalización, se decía, iba a terminar con las fronteras nacionales.
Y caído o debilitado el estado-nación se predaba la condición de posibilidad de una izquierda. Que era el objetivo, en ese mundo que ya fue, a destruir.
Hoy, ese objetivo se desplaza con timidez a destruir la forma, diría Lenin, nacional. A través del sánscrito de que estamos "aislados del mundo". Pero colisiona, esa aventura reaccionaria de dialogar con un mundo donde la patria de la infancia está ausente, con la efectiva integración política en la región, propia del clima de época, y la crisis de los paradigmas neoliberales de maximización de la tasa de ganancia a través de la financiarización del capital, acumulado primariamente a través del estado industrial, hoy, deslocalizado.
La resultante es compleja en varios sentidos pero llana en otros: es la construcción de un marco ideológico que hegemoniza las interpretaciones de la coyuntura, entrampando en irresolubles los planteos nostálgicos de la década de oro del neoliberalismo.

viernes, octubre 12, 2012

Tanta agresión no es gratuita.

No tiene el kirchnerismo, de su lado,  el (quizás, además, abusivo tácticamente) recurso del "factor sorpresa" para el #7D.
El microclima vive, vivimos, de ésto: por primera vez, en democracia, algo tan normal y liberal en el capitalismo central y tan poco frecuente en las economías dependientes como el desmembramiento, a través de instituciones republicanas, de un monopolio, está, señora, a punto de suceder.
La estratégica derrota moral de la derecha argentina, que con la precariedad intelectual de Lanata se dejó conducir al desastre venezolano, opaca el recrudecido aislamiento político del Pistoletazo (epílogo de un desgaste innecesario de la variable de insubordinar a las fuerzas armadas. Probablemente, sino hubieran ido tan lejos, partidos de historia cuartelera como el socialismo y el radicalismo, o sus hijos dilectos, el PRO, no se hubieran desmarcado tan rápida y contundentemente, contribuyendo, así, al aislamiento del golpismo) e indaga sobre la crecida soledad del Partido Clarín. Dónde cuenta con la bandera de rendición de cualquier causa, no importa si se dan cuenta: si tu causa la defiende Patricia Bullrich o Eduardo Amadeo, ambos con destino de verguenza electoral como Silvana Giúdice y Fernando Iglesias; es que en realidad, estás presentando bandera de rendición. De rendición incondicional.  De prepotencia guaranga antes de estrellarte contra la pared.
De todos modos -bah, nunca es posible pensar después de todos los modos posibles, pero, digamos, después de acontecidas las variables más previsibles- la batalla legal no haría más que encorsetar, dicotómicamente, el ring de la disputa política que derivará, siempre y cuando la derecha salvaje respete, como hasta ahora, las rutinas institucionales, en el condensamiento que definirá la continuidad del kirchnerismo en la modalidad de Cristina como presidenta, del 2015 en más.
Las elecciones de 2013 serán un plesbicito en torno a CFK.
Todas las fuerzas sociales y económicas coinciden en este punto.
Pero, además, serán también un test que abrirá las compuertas para pensar qué quedará cuando finalice la presidencia de CFK o la conducción de la fuerza política mayoritaria: cuánto podrá, el eventual corrimiento a derecha (sea en 2015 o sea en 2019) mojar, la derecha salvaje.
Para decirlo en criollo: si se repitiera el cuadro de distribución de responsabilidades de 2011 con un kirchnerismo abrumadoramente mayoritario, secundado por un progresismo conservador y oligárquico como el de Binner y luego por las esquirlas del narcoradicalismo y el narcoperonismo, entonces, señores, el monopolio Clarín será, sencillamente, historia.
Y el Partido Clarín se irá diluyendo en su rencor.
Con el agregado, algo cruel, de que la memoria popular, tiene, siendo amables, plazos medianos para el olvido. O más bien, plazos largos. Tanta agresión no es gratuita.

jueves, octubre 11, 2012

Los puntos suspensivos.





En un bar de Paraná, en la esquina de mi trabajo, hubo una discusión fortísima: éramos cuatro periodistas amigos, bastante amigos. Desde entonces, nos saludamos, cortésmente, desde enfrente, con dos de ellos, dos de nosotros. Era el año 2004. Pasaron ocho años.
La mitad de la vida de prácticamente de quienes más frecuentan este blog.
Y uno aún contándose las costillas.
Las viejas heridas.
La cantidad de rencores.
Discutíamos, esa nochecita, entre vasos de fernet (con soda y limón), del 2004,  la naturaleza del gobierno de Kirchner, si era o no parecido al gobierno de Chávez, que todos, los cuatro, apoyábamos.
Estaban los cambios del equipo titular, que hasta entonces, además, picaba en punta: los posestructuralistas o su versión remixada, eso de que no había que tomar el poder. Y la contracara, defensiva (hoy vale reconocer cuán precaria) del socialismo del siglo 21.
Todavía, en esa esquina, no habían puesto el semáforo, entonces mirar las minas que venían de trotar por las barrancas del parque Urquiza, sobre el río Paraná, era una tarea que insumía más energías. Y el que tenía mayor poder de concentración, bajo el riesgo que nadie te retenga mucho la atención, ganaba por abandono.
Mi trabajo no era bien pago, pero en una sana costumbre, me cagaba en todos.
Y soñábamos que si en Sudamérica, etcétera, que si ganaba el Frente Amplio en Uruguay,  más los contornos que el peronismo podía aportar a la izquierda sudamericana, en fin, acorralando a Lula, en Brasil, que era un mundo de decepciones...(en Buenos Aires queda bien hablar bien de los gobiernos de centro del Brasil y Uruguay, en las provincias, que es donde habitan los que con frecuencia en el puerto se llaman Argentinos, la cosa, es distinta: entre otras razones, porque se los tiene, a los países y gobiernos en cuestión, más cerca).
Las previsiones fueron, hasta cabría lamentar, acertadas. Los resultados, muchísimo menos, en clave Sudamericana, que lo que nos dictaban los manuales de la revolución escuetamente posible.
Tanto batallar contra el posibilismo (la fuerza cultural del peronismo ha desterrado esta palabra del lenguaje al uso) de la Tercera Vía...

Enrique Medina, en una novela que se llama "Transparente", de un registro tan distinto del resto de sus obras, las de los años setenta, hace un abuso, tan raro, tan desestabilizante, de los puntos suspensivos...
¿Qué tiene que ver?
Nada...

En el año 2004 ya no tenían cabida las discusiones (francesas) sobre el carácter burgués de la novela, su posible fin, la perspectiva, miedosa, de su futuro. Ya esas cosas eran viejas. En el peor sentido del término: sinónimo de inútiles.
Lo peor, arriesgo ahora, de pensar la vejez es pensarse inútil. Con el cuerpo. Con la mente. Con esa separación, tajante, idealizada, de lo binario primario de una identidad. De una persona.

