sábado, noviembre 03, 2012

Las fuentes de Lanata


Máximo, el “Osito” de mamá, no es mudo

POR JORGE LANATA


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03/11/12
Y el nene finalmente habló. La voz hasta entonces desconocida por casi todos y todas se escuchó en La Cornisa, el programa de Luis Majul. El nene habló allí durante 24 segundos: “Yo lo veía con mi papá”, dijo. “Jugábamos a los soldaditos y pasaba y por ahí te rompía todo (se ríe). Así hacía Néstor: por ahí estabas ahí, jugando, y papá te rompía todo y se divertía , y nosotros nos enojábamos. Pero lo volvíamos a armar. Creo que por ahí nos estaba enseñando algo, en ese sentido”.
Veinticuatro segundos y un poco más. Quienes pudieron ver en privado la película sobre Néstor Kirchner dirigida por Paula de Luque relatan que también incluye unos segundos más de Máximo diciendo que a su padre le hubiera gustado que su abuelo, el padre de Néstor, lo hubiera visto llegar a intendente, gobernador y presidente .
La voz de Máximo fue trend topic en Twitter el 30 de octubre: “Más allá de escuchar LA VOZ del silente Máximo, le prestaron atención a la anécdota que cuenta ?”, tuiteó su amigo personal Mariano Martin (ajá).
“Lo bueno: Máximo no es mudo. Lo malo: no se le entiende absolutamente nada ”, decía otro tuit.
“Psicólogos para todos: jugábamos a los soldaditos y pasaba Papá y rompía todo. Máximo Kirchner”, otro más ((pará, citás uno real y luego citás uno anónimo: mirá, Lanata, no se pueden escribir tuits anónimos y sí se puede buscar el textual que citás o algo parecido en el cuadro de búsqueda de twitter: no existe, sencillo. Estás inventando, estás inventando insultos, subestimaciones que son propias, además, de tu manera de difamar. No existe ese tuit).
“Nació en La Plata el 16 de febrero de 1977. Debería haberse llamado Néstor por una tradición familiar –escribe Laura Di Marco en su libro sobre La Cámpora–, pero Cristina lo impidió y sólo negoció el segundo nombre: Carlos” (la misma autora que dice que yo tengo una causa judicial -sencillamente, mentira- y que como asesor de comunicación durante el menemismo, época en la que estaba en el Partido Comunista, pero bue, yo tenían 22 millones de dólares. Dice que todo eso sucedió CUANDO YO TENÍA 15 AÑOS! Es muy trucha tu cita, Lanata).
La Presidenta lo llama “Osito” (acá ni siquiera hay invento de fuentes, es incomprobable, aunque de todos modos, hasta acá la nota no trae nada de información: sólo los insultos y la difamación) .
A los treinta y cinco años, Máximo tuvo un solo trabajo en relación de dependencia: fue en el año 2000 para la empresa Petersen, Thiele y Cruz, propiedad del Grupo Eskenazi . Cuando terminó el secundario en la escuela pública Guatemala de Río Gallegos viajó a La Plata para estudiar Derecho: no llegó a completar el primer año (bue, Lanata, vos no terminaste el secundario). Más tarde intentó estudiar periodismo deportivo en TEA, pero tampoco completó los primeros cursos . En aquello tenía una pequeña experiencia: había cubierto los vestuarios para un programa de radio de Santa Cruz que conducía el entonces corresponsal de Clarín en Río Gallegos, Wilmar Caballero.
“Allá por el 2007 yo tenía un espacio en la radio oficial santacruceña –le contó Caballero a Noticias– y Cristina me preguntó si no le podía dar laburo a Máximo . Hacíamos los partidos más importantes de la fecha desde Capital y él cubría los vestuarios” (la fuente es la revista Noticias, ok, ponele, la misma que sacó un informe psicológico de Néstor Kirchner inventado y que después inventó otro de la presidenta...pero la nota de Noticias que citás se hizo para luego ponerle una fuente: una fuente que se les cagó de risa, y la nota salió igual. Están en este blog todos los DMs de intercambio, porque la fuente iba a ser yo. Burlándome de los chantas que hacían esa nota inventada de Noticias, Lanata) .
Oficialmente, Máximo trabaja en la inmobiliaria Sancho-San Felice en la calle Alberdi 43 de Río Gallegos y se supone empleado de la firma, aunque en verdad figura como miembro fundador y vicepresidente de Negocios Inmobiliarios S.A.
e integra con sus padres las sociedades Los Sauces S.A. (dedicada a negocios inmobiliarios, hotelería, turismo y servicios), y entre 2008 y 2010 integró el directorio de El Chapel S.A., dedicada a la consultoría. Ante la AFIP, Máximo es un trabajador autónomo categoría T1 Cat Vcon ingresos de treinta mil pesos al año (vos, Lanata, figurás también como monotributista ganando eso) .
“Máximo va y viene, pero últimamente le cuesta soportar la presión”, dicen diversas fuentes (jajajaja, anónimas, claro)Clarín cuando se pregunta por el domicilio del hijo presidencial.
Máximo vive con su novia, María Rocío García, un año mayor, en la casa que fuera de sus padres en el barrio APAP de Río Gallegos sobre la calle Cañadón Seco, la misma casa de 200 metros cuadrados en la que vivió con su novia anterior , Tamara Mori. Circula por la ciudad en un Honda CRV color gris, seguido siempre por una custodia.
“Siempre fue un pibe muy reservado, acá casi no se lo ve”, relató a Clarín una periodista de Gallegos (¿una periodista que no da su nombre? Jajajaja, vaaaaamos!), “siempre se movió con el mismo círculo de amigos. En la secundaria eran cinco y se denominaban ‘la esquina’ porque siempre se sentaban en la misma esquina a pasar el tiempo (queremos preguntar: ¿y?) . El caso de su hermana, Florencia, es distinto: cuando viene, siempre se la ve con sus amigas y va al único pub de Gallegos con ellas. El año pasado se armó lío con Florencia porque no quería pagar la entrada de sus amigas al pub y empezó a los gritos. Eran veinte pesos” (jodidísima, una adolescente peligrosa).
El hermetismo alimenta el mito (y los inventos tuyos): en Gallegos florecen los rumores sobre Máximo, las drogas y el alcohol pero, aunque algunas fuentes lo afirman off the record, ninguno ha podido ser probado (asunto que no exime de que vos lo publiques: de hecho, decís que en Gallegos dicen que no, ¿qué mierda es eso como dato? Sos un chanta, Lanata). Tampoco ninguna de las mil historias sobre su operación en la rodilla. De aquella noche confusa sólo pudo confirmarse que fueron ochenta mil dólares los que pagó el Estado para trasladar al hijo de la Presidenta a un hospital privado en Buenos Aires. A Cristina, en sus discursos, le encanta hablar del Osito : “Quiero contarles una historia –confesó la Presidenta durante la recepción de los atletas olímpicos de Londres 2012–, me va a matar Máximo, pero no importa. Máximo iba al colegio, año 83, y saca insuficiente en Educación Física. Estaba en primer o segundo grado. Entonces me fui al colegio a ver al profesor. Aclaro que yo no era entonces autoridad de nada, era una simple abogada. El profesor, que era un señor militar, me dijo que le había puesto insuficiente porque no sabía hacer la vertical . Entonces yo lo mire y le dije: “Mire, yo soy abogada, mi marido también es abogado, somos uno de los estudios más importantes de Santa Cruz y ninguno de los dos sabe hacer la vertical. Nunca aprendimos a hacer la vertical porque, en realidad, nunca andábamos dando vueltas carnero, sino que en una de esas lo nuestro era la lectura… Ahora, si usted le preguntaba al chico quién era el presidente en ese momento, seguro que sabía” (bien, UNA que es verdad: la googleé y sí, dijo eso la presidenta. Gran hallazgo...ja) .
La actitud de mamá hacia el Osito es ambigua: contó hace algunos meses cómo le cambiaba los pañales y estimula, a la vez, el mito de prepararlo para entrar por la puerta grande a la política. Algunos empresarios que pidieron reserva de su nombre (Lanata, tooooooodas tus fuentes, incluso los tuits que son comprobablemente mentira, fueron anónimos, no sólo los supuestos empresarios que se ocupan de los pañales del entonces bebé Máximo) juran haber recibido llamadas de Máximo o de gente hablando en su nombre, y fuentes de su entorno afirman la preocupación de sus padres por pagarle cursos de oratoria y formación política (¿y para qué llamaba, supuestamente, Máximo a los empresarios?). Hace un par de años contrataron uno de esos cursos con asesores de Rodríguez Zapatero en España y Máximo se resistió a viajar (quéeeeeeeeeee? Jajaja, no podés fabular así! Dos amigos míos viajaron a ese intercambio, entre el kirchnerismo y Rodríguez Zapatero, pero eran unos 20: Sebastián Lorenzo y Juan Cabandié. Fue en 2005 y no era un curso de oratoria sino un seminario sobre internet. Y acabás de inventar que Máximo estaba invitado y que no quiso ir y bla, bla, bla: muy bolacero, Lanata) .Terminó haciéndolo un amigo que se benefició de los gastos pagos. Varios blogueros K (¿que tampoco se pueden citar?)aseguran que Máximo sigue minuto a minuto las discusiones en la red, aunque ninguno de las cuatro cuentas de Twitter que llevan su nombre es oficial, y hay quienes afirman que han recibido tuits de Máximo con felicitaciones luego de retrucar a algún opositor (inventos de Lanata, yo conté -y se refiere a mí, obviamente, como luego va a tergiversarlo y como me elogió en la radio y ahora debe estar preparando algo para matarme, porque los resentidos se manejan así cuando se sienten inseguros; yo conté que Máximo leía todo y discutía: lo conté en Twitter, en una cuenta que siguen más de 20.000 personas. Pero no es una declaración ni una nota periodística. Yo escribo lo que se me canta, incluso, invento historias. Pero no las hago pasar por ciertas como cuando escribo una nota periodística).
Tiene línea directa con Carlos Figueroa, el notero de Duro de domar que aterrizó como gerente de noticias en Canal 7, y con el ex bloggero y actual presidente de Télam, Santiago “Patucho” Alvarez.
Fue Máximo quien promovió el encuentro de Kirchner con Miguel Bonasso luego de leer “Recuerdo de la muerte” , y hay quienes aseguran (hay quienes aseguran...¿es serio poner eso?) que Máximo lleva adelante una especie de entrenamiento mediático con un equipo del que participarían la actriz Andrea del Boca y algunos asesores del gobierno.
A los treinta y cinco años el chico dijo sus primeras palabras. Habrá que ver cuándo y cómo pronuncia las segundas (conclusión: viste el extracto de un documental que sacaron, no sólo Majul, sino todos los portales e hiciste esta nota llena de citas inventadas, tuits falsos y una sola referencia concreta: la del mamarracho de Laura Di Marco, que dijo, fijate, en OPI Santa Cruz, los ex servicios acusados y hasta las manos de espiar ilegalmente, dijo que yo la había "amenazado" El asunto no llegó a BsAs por que nadie toma en serio a Laura Di Marco, pero es la única referencia concreta, además de la revista Noticias en una nota donde Darío Gallo hizo el papelón del siglo, y me consta. De todo lo escrito me consta. Y esta nota es un libelo difamatorio y muy trucho, Lanata. No sé cómo le dice la mamá a su hijo, pero sí se a quién le decían OSITO: buscá, Lanata, en este enlace).

viernes, noviembre 02, 2012

Soñar con el Olvidado


Capriles, el Gran Olvidado, es el nuevo sueño de la derecha exagerada. Una derecha a la medida de los tiempos de la desmesura. Tiempos agradables. Se imaginarán: para quien goza y sufre de la enfermedad volcánica de la desmesura, hola, una derecha exagerada, que se pretende espejo de la realidad que proyecta; es casi, amores míos, una bendición maldita del cielo. Esta derecha busca en Argentina trasplantar el fracaso en Venezuela, de un Capriles.

La derecha venezolana, al no existir allá una versión a mediados de siglo pasado del peronismo (lo que más se le parece es Chávez, tanto como el chavismo se explica, política y socialmente, por la ausencia, justamente, de un peronismo), no es una derecha vergonzante la derecha venezolana. Asusta, incluso, su oprobiosa sinceridad.
Tras fracasar en un golpe de estado, tras intentar golpes blandos de distinto tipo, tras soñar con una invasión yanqui, tras desconocer el resultado electoral, tras desconocer el sistema político; una jugada estratégica de Chávez -un referéndum revocatorio, aconsejado por Lula y Néstor Kirchner- la derecha venezolana se unió a la derecha progresista y compitieron, en buenos términos, democráticamente. Con un político clásico, demagógico, que proponía ciertas continuidades bolivarianas, como Capriles.

Los políticos son esencialmente demagógicos. La oposición bienpensante entre demagogia y "estadistas" es de una pelotudez hiriente.

Buscar de las esquirlas de las elecciones presidenciales últimas en Argentina un Capriles hecho a medida de quienes más lo necesitan (las corporaciones y su base social: la derecha radicalizada, que odia y es carne de cañón para cualquier desmán de cara al 8 de noviembre en el anteúltimo Cacerolindo, el otro se hará el 7 de diciembre) es sencillamente al pedo.
Ninguno, según la impaciente consideración de quienes más necesitan un Capriles, da la talla.
 Quizás sea injusta tamaña descalificación pero así razonan y así se explican las jugadas desesperadas del Partido Clarín, el festejo del embargo torpe del Fragote en Ghana, la asonada armada contra el estado derecho de las fuerzas represivas y los Cacerolindos, compuestos, hay que reconocerlo, no sólo por neonazis, que son marginales, y habrá, ciertamente, algunos neoliberales, pero la gran mayoría son solamente neolíticos.
En la esencia misma, lanatismos de quienes perdieron cualquier brújula política, de transplantar sus propios deseos a una espejo inverso, minimiza y subestima a los políticos opositores y concede toda la iniciativa estratégica en buscar un Capriles. Por que, suponen equivocadamente, somos Venezuela, se aprestan a fracasar, como la derecha venezolana, en buscar un Capriles.

Si se respetan las rutinas institucionales de la República, como la resolución estratégica del actual escenario político (la búsqueda de reelección de CFK) se definirá en elecciones legislativas, que son el año que viene, y cuya táctica de enfrentamiento al gobierno no será a través de una inocua y contraproducente unificación de la oposición sino al contrario, en una guerra de guerrillas electoral, donde se hiera por izquierda y derecha al kirchnerismo y opere, a la vez, como un rejunte de bancas para reeditar el Grupo A -de tristísimo recuerdo- y a la vez, interna abierta para definir el Caprilazo y el Capriles. El Gran Olvidado.
Ya fracasó esa estrategia en 2010. Pero, señora, quién le dice que en el 2015 no mojen...
El futuro no está escrito en ningún lado.
En todo caso se tienen certezas sobre nuestros más probables olvidos.


jueves, noviembre 01, 2012

Narcosocialismo


Mitos y verdades del enfrentamiento de Clarín con el gobierno (3)

¿No iba a existir una medición, en conjunto con las universidades del conurbano -hoy demasiado ocupadas en filmar pésimas miniseries para subsidiar los canales extranjeros pero mantener contratados a los aplaudidores de los actos- de carácter federal, de las audiencias? ¿En qué quedó?
Las pésima gestión en el ex Comfer, cuyos lineamientos generales continúan -con un leve cambio, Sabatella es honesto, pero sigue la misma lógica- llevó al rotundo fracaso de las licitaciones para el espectro de propiedad pública, social. No hay, sencillamente, nada. Esto no tiene que ser necesariamente siempre así. Puede ser que el gobierno haga algo más que descabezar el organismo. O bien, puede venir otro gobierno. Pero la ley está. Y sirve. Es un legado institucional de políticas para el largo plazo, imprescindible.
Y es un mérito, indudable, del kirchnerismo.
También podría objetarse que ningún ingreso al espectro es viable, desde la lógica capitalista mientras perviva al interior de ese espectro un monopolio, como es Clarín, en el caso del cable. La única razón, el cable, que se amplió hasta hacerse monopolio a través de la extorsiva asociación con el oscuro Julio Grondona, devenido ahora en prócer del socialismo, la única razón por la que al Grupo Clarín le interesa llegar a Tucumán, a Santiago del Estero, al Chaco, a Tierra del Fuego, razón que pronto dejará de existir: ¿tendrán Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Tierra del Fuego, una programación mejor o se seguirán enterando de la gestión de Macri a través de Canal 7? ¿No era que tenían que dejar de soportar las noticias porteñas? El kirchnerismo en Canal 7 logró la proeza de que se caiga la mentira de que "se ve mucho en el interior". Basta mirar el noticiero. Y luego preguntar en cualquier provincia sobre las tomas de colegios porteños, a nadie le importa. Como a nadie le importó un motín de policías en Formosa, hecho infinitamente más grave y que sirvió para que los Gendarmes y Prefectos organicen la asonada en CABA, hecho que sí despertó interés. Por distintos motivos.
En este panorama, a Clarín sólo le compiten desde Europa a través de Telefé (prefiero mil veces Clarín a Telefé, prefiero mil veces un grupo económico concentrado y monopólico de origen y despliegue nacional a uno del imperialismo europeo o a cualquier extranjero) y en radio, las radios de Moneta y Haddad. Naturalmente, no se trata de "la gente elige", sino la manera en que se organiza lo que "la gente (cree que) elige". Radio 10 no sería la misma si Haddad, el empresario K, no hubiera afanado la antena del estado, Canal 13 no podría pagarle los lujos a Lanata sino se financiara con el monopolio del cable, Telefé lo mismo con el monopolio de los teléfonos y así sucesivamente. Exceptuando, claro está, que la competencia a Cablevisión viene de la mano de Pierri, un honesto empresario que se hizo de abajo. Fin del espacio de mordacidad.