El vuelco en la correlación de fuerzas - en esos años usaba más, abusaba más de mi lenguaje izquierdista- era, en los albores del gobierno K, un hecho, palpable, no todavía contrastable, en Latinoamérica. Bah, en especial, Sudamérica. Nuestro mapa de situación no estaba tan errado. Y ojo que, naturalmente, la mente, vanidosa, hace recortes en los recuerdos, evitando los errores más groseros. Me acuerdo de estar viendo con otro amigo, Ignacio González Lowy, que lo perdí de vista, él se fue por los caminos de la izquierda que en 2002 mejor comprendía el peronismo y se fue por ahí, entre otras cosas, por insistencia mía en esa visión de izquierda nacional y popular con sesgo federal, pero bueno, ahora está en el rabioso antikirchnerismo que anda buscando, en las fuerzas armadas amotinadas, a la mierda, los cauces torrentosos, cuando la historia adquiere densidad, derivan a lugares impensados..., anda buscando ahí su última esperanza blanca; con la poesía pasablemente mala de Mao, pero me acuerdo de estar mirando en su casa, a mediados de 2002, el golpe de estado en Venezuela, por Crónica, el canal. No era TN, que siempre fue sospechado de ser una reverenda inmundicia porque era la voz pura del Partido Clarín. Y un amplio abanico de corrientes, antes de la llegada del kirchnerismo, pensaba lo mismo que ahora sobre el Partido Clarín. Claro que en el menú teórico portuario no estaban este tipo de reflexiones, ni a derecha ni, menos aún, a izquierda. Entonces se veían imágenes de un pueblo movilizado, contra Chávez. Me acuerdo de haber discutido, estando, yo, ahí, dudando, por decir lo menos, de Chávez, creyendo que el pueblo se le alzaba en contra. Eran imágenes manipuladas. No existían, ni los canales ni las extendidas pericias para manejarlos, como internet, con la ilusión de lo instantáneo, el enigma inmediato. No existían, además, las condiciones políticas y culturales para decodificarlo, sino, apenas, los refugios teóricos y el quilombo enorme que se armaba en las calles de las provincias, todos esos días.

Tampoco existían los formatos, recontracaducos, de linealidad entre medios de comunicación de masas y comportamiento ciudadano. O existían, como apéndices aburridos, de la historia sociológica, de sus recorridos accidentados. Y manuales de guerra. De inteligencia. Y teorías psicoanalítica.

Cosas que se volvieron viejas.
En su peor sentido.
Inútiles. 

martes, octubre 09, 2012

La carta robada





Los Gendarme y Prefectos sublevados contra la democracia están pagando su desvarío político en el desierto, ese lugar donde no hay capitalización ni representación mínima, por que decidieron quedarse al borde. Y traspasarlo.
El rol de la mayoría de la oposición política, en este caso, es enorme. Han aislado a quienes cruzan la frontera. El triunfo de Chávez, con la escena montada para que los militantes rentados del Partido Clarín, que por solidaridad de aislados, del otro lado de la frontera de lo legal, con el Pistoletazo y con los escrachadores del Cacerolazo, cierra el moño para regalo del estado de derecho. Las cartas están echadas.
Los prefectos -no los de la policía parisiense que en el magistral cuento de Edgar Allan Poe (ni en la versión de Julio Cortázar) se hunden en lo irresoluble y deciden pedir ayuda al detective, inaugurando, ingenuamente, un género literario- no tienen, ni en el duhaldismo, ni en el procesismo de Macri, ni en el radicalismo, es decir, en su estado mayor de la naturaleza, gravitación. El gobierno resolvió, por encima de la resolución de no reprimir la protesta social y meter en cana a los represores de la dictadura, con política, este dilema con política.
Un problema tiene una solución.
Un conflicto tiene un cauce institucional.
Un dilema no tiene solución ni cauce institucional.
Se trata de aprender a convivir, las mayorías democráticas, con el dilema. Hasta que el mero paso del tiempo opere como aprendizaje de las fronteras legales. No queda otra.
Que la política, como arma, ya no de resolución de problemas, ni de encauzamiento del conflicto, sino de aislamiento de los dilemas.
El problema es la Carta Robada. Esa carta guardada que los monopolios que se juegan la vida -se juegan, como en el caso del Grupo Clarín, su razón de ser en tanto monopolio, esto es, se juegan la vida- deben, naturalmente, tener.
¿No era, según los Manuales de Inteligencia, que el gobierno iba a mandar a Gendarmería el #7D para que el Grupo Clarín cumpla la ley? Gendarmería no parece muy dispuesta, precisamente, a hacer cumplir la ley. Más bien, lo contrario: se han constituido en la razón armada de la ilegalidad. Se fuerza, acá, la máquina, hasta lo inverosímil: el gobierno debe, más que puede o quiere, debe, hacer cumplir la ley. No le queda otra. Cumplir la ley o hacerla cumplir no es optativo. Es un imperativo categórico cuya ilusión sostiene el estado de derecho.
Los monopolios, los de AEA -la poderosa Asociación Empresaria Argentina que dirigen Techint, Clarín y la oligarquía sojera- no están acostumbrados a gobiernos como los de los K, que pretenden la igualdad ante la ley. Que hace, pero qué malos son señora, leyes contra los monopolios, contra un monopolio, sin nombre y apellido, dado que los monopolios nunca tienen una verdad, son, por naturaleza, la verdad: son lo contrario a la existencia de verdades múltiples.
El Grupo Clarín debe tener una carta guardada que todos buscan, desesperadamente.
Quizás, como en el relato inaugural de Poe, esté en el lugar, sencillamente, más obvio. 

domingo, octubre 07, 2012

Al sur de la frontera


Heidismo residual y heidismo emergente




Los debates con la derecha en torno a la calificación técnica que merece el intento de golpe de estado implican una lucha política de carácter estratégico, cuyo resultado coyuntural marcará la suerte del gobierno en los próximos 3 años pero también, de la calidad del estado de derecho.
El quiebre de la cadena de mandos es, si es que ocurrió (con la información disponible hoy, es susceptible dudar) es, sin restarle gravedad institucional, de menos jerarquía que el quiebre legal y político inusitado desde los alzamientos carapintadas, expresado a viva voz: el pedido de anulación, a través de la consigna "fuerzas unidas, jamás serán vencidas" con lo cual se pretende homologar Seguridad con Defensa. La respuesta del poder político, no sólo del oficialismo, fue clara y contundente.
Cuando esta derecha, la brutal y la que no sale del placard, se siente avergonzada de lo que es, cosa que ocurre con curiosa persistencia, acumula para el heidismo. Esa manera, maricona y enternecida en leche, de presentar los acontecimientos como ensimismados, inmunes -no ingenuos, inmunes- a las mediaciones, donde los protagonistas siempre tienen la sinceridad de su lado, siempre y cuando horaden al gobierno nacional. Así, los cándidos neonazis en realidad le están diciendo Nazi a la presidenta, los que amenazan la democracia desblocando el monopolio legítimo de la democracia en su propio beneficio sectorial, en realidad, le están demostrando a CFK que no le tienen miedo y así, sucesiva y torpemente. Aburre la enumeración, que, sin embargo, se vuelve imprescindible. Es un heidismo residual, de planta permanente en la historia.
En las bataholas cualquiera reflexión que exija serenidad será excomulgada de antemano.
Es el caldo de cultivo, el caldo espeso, que conviene a esta derecha amarga, residual, con capacidad operativa para dinamitar lo conquistado por la corriente que se entiende, y donde me enrolo desde una mirada de izquierda, nacional y popular.
Pero la narrativa, pretendidamente blasfema, pero de sustrato conservador y reactivo a falta de programa político, está fechada en el heidismo emergente.
El heidismo emergente no tiene esas dramaturgias de la historia, es puro presente, exalta hasta límites inconmensurables su escala de valores estúpidos: la espontaneidad, confundida por reliquias culturales burguesas en sinceridad, el individualismo, lo antipolíticamente correcto, la pacificación de los espíritus a cañonazos...Nada muy novedoso, en realidad. Pero sí es novedosa la exaltación de su idiotez, el regodeo ante la ignorancia, el desprecio de toda evidencia que implique alguna densidad conceptual, su falta de anchura intelectual.
Siempre hubo, en la historia, de derecha a izquierda, corrientes intelectuales del heidismo emergente, pero jamás se propusieron, hasta la llegada del posmodernismo, como vanguardia de valores mesiánicos, con la violencia simbólica que eso implica.  