Mitos y verdades del enfrentamiento de Clarín con el gobierno (2)

El 10 de diciembre el estado argentino llamará a licitación las señales audiovisuales que caducan de acuerdo a la nueva legislación. Sin resolver una pregunta crucial: ¿quién financiará, ya no espectro para ONG (cuya deplorable gestión estatal hizo fracasar, haciendo mierda, como si nada, el elemento más progresista de la Ley de Medios: una manga de boludos improvisados que creen saber sobre medios arruina, sin más el elemento más progresista de una ley ellos mismos consideran estratégica) sino el espectro privado? Es decir, de las licencias que Clarín no adecue, y luego el estado llame a licitación, quién y por qué las comprarán.
Los militantes rentados de Clarín dicen que la comprarán "amigos del gobierno". Tranquilos, Magnetto también fue amigo del gobierno y mirá qué tal le va.
La verdad es que la pregunta primaria debería ser económica: un medio de comunicación (no un grupo económico, sino un medio) no es rentable. Y si llegara a serlo, es infinitamente más problemático y menos rentable que tener un campo con soja. Éste es "el modelo". El de la República Unida de la Soja. Claro que arrancar semejantes concesiones al gobierno como han arrancado y arrancan los chacareros multimillonarios (y dueños de los medios de comunicación) requiere de poder político. Para eso sirve un medio de comunicación en la Argentina. Para tener impunidad.
La búsqueda de impunidad puede ser para maximizar el rendimiento de la tierra a través de subsidios (el "modelo" subsidia fundamentalmente "al campo") o para fines menores, pero nadie vende su casa y su campo (nadie del 1% de los Argentinos que tiene esa posibilidad o de los que, ahora en el gobierno, la están adquiriendo) para comprar una radio en capital federal. Por que en un año es más pobre que yo.
Una buena ley, y la ley de medios es muy buena, requiere una organización económica diferente. Por ejemplo, la Cámara de Diputados y Senadores acaba de aprobar un generoso subsidio a las grandes empresas, que no pagará el estado sino los trabajadores. A través de sus ART. Han logrado que perder un brazo sea un asunto estrictamente financiero. El brazo lo pierden los trabajadores, claro.
¿No es más negocio tener una ART que un canal de cable?
¿Acaso el capital tiene corazón y prefiere la exposición pública, la cantidad de empleados, de empleados complicados como somos los periodistas, una competencia en el mercado de verdad como será cuando la ley se realice, a tener una oficina en el centro, una secretaria que esté buena y la vida regalada de los financistas, que son además, cómo que no, gente de campo?
La tasa promedio de ganancia es la variable central.
Y el modo de obtener y reproducir el capital en la Argentina -basta una pequeña historización de los dueños de los medios de comunicación más conocidos, para probarlo- implican, necesariamente, no exhibirse demasiado.
Para cumplir con la ley, aclaremos que este blog pertenece al Señor Google, radicado en el Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, fin del espacio publicitario.

Mitos y verdades del enfrentamiento de Clarín con el gobierno (1)

Una manera pobre de acercarse al enfrentamiento de Clarín con el gobierno es hurgar chismoso en la relación de Héctor Magnetto con Néstor Kirchner. Una manera más seria, más rigurosa, es ubicar las resultantes de una hipótesis (que tal pelea existió, lo que induce que antes hubo una relación estrecha, es decir, donde alguno de los dos posteriores contendientes no miraba al otro como adversario: para pavadas de este tipo, que adolecen del crimen de lesa humanidad de la ingenuidad, basta leer a los héroes de la mentira. Esto es el poder, en el poder todos se miden y a la primera de cambio se matan. Y todos los poderes económicos son tácticamente amigos del poder estatal y estratégicamente enemigos. Es la lógica que incuba el neoliberalismo, cuyos fundamentos, aunque suene complejo de explicar, siguen vigentes, más allá o más acá de la voluntad del gobierno, no sólo argentino, sino cualquier gobierno de izquierda contemporáneo: vivimos en un mundo altamente globalizado. Me da cosita hacer este paréntesis, pero la discusión política en Argentina está tan berretizada, es tan psicologista trucha, es tan de espías y buchos, tan sanitaria y vulgar a veces, que conviene apartarse del mundo finito y mirar un panorama más amplio).
Todo comienza con el enfrentamiento de la oligarquía diversificada, de la cual, y esto es lo nuclear, Clarín es parte. Y no una parte menor, precisamente.
Pero.
El sistema de medios de comunicación, heredero de tantas décadas de dictadura, siempre fue parte de la oligarquía diversificada. ¿Quién, qué historiador, puede sostener que en la Argentina agroexportadora y antiliberal al mismo tiempo, los medios de comunicación, principalmente los diarios (en un concepto más amplio, los barcos y los trenes y los telégrafos, ja, ni hablar) no eran parte de la oligarquía? ¿Quién puede sostener que esto se modificó en el período liberal, estatista, conocido en la academia -moldeada por el radicalismo portuario- de manera profunda? Y quién, entonces, puede sostener que la privatización del espacio audiovisual, iniciada durante la dictadura y profundizada en democracia hasta hace pocos años, hasta el período de CFK, no retornó a los fundamentos neoliberales de la mano de la diversificación de la oligarquía.

Primero, entonces, hay que situar a Clarín, como poderoso Grupo Económico, no sólo ni principalmente por su facturación; de hecho, la mayoría de sus medios de comunicación, y éste es el ABC del asunto, trabajan a pérdida; sino por su naturaleza: la creación de sentido. No se trata de que Magnetto sea malo, sino que en Argentina, como capital (concentrado) argentino, no hay otra opción que ser parte del sentido común de la oligarquía diversificada, cuyos fundamentos aún perviven.
   

martes, octubre 30, 2012

Sebatián.




Como hace tres días tengo puesta la misma camisa hoy frente a un espejo (hace tres días no vuelvo a casa, por eso no me cambié) en el trabajo, jas, me dio gracia. Esta camisa, celeste a cuadros, debe tener, quizás, 15 años. Y ni siquiera es mía. Sino de mi hermano menor varón. Se la habré robado en algún paso apresurado y viajando, por su casa. Frente al espejo, del baño. La miro. Me miro. Tengo menos ojeras, fijate, entre las penurias que delatan las arrugas, al costado del ojo, en la frente, como tajitos en el curtido de la vida, reflejados, representativos, republicanos y unitarios dolores que van derecho al iris.  Como un misil salido del calendario. Debería repensar fugarme en la plenitud de las calles murgueras donde antes nos metían presos. Y ahora, nos piden para sacarnos una foto.  Nosotros, que cobardes ante la melancolía, sonreímos.

Y bailando como un gallo estaba el nabo de corbata, DE CORBATA, en plena esquina; vamos, si yo no le gané a nadie pero estaba ese gil, todo gil, todo quinielero y patota, ese que nunca me quiso vender cigarrillos de fiado. Cuando trabajaba en un kiosco. Cuando además del natural miedo a la pobreza, a la policía, al hospital, al desempleo, a los profesores, teníamos, además, un miedo como ruido en la garganta, un miedo impronunciable, inexplicable, a la precocidad del cinismo. Cuando queríamos ser escritores. Antes que periodistas o empleados de una inmobiliaria, como Sebastián, que acaba de morir. Pero había dejado la inmobiliaria por una agencia de viajes. Vaya cosa. Entre barrios exquisitos. Tirándose de un balcón hasta la nada.
Si lo viera en su velorio al Señor Gil con su corbata. Todo lagrimitas de ocasión. Como si no muriéramos, en cada velorio, cada uno de nosotros un poco.


Estaban los que se las sabían todas.
Los que estaban asustados.
Fueron los que ya estaban de vuelta.
Y los que, entusiasmados de acné, recién empezaban.
En promedio, gente de bien. Que paga sus impuestos. Que conoce el mundo. O piensa, no sólo, ojo, como estatus social, en conocerlo. Antes, incluso, de conocerse a sí mismos. Gente que tiene miedo de estar en un lugar donde no sea posible, no haya tiempo, para dudar. Para desesperar. Para perder la cabeza. Había mundos terribles afuera del lugar ése. Pero nadie se daba cuenta. Me despertaba afiebrado, estúpido, gritando BASTA como un tarado contra extraterrestres que nunca me hicieron nada. Dejé de dormirme. De aburrirme. Dejé de burlarme, incluso, con la justicia poética de ganas de estar harto, predominantemente harto, de este mundo.


Bebo demasiado mientras otros se lustran las uñas en mostradores de la fama. Me ha ido para el carajo con las patronales. Abusé de la confianza de mis amigos funcionarios antes de burlarme de su graciosa estupidez. Me ganaron de mano hasta los que estaban inhibidos fiscal y vergonzosamente al truco. Y a la estafa. Me planteé, delincuente, robarme hasta los pezones del cura de la iglesia. Me quisieron atrapar en las categorías donde podían, con calidez maternal, quererme. Me chuparon en fila los duendes la pija. Y los analistas políticos, y el militante del mes, y el periodista dependiente y el independiente, el escritor consagrado y el que repitió de grado, los viejos profesores y los nuevos educadores, los policías y los ministros, me escapé, como pude, de todas las prisiones interpretativas. De los gurúes de internet y los viejos chotos de las editoriales. Pero no pude hacer mierda el mundo. Pero me quedé solo, marginalmente héroe para entendidos, ante el mundo rabioso que me había olvidado a los cinco minutos de idolatrarme.
Yo fui solo a todas las fiestas donde estuve invitado.
Y dejé de ir, por una especie de soberbia malentendida, a las fiestas donde no estaba invitado.
Solamente el mundo mío.
Donde no fui más libre jamás que ahora, aunque no me alcance.

En la rectitud finita de mis pulmones que silban hastiados, ja, qué versos capitán de enormidades infantiles; prosigamos, minitas de desfiles, granaderos de la edición, cagadores de contrato, conchitas en alquiler por dos años (aumenta 25% pasado el año) yo venía y sigo hastiado, hasta las pelotas, de la abrumada reverencia a cuanta gila de vueltas putitas alrededor de la jaula de mi monólogo interior, colita parada qué primor, encantandor y vendedor también de serpientes.

Yo la veía venir, a la muerte.
De un saque. Profundo. Hasta las tripas de la burla. Al son de la culpa. En la enemistad enamorada con lo sensible. En las plantas regadas, peligrosamente, en el balcón. En las miserias laborables, en las enamorables. Yo fui testigo del odio a mí mismo. De la diatriba. Del desengaño. Yo opté por las ganas irracionales y misteriosas de vivir. De hacerme desde el fondo. Desde el patio. Desde la parra. Desde las deudas generacionales como una manera solemne de disputarle de igual a igual tiempo.

Y se fue un amigo.
Uno más.
Quedan tantos hijos de puta.

Estiro, con fuerza vital, hacia el costado, el cuello. Mirando la lluvia. Suena un croar de ranas dentro de cada músculo del cuello. Y los hombros. Las, cómo eran que se llamaban, las vértebras. Como dedos, quebrados. Un sonido seco. Quiero aliviar el dolor de espalda. Acaso sea mi manera, cobardísima, de analizar el suicidio de un amigo. Soy un hombre tan oscuro. Soy, creo, a veces, un intento, como un homenaje fallido, al género, a los hombres.

Ya no es así.
Escucho en muchos lados.
Los lados donde me muevo escucho eso. Cansador. Sepia. La reputa madre.

Leei en alguna parte que los vómitos, del alcohol, o los fluidos de ciertas drogas, te hacern pelota los dientes. Y te patean el estómago. Se me ocurre que voy a morirme por una patada, en plena burla de ustedes, a un riñón. Una piña bien pegada. En un ring. Y después un amigo que por defenderme le pegan en los tobillos y cae de cabeza, con la fuerza de un torpedo, un cabezaso, al riñón, que explotaría, de sangre, de asco, de acumulación, de pecados y errores, si quieren, que me importa, contra todos, contra las cuerdas, cuando estás así, los inteligentes, o sea los egoístas, te agradecen los cuatro minutos olvidables que disfrutaron al leerete y los cínicos hijos de puta, los más bajos en la escala de la miserabilidad humana te preguntan si estás bien. Se ofrecen, digamos, a ayudarse. Pequeños hijos de puta. Que antes de tripular el avión ya te descargaban la artillería. Para probarla.

Morirse, cayendo, los huesos romperse, escucharlos, sangre. El pensamiento último, quizás arrepentido, ya tardío, la plena conciencia, ahora veraz, de la tardanza. Morir así. En la vereda. Toda la inmensa tristeza de los que te quisimos, queda para después. Del olor a podrido. A ambulancias. Policías. El putrefacto olor de los jueces, sus secretarias forras, la imbecilidad de los analistas. El juego tonto de la vida que ya te precede.

Se ha tirado un ser humano del balcón.
Ha arruinado a sus hipotecarios.

Un carpintero encola una mesa ratona que ya no le importa.
Una pareja se va a vivir en un departamento alquilado.
Una pendeja pone me gusta en lo del exnovio virtual.
Llueven dramas televisados. En una redacción de Singapur un periodista divorciado se emborracha. Y vuelan mensajes de texto por el universo. Y se clona una vaca en algún lugar. Y los semáforos ponen el amarillo antes de cambiar. Y pasa el colectivo. Y hace su parte el obrero industrial que lee en contraturnos mi blog. Y se muere un gatito arriba de un árbol. Y se hace de día en Liberia. Y se apagan las luces en el departamento de enfrente. Y llega un taxi adonde no debía. Y explota una bomba en Irak. Y se queman las papas en alguna casa donde un concurso de TV hizo olvidar el horno. Y se muere de celos una maestra formal por que el preceptor, etcétera. Y sigue el mundo. Y olvidamos. Y recordamos. Y etcetereamos.  Y me voy a dormir. Y me voy a mentir. Y no voy a releer. Y me voy a quedar mirando el balcón hasta que amanezca mientras llueve y mientras otros se ríen de mí y dejan de reírse de mi amigo, que ya no está. Ni estará, jamás nunca.









lunes, octubre 29, 2012

Una canción puede gustar menos aislada, pero en el contexto del disco funcionar con armonía

La política es representar intereses. Tengo varios conocidos en el gobierno. Representan, probablemente sin mayor reflexión sobre el tema -no existe el ámbito donde hacerlo: no hay partidos políticos (es decir, ámbitos donde los supuestos representados puedan discutir sus intereses), hay empresas de medios de comunicación y universidades y escuelas y las instituciones que, por falta de partidos, inevitablemente se convierten, en sí mismas, en partidos atrapalotodo- intereses, en general, pequeño burgueses del puerto e ideología liberar que pululan alrededor de la "batalla cultural". Las barriadas, los trabajadores, como intereses materiales, no cuentan en las esferas donde yo conozco gente. Bah, cuentan más que como parte de la "cultura" o sujetos que consumen medios y cosas así. Es un tema bastante complejo el asunto, por que a la vez, implica que la inmensa estructura conservadora de gremios que tienen al estado como patronal, se los comen vivos con experticia para la inercia y demoler cualquier apertura. Son viejos bichos que saben usar la burocracia como arma antipopular. Y la usan.
Ahora, la falta de reflexión sobre qué intereses concretos, no las abstracciones rimbobantes, se representan, es un síntoma que explica la ausencia, en general, de política. Recubierta con las vaguedades que de tanto repetir quizás se terminen creyendo del "retorno de la política". Que culturalmente en sudamérica el neoliberalismo despolitizador ha retrocedido es cierto, que el kirchnerismo es, en Argentina, quien mejor interpretó ésto es más cierto aún, ahora, que el propio kirchnerismo incentive tal situación es una franca mentira. Una mentira táctica, digamos. Y, ojo, creo que las mentiras tácticas en la política son cosas correctas. Pero no hay que ser muy lúcido para entender que en la batalla contra Clarín participamos todos en la previa de la ley, que los espacios estaban abiertos, pero que en la ley de ART nadie nos llamó ni existieron los canales, al contrario, para debatir este asunto que a mí, incluso, que me gano la vida como periodista, me atañe más: los riesgos de accidentes laborales -aunque yo trabajo en negro, claro- me joden más que la cuestión del monopolio comunicacional. Y bueno, lo siento. Es que a veces un poco de realismo, enoja.

Este razonamiento permite entender, con más calma, un fenómeno preocupante: la radicalización discursiva de la burocracia K (en el sentido weberiano del término: los funcionarios, contratados, el aparato cultural, etc) y el alejamiento progresivo de amplias capas sociales.

No hay que tener el ojo muy agudo para notar el alejamiento de amplias capas sociales.
Los barrios del conurbano, por ejemplo. Hay un fuerte trabajo social, principalmente del grupo de Alicia Kirchner, Kolina. Pero es todo de ida, no hay nada de vuelta. No hay, digamos, elaboración de políticas de estado que trasciendan los Ministerios de Pobres: por tornarlo comprensible, las neetbook -que fabrica el delincuente de Cirigliano- no tienen ningún programa que haya surgido desde las propias barriadas. No es difícil imaginar la cantidad de cosas que podrían agregarle valor a un programa universal de gobierno que sencillamente destaca por encima de lo hecho en materia educativa por varias  décadas y que trascenderá, incluso afectivamente como las máquinas de coser de Evita, a las actuales generaciones, pero la mecánica bonapartista, festejada desde la burocracia K sin mayor apego a ciertas autocríticas que el peronismo revolucionario ha hecho desde los años 40 hasta la fecha, predomina aún.
No invalida esa política de estado, ojo. Por el contrario. Bah, en fin, que hay que andar explicando todo: chúpenme la pija.

Sugeriría, si esta simple sugerencia no hiciera enojar a tantos (por razones conservadoras y a menudo egoístas, pero que quedan, en el enojo chupamedias, bien camufladas: está lleno de trepadores berretas el kirchnerismo) no razonar el proceso político pensando que el principal problema son los medios de comunicación, ni usar las consoladoras categorías de "retorno de la política" o mentar que "la juventud" bla, bla, bla. Una de las más importantes organizaciones creativas de jóvenes, la Juventud Sindical de Facundo Moyano, se acaba de alejar, hacia el desierto donde los espera Macri, del kirchnerismo. Por falta de políticas.
El problema de la creación de categorías consoladoras, o la confusión de propaganda con periodismo, de militancia con contratos, de lealtad con chupamedismo, es que se termina degradando la fortaleza principal, que es la capacidad de creación de los sectores populares.