viernes, octubre 05, 2012

Venezuela

Por Roque Mario Tito


Lo primero que sentís a llegar a Caracas,es como sí fuera inminente la erupción de un volcán,gente inquieta,tensa,pero sin perder esa amabilidad que los caracteriza,Caracas se encuentra en un valle,rodeado de montañas,pobladas de barrios-como aquí se denominan,a lo que en otros países llamamos villas miseria,favelas o o cantegriles-ahí viven una parte importantísima,de lo que es la base social del Chavismo,el pueblo humilde,olvidado,ignorado por los gobiernos Social demócratas y social cristianos de la llamada 4 República y a los que el Comandante,lentamente pero sin pausas,comenzó a devolverles lo que durante más de 2siglos le habían robado,salud,educación,alimentación,viviendas dignas,y sobre todo,esperanzas en un futuro mejor.  Y,ahí esta la gran diferencia entre Chavez y Capriles Radonsky,ex Tradición Familia y Propiedad,integrante de una nueva derecha latinoamericana,profundamente inculta y aventurera,con un discurso plano,chato,sin contenido,de un lado la Esperanza,del otro disfrazado,oportunista,un conjunto de partidos y grupos,a los que solo los une el odio,en algunos casos por la pérdida de privilegios,en otros la bronca con ese coronel zambo,que se gano el amor de un pueblo,que no los comprendió.
Nunca mejor utilizado,el término rejunté,para denominar a la opositora,Mesa de Unidad Democrática
Ayer,se cumplieron 30años de la Masacre de Cantaura,en la madrugada del 4 de Octubre de 1982, fueron asesinados de un tiro en la nuca,23 jovenes,eran integrantes de una guerrilla,impulsada por el partido Bandera Roja,de orientación maoísta,y que aún hoy,en su página de internet se define como marxista leninista,la orden para esa operación de exterminio,no hubo heridos ni capturados,la dio el Presidente Luis Herrera Campins,del Partido Copei,de orientación socia cristiana. Hoy,asesinos y víctimas,Copei y Bandera Roja,integran el frente anti chavista.cualquier semejanza,con situaciones que han ocurrido,ocurren y,lamentablemente ocurrirán en nuestro país,es producto de la imaginación,de algún mal pensado.
Ayer,la avalancha Bolivariana,desbordo las Avdas.Bolivar,Universidad,México y otras 4 más,del centro de Caracas,en el cierre del candidato de la Revolución,ni las fuertes lluvias impidieron que los militantes se mantuvieran en las calles,más aún,cuando más fuerte era la lluvia,más saltaban,cantaban,gritaban,ese acto de amor a su líder,no lo realiza,quienes van por dinero u obligados,como acusa la oposición,por el contrario es la conciencia de un pueblo,que no se vende,ni se compra,es un nivel de conciencia,que pase lo que pase,no retrocede más,y ese,quizás,sea el gran logro de Chávez.
El domingo es la gran carrera,de un lado el parejero del Pueblo,que soporto estoicamente el aguacero,demostrando que pese a contratiempos conocidos,esta fuerte,vital,del otro su rival,más joven,con el apoyo del 90 % de los medios,pero,que por más travestido que se presenté,representa la vuelta a un triste y dependiente pasado.Los pueblos de la Patria Grande,juegan todos sus boletos,al Comandante,humanista,solidario,su triunfo oxigenara nuestros procesos populares,y como"el amor,con amor se paga"seguramente,podrá seguir construyendo " la Patria Bonita". Será Justicia.

jueves, octubre 04, 2012

El Partido Verde, Clarín, está aislado.

La desaparición de Alfonso Severo, un testigo del caso del crimen de Mariano Ferreyra, golpea -como me decía, recién, Pablo, el hermano de Mariano- de manera dura sobre la querella, los fiscales y, obvio que de manera distinta, sobre el gobierno nacional. Es un momento donde todas las hipótesis son posibles. Lo que, claramente, dificulta la búsqueda.


El clima es turbio. Hay operaciones de todo tipo. Incluido, la presencia de militares transportándose en camiones -como desde Diamante a Paraná, en movimientos nunca vistos, antes del comienzo de la asonada de las fuerzas represivas- y los llamados, a través de las cándidas redes sociales, donde los funcionarios del PRO trabajan activamente, de manera coordinada y sistemática, mientras su línea dirigencial dice otra cosa, para potenciar la asonada y el acuartelamiento; los llamados a constantes escraches y cacerolazos, la difusión de direcciones y domicilios (el mío, por ejemplo, pero no solamente), son parte de una operación coordinada, no jodamos.


Los hechos sociales no encuentran a sus protagonistas con plena conciencia de sus consecuencias.  La historia, nacional y mundial, abunda en ejemplos. Menos, cuando se trata de cabezas huecas de las fuerzas armadas, que verbalizan sus reiteradas amenazas de manera tan primitiva. Con su lenguaje tosco, profundamente antidemocrático, pero antipolíticamente correcto. Como un columnista, digamos, del Grupo Clarín.

El cúmulo de operaciones desestabilizadoras tiene puntos de captura y puntos de fuga. Entre los primeros, está la desmonopolización de uno de los principales grupos económicos del país. Pero ésto se expande en líneas de fuga disímiles que abarcan, en promedio, a la clase dominante argentina, que está, por su historia, parafraseando a Rodolfo Walsh, espontáneamente inclinada al asesinato. Pero es espontánea, está bien, según el curioso decálogo de la violencia antipolíticamente correcta.
Los 200 represores presos son una línea dura de entendimiento de la realidad nacional. Un inevitable.
Después están las líneas de fuga de una inseguridad, de una violencia ciudadana, real, en aumento. No quizás en asesinatos o hurtos violentos, si en delitos menores que meten, incluso, más miedo.
La brutal desigualdad social es una línea de fuga inabordable en el actual decurso de la narrativa política, una pena.
Las retenciones son un punto de captura y condensación, tanto como su línea de fuga, la mayor eficacia de la AFIP.
Así se puede seguir enumerando los mozaicos que se van derribando, en torno, a la ruptura de un silencio antipolíticamente correcto de una sociedad que naufraga entre la radicalización de un sector, que además apoya al gobierno y gana espacios, y la radicalización de un sector opositor, que se anima a las bestialidades que antes callaba, hoy conducidos por los militantes rentados del Partido Clarín, tanto como es La Cámpora quien termina liderando su inevitable contracara.  Parecemos, fundamentalmente por esta oposición estúpida, brutal y brutal, Venezuela.

En este cuadro general se inserta (y valora) la declaración de la mayoría de los sectores políticos, oficialistas y opositores, en defensa de la democracia y en contra de la insubordinación de las fuerzas armadas con tareas de seguridad y defensa.

El golpe de estado fue, nunca hay que bajar la guardia, dispersado, a partir de este pronunciamiento. Donde, Macri, más allá incluso de una vaga referencia a favor del fin de los juicios por crímenes de lesa humanidad ("el maltrato de una década a las fuerzas armadas", en palabras textuales) jugó un rol estratégico al pedir que depongan la actitud las fuerzas armadas acuarteladas.

El Grupo Clarín quedó, fundamentalmente, aislado, fogoneando un golpe de estado, tan obvio que cada tres palabras, como decían ayer en Duro de Domar, cada tres palabras dicen que son democráticos, ja. Bah, lo dicen de los golpistas, pero en el Grupo Clarín hablan por sí mismos. Y se les nota, que tanto hacer hincapié en traducir la asonada militar como democrática, es en búsqueda de una coartada moral en la parte donde andan flojitos de papeles.

Ninguna precaución es poca.

Pero hay que reconocer y valorar profundamente que la mayoría de la oposición política, al ratificar su compromiso con la democracia, aisló a los acuartelados. Un dato de inmensa magnitud.



miércoles, octubre 03, 2012

Instrucciones para actuar ante un golpe de estado

1) El sector más gorila de las fuerzas armadas, la Marina, se ha sumado al acuartelamiento, al igual que Gendarmería y continúa el de Prefectura, a pesar de que se les han devuelto los adicionales.

2) Los "Fondos Buitres" a través de los mismos estudios jurídicos que defienden los represores y que fogonean el cacerolindo, han logrado frenar la Fragata Libertad, símbolo de la Marina, en la remota Ghana.

3) Los cacerolindos, convocados para esta noche, en defensa de las Fuerzas de Seguridad, independientemente de que se haga o su magnitud, buscan opacar la reacción democrática del conjunto de las fuerzas políticas que se movilizarían ante el resurgimiento de las intentonas carapintadas.

4) Las operaciones de inteligencia militar para desestabilizar, encuentran, además, en su trabajador favorito, Hugo Moyano,  la coartada para sembrar miedo.

5) Paralelamente, la derecha idiota, niega que ésto sea un intento del resurgir carapintada (la quiebra en la línea de mandos, razón por la cual las cúpulas de Gendarmería y la Armada, presentaron sus renuncias, las que serán aceptadas o no de acuerdo a información y criterios que desconocemos y le corresponde al gobierno analizar) y que se trata de un mero reclamo salarial.

6) El Poder Tribunal se hace el boludo ante esta situación. El Poder Mediático, fogonea. Siembra dudas, operaciones de inteligencia (como las de Lanata, a quien tuvieron la desgracia de pedirle documentos y no considerarlo...este...no sé, el fundador de Crítica) y comportamientos minimizadores con la secreta esperanza, prudente, de que ésto crezca para luego adjudicarle la responsabilidad de ese crecimiento de la asonada a la propia Presidenta.


Ante esta situación, quienes defendemos el gobierno nacional, pero fundamentalmente, todas las fuerzas democráticas, debemos actuar.
En primer lugar, con absoluto pluralismo, intentando aislar a los sectores reaccionarios y desestabilizadores.
Es muy importante todo lo que se pueda hacer a través de llamadas telefónicas, cadenas de mails, manejo de las redes sociales, contacto con familiares y amigos, para aislar a los desestabilizadores: avalando cualquier reclamo, protesta, disconformidad e ideología que en el marco de la democracia disienta en parte o totalmente con el gobierno nacional y el kirchnerismo, el objetivo estratégico es aislar a los golpistas.
El reclamo salarial ya fue escuchado, ya fue solucionado, la continuidad del acuartelamiento y la convocatoria pública, apenas discreta, por parte del Grupo Clarín a una asonada militar, busca crear una turbulencia desestabilizadora ya no del gobierno nacional, sino de la democracia. Cualquier reclamo salarial es legítimo, pero no una asonada militar montada sobre un acuartelamiento ilegal. Hay que defender la democracia. No minimizar ni sucumbir a las fuerzas políticas marginales que, por ingenuidad en algunos casos, por complicidad en otros, intentan que la población no sepa de qué estamos hablando: estamos hablando del crecimiento del huevo de la serpiente fascista, un intento de asonada militar que ponga en jaque este gobierno para así condicionar la democracia.

Probablemente sean anteriores a la patria, porque son anteriores al Homo Sapiens




Gendarmes y prefectos pidieron reunirse con Moyano y los recibe esta tarde

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------





Las manitos arriba, saludando la vieja Alemania...

Crimen Prefecto


La imagen muestra la articulación de titulares, de un plan de inteligencia que puede resumirse en que suponen que están en el Chile de Allende, con el deseo muerto de un Pinochet.
Independientemente del reclamo salarial, puntual, los hechos sociales no se construyen (menos cuando existen este tipo de maniobras oscuras; operaciones, claras, de desestabilización) con la plena consciencia de sus activos participantes. Los que van a echar leña al fuego, sin ninguna inocencia, operan sobre un escenario preconstruido que signará la presidencia de Cristina. Hay que cerrar filas. Ya no se trata, como piensa el hijo de puta de Luis Juez, que a través de su hermano Coronel, fogonea, sin disimular, la prefectura marginal en Córdoba pero la Gendarmería, cuestión central en una provincia de historia reaccionaria, donde la presencia de la Federal es casi nula (es decir, la mano del estado nacional, está quebrada en la espina dorsal: el monopolio legítimo de la violencia).
La situación es gravísima.
Se trata de cerrar filas con la democracia y el estado de derecho.
Los odios, sacan de foco el contexto en el que esos odios terminan acumulando. Hay que tener mucho cuidado.