Ciertamente que las críticas deben plantearse en su momento -no en su lugar, dado que tal lugar no existe- y el problema es que no todos tienen grandes habilidades, o tenemos, para el manejo de los tiempos. Y que, con ésta forma de construcción, donde mañana pueden abrazarse con Moyano o con De Mendiguren (uno de los principales delincuentes financieros de este país) deja, la elección del momento, siempre descolocada. Lo que lleva a debilitar los vínculos entre las bases sociales que se pretende representar y los representantes.

Los quiero a todos, maricones. Me voy a dormir. 

domingo, octubre 28, 2012

La farsa y el ditirambo

Hay una tesis, la de "la impostura" que impreca los bordes más vistosos de la oposición al gobierno nacional que, luego y traducido en las rutinas institucionales que supimos conseguir, no superan, por ejemplo, el 2% de Carrió y Altamira. Y es importante lo que ambos representan: por un lado, la Naranja Mesiánica de la Coalición Cínica, hoy reducida a la marginalidad del submundo de los que opinan por TV, nótese que ya ni reportajes escritos brinda, y está bien, el kirchnerismo es una obsesión amateur por la televisión, pero es fundamentalmente, Carrió, la debacle electoral. Conoció el mundo de la política verdadera para naufragar, arruinada, en la debilidad tal que cualquier corporación te marca el rumbo pero te manda a hacer cola para sacar el ticket. Altamira es todo lo contrario. Armó una empresa de la cual vivir, el Partido Obrero, y la mantuvo, naturalmente, en la marginalidad, para cobrar los subsidios estatales y el diezmo de esa secta y nunca, jamás,  logró hacer política. Es la antipolítica en su fase religiosa, pero sin el crucifijo enorme de la Naranja Mesiánica, en otro target. Pero ambos se han convertido en los grandes símbolos de la desorientación de la realidad, básicamente por considerar el actual proceso kirchnerista como una gran mentira, una farsa, creída, esencialmente, por el 93, 94% de los argentinos que optaron, mayoritariamente, por el kirchnerismo, o variantes que proponen la continuidad, un poco más a la derecha, de los principales pilares del modelo económico y político, como Binner, El Hijo De alfonsín o Duhalde. Versiones de kirchnerismo culposo.
La tesis de la farsa puede expresarse con distintos grados de violencia verbal, una violencia que es intrínseca a la impotencia política funcional al mantenimiento de la secta en el caso de Altamira y al mantenimiento del ditirambo moral en el caso de Carrió.
Pero como la conducción efectiva de las fuerzas opositoras en general la ejerce el Partido Clarín, lo que no equivale a representar en el imaginario como la principal contradicción del sistema político (aún cuando toda la dirigencia política así lo crea: bueno, quedan dos tercios del país afuera de eso. Y no sería la primera vez que la clase política se autoencierra en sus propios intereses: je), quienes son menos visualizados por la población como conducidos por esa claque de gritones al servicio de uno de los principales grupos económicos del país, son, digamos, "premiados" electoralmente. Mientras que el 54% de los argentinos directamente venció al Partido Clarín y a la tesis de que ahí reside el eje del mal de la sociedad.
El Partido Clarín, por su situación rayana en la ilegalidad, es quien necesita el maximalismo de l ilegitimidad del kirchnerismo o del estado de derecho, dependiendo del contexto y las relaciones de fuerza, razón por la cual encuentra una equivalencia, a veces, entre estado de derecho (llamado por brutos de alquiler como Nélson Castro o Lanata o Leuco "el poder") y kirchnerismo.
En la misma situación se encuentra el contrabandista Mauricio Macri, hoy procesado por otro delito aún mas grave. Por lo cual, entre delincuentes, naturalmente, hay cierta solidaridad. Y racionalidad instrumental técnica, explicada acá. 
Ninguna situación en el campo político, que se define por la constante reinvención de las fuerzas sociales en disputa, es permanente a largo plazo si no se reinventa, por que se trata de un campo en permanente inestabilidad. Aunque, los ladrillos institucionales soporten, aún, el dique, no está inscripto en el cielo de la victoria que esta situación sea para siempre. Nada está, además, escrito para siempre.
La escisión entre las fuerzas desestabilizadoras, principalmente el Partido Clarín y en segundo lugar Mauricio Macri, que va y viene de acuerdo a su conveniencia personal, pero que parece, a diferencia del Partido Clarín, tener más capacidad política para preservarse (lo que en determinadas coyunturas lo aleja de la extrema derecha que hoy expresa el Partido Clarín): la escisión con el sistema político mayoritario parece ahondarse y eso habla bien del sistema político. Pero todo huele a cala. A vísperas. 

sábado, octubre 27, 2012

Miameros del mundo, unidos y organizados! No, perdón, bueno, en protesta porque no los dejan usar dólares en el exterior ni salir del país


Asunto: IMPORTANTÍSIMA NOTICIA !!! HABRÁ 8N CACEROLAZO ARGENTINO EN EL EXTERIOR!!!
Due to the lack of Freedom, the goverment corruption and all sort of abuses we are organizing this noisy demostration in many places of the world. Our people say no to the tiranic mesures.!!!!!!! 
IMPORTANTÍSIMA NOTICIA !!! HABRÁ 8N CACEROLAZO ARGENTINO EN EL EXTERIOR!!!
!!! 
UNIDOS VENCEREMOS !!! 




CACEROLAZO ARGENTINO 
EN EL EXTERIORLUGARES CONFIRMADOS:

CANADÁ
TORONTO - Consulado de Argentina - 5001 Yonge Street a las 7 PM - HORA DE ARGENTINA

ESPAÑA:
BARCELONA - CONSULADO DE ARGENTINA-DIRECCIÓN: Paseo de Gracia 11, 2º Piso, Escalera B - 08007 Barcelona
MADRID - CONSULADO ARGENTINO - SERRANO 90
MALAGA - Avda principal y calle larios. a las 20:00 hs.
PALMA DE MALLORCA - Consulado Argentino - Sant Miquel 30, 4º C Palma

USA:
MIAMI BEACH – Colins y la 73 calle, frente al restaurant Manolo's.
Pleno corazon de la Pequeña Argentina en Miami Beach.6 PM HORA LOCAL
WASHINGTON DC - Consulado/Embajada Argentina,1600 New Hampshire Avenue Northwest Washington DC. 6 PM HORA LOCAL
NEW YORK - Consulado Argentino en NYC 12 West 56th Street, (entre 5ta. & 6ta. Ave) New York, NY el 8 de Noviembre a las 6PM.HORA LOCAL
BOSTON - Massachusetts - Downtown Crossing - 18 Hs Hora local

ALEMANIA
HAMBURGO - Consulado argentino: Mittelweg 141, Hamburgo 19:00 HS

SUECIA
ESTOCOLMO - Embajada argentina: Narvavägen 32, 3rd floor - Estacion de tren Karlaplan. 7PM HORA LOCAL. Punto de encuentro: fuente de la plaza a la salida de la estación de tren Karlaplan

INGLATERRA
LONDRES - EMBAJADA ARGENTINA - 65 BROOK STREET LONDON WIK 4AH 19 HS

ITALIA
ROMA - CONSULADO ARGENTINO- Via Vittorio Veneto, 7 - 2do. Piso - 00183 ROMA - 19 HS. PUNTO DE ENCUENTRO: PIAZZA FRENTE AL CONSULADO

CHILE:
VALPARAISO - Consulado Argentino en Valparaiso - Chile. Blanco 890 (con Gomez Carreño)

MEXICO:
MEXICO DF Embajada - Av Paseo de las Palmas 1685 , Colonia Lomas de Chapultepec, México DF

URUGUAY:
PUNTA DEL ESTE - frente a La Mano, en la Brava, a las 19 del 8/11.

COLOMBIA:
BOGOTA – PARQUE EL VIRREY FRENTE A ILLY – 8N – 18,00 HS

viernes, octubre 26, 2012

José Nun


Una vida sin radicales



120 años de historia. Esto es, el peor comienzo para el augurio: el recordatorio, irremediablemente nostálgico, de una vida más que centenaria.
¿Cuáles incentivos puede encontrar hoy, por ejemplo, un joven para ingresar en la Unión Cívica Radical?

 Ninguno. Excepto, claro, los padres. La UCR son los padres.


"El campo" esa entelequia inexistente, fue pura promesa para radicales de pura cepa. Quedó en casi nada. La representación de los hacendados quedó en manos de las internas del Frente para la Victoria.
Aunque proveyó un conjunto de dirigentes aguerridos, primitivos, incultos, que fueron siempre la base social radical: una clase media alta que conduce, a fuerza de prepotencia monetaria, sus aldeas.

La UCR sigue conservando una identidad, como la iglesia católica, institución milenaria. Si se disuelve esa identidad dura para ampliarse, corre el riesgo de perder su razón de ser, es decir, de desvanecerse. Y no ser.
Ser o no ser, esa es, casi siempre, la cuestión.