lunes, octubre 01, 2012

Barcos y boquitas pintadas




Un perro dormido siempre está en la esquina de donde vivo en Buenos Aires. Y siempre está dormido. O por lo menos, echado. Contra la esquina. A media mañana, cuando me levanto -me acuesto muy tarde, por la radio (se ha formado un grupo consistente de oyentes que hacen mucho ruido en las redes sociales: es un horario marginal, está todo pensado para que sea de culto y está funcionando, en ese sentido) y porque cuando vuelvo me pongo a escribir, a tomar agua, a fumar, a pensar un montón de cosas. Que se me ocurren. A veces. Hay noches enteras que no se me ocurre nada. Y espero. Que amanezca. Porque a veces me da miedo dormir de noche y otras veces me da miedo que ya no se me ocurra nada para escribir nunca más y que los peores tiempos, cuando estaba desesperado, empapado de vicios y fracasos, hayan quedado atrás pero se hayan llevado también la patada en el culo que es la necesidad compulsiva de sentarse a escribir. Entonces a media mañana o cuando salgo, a la noche. Siempre está echado. Hoy no estaba. Cuando fui a la lavandería, que encima estaba, riéndose, cerrada; la del Chino que me da consejos sobre mis debates, los que mira, por TV, y es un compañero, un kirchnerista. A mí me chupa un huevo todo eso, amigo chino, yo quiero escribir en mi blog, pero me da una ternura que en su castellano precario quiera encontrar un paisaje de temas en común. Raro debe ser adaptarse a una cultura tan distinta. Probablemente trabajen muchas horas por esa circunstancia. Un inmigrante necesita del olvido más que de la asimilación y la pertenencia, tienen el alma, se me ocurre, un poco muerta. Un poco apuñalada por el portador sano del viaje y la distancia. Por el cuerpo que almacena, para siempre, esa lejanía. La lavandería estaba cerrada, me paré en la esquina a hablar por teléfono. Volví a tener celular. Ayer leí una nota de José Natanson sobre La Cámpora (es muy valorable el esfuerzo de Natanson por pensar una narrativa actual. Pero, ja, me acuerdo. Una vez estábamos en un recital de poesía, en una casa, nosotros estábamos en el balcón. Era un desfile de freaks, pero yo también soy eso. Y me dice, Natanson: "¿Ésto viene a ser la cultura?" Me hizo reír la mezcla de ingenuidad y cinismo de la pregunta exacta y extraña en el momento exacto y el lugar también exacto. Desde entonces, cada nota que lea de él en el Limón Diplomático, o ahora, a veces, que a vuelto a Página 12, ya no lo leo como antes: no puedo dejar de reírme de esa pregunta exacta y extraña. Creo, además, que por ahí, junto a Martín Rodríguez, Lucas Llach, Tomás Aguerre, Federico Vázquez, Ezequiel Meller, Patucho Álvarez, Pablo Marchetti, Mariano Grimoldi, Alejandro Sethman, Esteban Schmidt, Hank Soriano, Aldo Jarma, Federico Scigliano, pasa lo mejor, intelectualmente hablando, de nuestra generación. Hay más, pero aprovecho para nombrar los que no son mis amigos, con algunos, me llevo, otros me detestan, y otros sí son amigos, pero no importa eso) donde decía que el uso de Balckberry también expresaba compulsión al trabajo. Y es cierto. Pero yo no lo había visto de ese modo. Tengo uno de esos teléfonos, habitualmente, ni lo uso. Qué se yo porqué, probablemente, porque no salgo casi de mi casa, de mi computadora, de los lugares que invento y escribo. Y ahora, además, esas cosas de vida más quieta, de barco encallado, ja, qué linda pero pretenciosa metáfora, pasa que en Rosario vi un barco cruzar el río Paraná, un barco de esos que atraviesan mares con exportaciones de granos y el barco estaba pintado vistoso, como un personaje de Manuel Puig en Boquitas Pintadas y ese no era un barco a la deriva, claro, ninguno, excepto que ocurra alguna desgracia, lo es, pero los barcos de mi infancia al borde del Paraná o los barcos de Pablo Neruda en los que viajé durante la adolescencia entre sus páginas, tenían las marcas, como un árbol viejo, del tiempo. Y esas marcas -una reunión de óxidos y parches- le daban la fuerza, como el empuje, al barco, para atravesar todos los remolinos del río. Es diferente criarse cerca de un mar, porque el agua así, supongo, es un enemigo violento y una atracción algo fugaz, de temporada, para exiliados de la urbe. Que educarse con respeto y miedo, pero también acompañado, del río. Que es imperfecto, marrón, improbable, pero al atardecer más quieto. Como los barcos durante un par de días. Y el perro no estaba y una vez se me había ocurrido, con el perro quieto, ahí, una metáfora sobre una cosa de la relación en la ciudad de los hombres con el resto de las cosas vivas, una vinculación que iba al asunto de la negación de la muerte. Y el perro ya no estaba y no la había anotado a la metáfora y me la olvidé, probablemente en otra esquina de la mente. Y volví a casa sin la metáfora. Ni la ropa limpia. 

La última primavera



Una derecha que es poquito culturalmente puso, antes del 7 de diciembre, otra fecha. El 8 de noviembre. Que operará, porque se trata de los cacerolazos de Clarín, como antesala del 7 de diciembre, día en que la Corte Suprema ya no puede seguir estirando la ilegalidad a pedido del Partido Clarín. Como es Clarín, hoy día el único actor político con intereses propios con capacidad de marcar agenda por fuera del kirchnerismo,  el que capitaliza esos cacerolindos, el 8 de noviembre, inevitablemente, lo quieran o no los integrantes de esa derecha movilizada, los que pondrán el significado de esa jornada de protesta. Osea, será la antesala del 7 de diciembre. Una derecha que es poquito culturalmente, ayer, explicaba, en la CNN, que Apriles, el candidato opositor a Chávez en las elecciones presidenciales de este domingo, no es "neoliberal". Como si de pronto, esa posición epistemológica (y por lo tanto política) perdiera legitimidad, licencia social. Esa posición epistemológica que prima, por ejemplo, en Jarvar. Pero no desde ahora. Desde hace añares. Décadas. Cuando el mundo ya giraba, en el cono sur, a otra dirección. Pero sus clases dirigentes, incluso las que condujeron ese cambio y se vieron rodeadas del glamour revolucionario, una gesta de ocasión, se agrandaban. Sorprendidos. Pero, los viejos amores...
La última primavera descuenta el calendario, concentra las energías. Como si la siguiente primavera, la del 2013, no fuera, en realidad, la importante. Cuando, por ejemplo, los Argentinos voten. Y el voto no es una disputa por la programación de la televisión. Aunque se ofrezcan, para el mercado político, análisis de cuarta sobre el impacto de la televisión (ya no de los medios de comunicación siquiera) en la conducta de los votantes.
Es un viejo truco del periodismo profesional vender esos bolazos a los políticos profesionales, otorgarles, digamos, una coartada.
Claro que la cosa se pudrió cuando se metieron con la propiedad privada, sacrosanta, de los monopolios. Ahí adquirió gravitación, densidad. Ahí el patrimonio se coló en el matrimonio, quizás, qué importa a esta altura del relato, fallido.
El Partido Clarín pretende sortear el 7 de diciembre, ganar un año. Conscientes de que es la próxima primavera la realmente importante.
Probablemente, el kirchnerismo, en sus alturas de conducción, de ese esquema cerrado, también piense igual. Tontos, no son. Y antidemocráticos, menos. Aunque la narrativa predominante los pinte así. O la torpeza comunicacional (que hasta da ternura de tan simple) también. Por que la presidenta supone que habla con millones de Argentinos. Como Fidel Castro en los 60, según los manuales -caducos, ciertamente- de la comunicación y sus debates en aquellas décadas de derrotas.
De todas maneras, eso es, también, poco.
No define elecciones.
Lo que sí las define es la situación social, que es buena. Claro que desde la perspectiva de un conservadurismo lúcido que acepte esta brutal desigualdad. La perspectiva del gobierno, de sus ministros y de las agrupaciones que lo sostienen. Por lo menos, de acuerdo a lo que muestran. Aunque lentamente se avance, a la vez, en otra dirección. La de achicar la desigualdad. Que opera, principalmente, a través de la reconstrucción del estado nacional.
Falta imaginación, pero bueno, falta más en lo social. Y es la imaginación la que promueve mecanismos novedosos o es el estancamiento que, prudentes, aconsejan los viejos manuales. Para no irse de mambo.
La próxima primavera será la que defina, como antesala de las elecciones legislativas, la relación de fuerzas al interior del peronismo, cuando se seleccionen los candidatos para la continuidad política. Y la forma que impere, tras el resultado de las urnas.
En el reparto de fuerzas tras las elecciones se terminará de delinear el campo de lo posible de las próximas décadas.


domingo, septiembre 30, 2012

Jarvar

Los términos de la confrontación principal -no necesariamente la que más convenga al país, de hecho, hay gente durmiendo en la calle mientras tanto- los sigue planteando, sin misterios ni rodeos, el Partido Clarín. A medida que se acerca del 7 de diciembre. 
No vi la conferencia de Cristina en Jarvar, a veces, parezco un imposible: un kirchnerista crítico, dado que no tengo televisor. 
Pero, la verdad, amores míos, la lectura de la realidad, no pasa, ni debe pasar, creo, por ahí. Pero bueno, uno no elige los términos de la confrontación principal. Y da moooy grasa andar de detective de contradicciones ajenas, como si la vida no fuera en sí y para sí, contradictoria. El edicto al contradicto, moda paulatinamente in crescendo, tiene, a esta altura del campeonato, el efecto inocuo de reforzar saberes preexistentes. Dotar de argumentos para seguir enemistado con las tías. 
Es notable, sí, la virulencia del Partido Clarín, lo previsible de su militancia desesperada. Los infructuoso de aburrirse. 
La sobreinterpretación tiene, cada día, un nuevo titular es una piña en la torpeza de darse por nunca más sorprenderse. Se van a la mierda. Ayer había un título que era SCIOLI DEFENDIO LA UNIVERSIDAD DE LA MATANZA PERO IGUAL DEFENDIO A CRISTINA, qué se yo, están locos, es mucho, se nota, da parar reírse, no queda otra. 
Las operaciones, berretas, de prensa, no cesarán a irán creciendo. Los insultos, ya medio pelotudos, de su estrella tonta, el fundador de Crítica, Lanata, y así. Pero tendrán que cumplir la ley, tarde o temprano. Y punto. Y es un asunto de guita. Todo lo demás es Miami. Y acaparará, sin conmover las relaciones de fuerza preexistentes, la agenda hasta fin de año, cuando el partido Clarín seguirá en la misma y el kirchnerismo deberá organizar una agenda más amplia o perderá las elecciones; no por lo que señala, estéril, el partido Clarín, sino porque no es un agenda que no atraviesa más que las necesidades intelectuales de las clases medias porteñas. Pero igual los amo a todos, eh.  

viernes, septiembre 28, 2012

Educar una mirada desconfiada siempre garpa en situaciones distintas porque uno no sabe si algún día te pueden tomar una foto sin que sepas o una cámara de seguridad (¿viste que ahora está lleno, modas municipales, dios nos libre de las modas municipales, de cámaras en todos lados?) y asaltan a un tipo que iba con las manos en los bolsillos de la campera y salís en un canal de cable y tu tía desde Santiago del Estero te llama al teléfono fijo y te dice que te vio en la tele y sos así tipo una re celebridad por un ratito y bueno todo eso que nunca nos pasa pero siempre estamos como preparados a la contingencia más bien como deseando que suceda




Sos tan linda.
No, yo no, yo soy astuto.
Vos sos tan linda. Yo tan astuto. 

Qué se yo, a veces, no se de qué escribir. A veces. A veces, también, especialmente esas veces, creo que nunca sé de qué escribir. Salga o no salga, lo que quería, cuando tenía algo que, creía también, decir.  Pero me levanto de la cama, prendo la luz, prendo un cigarrillo y prendo la computadora y tecleo con la actitud de estar escribiendo el Manifiesto Comunista o Trópico de Cáncer o Facundo o así, esas cosas, pobladas, mayormente, de obviedades tan sombras, sombras como metáforas gastadas que todavía estremecen, contando lo que estoy haciendo -fumar, teclar, tras prender la luz- y algo de pronto surgirá. O no. A veces salen porquerías. Cosas que estoy probando a ver si de verdad pienso eso que ya, de todos modos, está escrito.

Me da bronca que seas tan linda, que estés dormida, que yo esté despierto, que todo sea, camino a nada, un lugar, así como una estación, en la vida. Que tendrás otras. Y ojalá, sean muchas. O pocas. O una. Y que seas feliz hasta aburrirte. Y dejes de recuerdo una postal en cada lado. Con pintura de labios. Acá, por ejemplo, podría intercalar, algo de un buzón. Da una panorámica, también una imagen contundente, una panorámica de añejo y vendedor, autoconsciente, de ilusiones. Que se derribarán. Pero ya no hay buzones. En la literatura. Queda algo, en eso, de lo que aún vivo, el periodismo. Me tiene harto. Pero ahí, como se escribe para viejos o pendejos envejecidos, los buzones, pero sólo como metáforas, pueden tener lugar.
Claro que el buzón, esas viejas cajas de hierro, no tenían sentimientos. Más que simbolizar la espera. Y a mí me duele todo. Como un boludo. Como un arquero de barrio. Como un buzón. Como otra cosa así, de imagen nítida y singnificaciones polivalentes de una semiótica del disturbio que suba, a la vez, por los escalones quietos de un mensaje que te enamore. Definitivamente.  

Me da bronca que seas tan linda. Me duele, por mí, porque me hago viejo, con una calma imprescindible, sin demasiada protesta, como contento de haber vivido. Un espíritu, quien lo diría, de mesita de luz. Me duele saber que no serás, belleza inmensa, la última parada. Que ya no crea en el tiempo. Que vos ya lo sepas, que seas inteligente, que vivas todos los mundos que a mí me dan miedo con una naturalidad de artista en un país extranjero, donde todo parece, corazón, tan bien. Donde uno es siempre el equivocado.

Conocí a mi bisabuela. Le decíamos la abuela, y a mi abuela, la llamábamos y llamamos por el nombre, Marta. En una cama, siempre estaba en cama, la abuela, mi bisabuela, y siempre era muy viejita, en Paraná. Me regalaba unos caramelos de fruta abrillantada, envueltos en nailon transparente, recubiertos de azúcar. La ví a mi abuela Marta, su hija, dormir en un colchón en el pasillo. Y a mi vieja nerviosa. Y supe, pero muchos años después, qué eran las vísperas. Sabía que algo iba a ocurrir.
Un día de esos, forzado, volví de jugar en la vereda. Volví tarde sin que me reten. Me habían dado un franco demasiado largo, sospechoso. Antes de que me digan nada corrí las escaleras y subí y prendí la luz por que había un mueble que me daba miedo y la cama estaba tendida y vacía y la abuela, a quien nunca llegué a ver parada ni caminando, no estaba.
Cosas de chicos.
Tomé aire.
Tomé coraje.
Y me asomé debajo de la cama.
La abuela no estaba, tampoco, ahí.
Bajé y pedí explicaciones.
No me acuerdo qué me dijeron. Algo sobre dios. Pero a mí me parecía terriblemente injusto que la abuela no esté más acostada en la cama.
En la misma cama donde mi abuela Marta, su hija, está ahora.
Ahora que entiendo todo.
Ahora que sé, esa cosa, tan, no sé, la puta madre, tan insistente, de la finitud de la vida. Ahora que ya he vivido. Que no tengo, a grandes trazos, de qué arrepentirme. Y te miro, acostada, tengo unas ganas locas de besarte. Despertarte de tus sueños y explicarte, con esos rodeos y modos rebuscados con los que hablo y me disperso y bueno, contarte, que no es por vos ni sobre vos ni sé a qué ni porqué, pero tengo miedo.
Mucho miedo.