La hipótesis principal de este blog en torno al debilitamiento de la UCR tiene que ver, en su costado progresista y portuario, con el kirchnerismo. Pero fundamentalmente en su costado reaccionario, por el PRO.
El PRO es la principal explicación de los comités vacíos, de que la UCR sea un partido de viejos nostálgicos. En sepia.
A la UCR les han velado el rollo.

En la Argentina, ese enigma contenido en el mapa militar donde conviven diversas nacionalidades, el papel de la UCR es, siendo generosos, testimonial. Como el del peronismo, sin ir más lejos. La única organización política de alcance nacional es La Cámpora. Hoy, fortalecida, dentro del Unidos y Organizados. Para decirlo simple, es el kirchnerismo. La única articulación estrictamente política de carácter nacional.
Pero la confederación de partidos provinciales, tanto radical como peronista, sigue siendo el insumo que alimenta la política en la mayoría abrumadora de los distritos.
No así en los distritos grandes.

En la provincia de Buenos Aires el papel de la UCR está deteriorado. Tras décadas, alfoncinistas, de cinismo. Furgón de cola del peronismo en la versión autobiográfica del radicalismo bonaerense. Peronismo Blue, en la versión del peronismo bonaerense. La conducción de Alfonsín resultó irremplazable. No tiene, la UCR, caudillo bonaerense y entonces la crisis,  se agrava. Falta el otro cacique, el portuario, que dicho hoy suena a chiste, pero lideró la UCR portuaria, clerical y milica, con un norte claro: Fernando De La Rúa.
Frenando la Grúa.
Fue el último líder radical, cosa que de por sí debiera explicar casi todo.
Pero, no.
Sigue.

El bloque legislativo del radicalismo es su sobrevida. El pulmotor. Dado que es el único articulador de los radicalismos provinciales, que gozan de enorme vitalidad.
La debilidad del radicalismo como único partido que quiso armar en los últimos tiempos una estructura nacional, de país, se entiende por la extensión, lentísima, del kirchnerismo.

El PRO santafesino de Hermes Binner también se queda con sus bases sociales, al igual que el peronista MPN de Neuquén. Perdieron Río Negro. Y Tierra del Fuego. Y Santiago del Estero. Conservan Corrientes.
En Corrientes viven las esperanzas radicales, pero andá a encontrar un radical de todo el país que te acepte este hecho evidente...Tienen, por eso, una enorme crisis intelectual: la que pendula entre la identidad deseada y la identidad real.








miércoles, octubre 24, 2012

El apriete a la prensa santafesina para que no se hable del narcosocialismo


Recoge el sitio Código Popular: 


El conocido conductor, Ariel Bulsicco, de la primera edición de Telefe Noticias, Canal 5, Rosario, escribe la siguiente denuncia en su muro de Facebook:
“Podrido estoy de no poder laburar libremente en esta Provincia donde “casi todos” venden que acá sí se respira aire libre, estoy cansado de aguantar y bancarme lo que pasa…me pasa a mí y a otros en el periodismo…hoy se me dijo que no opine en el noti del canal sobre el caso Tognioli y sus derivaciones…como viene ocurriendo, una persona del gobierno provincial “llama para hacer callar”…puedo tener paciencia en muchos temas, soy de respirar hondo antes de reaccionar, pero no soporto que me jodan con la libertad de hablar…en estos años me banqué no poder tener laburo en muchos ámbitos, lo sigo padeciendo todos los días, pero que ahora me “frenen” en el noticiero que conduzco hace 18 años y en un tema tan denso, ya es mucho…y saco el pecho para lo que venga tras esto…insisto, no soy el único…desde la circunstancia que les da el poder pretenden que todos opinemos y tengamos el mismo discurso…para eso ya tienen los espacios que le son afín en radio y tv…conmigo abstenerse, antes me voy a casa a producir mi ropa…dejen de perder el tiempo y limpien la mugre que tienen adentro…me importa nada que ahora salten los adulones de siempre…y solo espero que no anulen esto, que es mi muro…”

Emilia, mundial.





Me dicen que es por la merca que no duermo en todo el día, que puedo argumentar, vivir, estar lleno de vigor y ganas de pelear ideas desaparecidas y enterradas: no han visto tus miradas, cuando querés joderme, hacia el infinito, parodiando lo tanto que me la creo, mirando, como un médico un enfisema pulmonar, lo inmediato y profundo del alma.

Me agarrás, tibia y prepotente, de la mano.
Para caminar.
Cuando estoy triste.

Vos dormida, toda silencio y un cielo, pedazo, chiquito, de infinito. Vos dormida y los gorriones. Allá, cuando fuimos, testimonio de las pesadas cadenas hermosas del amor, cuando fuiste conmigo, sencilla y tierna, a Paraná.
Estoy, Emilia, completamente borracho.
Pendenciero. Y absoluto.
Con bronca y fuego por lo que cualquiera piense, ya está, deberíamos drogarnos de nubes y un pimpollo tejido, ahora que estás, en la cima profunda del embarazo existencial, hacer un pompón, rubia terrible, no sé en San Juan cómo les decían a esos gorros, para dormir, vos que tenés piyama de telas chetas que no conozco. Vos que tenés piedad, vos que tenés eso. Tan importante.

Nosotros, mirá, yo no soy rock, ya me aburre eso. Las siestas tirado en la cama. Las patas. Despatarradas. Las mil horas diarias donde trabajo. Mal pago. Las citas, esotéricas y nerviosas, de poetas clásicos, con que adorno esta desolación de orfanato. Las ganas de vivir otra vida. Los enemigos míos, que te bardean a vos. La idea, ojalá acertada, de que te puedo dar: mirá, aprender a morder, los dientes, ante tantas sobradas, vos que sos primavera, vos que sos la mina más preciosa del mundo, qué elegante, manera, chanta, yo soy un atorrante, pero te escribo, mientras dormís, esto. Para decirle a los que te jodan que de ahora en más, de ahora y antes, de ahora y siempre, se meten conmigo. Que me estoy cansando. De que te subestimen. Los rumores corren. Se exageran. Se alejan, irremediables y absolutos, delicados, tan pelotudos. Yo siempre fui el resto del tiempo.

A mí me chupa un huevo.

Pero vos sos la delicadeza. Un cristo de la infancia en la mesa de la luz.

Toda dormida.
Yo creo que el mundo descansa. Mientras vos tengas los párpados llenos de calma. Que seas la distancia. Y el vuelo.


Cuando me tirabas con vasos y me gritabas, pataleando, cuando me mirabas a los ojos, cuando te sonabas, con un pañuelo, las tetas, cuando te ibas del tiempo, cuando volvías, cuando fuimos los balcones y las azaleas y los amaneceres y cuando, te acordás, princesa de imperios celestes, espaciados, espaciales, te acordás, tan tenue, cuando te ibas a las manos por las ganas de coger. Qué importan los que te subestimen, ni saben de las rutas que hicimos discutiendo a Simone De Beauvoir. De las vacas pastando. Los amigos faltando. De los faltos de poesía. De todas las putas por las que pedimos clemencia, yo tan feminista, al costado del foco rojo, vos tan comprensiva.
Vos que habías conocido la gloria del glamour y te habías hartado.
Ahora que se puebla, el panorama político, de viejas calandrias que son capaces de subastar a la madre. Incapaces de amar. Sino tiene raiting.


Estoy harto.
Después viene como ducha la curva firme de tus pies.
Todas tus bombachas.
Nuestros espejos.
Las flores que me regalaste.
Los delincuentes de mi barrio que me invitan una cerveza cuando no tengo plata.
Toda esa malaria de amor incomprensible.
Lo incognoscible de tu culo.
La onda minita de los buitres del espectáculo. Mis ganas de defenderte. Las tuyas de cuidarme. Los países que sos. El canto rodado de los aviones. Lo que te sobra. Lo que puedo darte. Las películas, entre besos, que nunca vimos.
Vos sonreís y se puebla el mundo de buenas intenciones.


Vos tan herida. Tan dormida.

De todos los fantasmas que iban invadirme, vos, que sos de las pocas hermosas personas que acá, en lo extraño; yo que hablo sin falsas profecías de mi barrio, siguen teniendo amigas, amigos, del barrio, de la patrias pequeña de cuando fuimos pequeños. Vos que sos capaz de hacerle sentir a un pescador de islote y cañaveral que estas, con sencillez de autoconocimiento, de su lado.
Vos que te adaptaste al mundo hipócrita con más huevos, sin dudas, con mas resistencia y conservado, ja, sin fecha de vencimiento, los sueños. Vos que me corrés, en las noches secretas de luna a través de la cortina, por izquierda. Vos que sos Miami, con derechos humanos. Vos que me paseás en ética peor te ponés colorada de impotencia, a vos, que tenés los frenos inhibitorios que me faltan. Vos que sos el morral y el corral, el matorral y el andurrial, vos que tenes pelotas y resististe, vos, enseñame, con tu frente alta pero tan digna, con  tus dientes que muerden pero atrapan y no sueltan, cuando, sobre todo, cuando el otro, cualquier otro de todos los castores de la patria, necesitan.

Castorcita mía.
De arriar tu culo a arriar mis banderas, me pronosticaron. Tanto.
Emilia, mundial.
cada vez que te callás y me ponés una canción entiendo el principio de la física y de todas las cosas. De la mano de tu enciclopedia de caricias.

Con ese cinismo, ese humor negro. Que compartimos.

Si supieras, el miedo que tengo.
Escribo ésto para contarlo, yo, pibe de barrio, que tengo la novia más bella, irremediablemente bella, que se pueda conseguir en este planeta. Y en el resto de los planetas del universo. Y de los planetas y extraterrestres que puedan descubrir. Tengo una novia mundial. Universal. Transplanetaria.
No soy ningún boludo.
Pero prefieron cuatrocientas mil trescientas veces pasar por boludo que perder un segundo de tu piel con prisas y testimonios, tantos, de que soy un gil con suerte.

Voy a pelearlos a todos.
Soy loco.
No me jodan.


Y que la comparsa de forros sin hermenéutica, de idiotas de cotillón, de contratapa. Vos y tus ojos ganan el salto mundial. En las olimpiadas de las buenas personas. Ellos, todos. Livianitos y pueriles. Brutos como una cantimplora vacía. Pero con la misma arrogancia de supervivencia. Yo estoy podrido. Yo estoy profundamente asqueado. De sus sistemas de privilegio. De sus afanos. De sus contratos. De sus jefes ocultos. De sus batallitas, tontuelas, por el ego. Y la guita. De las tetas caídas. De los juicios morales, chantas, sinvergüenzas, caraduras.

-Está muy fuerte la música, el mismo, único tema, con que escribo algo. Emilia.

-No, Lucas. Me da quietud saberte así, porque a veces te vas, escribiendo.

De la inmensidad de tu cuerpo hermoso hasta la patria absurda de lo que te exigen, desde qué morral ético, los maestros, putañeros, del ceremonial y protocolo.
Nosotros nos distinguimos, fijate, por el inmenso respeto a nuestros ex.

De la puntita, jugosa como un bife de chorizo, de tu lengua puesta en modalidad Raymond Chandler, hasta el próximo precipicio donde no me engañen y me caiga al ridículo, de todo eso sale no un libro,  no un contrato, no una transacción. Sino este abismo. Piba inteligente, con la desgracia de ser, sencillamente, hermosa. Las prostitutas del prestigio te odian y hablan de cosas de género mientras se rellenan con almohadones el corpiño, señoras tan buscando el contrato de su próxima novia De. Aguanta. Vos, podés. Por tener este atorrante de novio. Por tener que explicar cosas. Por creer en el amor. Por tener esa compulsión, equivocada, de demostrar. No hay nada que explicar. Ni demostrar. No resbales escalones para que las princesas no se sientan gordamente ofendidas. Vos sos Cenicienta. Vos ganaste el arco iris, por derecho propio, por luchadora, por que te subestimaron, por que tenés más huevos que una tortilla sin verduras, por tener amigas, por que sean de verdad, por el mundo que se abre,  por el mundo que se pierde. Por tener un pibe, digan lo que digan, que de puro atorrante, sin ser dueño de nada, se cola, para reglarte entero, sin excepciones, cada mancha, cada clima, cada genocidio, cada primavera, todas las esperanzas, cada continente; yo, Emilia, te regalo el mundo.
Qué me importa que no sea dueño de las cosas.
De absolutamente ninguna, escrituradamente, como hablan del amor los vacíos, los rendidos, los pueriles. Qué me importa no ser dueño de nada, yo te regalo, igual, como un sueño, una posibilidad, todos, si querés todos mis fracasos, te los regalo, te regalo mi mundo, te regalo el mundo, la posibilidad de cambiarlo, las ganas enormes, Emilia de mis días, las ganas urgentes de estar a la altura de tu circunstancia; por eso, bueno, no es mío, nunca me lo reconocerán, pero lo amo casi tanto como a vos. Y te lo regalo. Emilia. De mi parte. El mundo, es tuyo.



martes, octubre 23, 2012

El infame miserable de Bernardo Lanata y sus calumnias para defender a Magnetto


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Pezones casi rojos




La argentina late, como posibilidad y esperanza, en la mayoría de los habitantes de este mapa militar, de forma rara, de forma resultante, imprecisa si se le conocen las fronteras de carne y hueso. Conmueve. No en el sentido peyorativo, que lo tiene, de lo conmovible. Que es tanto lo opuesto de lo cognoscible cuanto un registro mas sensible para abordar, precisamente, lo cognoscible.  Ok, voy a hablar en castellano. A veces, en este, mi blog, no lo hago, eso de hablar en castellano, porque no tengo tiempo. Otras veces, esta madrugada de lluvia, con los motores existenciales a pleno -los celos, por ejemplo, que patadón inspirativo generan, si supieras, vida ajena, las cosas lindas que surgen de los sentimientos miserables que a todos nos brotan- puedo tomarme un mate en la antesala del razonamiento.
Un tucumano no se siente del todo, sino como posibilidad, un argentino. Un formoseño es casi tan paraguayo, los une el desprecio de las metrópolis, cuanto argentino. Un jujeño sabe tanto de la ausencia de salida, al mar y al beneficio simbólico del muelle, como un boliviano. Un sureño es apenas sur. Nuevito. Chileno. Un entrerriano está más cerca de Uruguay y la independencia nacional, o sea, la desobediencia, que las infamias resultantes del presente.


Me la fuman los cuadros sinópticos de ese oficio bajo, devenir de los cortesanos del rey, que es la sociología electoral. La patria, como promesa, contenida en la escolarización del mapa militar, late como posibilidad. Incluso en los familiares y sobrevivientes de los Correntinos que pelearon la guerra porteña contra Inglaterra por extender, hay que decirlo, los puertos.
La guerra por Malvinas la peleó Corrientes, la recuerdan todas las provincias, todos los municipios, cuanto más lejos del prestigio de las metrópolis una escuela, más recuerda esa intuición de patria, esa guerra de mierda, esa herida que para mí, que no tengo deudas generacionales sin saldar, es una reverenda y obispa porquería.

Cuando para mear me paraba en puntas de pie y me bajaba los pantalones con urgencia de puta por debajo de la cola la Argentina era una lección de la escuela. Cuando fui chico, cuando fui niño, cuando fui pibe, no fui argentino, fui gurí. Y la palabra fuí aún llevaba acento, según la Real Academia Española. Que excomulgó el acento de fuí. Que ya fué.
En la escuela esas palabras llevaban, entonces, acento.
Yo fui un pibe rosarino que jugaba a la pelota frente al monumento a la bandera. Y después un gurí entrerriano que rezaba a la virgen. Yo nunca fui argentino. Hasta la adolescencia.

Los argentinos, a menudo, expatriados que buscan un futuro personal mejor en los puertos, de Reconquista a Santa Fe, de San Juan a Córdoba, de Tucumán a Salta,  de Tierra del Fuego a Neuquén, de Santiago del Estero al boliche de Palermo donde toca el chamamecero ciego las coplas del olvido. Antes iba a la peña clandestina que estaba frente a casa. Después, echaron al chino K, que está a la vuelta ahora, demolieron la casona del Carapintada, que solía contratar pendejas de 15 años del conurbano como meseras, que se las cogía y echaba a la semana, mientras los santiagueños hijos naturales de la oligarquía provincial declaraban su melancolía a la guitarra y los baffles. No está, ya, esa peña clandestina. Escribo en una mac que no entiendo, los acentos a veces no me salen, pena y peña.

La Argentina es una posibilidad, no es un concluido del mapamundi.

Soy de los tiempos donde existía el globo terráqueo, que hacían traer de la biblioteca, para mostrarlo y enseñarnos que veníamos de los barcos y derivar, preciosuras de manchas, nuestros apellidos a un montón de pagarés lejanos y ausentes.
No había, en mi clase, hijos de negros. Hijos de indígenas. Ni hijos de puta.
Esta era del GPS es mejor. Sin dudas. Aunque a veces, como terror existencial, pienso la poética imposible de la desaparición del hombre, subsumido en las máquinas y fibras ópticas y óptimas de panópticas, viejos cagazos de la literatura de ciencia ficción, que han tenido demasiada ciencia y poca ficción.

Después, amanece. Con una tristeza infinita.
Un día más. Todavía. Con la épica torpe del amanecer.


La patria son los propietarios. Cuando se acercan al puerto son mas patria. Cuanto mas conocen Miami,  sus extranjerías de ocasión, de no lugar, mas patriotas son. Como posibilidad quedamos todo el resto. La Matria, la Patria y el Paria. 
Me encuentro asqueado. Del cigarrillo. De coger. De la noche. De los excesos. De los exagerados. De los postulados terminantes entre gentes que después se saludan, intercambian fama, arreglan difamas, difamaciones, manguean prestigio, patrullan al contado a quien le señalen como el próximo enemigo. Tengo un cansancio moral y pulmonar de la puta madre. Un ahogo parricida de mis propios mitos éticos. Tengo una necesidad de ruptura. Una vocación de andariego. De cruzar límites. De irme a la mierda. De repensar hasta la manera de prender la estufa. De encender la cocina. De quedarme, unos minutos, con el dedo índice, apretando el botón rojo del viejo calefón de mi casa en Paraná. Ustedes que son Miami, que son puro presente, ustedes que venden, si hace falta, hasta la madre por un favor en el repechaje del orgullo idiota, ustedes, ahora, ya, acá, pueden irse a la reverenda y suboficial mierda. Tengo ganas de mirar la lluvia. Deshacerme del balcón. Salvar un pajarito con las alas heridas, cosas cursis, pequeñas pero que me devuelvan un poco de patria, algún sentimiento, precario aunque sea, de pertenencia. Alguna raíz. Un apellido moral, Que me toque una parte. En esta noche desesperada donde me doy cuenta que me quedé sin nada.