A que no me quieran, a que se den cuenta, a que me dejen solo. Pero también tengo miedo a que me quieran, a defraudarlos, a que se equivoquen. A no merecerlo. A sentir dolor, físico, no sé, que me choque un auto y me deshaga la rodilla, como le pasó, hace un par de meses, a mi hermano, que se recupera, suerte que salió vivo, se recupera leyendo, dolorido y entre médicos, y leyendo, probablemente, pienso, inhibitorio, ésto, que ahora mismo estoy escribiendo.



Vivo en un planeta de casas, bares, oficinas, donde todos tienen certezas.
Como si tuvieran la vida que yo querría vivir.
Los miro por la calle, de la mano, comprando algo en un kiosco, esperando el colectivo, haciendo tiempo en la cola del rapi pago. A algunos les sobra la plata. Otros cuentan moneditas. Pero se parecen, me siento tan, si lo supieran, lo disimulo, como si yo perteneciera a otro lado, secreto y errado, de la vida. Parecen tener una paz, una tranquilidad de objetivo cumplido, una seguridad que a mí me falta.

La mayoría de mis amigos dedicados a la escritura de algo, sea el periodismo, la poesía, la publicidad, qué se yo, son así, algunos, lo cuentan, entre líneas, otros se matan, otros la manejan. Esa desesperación interna. Arrolladora.
Te miro, dormida, en cada punto y aparte.

Y quedará en la nada, lo que finalmente, escriba. En ese océano terrible donde quedaron las ideas que nunca surgieron. O las que descartamos. O las que no nos animamos decir. O las que fingimos creer, pero se notaban. O creímos, quizás, ya nadie podrá saberlo, que se notaban. Duchos en el arte de fingir. Un cuentista es eso. Un narrador social, de cualquier género de la literatura (el periodismo también lo es, devaluado, como corresponde, pero no más devaluado -el criterioso y salvaje mercado capitalista regula, eso sí, a través de la técnica de los honorarios, los prestigios, recursos simbólicos de administración económica de las emociones- que la literatura sin fisuras, la literatura a secas, ja, carajo) es siempre un aprendiz de sí mismo. Es casi tonto acusarlo de sus egomanías, no tiene otra materia prima. Hasta la demagogia, por ejemplo, postular que a uno le importa "lo que dice la gente" tiene ese insumo vital de existir, pero previamente diagramarse un modo de conocerse; hasta esa demagogia requiere el displacer de explorarse. Narrarse. Con la viveza criolla de la necesaria técnica para que El Otro, esa otredad misteriosa, crea que se está mirando al espejo. Ahí, en ese interrogatorio policial con uno mismo y en cierto y lejano punto inasible inteligible, ahí, hay magia. Conexión. Redes. Cosas así. Buenas noches. Ya me desvelé. Pero voy a salir a caminar. Por ahí. Las calles también tienen misterio y escritura. Mentira. Pero queda bien decirlo.

Mirá, pibe, el sutil arte de descalificar un adversario exige una profunda desconfianza sobre sí mismo. Tomarse en joda. A fondo blanco. Ahora sí, adiós.
Siempre estoy despidiéndome. Con ceremonia. Y protocolo. Todo pomposo. Hasta para, sencillamente, tratar de volver a dormir. Son, total, solamente unas horas.
Para abrazarte, aunque no pueda dormirme, y hacer de los insomnios la ceremonia del largo pensar entre la calidez de tus tetas. Es tan injusto para con el pibe, arrebatado y tierno, que no pude ser. Cuando me quebraron sobre la línea de flotación. Culpa de un montón de chicas que ahora quieren hablarme por facebook porque las cosas me salieron más o menos bien y a ellas, no. Cuando creían que con este loco el único norte era la frustración constante. Y ahora, cuando ya es tarde, cuando ya se rieron demasiado vulgarmente de mí, cuando se sienten vacías, cuando ya no me importa, cuando hice, del rechazo, un resentimiento constructivo. Ahora que envidio a las personas con paz. Pero pago, casi regularmente, el alquiler.

Voy a robarte los ojos, no, voy a sacarte la mirada y dejarte los ojos, voy a quedarme con un 10% de tu mirada y guardarla en una cajita, bajo la almohada, y voy a quedarme, además, con un pedazo de la intensidad de tus labios. Con tus mejores años. Con la esperanza de amarte. Con la promesa incauta de la eternidad.
Voy a quedarme, si no te molesta, uno de tus besos de hoy, de nuestros besos de hoy, voy a quedarme con uno, te lo confieso, es éste, lo escondí bajo las sábanas, para guardarlo en la página 93 de la novela de Alberto Moravia que me dieron ganas de releer, yo, no sé, te quiero, yo me voy a quedar con eso y el mes entero de setiembre y darte, tomá, llevalo a donde quieras, éste es mi compendio, estadístico, edición definitiva, mi compendio de promesas desgarradas, de apuestas pobres a la vida, te soy, como homenaje a la suavidad gloriosa de tus mejillas, sincero: siempre fui una promesa; pero he defraudado a tantos que me agarra, cuando tengo estas horas de la mansa plenitud que te debo y agradezco, ganas de protegerte de mí, de esta felicidad de conocerte y tenerte y todas las promesas que te hice y haga, son tuyas, si llego a herirte, no descreas del amor, descreé de mí, no lleves mis promesas al museo de la mentira, dejalas, sino vas a entenderme y se pudre todo o no resulta o me equivoco o me asusto, dejalas en el museo de la esperanza. Que todas las chicas solas de este planeta sueñen, y eso les de fuerza cotidiana, con un retazo apenas de lo tanto que te amé antes de que te duermas. Por esta noche profunda. Y tonta. Por esta noche inmensa. Por que si en tu concha no está dios no hay infierno ni paraíso.