Y me chupa un huevo.

La patria es otra cosa, un apellido literario.
Se sienten, los propietarios, argentinos, en una tierra extraña.
Nos odian.
Por provincianos.
Nos odian por que a nosotros, en el barrio, nos quieren.
Nos detestan, con rumores, por saber hacer literatura de nuestra única vocación sincera: ser atorrantes hasta el colmo de exigirle a dios, en el juicio final, un abogado pagado por el estado. Dada nuestra pobreza de espíritu. Por ser tan perdedores. Por estar colados, nosotros, de cabotaje, por estar colados en este mapa militar que representa su país, ese que miran, cuando lo miran, si el ministro de economía, por ejemplo, devalúa; ese país que nos pertenece a todos siempre y cuando yo trabaje para ustedes. O yo trabaje como quieren ustedes. O yo trabaje, según lo que ustedes consideren trabajo.
Váyanse a la mierda.
Antes de que yo entre en la chicanía de la renta y, al lado de su violento cuero rentístico, prestigiosa tasa de ganancia. Antes de eso. Visceral: váyanse a la mierda.


Hay una esquina, allá en Paraná, donde volví, después de haberle sido infiel y contado, por compulsión, adolescente (cuando las dudas desesperadas todavía tenían misterio donde hoy hay naftalina) donde volví con Isabel. Duró un día, creo, ese retorno, equivocado, al noviazgo nuestro. Tan imposible. Y tierno. Descubriendo los pliegues secretos del mundo y de la sexualidad. Es el casi único amor total que nunca me cogí. Lástima que la encontré, muchos años después, ya gobernaba el presidente Kirchner, ella vivía en Neuquén, era gorila, claro.  Y me hablaba desde lejos, aunque tenía, pegadas, las tetas que cuando la amé eternamente no le habían crecido. Al contrario. Eran una cereza de pezones rojos, no rojos intensos, sino el entremedio del rosado, se excitaba, como yo, desesperadamente, pero ella era señorita, yo no me daba cuenta. No tenía herramientas epistemológicas para saberlo. En esa esquina, se hizo la patria. La única patria por la que lucharía.
Aunque era tan lejana.
Tan distinta.
Se le había parado la nariz.
Tiempos que pasaron, ahora, naufragan por el imposible de los cielos. No puedo resignarme a que la historia de nuestro cuerpo se vaya agotando con su paulatina degradación.
Místicas viejas.
Es, en el fondo, deseable, que estemos lejos de ese tiempo transcurrido.
Supongo que mi compulsión a narrarlo es por que quiero, solamente, impedir que sea, que haya sido, en vano. Una manera de trascender la muerte, de a poquito, que es cada cumpleaños.

Dónde, si nosotros, nuestros antecesores, los que recordamos, porque nosotros inventamos la historia, todavía más heavy, inventamos la historia objetiva, dónde quedaría, perdido en la muerte tortuosa del olvido, donde quedaría este cielo sino existiera la fotografía, el cine o la literatura. En ninguna parte.

Es, acaso, pregunto, este cielo parte de la patria.
Me cuesta creerlo.

Probablemente este cielo, rojo furioso y con truenos y lluvias, sea solamente, la posibilidad de saber, eso que a veces olvidamos: estamos vivos. Y hay que hacer algo con eso. Con lo que han hecho de nosotros.


lunes, octubre 22, 2012

De acá a la China


La unidad de los Cacerolindos no parece amenazada, aún cuando, como es natural que decante, los medios de comunicación ultraopositores o ultraoficialistas, organicen el campo cognoscible, representativo, a travésde necesarias interpretaciones ortodoxas. Cuando muestren, para decirlo a la carta, caras, líderes, mensajes. Vayan sintetizando. Dándole jerarquías.
Son, estas, discusiones tan pre-kirchneristas que alimentan la tesis de una larga continuidad de la corriente de derecha que se expresó el 20 de dieciembre de 2001, tras el fracaso de su propio gobierno, la Alianza.
En 1999 había un clima raro. De hartazgo. Por razones raras. Que se expresaron en la profundización rabiosa del menemismo. Con los radicales. Y el Partido del Reciclado: los canallas del Frepaso. Los que viven sin pasado. Y a menudo tienen, caraduras, la máquina de inventar el pasado; es decir, el borrador del próximo engaño.
El Cacerolindo nació para morir en las vísperas y ser capturado por las relaciones de fuerza preexistentes. En el esquema mental del sujeto participante, autoconvocado, no hay nada fuera de los medios de comunicación y el poder ejecutivo. Son los únicos argentinos, no sólo por propietarios, sino también por portuarios. La Argentina es un puerto donde descendieron y cultivaron, naturalmente, con esfuerzo individual. La población mayoritaria que se esconde dentro del mapa militar no se siente más Argentina que sudamericana o americana, pero es muy difícil hacer entender esta obviedad. Muy aceitada. A contramano. Que prima en un conjunto más extenso que los activistas de la derecha, abarca a los llamados progresistas. Y prima ahí. En los interpretadores oficiales transversales al campo político, tampoco hay mucho después de los medios de comunicación.
Claro que la representación democrática de la que reniegan los medios de comunicación ultraopositores, haciendo de claque a una estrategia política hábilmente acertada por el kirchnerismo, han contagiado del espíritu anti-institucional a los participantes del Cacerolindo, lo que no equivale, sin más trámites, a representarlos. Pero sí a una necesaria familiaridad que, desinflado el fenómeno (cosa que no necesariamente vaya a ocurrir en el corto plazo) los unificará. No por amor, sí por espanto. El genio de las paradojas, Borges.
Y en vísperas del debilitamiento del monopolio que ejerce Clarín, lo que lo transformaría en otra cosa (el Grupo Económico concentrado más importante pero no un monopolio ilegal), las vísperas presentan la emergencia, más difusa y maleable aún, de un sujeto social de reemplazo del Grupo Clarín. Para seguir ninguneando al aparato político opositor. Al orgánico. Al único que puede darle cauce institucional a los desaforados tiernos y cándidos del Cacerolindo. Quienes, a su vez, se quedarían, así, al borde de la representación institucional. Negocio redondo para todas las partes en disputa, que se saldará, nunca definitivimanete, en las urnas.
Queda la aventura de algún manotazo al estado de derecho, como alternativa.
Mientras la democracia pueda contener esos arrebatos, se expresarán las relaciones de fuerza preexistentes o, mejor dicho, las reglas de juego prefijadas. Para la disputa. Por la apropiación social de la renta simbólica, maximalista expresión para encorsetar (después de todo de eso se trata el análisis político) a quienes exageran de acá a la China. De Mao.
Es, China al espejo, el lugar concreto donde los imaginarios cacerolos, poblados de grasadas estéticas de Miami, pueden concurrir. Para pensar un bosquejo de modelo de país. Dictadura del capital, venta de productos primarios, autoritarismo moral.
El cambio de metrópolis, en la configuración del capitalismo, siempre afectó, notablemente, la organización del capitalismo nacional. Y sus esquemas políticos.
Por que Argentina son los puertos.
Tal la inversión de términos que para narrar a los que se sienten argentinos hay que apelar a recorrer los puertos.

De España a Inglaterra. De Inglaterra a EEUU. De EEUU a la Guerra Fría (el mundo bipolar, con anclaje de contrapeso en la URSS). De la Guerra Fría a EEUU. De EEUU a España. De España a China.
Es decir, la Independencia, la primacía conservadora, la emergencia industrial,  la socialdemocracia, la reprimarización conservadora y el neoliberalismo. Para recalar en el "modelo" K.


No está del todo definido "el modelo". Es la distribución de renta de productos primarios exportables para subsidiar la industria, fortalecer el mercado interno con altas tasas de inflación, y la inclusión a ese mercado interno de millones de personas a partir del formalismo de un estado nación industrial.
Y el estado como salvataje de la mítica e inexistente "burguesía nacional".
Y muchos, pero muchos gritos.

Políticamente es inviable, al día de hoy, la propuesta de los Cacerolindos. Pero expresan a China, las posibilidades de la consolidación de un cambio de metrópolis, que demande granos y exija la compra de productos industriales, China. Abundancia de dólares. Para un 10% de la población.

Donde hay voluntad de condenar, las pruebas terminan apareciendo, decía Mao Tse Tung. Los cacerolos tendrán que remar mucho para ampliar el alcance de sus mensajes. Y cuanto más aumenten la condena moral y estética, cuanto más se radicalicen en la exageración, más se alejan de ese objetivo.