Y ahora estás, ahí, toda desnuda y hermosa, dormida. Afuera, en todos los lugares comunes, llueve a cántaros. Decían en las novelas que ya no leo. Como si llover fuera un acto de dios, con cántaros. No, nubes en procesos químicos que ya me olvidé y bañan los ranchos, acumulan tristezas, manchas de humedad, arruinan peinados, mojan tus zapatitos, enloquecen los planes, estremecen la escritura falsa de la dichas perdidas, la mía. Sentada en mi silla. tecleando mi computadora. Con ganas de golpearme, por gil, por desaprovechar, por sentirme, al lado tuyo, menos. Se abren paso. Las cosas. De la vida. A medida que envejezco. Parecía, creía, que ya no podía. Volver a querer con la rabia linda de la pasión. Y me mirás y me quedo tan débil. Sos tan hermosa. Que amago, como a la defensiva, explicarte. Y no me animo. Me da verguenza. Quiero despertarte. Animarme. Y decirte. Que tengo miedo de enamorarme y que, no sé, sos, sos tanto. Tengo miedo de que al final no te parezca. Que me veas poco, siempre asustado, siempre sensible y pesado, siempre, buscando, lo imposible.
En las ramas caídas de la plaza cuando amanezca y el cielo esté, de nuevo, sin esos enojos de tormentas. Cuando quede en el aire el olor a pasto. Y los empleados municipales, ajenos a la poesía, recojan, a desgano, la resaca de la lluvia, las ramas en las plaxzas, las baldosas rotas, los paredones tristes, una alcantarilla tapada de escoria, el retorno de las viejas del barrio a la ceremonia de la bolsa de almacén y las vidas sin naufragios y sin penas ni recompensas tibias en el amor de siesta, el que ahora tengo, mientras te miro, dormida. Y tecleo. Con el sonido de un piano o un machete talando o un caballo al troque que total, las corcheas guían al leñador arriba del caballo hasta todos los lugares comunes y qué carajo a esta altura de tus labios me importa.

Voy a despertarte. Y mostrarte ésto. Lo que no me animo a decirte, te lo escribí. 

jueves, septiembre 27, 2012

Canten todos, putos!





El kirchnerismo tiene esas cosas, tilingas. Anecdóticas. Por eso se enoja tanto cuando los de su misma clase social y cultural les mojan la oreja.
La cátedra argentina en EEUU probablemente sea una estupidez. Una inmensa boludez.
De nula relevancia académica -impulsada por el gobierno que más ha hecho por la ciencia desde la perspectiva universitaria en toda la historia nacional y por el gobierno que creó universidades, invirtió como no sucedía durante décadas y volvió a otorgarles a los intelectuales un papel destacado en su armazón política (que tiene altos y risueños grados de alcahuetería; de ahí, la borgeana paradoja)-y exclusivamente para consumo interno (no podía ser de otro modo, y está bien que así sea) sirvió, la ocasión, para mostrar las cualidades oratorias de Cristina, nuestra presidenta. Su solvencia intelectual. Sus conocimientos integradores. Por encima del promedio de la dirigencia política profesional, esa casta, lejana. Pero, también, los hilos de la cosa.
Estas torpezas entretienen a la prensa que no logra articular ni un discurso opositor -en el caso del Partido Clarín y los medios conservadores- ni un discurso oficialista. Demasiada presión, ja. Es la escenificación al mundo.
Comiéndose todos los amagues.
La sarasa de la diplomacia blanda, je. Vamos, somos grandes.
Ésto es posible, no lo hubiera sido hace 5 años por ejemplo, porque se tomaron audaces medidas políticas y económicas que amalgamaron al kirchnerismo. Y a los escuálidos nacionales, la oposición más rabiosa y tonta -el Partido Clarín- que hace parecernos a la peor Venezuela, la de los opositores más antidemocráticos a Chávez.
Para bien y para mal, la centralidad política de Cristina en Argentina no se discute. Razón por la cual deriva inocuo que sea un funcionario X el que de las malas noticias y la presidenta la que de las buenas (así de elemental es el temible "relato K" o que se regule el uso de la cadena nacional después de tomar nota de los impresionantes cacerolindos. Por supuesto, al modo K (sin decirlo y redoblando la apuesta) El modo en que  se tuvo que deshacer el microclimita del Comfer. Que ahora tiene otro nombre. Y la misma nadería que antes. Sabatella, dicen, es honesto. Es decir, dado el cuadro general inmutable, tiene más para perder la prensa K que la prensa de la derecha militante con el reemplazo de Sabatella. Y, encima, Sabatella entiende de medios. Eso puede llegar a ser un escándalo para los arribistas y Comisarios de la Revolución Semiótica. Los burócratas del relato.
(Ya voy calculando que este mes por alguna razón, no cobraré mi salario en negro)
El desconcierto en la prensa oficialista (donde, como en todos lados, hay de todo: se trata de la explotación del hombre por el hombre, de relaciones de producción, no de libertad y esas boludeces que dicen los alcahuetes de Magnetto) se suple de manera municipal. Se transcribe lo que dice el Eejecutivo. Y termina siendo leído, bah, ni eso, termina, sí, siendo comprado, por cuanta oficia del estado exista. En Capital Federal, donde viven los Argentinos. El 90% de los habitantes de este mapa que es Argentina, soporta la arrogancia porteña de creerse la Argentina. En el gobierno nacional, donde 5 de cada 3 son porteños, estos dichos son festejados como si...No, chicos, uds nunca ganan nada, nunca construyen nada, pero ponen la dirección "nacional" a todo. Está destinado, inevitablemente, ese armado, a fracasar. Se puede salvar, de esa centrifugacidad, La Cámpora y el Evita, uno porque es comandando desde Santa Cruz y el otro porque tiene otro componente de clase, más de conurbano. Pero, la historia, en todo caso, dirá. Por ahora, ambas fuerzas, unidas y organizadas, han demostrado alguna capacidad de reacción ante el nuevo escenario político. Y en todo caso, son las únicas agrupaciones nacionales. En especial La Cámpora. Que tiene a alguien en cada capital de provincia. Pero es básicamente lo maldito su principal atractivo. Si no tuviera esta campaña de demonización de la ultraderecha, ampliada, en el boludeo desesperado, por el Partido Clarín, sería otro cantar. Es de ahí que saldrá la cantera de nuevos dirigentes políticos, y la renovación de un sector cultural del peronismo. La reinvención de la izquierda peronista, que fue un género literario en los 90, situado en los 60. La nueva JP. Hoy, más real que es conjunto de locos que se intercambian hagiografías sobre sus años violentos y equivocados. Como suele suceder, dado el cinismo de la historia, la fuerza creativa de lo emergente tiene la potencia de la resignificación de lo residual. Para plantearlo en términos más sencillos: entre el Cuervo Larroque y Firmenich hay un corazón de distancia, entre Juan Cabandié y Galimberti hay realismo trágico, entre la Promesa, toda en mayúsculas englobadoras, de Cámpora y de Cristina hay una concreción de diferencia.
Después está toda la pompa y circunstancia, eso que abruma, que cansa, que absorbe. Saber separar lo importante de lo accesorio, no sólo es inteligencia política, sino también capacidad táctica.
Los quiero a todos, mis amores.

miércoles, septiembre 26, 2012

Qué mamarracho Oscar Aguad!


Una radiante mañana estival



¿Estival es de verano, no? Me da paja ponerme a buscar. Aunque ahora -con el navegador de google (el monopolio)- es más fácil. Un seg. Ya está. Sí, refiere al verano. Lo sospeché desde un principio. De paso busco a ver si el título de la novela de Chase da alguna pista. Hay. La portada de la edición de 1980 de Bruguera. En el sitio Negra y Criminal. Y una sinopsis, qué mal. Lo que iba a escribir radicaba en no recordar de qué trataba la novela. Tenía vinculación con la dimensión imaginativa de la política. Mejor dicho,  de los límites de la política.
Pero resulta que en este sitio se puede descargar, gratis además (quisiera pagarlo, pero no tengo tarjetas) el libro.
Y lo de la imaginación se fue, no tengo ganas de escribirlo.